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JOSÉ DÍAZ RODRÍGUEZ UNA NOCHE CON ESTRELLAS BILINGÜE

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<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

<strong>JOSÉ</strong> <strong>DÍAZ</strong> <strong>RODRÍGUEZ</strong><br />

<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

<strong>BILINGÜE</strong><br />

PUBLICACIÓN ORIGINAL<br />

DEL<br />

COMITÉ PROVISIONAL DE AYUDA<br />

SOCIAL COMUNITARIA<br />

ONTARIO, CANADÁ.<br />

1


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

El contenido de esta novela es obra propia del autor a excepción de las<br />

referencias marcadas con signo *<br />

Toda reproducción completa o parcial, está permitida previa autorización del<br />

autor.<br />

Derechos reservados.<br />

COPYRIGHT 314685/30/90<br />

Ontario, Canadá.<br />

Febrero 1991. 1ra edición.<br />

Julio 1991. 2da edición.<br />

Mayo 2009. 3ra edición revisada.<br />

2


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

OBJETIVOS DE LA NOVELA<br />

“Exaltar los valores humanos de individuos cuyos aportes a la sociedad pasan<br />

injustamente desapercibidos.”<br />

“Contribuir a la expansión cultural de la comunidad con pensamientos, ideas y<br />

conocimientos de la vida real para su beneficio.”<br />

Las ganancias de venta de esta obra serán donadas a una institución benéfica o<br />

persona necesitada.<br />

El autor/ editor.<br />

3


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

EXTRACTO<br />

Esta novela es un melodrama bilingüe basado en la presentación de una obra<br />

teatral de Miguel Mihura. Su contenido es ameno y humorístico.<br />

4


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

COMENTARIOS Y OPINIONES EN TORNO A LA VIDA Y ALG<strong>UNA</strong>S OBRAS<br />

PREVIAS DEL AUTOR<br />

… Y te felicito por el entusiasmo que pones en escribir y organizar cosas que<br />

están por encima de la rutina de cada día.<br />

Laura Barsby.<br />

(Empleada de Banco, ama de casa y artista del teatro)<br />

Toronto, 16 de Julio de 1989.<br />

Certificate of appreciation<br />

To<br />

José Díaz Rodríguez<br />

Issued by The Catholic Children’s Society<br />

of Metropolitan Toronto,<br />

Noviembre de 1990.<br />

Aprovecho esta oportunidad para felicitar a usted y a su organización por la<br />

iniciativa de llevar adelante ese acto de conmemoración y reconocimiento a<br />

favor de quien fuera un poeta pensador (ANTONIO MACHADO) que dió una<br />

versión muy perfecta y cierta de la España de su tiempo.<br />

De usted muy atentamente.<br />

Lcdo. José Núñez T.,<br />

(Cónsul de Primera del Ecuador)<br />

Toronto, a 20 de Septiembre de 1989.<br />

5


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

… Quiero agradecer al Comité Provisional de Ayuda Social Comunitaria y a<br />

usted, así como a su mujer personalmente, por el esfuerzo realizado en la<br />

organización de la cena del pasado día 9 dedicada al centenario del Dr. Norman<br />

Bethune y cuyos beneficios se destinaban a The Catholic Children’s Aids Society<br />

of Metropolitan Toronto.<br />

La enorme energía desplegada por usted, nos impresionó a los participantes en<br />

la misma.<br />

Atentamente le saluda,<br />

Antonio Luis Bullón,<br />

Cónsul General de España,<br />

Toronto, 13 de Noviembre de 1990.<br />

“Toda la rama de poemas amorosos de profundo sentimiento, solamente<br />

pudieron salir de un corazón que no era amado y sintió la tristeza del<br />

desprecio.<br />

Pero tal vez eso, lo llevo al triunfo real en el amor.<br />

Bien hecho y mucha suerte con su libro.”<br />

KHALID FAROOD MIRZA.<br />

(Científico de Energía Atómica).<br />

6


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

PRÓLOGO<br />

Puede servir esta obra como guía para los interesados en conocer experiencias<br />

de la vida general.<br />

Se ha tratado, en todo lo posible, de presentar una obra amena. Que va desde<br />

el melodrama expresado en ocasiones a través de poemas de profundo lirismo,<br />

hasta rasgos de buen humor. Todo recopilado en la experiencia adquirida por<br />

el autor que ha tratado de traducirla a la ficción requerida por una obra<br />

artística.<br />

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<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Recordemos, que el arte no es otra cosa, que la interpretación subjetiva del<br />

mundo objetivo. Por lo tanto, el lector podrá ver nombres de personas e<br />

instituciones reales, que con previo consentimiento, sirven como revelación de<br />

la contribución hecha por ellos a la sociedad.<br />

“Una Noche con Estrellas”<br />

CAPÍTULO I<br />

Comienzo de una obra<br />

Novela<br />

En el teatro de una ciudad cosmopolita de la provincia de Ontario, Canadá.<br />

Donde las culturas de muchos pueblos se dan cita para formar una mezcla –<br />

quizás única en el mundo – de costumbres, tradiciones y sentimientos del ser<br />

humano, un grupo de actores de Alianza Cultural Hispano – Canadiense<br />

dirigidos por Alberto Bendahan, se prepara para presentar al público, la obra<br />

teatral de Miguel Mihura titulada: “MARIBEL Y LA EXTRAÑA FAMILIA”.<br />

Fueron muchas las horas de largos ensayos.<br />

8


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Muchos obstáculos hubo que eliminar a través del tiempo de preparación de la<br />

obra y todos los participantes sintieron los daños de algún modo.<br />

A veces, el cansancio causó efectos negativos en el entusiasmo de algunos<br />

actores a los que hubo que reemplazar con dificultad. Trayendo consigo retraso<br />

de la presentación y recargando de trabajo a todos los demás.<br />

No hay que olvidar que dichos actores y demás personal que forman el grupo<br />

teatral, son voluntarios y llevan a cabo el proceso de la obra en horas<br />

avanzadas del día, después de terminar sus obligaciones cotidianas de trabajo.<br />

Los carteles publicitarios, muy artísticamente diseñados, han traído un gran<br />

gentío de diversas comunidades. Sagaces reporteros de la prensa local, EL<br />

POPULAR, CIRV RADIO INTERNACIONAL, TELELATINO, CHIN RADIO, MTV CHAN<br />

47 y otras agencias publicitarias, también contribuyeron con su publicidad.<br />

Existe un gran júbilo entre el público que susurra y dialoga en torno a los<br />

actores y orígenes de la obra, cuyo autor es mundialmente conocido.<br />

Se aproxima la hora de empezar.<br />

Algunos actores, detrás del telón, corren disimuladamente las cortinas para<br />

observar la actitud del público que continua en una tertulia animada sin prestar<br />

atención al reloj.<br />

Entre algunos grupos de actores, hay costumbre de santiguarse o rezar alguna<br />

oración corta en silencio, mientras se preparan para empezar el espectáculo.<br />

Pero no en este grupo. Entre ellos, no hay lugar para el misticismo y besándose<br />

mutuamente, se desean suerte.<br />

Suerte para agradar al público. A ese público audaz y sabio que sabe reconocer<br />

el valor de todo.<br />

Se empiezan a poner todas las luces opacas hasta el punto de extinción. El<br />

director, desde la cabina ordena al jefe de escena para empezar el espectáculo.<br />

