Perfiles de - Prisma

Perfiles y trayectorias del cambio económico en Centroamérica
Prólogo
La Centroamérica de los años setenta y ochenta no existe más. Pero aún persisten muchos
estereotipos anclados en esa época que nublan la mente y dificultan entender.
Aquella Centroamérica exportaba café, banano, algodón, azúcar y carne, e importaba bie‐
nes manufacturados. Cada país producía sus propios alimentos. Lo rural permeaba todo,
desde lo económico y político hasta lo cultural y los patrones de consumo. Los ricos eran
latifundistas y la reforma agraria se pedía a gritos. Apenas surgían los sectores medios. To‐
do se compraba en las tiendas de la esquina o pulperías. El banano pesaba más en un lado,
el algodón en otro. Unos países desarrollaron más su industria. Costa Rica tenía más Esta‐
do, educación, y servicios. Aun así, las diferencias no eran tan grandes. Cuando se hablaba
de un modelo agroexportador centroamericano, en verdad era así.
Eso fue entonces. Treinta años después estamos frente a otro mundo. Si no aceptamos eso
no entendemos nada, y urge actualizar nuestras visiones y propuestas.
La nueva Centroamérica es más urbana y globalizada. Vive de remesas, de los turistas, de
las drogas que pasan, de la ayuda externa y de la maquila. La agricultura es un sector más.
Los dueños de los bancos, centros comerciales, complejos turísticos y telecomunicaciones
ganan espacio a los terratenientes. Pesa más la propiedad urbana y menos la rural. Desapa‐
reció el algodón y se exporta menos carne, pero surgieron la piña, la naranja, las hortalizas
y las flores. Buena parte de la gente trabaja fuera de su país, envía remesas, llama a sus fa‐
miliares y vuela. Gracias a ellos los sectores de finanzas, telecomunicaciones y transportes
han vivido un auge sostenido. Los supermercados desplazaron a las pulperías y los alimen‐
tos se importan cada vez más. Las diferencias entre países que antes eran moderadas ahora
son enormes. Cada uno ha tomado un camino diferente. Si bien la agricultura tradicional
todavía es importante en Nicaragua, en El Salvador ya es algo marginal. El Salvador gira en
torno a las remesas; no así Costa Rica. La ayuda externa pesa mucho más en Nicaragua.
Cambios tan profundos tienen implicaciones muy fuertes para las reivindicaciones políticas
y sociales, los niveles de vida y el bienestar, la desigualdad social, las relaciones de género e
interétnicas, y las formas de ocupar el espacio. Sin embargo, apenas empiezan a vislum‐
brarse, y todavía pesan mucho las visiones del pasado.
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