JOSÉ DÍAZ RODRÍGUEZ UNA NOCHE CON ESTRELLAS BILINGÜE

UNA NOCHE CON ESTRELLAS
-¿Y quiénes son? – pregunta Doña Matilde intrigada.
-Ah, no se… yo les pago cincuenta pesetas para que vengan a visitarme dos
veces en semana.
–Concluye Doña Paula desinteresándose de la pregunta de su hermana.
Las dos mujeres continúan su acostumbrado diálogo de “cosas rancias” y
después haciendo comentarios sobre la supuesta novia del hijo de Doña Matilde
(Marcelino), que parece haber “dado en el blanco” enamorándose de una joven
prostituta callejera de Madrid, que reúne todas las condiciones del modelo de
mujer moderna que los tres familiares buscan.
Lógicamente, ellos ignoran las andanzas de la novia imaginada. Y parecen que
están todos más interesados en seguir ignorándolas.
Entre tanto, Doña Vicenta y Don Fernando de paso a sus camerinos, se paran a
charlar un poco con Geraldo el tramoyista.
-¿Qué le pareció? – pregunta Don Fernando.
-Muy cortito pero interesante. Contesta Geraldo refiriéndose al tema de los
actores en escena.
-Tome, coja una chocolatina. – Doña Vicenta le dice a Geraldo ofreciéndole una
chocolatina que llevaba en los bolsillos.
-No, gracias. – responde Geraldo.
-¡Ándele hombre! Coja alguna. Que las paga la compañía… - insiste Doña
Vicenta con un gracioso acento mejicano y Geraldo coge una para salir del
compromiso.
En esos momentos pasa Maribel. Una de las primeras actrices en la obra que
hace tiempo trae a Geraldo “por la calle de la amargura.”
La muchacha se coloca junto a un bastidor detrás de las cortinas, preparándose
para entrar en escena, a corta distancia de Geraldo y la otra pareja. A él se le
va la mirada hacia la chica sin poder evitarlo, dejando a Doña Vicenta un poco
desairada.
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