Acto seguido, un tramoyista llamado Geraldo, corre las cortinas suavemente<br />

descubriendo la primera escena de la obra, donde aparecen sentados<br />

plácidamente: Doña Paula, Doña Vicenta y Don Fernando, (eminente actor,<br />

humanista y colaborador del Club de Leones “Cervantes” Internacional)<br />

escuchando la música de un disco “ROCK AND ROLL” de ELVIS PRESLEY de un<br />

gramófono anticuado e iluminados por grandes faros.<br />

9


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-¿Qué? ¿Qué les ha gustado? –pregunta Doña Paula a su pareja de invitados<br />

cuando termina la reproducción sonora del disco.<br />

-Precioso,- responde Don Fernando.<br />

-Y muy fino, – añade su acompañante Doña Vicenta.<br />

-Pues me lo ha traído mi hermana, que ha salido a la calle, y que desde que<br />

está aquí se obstina en hacerme regalos casi constantemente. Y es que es una<br />

santa, una verdadera santita, tanto es así, que a pesar de ser mi única hermana,<br />

yo la quiero muchísimo. Ahora la conocerán ustedes.<br />

Después de hacer algunos comentarios en torno a sus preferencias por la<br />

música y de su hermana, Doña Paula se dirige a los invitados exclamando<br />

jubilosamente:<br />

-¡Ah! Aquí está mí querida hermana. Pasa, pasa, no te quedes ahí. Y<br />

cogiéndola por un brazo, la conduce hasta la mesa donde está la pareja<br />

visitante que cortésmente se levanta a saludarla.<br />

-Les voy a presentar a ustedes a mi querida hermana Matilde. – dice Doña Paula<br />

con una agradable sonrisa.<br />

-Mucho gusto, – añade Doña Matilde dirigiéndose a la pareja.<br />

-Y esta pareja tan agradable, compuesta de este señor y señora, – agrega Doña<br />

Paula.<br />

-Encantada de conocerla, – corresponde Doña Vicenta.<br />

-Lo mismo digo señora, – añade Don Fernando haciendo un gesto de<br />

caballerosidad y cortesía hacia Doña Matilde.<br />

-Siéntate aquí, Matilde siéntate. -dice Doña Paula a su hermana indicándole un<br />

lugar para sentarse en el sofá. Las dos se sientan sonrientes y Doña Paula se<br />

dirige de nuevo a los visitantes que permanecen de pie.<br />

Y ustedes también pueden sentarse.<br />

-Muchas gracias. – contesta Don Fernando sentándose en una silla junto a una<br />

mesa redonda, al lado de su pareja.<br />

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<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Las dos hermanas sostienen un prolongado diálogo de sus vidas matrimoniales<br />

que aburre enormemente a los visitantes y sin posibilidad de “meter baza” en la<br />

conversación, se concentran en devorar chocolatinas de una caja sobre la mesa<br />

obsequio de Doña Paula.<br />

Don Fernando, durante el transcurso del diálogo entre las dos hermanas,<br />

ocasionalmente, ofendido por las tonterías que hablan y sin poderlo evitar,<br />

hace algunas muecas cómicas de disconformidad con el tema que tratan.<br />

De repente las dos cortan sus habladurías y poniéndose de pie, Doña Paula dice<br />

a la pareja que inadvertidamente permanece sentada.<br />

-¡Ah! Pero ¿qué se van ustedes? ¡Pero qué lástima!<br />

-¡Que pronto! ¿Verdad? – añade Doña Matilde.<br />

Nada, nada, si tienen ustedes prisa, no queremos entretenerlos más.<br />

Claro que si, a lo mejor se les hace tarde. – continúan insistiendo cínicamente<br />

las dos hermanas hasta forzar a la pareja a levantarse. Y disponiéndose a salir,<br />

Doña Paula entrega a Doña Vicenta un billete de $50 Pesetas diciéndole:<br />

-¡Ah! Y aquí tiene cincuenta pesetas.<br />

-Muchísimas gracias Doña Paula. – responde Doña Vicenta agradecida. – No<br />

faltaba más.<br />

- Agrega Doña Paula.<br />

-¡Buenas tardes señoras! - dice Don Fernando despidiéndose gentilmente.<br />

-Buenas tardes. – repite Doña Paula.<br />

Ella les acompaña hasta la puerta de salida y después las dos hermanas<br />

continúan hablando.<br />

-Muy simpáticos ¿verdad? – dice Doña Paula.<br />

-Mucho y muy amables. – le contesta la hermana.<br />

Una gente muy atenta.<br />

11


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-¿Y quiénes son? – pregunta Doña Matilde intrigada.<br />

-Ah, no se… yo les pago cincuenta pesetas para que vengan a visitarme dos<br />

veces en semana.<br />

–Concluye Doña Paula desinteresándose de la pregunta de su hermana.<br />

Las dos mujeres continúan su acostumbrado diálogo de “cosas rancias” y<br />

después haciendo comentarios sobre la supuesta novia del hijo de Doña Matilde<br />

(Marcelino), que parece haber “dado en el blanco” enamorándose de una joven<br />

prostituta callejera de Madrid, que reúne todas las condiciones del modelo de<br />

mujer moderna que los tres familiares buscan.<br />

Lógicamente, ellos ignoran las andanzas de la novia imaginada. Y parecen que<br />

están todos más interesados en seguir ignorándolas.<br />

Entre tanto, Doña Vicenta y Don Fernando de paso a sus camerinos, se paran a<br />

charlar un poco con Geraldo el tramoyista.<br />

-¿Qué le pareció? – pregunta Don Fernando.<br />

-Muy cortito pero interesante. Contesta Geraldo refiriéndose al tema de los<br />

actores en escena.<br />

-Tome, coja una chocolatina. – Doña Vicenta le dice a Geraldo ofreciéndole una<br />

chocolatina que llevaba en los bolsillos.<br />

-No, gracias. – responde Geraldo.<br />

-¡Ándele hombre! Coja alguna. Que las paga la compañía… - insiste Doña<br />

Vicenta con un gracioso acento mejicano y Geraldo coge una para salir del<br />

compromiso.<br />

En esos momentos pasa Maribel. Una de las primeras actrices en la obra que<br />

hace tiempo trae a Geraldo “por la calle de la amargura.”<br />

La muchacha se coloca junto a un bastidor detrás de las cortinas, preparándose<br />

para entrar en escena, a corta distancia de Geraldo y la otra pareja. A él se le<br />

va la mirada hacia la chica sin poder evitarlo, dejando a Doña Vicenta un poco<br />

desairada.<br />

12


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-Esta hermosa ¿verdad? –dice Don Fernando tratando de justificar la mirada<br />

indiscreta de Geraldo.<br />

Geraldo sigue observándola sin parpadear ni decir palabra.<br />

Maribel fingiendo no darse cuenta de nada, sigue coqueteándose el pelo<br />

mientras espera su turno para entrar en escena.<br />

-¡Hombres!... Dios la cría y ellos se juntan. – crítica Doña Vicenta haciendo una<br />

mueca de desaire hacia ellos al tiempo que se retira.<br />

-Te gusta ¿eh? Es que esta muy rica. Y ella lo sabe… - dice Don Fernando<br />

subiendo un poco el tono de voz y volviendo el cuerpo y la mirada hacia Maribel<br />

que no tiene más remedio que mirarle y mostrarle una sonrisa complementaria.<br />

