Antología de la producción literaria de 1940 a 1970 - Portal ...

Hablar de una cultura mexicana como algo compartido por todos y cada uno de los mexicanos es
hablar de una ficción -a menos que restrinjamos lo que se entiende por "cultura" de modo que
queden excluidas todas las diferencias que hay entre las distintas formas de vida, usos del
lenguaje, costumbres, referencias intelectuales, principios morales, etc. No existe la cultura
mexicana como algo distinto y por encima del conjunto de las distintas culturas mexicanas. Una
cultura es algo que es poseído por alguien, algo que se vive, pero no hay quien posea (o viva) una
cultura mexicana que no sea una cultura mexicana regional. Nadie tiene una cultura mexicana,
como nadie habla con acento mexicano o como nadie come comida mexicana. Se tiene una cultura
rural del bajío o una cultura de la clase media del Distrito Federal, de la misma manera en que se
habla con acento chiapaneco o yucateco o se come comida veracruzana o poblana.
Este error conceptual de Uranga, sostiene Hurtado (1994), tiene su origen en las tesis de Samuel
Ramos, quien pensaba que las diferencias culturales entre las regiones del país no eran tantas ni tan
marcadas:
…comprobamos que en todos los Estados de la republica se habla el Español, excepto en una
minoría indígena que conserva su lengua nativa. En todas partes se venera a la Virgen de
Guadalupe, se cantan las mismas canciones y no hay lugar donde no apasionen las corridas de
toros.
Lo que resulta en una exageración simplista, ya que el español que se habla varía de una región a
otra; las vírgenes a las que le rezan una indígena mixteca o una mujer de la clase media urbana son
muy distintas; las melodías del norte o del sur, no se cantan ni se gustan de igual forma; además que
las corridas de toros ya no apasionan a las grandes masas de la población. Lo que resulta muy
extraño, para alguien que busca encontrar la esencia del ser del mexicano, salvo que encontremos la
respuesta en que el fin radica en apoyar al sistema en el poder con un discurso ideológico; por lo que
las tesis de Uranga muestran lo absurdo de tratar de suponer que existe la esencia del mexicano o
del modo de ser del mexicano. Incluso, el discurso de Uranga llega a radicalizarse cuando señala:
No se trata de construir lo mexicano, lo que nos peculiariza, como humano, sino a la inversa, de
construir lo humano como mexicano. Lo mexicano es el punto de referencia de lo humano, se
calibra como humano lo que se asemeja a lo mexicano y se despoja de esa característica a lo
desemejante y ajeno al ser del mexicano…
Que, al decir de Hurtado (1994), no deja de ser menos ofensiva para el resto de la humanidad, como
lo sería cualquier afirmación semejante con respecto a otra raza o nacionalidad.
La Generación de Medio Siglo: Revista Mexicana de Literatura, y los suplementos
México en la Cultura y La Cultura en México
La Revista Mexicana de Literatura (1955-1965), al decir de Pozas
(2007), se organizó bajo la responsabilidad de Carlos Fuentes
(nacido en 1928), Emmanuel Carballo (nacido en 1929) y Juan
García Ponce (1932-2003); convocó a una nueva élite intelectual
de jóvenes novelistas, poetas y ensayistas, que habían nacido y
crecido durante el período de la institucionalización de la
Revolución. Momento en que la ciudad de México se convirtió en
el principal polo de atracción económico, educativo y cultural para
los jóvenes de las ciudades de
provincia como Juan Rulfo (1917-
1986), Emmanuel Carballo,
Antonio Alatorre (1922-2010) y
Juan José Arreola (1918-2001)
que procedían de Guadalajara;
Jorge Ibargüengoitia (1928-1983)
de Guanajuato; Rosario
Castellanos (1925-1974) de
Comitán; Juan García Ponce
(1932-2003) de Mérida; Elena
Garro (1920-1998) de Puebla y
Rubén Bonifaz Nuño (nacido en 1923) de Córdova. La revista se
propuso como un medio de difusión cultural abierto a
manifestaciones literarias internacionales, que contrarrestaran la
entonces creciente tendencia de la cultura mexicana hacia el
nacionalismo.
Tuvo como antecedente el suplemento México en la Cultura (1949-1962) del periódico Novedades,
dirigido desde 1956 por Fernando Benítez (1912-2000); cuyo equipo editorial pasaría a formar parte
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