13.05.2013 Views

Discurso del orador de orden, César Miguel Rondón - Iesa

Discurso del orador de orden, César Miguel Rondón - Iesa

Discurso del orador de orden, César Miguel Rondón - Iesa

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

escalofriantes y con un agravante terrible: se limitaban a la<br />

ciudad capital, lo que <strong>de</strong>jaba por fuera nada menos que al<br />

resto <strong><strong>de</strong>l</strong> país. El Gobierno, sin embargo, las <strong>de</strong>scartó (y las<br />

sigue <strong>de</strong>scartando) no por éste u otros <strong>de</strong>talles puntuales, sino<br />

por uno meramente formal y burocrático: no son cifras<br />

oficiales.<br />

Hago estas referencias porque quiero ilustrar el punto<br />

medular: medir, asir, atrapar la realidad en tiempos <strong>de</strong><br />

revolución es una tarea engorrosa y complicada, y ello porque,<br />

a pesar <strong>de</strong> que todos somos venezolanos y vivimos en el<br />

mismo tiempo y en el mismo territorio, no pareciera que, por<br />

instrucciones, directrices, <strong>de</strong>cretos y dogmas i<strong>de</strong>ológicos <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

gobierno revolucionario, pertenecemos y/o procuramos el<br />

mismo país. Esto, pues, crea un abismo <strong>de</strong> vértigo entre 28<br />

millones <strong>de</strong> ciudadanos que portan la misma cédula <strong>de</strong><br />

i<strong>de</strong>ntidad.<br />

Casi cinco lustros en este trance, jalando una cuerda que<br />

nunca antes habíamos conocido, ha <strong>de</strong>jado un país<br />

traumatizado, resentido en sus cimientos, fracturado en sus<br />

creencias y principios fundamentales, y, sobre todo, herido en<br />

su espíritu nacional. Hoy no hay un venezolano, hay dos o tres<br />

tipos <strong>de</strong> venezolano y, lo peor, perversa y diabólicamente<br />

enfrentados entre sí. Por ello, ya no es infrecuente que leamos<br />

sesudos ensayos y análisis, o meras voces <strong>de</strong> la calle, que<br />

hablen <strong>de</strong> la eventualidad, cada vez cercana, <strong>de</strong> un estallido<br />

social o <strong>de</strong> una imperdonable guerra fratricida.<br />

Los que nos oponemos a semejantes escenarios, siempre<br />

levantamos como <strong>de</strong>fensa el escudo <strong>de</strong> la razón. Mas la<br />

revolución, que ha servido <strong>de</strong> caldo <strong>de</strong> cultivo para que<br />

germinasen todas estas situaciones, impensables por<br />

imposibles hasta no hace mucho, se justifica y fundamenta en<br />

exactamente lo contrario: el imperio <strong>de</strong> la sinrazón y la<br />

emoción, la empatía mística y fanática con un lí<strong>de</strong>r, un<br />

caudillo, la sed <strong>de</strong> venganza (¿histórica? ¿social? ¿política?)

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!