Geraldo también quiere decirle algo. Pero no sabe qué decir, ni le salen las<br />

palabras. Entonces Maribel se retira para entrar en escena.<br />

-Bueno, después la volveremos a ver. Si el público no se la lleva… - dice Don<br />

Fernando alejándose de Geraldo con una sonrisa burlona.<br />

Geraldo lleva tiempo pensando en Maribel, pero sus múltiples complejos no le<br />

permiten acercarse a ella.<br />

Maribel en contraste es joven, arrogante, presumida y algo vanidosa. Lo que<br />

hace que Geraldo pierda hasta el habla cuando ella se le acera por pura<br />

coincidencia en alguna ocasión.<br />

Pero a pesar de todo, también él tiene algo positivo. Y es la inquebrantable<br />

determinación de lograr algo de ella. Algo que no sabe qué, ni cómo lograrlo.<br />

La muchacha le gusta “a perder” y por ella está dispuesto a cualquier sacrificio.<br />

Cada vez que la ve, su instinto sexual lo “saca de quicio”. Pero también cree<br />

que hay algo más en ella, que le atrae con los sentimientos más puros.<br />

Geraldo a través de los bastidores, la observa en todos sus movimientos en<br />

escena. No le quita los ojos de encima. Y hasta se cela cuando se le acerca<br />

Marcelino. Su pareja en la obra.<br />

En escena, Marcelino ha recibido a Maribel en casa de su tía Doña Paula donde<br />

reside temporalmente con su madre.<br />

13


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Maribel lo visita en plan de “negocios…” pero lo que menos espera, es que<br />

Marcelino no se ponga “a tono” y que además, tenga a su madre y tía de<br />

compañeras.<br />

Maribel entra en el apartamento con Marcelino y haciendo honor a su profesión,<br />

trata de ganar tiempo.<br />

Pero después de un rato hablando, ella se da cuenta de que el mozo, no está<br />

para el negocio ni sabe lo que ella necesita y decide marcharse desairada.<br />

-¡Me marcho! ¡Abre la puerta! – dice a Marcelino bastante disgustada.<br />

-¡No debes hacerlo Maribel!<br />

-¿Quieres dejarme en paz y no tocarme?<br />

-Responde ella en el momento en que aparece la madre de Marcelino diciendo:<br />

pero ¿qué le sucede a usted, hijita? –Maribel al oír las tiernas palabras de Doña<br />

Matilde se queda quieta y extrañada, mientras tanto Marcelino la presenta.<br />

-Es mi madre, Maribel.<br />

-Muchísimo gusto en saludarla Señora.<br />

Dice Maribel haciendo un esfuerzo de cortesía.<br />

Sigue un diálogo colmado de elogios hacia Maribel quien sigue indiferente con<br />

relación al tema. Ella no sabe a que carta quedarse, pero le gustan los buenos<br />

tratos a los que está poco acostumbrada y prefiere quedarse a ver que pasa.<br />

-Después entra Doña Paula.<br />

-¡Ay que bien! ¡Si por fin ha venido! ¡Si por fin ha venido!... Doña Paula<br />

continúa halagando a la muchacha con las mejores palabras que conoce del<br />

idioma, pero ella se encuentra cada vez más confusa.<br />

-Tiene usted que disculparle, porque ya se habrá dado cuenta que es un poco<br />

vergonzoso y sobre todo, tiene poca costumbre de tratar señoritas modernas,<br />

así como usted. – dice Doña Matilde tratando de justificar la actitud ridícula de<br />

su hijo.<br />

Pero ella no puede aguantar más el tema y rompe mofándose a carcajadas.<br />

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<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-Sí, ya se nota… ¡Ja, ja, ja, ja! ¡ja, ja, ja, ja!...<br />

Geraldo detrás del telón, la mira y sonríe satisfecho al verla reír alegremente,<br />

como si estuviera viviendo en realidad el contenido de la obra.<br />

Después se retira del escenario y andando hacia los camerinos, encuentra<br />

nuevamente a Don Fernando hablando con una maquilladora.<br />

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<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

HACIENDO TEATRO<br />

CAPÍTULO II<br />

¡Buenas noches preciosa! – le dice Don Fernando. ¿Tendría usted la bondad, de<br />

arreglarme un poco el físico? Bueno, dentro de lo que cabe, se entiende…<br />

-Si, como no. ¡Siéntese aquí por favor!<br />

-Responde la chica con entusiasmo.<br />

-¿Es usted poeta? - le pregunta intrigada por la dulzura de sus palabras.<br />

-No. Solo un ciego deslumbrado por su belleza, replica don Fernando<br />

caballerosamente.<br />

La muchacha le vuelve a mirar fijamente, mientras sonríe.<br />

Geraldo desde un lugar cercano le ha observado y piensa para sí.<br />

-“Si yo pudiera hablar así a Maribel”…<br />

Apenas Don Fernando termina de maquillarse, Geraldo se acerca y le interroga.<br />

-¡Oiga! ¿Es verdad que no es usted poeta?<br />

-No, hombre no. Le aseguro que de eso no tengo nada.<br />

-Pues hace usted muy bien los versos.<br />

-Continúa Geraldo algo intrigado.<br />

-¡Va! Mera rutina, agrega Don Fernando.<br />

El teatro amigo, el teatro. Que es bueno de hacer en esta vida…y no olvide<br />

usted, que a las mujeres… les gusta mucho el teatro. Y del teatro los mejores<br />

actores… -continúa diciendo de forma picaresca.<br />

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<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Y bueno, me han hablado de ese organismo que usted dirige o representa.<br />

¿Cómo se llama? -pregunta a Geraldo apartándose del tema.<br />

-“COMITÉ PROVISIONAL DE AYUDA SOCIAL COMUNITARIA”. -responde Geraldo<br />

haciendo una pausa después de cada palabra.<br />

-¡Exacto! Así lo había oído. Agrega Don Fernando.<br />

-Pero yo no dirijo nada, – responde Geraldo – solo soy uno de tantos dentro de<br />

la organización. Algunas veces presento ideas y otros las evalúan. Pero nada<br />

más. Lo mismo que usted no es poeta, yo tampoco soy director de nada. Allí,<br />

hago lo que aquí. Cerrar y abrir el telón, cuando me toca.<br />

-Sé que es usted un hombre modesto. Pero dígame: ¿en que se funda y que se<br />

pretende en esa organización?<br />

-Con mucho gusto, – responde Geraldo muy entusiasmado.<br />

La organización se funda o se basa, en los nobles sentimientos que tenemos<br />

todos los seres humanos. En el deseo de ser útil a la sociedad, sin egoísmos<br />

personales y en los recursos naturales que tiene cada individuo, para contribuir<br />

al bienestar común.<br />

Lo que se pretende: es razonable y justo. Empezando con el ejemplo propio,<br />

cooperar libre y voluntariamente para cumplir con las obligaciones morales<br />

para con los demás miembros de la comunidad, aceptando responsabilidades y<br />

sacrificios, si es necesario.<br />

Sin personalismos, sin querer imponer nuestro criterio personal por encima de<br />

todos aceptando a los demás como es cada uno.<br />

-Eso quiere decir: “Una sociedad de puritanos…” – interrumpe Don Fernando<br />

con un sentido malicioso.<br />

-Nada de eso – continúa Geraldo.<br />

Seguimos siendo los mismos individuos, cada uno con sus virtudes y flaquezas.<br />

Pero que intentamos corregirnos tratando de disciplinarnos, porque creemos<br />

que merece la pena hacerlo. Y para ello, nos inspiramos en otros personajes<br />

que, antes contribuyeron de igual modo al entendimiento y mejoramiento social<br />

17


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

del los seres humanos. Fueran quienes fueran. “Amarillos, rojos, negros o<br />

blancos”.<br />

-Y con todo eso ¿no temen aburrir a la gente? – Don Fernando vuelve a la carga.<br />

-No, al contrario – responde Geraldo muy entusiasmado para seguir el tema.<br />

Nosotros organizamos fiestas para que la gente se divierta al mismo tiempo<br />

que aprenden algo.<br />

-¡Caramba! La verdad es, que no se si creer que es usted un tramoyista o un<br />

gran filósofo.<br />

- Responde Don Fernando bastante intrigado.<br />

-¡Filósofo…! Pero, si apenas sé hacer la “O” con un canuto… y sólo he leído<br />

escasos renglones de García Lorca, Miguel Hernández y Antonio Machado. -<br />

dice Geraldo con mucho recelo.<br />

-Ah, ¡Amigo! Ahí está el secreto. Usted habrá leído poco, pero bueno. ¡Muy<br />

bueno! Y eso es lo que lleva dentro. – agrega Don Fernando muy satisfecho.<br />

Sinceramente; ¡Le felicito! Y le deseo salud y suerte, para que logre muchos<br />

éxitos en el futuro. – Finaliza mientras alarga la mano para felicitarlo.<br />

-¿Es usted también socialista? – le pregunta Geraldo sorprendido por el<br />

significado de sus palabras.<br />

-Eso sí que no amigo. - responde Don Fernando tajantemente.<br />

La política, para mí, es otro tipo de teatro… -y con esas palabras se retira<br />

dándole una palmada en el hombro, dejándolo pensativo y algo desilusionado.<br />

Después se sienta y empieza a hojear un periódico hasta llegar a las páginas<br />

financieras de la bolsa.<br />

Entonces, alguien se le acerca y le pregunta curioseando.<br />

-¿Invierte usted en el mercado? En el Mercado Bursátil, me refiero.<br />

-Sí. Algo… - responde Geraldo sin darle mucha importancia a la pregunta.<br />

-Pues yo también estoy empezando a meter algún dinero.<br />

18


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-Pues si está usted empezando, pare y sáquelo todo. Se lo aconsejo. – le dice<br />

Geraldo.<br />

-¿Y eso?... según los accionistas, ahora es un buen momento. La bolsa ha<br />

bajado y dicen que hay muchas oportunidades.<br />

-Continúa el diálogo.-<br />

-Sí. Para ellos siempre habrá un buen momento. Hasta que lo dejen a usted “en<br />

cueros”… ellos son clásicos “sabihondos” que nunca se equivocan… pero a los<br />

demás, a la corta o a la larga, siempre les cuesta perder el dinero.<br />

-Habla usted como si hubiera perdido mucho, - responde la otra persona.<br />

-Pues para serle sincero, le diré…<br />

-Geraldo hace una pausa y después continúa.<br />

Que invertí mucho en mis “buenos tiempos”. Y gané “millones”. Pero después,<br />

lo de siempre… por ambicioso casi lo pierdo todo.<br />

-Insinúa usted ¿qué se arruinó?...<br />

-Me hubiera arruinado. Si hubiera dependido solamente de la sabiduría de<br />

esos corredores. Habladores del comercio llamados “expertos” y de las<br />

garantías económicas del mercado.<br />

Lo que ocurrió, por suerte, es que yo no puse “todos los huevos en mismo<br />

canasto”…<br />

-Geraldo cesa de hablar y mira fijamente al individuo manteniéndolo en un<br />

estado de suspensión por unos momentos.-<br />

-Siga usted ¡por favor! Me interesa saber algo de eso. Y a propósito, perdone<br />

que no me haya presentado. Mi nombre es Carlos Martínez. Yo soy el nuevo<br />

electricista para servirle.<br />

-Lo mismo digo. El mío es Geraldo.<br />

Y “bienvenido a bordo.” - le contesta levantándose del asiento para estrecharle<br />

la mano y saludarlo.<br />

19


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-¿Así es que usted está interesado en el mercado? -pregunta Geraldo. ¿Pero<br />

como inversionista? o ¿cómo uno de los otros, a quienes antes he criticado?<br />

-Pues verá usted, yo… quiero invertir algún dinero comprando acciones para<br />

después venderlas con algunas ganancias, cuando suban de precio. ¿No es así<br />

la jugada, Señor Geraldo?<br />

-Pregunta Carlos.<br />

-Pues mire; no es necesario que me trate de Señor, yo prefiero que me llame<br />

“compañero”. Y en lo que se refiere a “la jugada”… sí efectivamente, así<br />

debería ser. Pero, desgraciadamente, ni usted, ni yo, “barajamos las cartas…”<br />

Quienes nos aconsejan para comprar y vender, solo ponen sus palabras,<br />

mientras que nosotros, ponemos nuestro “dinerito”. Puramente dicho: somos<br />

“carne de cañón”, de donde quiera que vengan los tiros.<br />

Ellos son los únicos que no ponen ni pierden nada y siempre ganan. Cuando<br />

usted compra acciones, les paga comisión y cuando las vende, hace lo mismo.<br />

Si alguna vez (las menos), gana usted algún dinero, ellos se encargan de<br />

convencerlo, para que siga usted invirtiéndolo hasta que un día lo pierda todo.<br />

Y esa es la “jugada”. –responde Geraldo sin rodeos.<br />

-¡Caramba! Me deja usted frio. – dice Carlos, haciendo un gesto de espanto.<br />

-Más frio se quedará, si llega usted a perder “hasta los pantalones” amigo.<br />

Pero yo solo trato de abrirle los ojos, porque he andado mucho. Y como buen<br />

cristiano, no quiero que otros anden los mismos pasos equivocados, y vuelvan<br />

a cometer los mismos errores. O por lo menos trato de evitarlo.<br />

Así es que la bolsa a mi entender, es otro juego más del sistema, que quizás<br />

erróneamente llamamos “sistema capitalista” porque aquí, los capitalistas son<br />

los menos y como en todos los juegos, la inmensa mayoría, perdemos y más<br />

pobres nos hacemos.<br />

Además de eso; ahí también abundan los “manipuladores”. Yo les llamo:<br />

“estafadores” por lo claro, porque manipulan las acciones y burlan las leyes<br />

para estafar al prójimo. Gente que ilícitamente se pasan entre sí, informaciones<br />

internas de las compañías que deberían guardarse en secreto, y así, ellos<br />

20


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

compran y venden las acciones para su lucro personal, en vez de hacerlo para<br />

beneficio público. Otra de la muchas jugadas sucias del llamado: “Mercado<br />

Libre.”<br />

Concluyendo; otro juego lucrativo más, como las carreras de caballos, la ruleta,<br />

las maquinas “tragaperras” y la lotería. Estudiados y diseñados, para un<br />

supuesto entretenimiento del público. Pero que en la realidad, sangran el<br />

bienestar económico social beneficiándose sólo unos pocos.<br />

-Pues yo tengo entendido, que las acciones del mercado, son documentos que<br />

acreditan el valor nominal de una parte del capital integrado en una sociedad<br />

anónima. – interrumpe Carlos.<br />

-¡Muy bien dicho Carlos! Así es como lo especifica el diccionario. Pero a la hora<br />

de “la verdad”, quiero decir: cuando usted empieza a comprar acciones guiado<br />

por los consejos de muchos de esos corredores del mercado, por una razón u<br />

otra, al final y en la mayoría de los casos, lo suelen dejar “quemado”. Sobre<br />

todo si le hacen comprar de compañías pequeñas que suben o salen hoy y a<br />

los cuatro días se pierden o se van abajo.<br />

-Entonces: las compañías grandes, ¿ofrecen más seguridad? - pregunta Carlos.<br />

-Hombre por supuesto. Pero también en ellas puedes perder “hasta los<br />

calzoncillos”.<br />

-No lo entiendo… - responde Carlos muy confuso.<br />

-Pues mire, yo se lo explico.<br />

Supóngase por ejemplo; que usted ha comprado en un momento dado,<br />

acciones de Teledyne. Una de las multinacionales más cotizadas en el mercado<br />

mundial, al precio de $140 dólares cada una. Y después de algún tiempo, por<br />

circunstancias sociales se ve obligado a venderlas a $85.00.<br />

¿Qué le pasó? – interroga Geraldo.<br />

-Pues que dí “con los…en la ceniza.”<br />

-Pues eso mismo. Así es la realidad del caso. Que se repite, miles y miles de<br />

veces con muchos individuos todos los años.<br />

21


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-Entonces; según su criterio, ¿cuáles son las compañías más grandes y más<br />

seguras para invertir?<br />

- Insiste Carlos sin querer convencerse de los consejos de Geraldo.<br />

-Pues si usted insiste en querer “cogerse los dedos”, le diré algunas. Pero que<br />

conste, que seguras para comprar y vender con ganancias cuando usted lo<br />

necesite, no hay ninguna.<br />

Algunas de las compañías multinacionales de más envergadura económica son:<br />

IBM, General Motors, Teledyne y Ranger Oíl. Otras con menos capital, pero muy<br />

atractivas en el mercado norteamericano son: Gibraltar Mines, Eco Bay, Bell<br />

Canadá, El Dorado y Denison Mines por nombrar algunas.<br />

-Y, ¿usted tiene inversiones en todas ellas?<br />

-Pregunta Carlos interesándose mucho en la respuesta de Geraldo.<br />

-Ahora no. ¡Gracias a Dios! Tuve en esas y muchas más, pero la vida me ha<br />

dado una dura lección y mi ambición por lo material ya ha terminado.<br />

Ahora busco, satisfacciones morales. Tiempo para ser útil a la sociedad y<br />

disfrutar de la naturaleza, que es lo más hermoso del planeta tierra.<br />

-Y, ¿qué me dice usted de la propiedad?<br />

-Carlos sigue insistiendo sin ánimos de abandonar el tema iniciado.<br />

- Que quiere decir: ¿propiedad inmobiliaria, casas, apartamentos y terrenos? -<br />

pregunta Geraldo.<br />

-¡Precisamente! – responde Carlos jubilosamente, esperando una respuesta<br />

positiva de Geraldo.<br />

-Pues eso, “ya tiene otro color… y más futuro.”<br />

Por si le vale de algo, le voy a dar un consejo. “Compra casa, cuanto quepas y<br />

tierras, las que puedas”. Pero no abuse especulando demasiado.<br />

¡Nos vemos! – y con esas palabras se retira, dejándole el periódico abierto en<br />

las páginas donde habían empezado.<br />

22


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

TEMAS SOCIALES<br />

CAPÍTULO III<br />

Los cuatro principales actores: Doña Paula, Doña Matilde, Maribel y Marcelino,<br />

continúan en escena su animado diálogo en torno a Maribel a quien tratan de<br />

agradar en todo lo posible.<br />

Ella, siguiendo la corriente a los acontecimientos, se ha tomado unas copas y<br />

parece que está entrando en ambiente. No precisamente al que ella está<br />

acostumbrada, pero un tanto agradable en lo que cabe, cuando Doña Matilde le<br />

hace una pregunta que no sabe contestar.<br />

-¿Te gustan los niños, Maribel?<br />

-No se… -contesta desinteresadamente.<br />

-¿No sabes? - de nuevo interroga Doña Matilde.<br />

Maribel no parece muy interesada en el tema de los niños y después de pedir<br />

otra copa a Marcelino, desvía la conversación.<br />

-Bueno, tía Paula. Y ¿que hace usted que no toca el piano?.<br />

23


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-Sí. Hija mía, si. Para ustedes, y con todo mi cariño. “Para Elisa de Beethoven.”<br />

-Responde Doña Paula llena de satisfacción y regocijo.-<br />

Los cuatro empiezan a caminar con dirección a otra alcoba, donde Dña. Paula<br />

supuestamente tocaría el piano, al mismo tiempo que se corre el telón para dar<br />

fin al primer acto.<br />

Después de haberse retirado del escenario, Doña Paula, mujer de mediana<br />

edad, buen semblante, educada y muy agradable. Fina en su forma de hablar y<br />

aguda con el pensamiento, que parece querer leer en los ojos de quien le habla,<br />

es una artista veterana de buenas obras y Geraldo la conoce de mucho tiempo.<br />

Su carácter siempre respetuoso, impide a los demás actores el acceso a<br />

bromas pesadas o chistes impúdicos que suelen contarse entre cierta gente del<br />

teatro.<br />

Geraldo conocedor de sus principios morales, se acerca a ella con mucho<br />

respeto, para saludarla.<br />

-¡Buenas tardes Doña Paula!<br />

-¡Hola Geraldo! Me extrañaba que hoy no me hubiera usted hablado. Tiene<br />

usted la imaginación muy ocupada en otro asunto -¡eh!... dice ella<br />

cariñosamente.<br />

-Quizás Doña Paula. Pero yo la he saludado, cuando entraba usted al teatro. Lo<br />

que pasó, fué que estaba muy entusiasmada hablando con su director y no me<br />

hizo usted caso.<br />

-¿Entusiasmada dice usted? Yo diría: excitada y de mal humor. Porque ese<br />

dichoso director, me saca de quicio y me hace perder el control de los nervios.<br />

Menos mal que ya nos queda poco, porque si no, le daría un tirón de pelos.<br />

-¡Vamos Doña Paula! El hombre no es tan malo. Lo que ocurre es que los<br />

problemas de esta obra, le traen revuelto.<br />

-Sí, yo lo comprendo, pero ¿qué culpa tenemos los demás de todo eso? -<br />

continua argumentando la artista accionando un poco las manos, pero con un<br />

tono bajo y sereno.<br />

24


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Geraldo mueve un poco la cabeza como queriendo aceptar su opinión y cambia<br />

el tema diciendo.<br />

-Y, ¿qué le pareció a usted la concesión del premio Nobel de Literatura reciente,<br />

a Don Camilo José de Cela?<br />

-Pues que quizás lo tenga muy bien merecido. Aunque no será por el pudor y<br />

delicadeza que usa en público con el vocabulario castellano. -contesta ella con<br />

afán de crítica.<br />

-Seguro que no. – reafirma Geraldo.<br />

Porque a mí, se me hace difícil de creer, que personas tan extraordinariamente<br />

cultas e inteligentes, puedan hablar tan ordinariamente.<br />

-Así es, mi amigo. Porque la inteligencia y la cultura, no siempre producen el<br />

buen ejemplo y comportamiento social de las personas. Y menos ahora, con la<br />

libertad que hay para todo.<br />

En el teatro por ejemplo: usted habrá observado, que hay personas que como<br />

actores, son buenísimos, y sin embargo, en la vida social fuera del teatro, obran<br />

como verdaderos camellos.<br />

Son claros abusos del derecho a la libertad de expresión y publicidad de los<br />

individuos y organismos, que con una gran variedad de “obscenidades”, dañan<br />

la moral y faltan el respeto al público. Y a cuyos temas, los gobiernos actuales,<br />

parecen hacer caso omiso.<br />

Pero al contrario; aquí tiene usted a Marcelino – refiriéndose a otro actor que<br />

se acerca.<br />

Que en el teatro, es un artista “fenomenal”. Y fuera de él, es un “santito que no<br />

quiebra un plato…”.<br />

-Sí, Doña Paula. “No se fie de los toros mansos…” – responde Marcelino.<br />

Marcelino (interpretado por Juan Guillermo Acosta) en la obra, es el galán<br />

enamorado de Maribel, que corresponde muy apropiadamente a las<br />

características naturales que debe tener el actor, para interpretar mejor su<br />

papel.<br />

25


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Un hombre joven de buen aspecto físico, estatura media, rígido, buen contorno<br />

varonil y relativamente moderno.<br />

También su carácter le ayuda en cierto modo. Puesto que es algo tímido y en su<br />

papel de “mozo pueblerino” favorece al guión en todos los sentidos.<br />

-¡Hola Geraldo! ¿Qué tal? – pregunta Marcelino dirigiéndose a Geraldo.<br />

-¡Bien! ¡Hombre bien! Aquí siempre, envidiándolo a usted.<br />

-Y eso, ¿por que? - pregunta Marcelino haciendo un gesto de sorpresa.<br />

-Qué ¿porque…?<br />

Eso no debería usted preguntarlo, –responde Geraldo girando el cuerpo y la<br />

mirada, hacia un lado del salón, donde está Maribel retocándose en un<br />

tocador.<br />

Porque al lado de aquella mujer, usted provoca envidia y celos hasta en los<br />

muertos.<br />

-¿Se refiere a Maribel? – pregunta Marcelino.<br />

-¡Pues claro hombre! ¿A quién me voy a referir? ¿A su sombra en la pared?...<br />

-No, por supuesto. Pero ya sabe, que es todo teatro.<br />

-Sí, lo comprendo, pero con teatro o sin él, yo quisiera estar en su puesto.<br />

Doña Paula y Marcelino se sonríen siguiendo la broma.<br />

-¡Pero oiga! Yo no creí que usted era tan enamorado. - continúa Doña Paula.<br />

-¡Doña Paula! Lo era y lo soy. Se olvida usted que soy español. Y para colmo, de<br />

donde calienta el sol todo el año…<br />

Los tres siguen la tertulia divertida por unos momentos y después, Doña Paula<br />

se retira diciendo:<br />

-Bueno, les dejo. Continúen ustedes con su buen humor y no se harán viejos.<br />

-Gracias Doña Paula. Que Dios la oiga.<br />

-Y usted que lo vea por muchos años. – responde ella.<br />

26


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-¡A propósito! – dice Marcelino llamando la atención de Geraldo.<br />

-¿Vió usted anoche el encuentro entre el Barcelona y el Atlético?<br />

-Encuentro… ¿se refiere al futbol? - responde Geraldo un poco confuso.<br />

-¡Sí, claro! Sólo que nosotros le llamamos: “balompié.” – contesta Marcelino.<br />

-Muy bien dicho. Es bueno que de vez en cuando, nos enseñen ustedes a los<br />

españoles como se debe hablar el castellano. Para que se nos vaya un poco el<br />

orgullo.<br />

Pues no. Yo no soy aficionado a ese deporte. – continúa Geraldo.<br />

-Es curioso que siendo español, no le guste, – insiste Marcelino.<br />

-¡Hombre! No es que no me gusta. Lo que pasa es que en España, ese deporte<br />

lo explotaron mucho e incluso, llegaron a usarlo como instrumento político.<br />

-No entiendo. – dice Marcelino.<br />

-Si hombre, yo le explico. Durante la época de la dictadura franquista, los<br />

magnates de aquel sistema político, ocasionalmente se valían de esos<br />

encuentros de balompié como usted ha dicho, para desorganizar protestas y<br />

huelgas de los trabajadores. Y desde entonces, he perdido el interés en eso. Es<br />

como una reacción psicológica a no probar ni mirar algo, que antes nos hizo<br />

daño.<br />

-Así es que, también usaban el deporte para desunir las actividades de los<br />

obreros, -continúa hablando Marcelino interesándose en el tema.<br />

-El deporte y todo lo demás. Aquella “mafia legalizada” no nos dejaba ni<br />

respirar. Hubo ocasiones en que las fabricas controladas por el gobierno o el<br />

ejército, como “Marconi Española”, durante algún tiempo, daban horas libres a<br />

los obreros para que fueran a8 ver algún encuentro de esos, si para la misma<br />

fecha, se planeaba clandestinamente alguna protesta- manifestación<br />

organizada por los núcleos de obreros o estudiantes universitarios.<br />

-¡Muy interesante! – responde Marcelino entusiasmado.<br />

-Quizás lo sea. Pero a mí, me repugna hasta el hecho de comentarlo. – dice<br />

Geraldo, muy serio.<br />

27


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-Pero ahora; eso ya ha terminado ¿no? – interroga Carlos dudando.<br />

-Sí. Gracias a la organización E.T.A., por elevar a Carrero Blanco… a Dios que se<br />

acordó de Franco y al Rey Juan Carlos por darle “jaque” al Tejero...<br />

Y a todo eso, ¿qué pasó con ese encuentro? –pregunta Geraldo apartándose del<br />

tema y empezando a interesarse en el asunto del balompié.<br />

-Pues que ambos equipos jugaron bien y terminaron empatados. – responde<br />

Marcelino.<br />

-¡Menos mal! Así, no habría víctimas entre los “hinchas” de ningún lado.<br />

En esos momentos se acerca “Nini”, la artista más joven del grupo que apenas<br />

alcanza los dieciocho años.<br />

La Señorita Érica Barrientos (Nini), a pesar de la poca edad, interpreta su papel<br />

en la obra con verdadera maestría. Su voz juvenil y las ocurrencias de chiquilla<br />

inocentona, despiertan el interés de todos, del público y de los demás<br />

componentes del grupo teatral, especialmente para gastarle bromas.<br />

-¡Hola meona!... – le dice Marcelino al verla.<br />

-¿Qué has dicho?... interroga Nini como si no le hubiera oído bien.<br />

-Dije: ¡preciosa! Estás como un caramelo.<br />

-¡Ah bueno!... tύ siempre tan cumplido.- añade ella, cambiando la expresión de<br />

su rostro.<br />

-No se trata de un cumplido, si no de un requiebro de cariño sincero a la<br />

estrella más joven y bonita que hay en el teatro – prosigue Marcelino.- ¿Te<br />

quieres casar conmigo…?<br />

-¡Ay no, que me asustarás!... –responde la muchacha bromeando alegremente.<br />

Entonces el encargado del escenario llama al personal para que ocupen sus<br />

puestos y continúa la segunda parte del espectáculo.<br />

Aparecen en escena, las tres compañeras profesionales de Maribel. “Pili, Rufi y<br />

Nini. Pili y Nini están sentadas junto a una mesa y Rufi (Doña Mary Hernández),<br />

en un sofá contiguo, donde esperan a Maribel preocupadas. Las tres exhibiendo<br />

28


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

parte de sus mejores dones. Piernas elegantes, hermosas caderas, pechos<br />

notables… y tres caras divinas que hacen sentirse al espectador entre diosas<br />

de un paraíso. Las tres interpretan extraordinariamente su papel de<br />

prostitutas.<br />

Pili empieza un comentario criticando el ambiente que le rodea de pájaros<br />

exóticos, plantas y decorados anticuados.<br />

-¡Pues vaya “follón” que se traen los animalitos! ¡Ni que estuviéramos viviendo<br />

una película de Tarzán!<br />

-Pues a mí, ese ruidito que hacen, me gusta mucho. -responde Nini.<br />

-No es ruido Nini. Son las aves que cantan – explica Rufi dándose mucha<br />

importancia.<br />

Las tres honorificas damas, prosiguen una conversación de indirectas entre sí y<br />

después, empiezan a preocuparse por la suerte de Maribel con la extraña<br />

familia, cuya actitud amigable y extremadamente generosa con la muchacha,<br />

no pueden comprender.<br />

A ellas, todo les parece una burla más de la alta sociedad. Una falsa apariencia<br />

para atrapar a Maribel mediante una treta diabólica, que ellas quieren evitar a<br />

toda costa.<br />

Maribel por su parte, parece haber ganado más confianza en sí misma y hasta<br />

empieza a pensar que ya no es la misma persona.<br />

Su mentalidad ha cambiado con los buenos tratos que recibe de esa familia,<br />

donde le ofrecen cariño y el digno respeto que merece toda persona humana,<br />

que empieza a manifestar a sus compañeras y después de un rato de ausencia,<br />

entra en la estancia con ellas.<br />

-Entonces vamos a hablar claro.<br />

¿Por qué dices tantas cosas raras? ¿Te has vuelto loca o que te pasa?<br />

-Le pregunta Rufi preocupada por el cambio radical de actitud y palabras.<br />

-No me pasa nada. –contesta Maribel.<br />

29


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-No me digas que no… si pareces otra. Como si te hubieran cambiado. –<br />

agrega Nini.<br />

-¡Cambiarme…! Sí, eso sí es posible. Yo no sé lo que me ha ocurrido, pero me<br />

encuentro tan distinta… y no lo hago por presumir, de verdad, os lo juro. Ni por<br />

darme importancia. Yo en el fondo, quisiera ser como era, como sois vosotras,<br />

pero ya no puedo. Aquello terminó.<br />

– Concluye Maribel avergonzándose de su pasado.<br />

Geraldo desde su rincón de trabajo, sentado en un taburete de madera, observa<br />

todos los movimientos de la artista, asimilando sus frases en todo el sentido<br />

literario de cada palabra.<br />

Emocionalmente, se siente viviendo la escena. Su semblante cambia<br />

constantemente con el sonido de las voces de Maribel, como si fuera una<br />

marioneta.<br />

-¡Geraldo, que le llaman por teléfono! – le dice alguien en tono bajo<br />

acercándosele.<br />

-¿Quién es? – pregunta Geraldo sin moverse del asiento.<br />

-No lo sé. - responde el otro.<br />

-Pues pregunte quien es. Y si es la mujer o su abogado les dice que estoy<br />

“cagando”… - y Geraldo vuelve a concentrar su atención en Maribel donde<br />

parece encontrarlo todo.<br />

Poco después, Don Luis Roldan (el médico en la obra), se le acerca y cogiéndolo<br />

por un brazo le dice:- ¡Venga usted Geraldo! Quiero preguntarle algo.<br />

-Lo que usted quiera Doctor. – responde él levantándose del asiento y<br />

acompañándole fuera de la parte trasera del escenario.<br />

-Usted dirá en que puedo servirle.<br />

-Pues hombre… es que estoy intrigado con ese otro grupo que se ha formado<br />

que llaman A.P.E. ¿Qué es eso? ¿Otra banda de locos…?<br />

-No. ¡Al contrario! - responde Geraldo.<br />

30


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

A.P.E. es una agrupación de los pueblos de España. Un organismo creado por la<br />

Oficina Laboral, con fines de agrupar a todos los grupos étnicos hispanos en un<br />

solo organismo.<br />

-Buena idea. Pero, que tengan suerte para conseguirlo. – responde el médico<br />

con un tono pesimista.<br />

Porque con ese embrollo de “autonomías, regionalismos y sus monsergas…”<br />

cada día andamos más desquiciados en todos los sentidos.<br />

Le pregunto eso, porque creo que está usted vinculado con ese grupo.<br />

-Pues no oficialmente, aunque lo conozco. – contesta Geraldo rechazando la<br />

opinión del doctor.<br />

Pero no insinuará usted, que favorece más el centralismo intransigente de la<br />

época de Franco.<br />

-Continúa Geraldo dedicando toda su atención al tema y olvidándose de<br />

Maribel.<br />

-En parte… sí. Lo digo sin reparo. – replica el médico.<br />

Por lo menos entonces, vivíamos más tranquillos. Y no había tanta corrupción,<br />

ni tantos impuestos.<br />

-Sí. -dice Geraldo. - Los súbditos simpatizantes del régimen, vivirían más<br />

tranquilos. Mientras los demás… eran torturados. Y la corrupción… ahora se<br />

nota más, porque la vemos todos. Mientras que antes, la verdadera corrupción,<br />

se creaba en el propio estado. Y se ocultaba entre el mismo estado.<br />

-¡Va! Lo de siempre, cado uno por un lado. – dice el médico de mal humor,<br />

tratando de cortar el diálogo, - pero Geraldo suaviza el tema diciendo:<br />

– Yo respeto su punto de vista doctor Roldan, y hasta puedo simpatizar con<br />

usted, en cierto modo. Pero pienso que su forma de hablar, revela el<br />

conservadurismo clásico de las clases privilegiadas. Siempre insensible a la<br />

necesidad de mejorar el bienestar social de los pueblos.<br />

-El divisionismo, no conduce al bienestar social de ningún pueblo. – replica el<br />

médico reprochándolo.<br />

31


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-Pero no se trata de un divisionismo meramente dicho, – continúa Geraldo-.<br />

Sino, conceder derechos autónomos, para que los pueblos puedan forjar su<br />

propio destino dentro de un federalismo social democrático.<br />

-“En teoría: todo es muy bonito…” – contesta el médico.<br />

-Está bien Dr. Roldan. Vamos a dejar eso, porque veo que no estamos de<br />

acuerdo.- dice Geraldo después de haberse excitado un poco.<br />

-Pues sí. Pero yo como Doctor, le quiero dar un consejo. Y es que no tome<br />

usted las cosas tan “a pecho”. No le vaya a pasar, lo que a un paciente mío, que<br />

se murió de un “colapso”, cuando encontró a su hija menor, un paquete de<br />

condones en el bolsillo… así que no tome las cosas tan en serio y vivirá más<br />

tiempo.<br />

Los dos individuos sonríen el uno al otro.<br />

-Pues yo también tengo algo para usted porque aunque sé que es catalán,<br />

también es muy verbenero.<br />

Y es un “Pregón para Madrid” que he compuesto, para las fiestas de San Isidro.<br />

Dice Geraldo tratando de corresponder al consejo del médico.<br />

-Hombre, ¡Que bueno! Rufi, ¡Ven aquí y escucha esto! – dice el médico<br />

llamando a Rufi. Madrileña legitima de cuerpo entero.<br />

-Geraldo recita.<br />

MADRID<br />

“Cuando hablamos de Madrid”<br />

prosa o verso,<br />

“todos somos madrileños”.<br />

Madrileño el andaluz,<br />

32


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

madrileños los gallegos.<br />

Catalánes, aragonés, asturianos y navarros.<br />

Vizcaínos , de Castilla y<br />

valencianos.<br />

Los de Murcia,<br />

de las islas Baleares y Canarias<br />

y también los extremeños.<br />

Y hasta vienen desde América,<br />

para hacerse madrileños.<br />

Al compas del organillo<br />

vibrando a los cuatro vientos,<br />

el piropo de Madrid<br />

patrulla los barrios viejos.<br />

Arraigado a los castizos<br />

que rondan, Madrid entero.<br />

En la Plaza de las Ventas<br />

donde se hacen los toreros…<br />

un chavea de sangre y oro,<br />

se luce de cara al pueblo.<br />

33


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Dando pasos de muleta<br />

con redoblones de pecho,<br />

entre las palmas y ¡olés!<br />

las “majas” le tiran besos.<br />

Ese Madrid generoso<br />

posada del mundo entero;<br />

siendo rico, es sencillo.<br />

Y de todos los gentiles madrileños.<br />

Con razón dice el “refrán”:<br />

¡Viva Madrid que es La Corte!<br />

Y, ¡de Madrid… al cielo!<br />

¡Bravo! ¡Bravo!<br />

Así me gusta hombre.<br />

Que de donde quiera<br />

que seamos,<br />

nos sintamos españoles madrileños<br />

para todos los efectos.<br />

-Concluye el médico dándole un cariñoso abrazo a Geraldo.<br />

34


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

UN MUSEO PARA EL PUEBLO<br />

CAPÍTULO IV<br />

Geraldo vuelve a su puesto de trabajo y observa que la obra va más adelantada<br />

de lo debido y pregunta al director de escena.<br />

-¿Qué pasó?<br />

-Pues nada, que hubo un error y se omitieron algunos tramos de la obra. Pero<br />

no importa. No hubo complicaciones en escena y el público, apenas lo ha<br />

notado.<br />

- ¡Menos mal! Es que esta obra es muy larga. Y la gente está cansada.<br />

-¡Si. Claro! – contesta el director apoyando el comentario.<br />

-¿Quiere usted un café? – le pregunta Geraldo a continuación.<br />

-No gracias. Pero usted puede ir a tomarlo si quiere. A pesar del “fallo”, todavía<br />

nos queda un buen rato.<br />

-Pues le tomo la palabra.<br />

35


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

¡Vamos Don José, le invito!<br />

-Don José es el administrador de Doña Matilde y Marcelino que gustosamente<br />

acepta la invitación de Geraldo y dirigiéndose los dos hacia la cantina del<br />

teatro, encuentra de paso al pintor “Messod Prosper Trojman.” Un artista muy<br />

conocido que es presentado a Geraldo por Don José.<br />

-¡Geraldo! Permítame usted presentarle a un gran pintor y mi mejor amigo.<br />

“Messod Prosper”.<br />

-¡Tanto gusto! – dice Geraldo ofreciéndole la mano para saludarle.<br />

-¡El gusto es mío caballero! -corresponde el pintor.<br />

Después de un breve intercambio de palabras corteses, Geraldo le dice:<br />

-Me gustó mucho el cuadro que pintó usted a Julio Iglesias y su hija menor.<br />

Porque es un auténtico retrato.<br />

-Sí. Salió bastante bien, y a él le causó gran sensación. – responde el pintor.<br />

-Lo que no sabía, es que además de su interés por la escultura, es usted un<br />

gran pintor clásico.<br />

- Continúa Geraldo.<br />

-Pues hago lo que puedo. Unas veces mejor y otras peor, – responde el pintor<br />

modestamente.<br />

-A propósito de escultura: el verano pasado, ví en un pueblo, una verdadera<br />

exposición de las obras de Aurelio Teno,- comenta Geraldo.<br />

-Dijo usted, ¿Aurelio Teno?...pregunta el pintor sorprendido.<br />

-¡Efectivamente! - responde Geraldo.<br />

-Pero, ¿no es él quien creó el monumento a Don Quijote en Washington?<br />

-¡El mismito! – dice Geraldo.<br />

-¿Y cómo es que llevó sus obras a un pueblo? – pregunta de nuevo el pintor<br />

extrañado.<br />

36


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-Es que él nació en un pueblito minero cercano, que lo llamaban: Minas de “El<br />

Soldado”.<br />

-¿Lo llamaban dice usted? ¿Es que ahora, también les cambian el nombre a los<br />

pueblos?<br />

-Vuelve a interrumpir el pintor, cortando la palabra a Geraldo.<br />

-¡No hombre! Tanto como eso no. Lo que ocurrió (según me contaron cuando<br />

era niño), es que “El Soldado”, era un pueblito muy industrial minero, que los<br />

fascistas del 36 lo hundieron con sus bombardeos hasta los cimientos. Y por<br />

eso, llevó la exposición al pueblo inmediato.<br />

-Quiere usted decir: ¿qué hicieron desaparecer el pueblo entero?...<br />

-Eso es lo que me dijeron.<br />

-¡Que horror hermanos! – manifiesta Don José haciendo un gesto de espanto.<br />

-Pero bueno; volviendo a nuestro compatriota Aurelio Teno, ¡Ese tío es un gran<br />

genio!<br />

-Reafirma Geraldo.<br />

Lo que él llevó a ese lugar, es un verdadero museo del arte contemporáneo y<br />

abstracto, que enriqueció la cultura de la gente de todos aquellos contornos,<br />

más que ningún otro en los propios municipios.<br />

-Es que ese tío es “cojonu…” – Messod se interrumpe así mismo tapándose la<br />

boca con la mano al notar la presencia de otra persona extraña que se acerca.<br />

Pero además, - prosigue Geraldo-, presentó sus esculturas hechas con trozos<br />

de minerales, metales y escombros, en la Ermita más venerada del pueblo.<br />

-Eso quiere decir que el sistema socialista democrático trabaja, aunque claro,<br />

algunos tendrían “diarrea” para todo el año… - comenta el pintor Messod con<br />

mucho retintín.<br />

37


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-Y así pasó, que después de haber andado por medio mundo, fuí a conocer a<br />

ese gran personaje, a Villanueva del Duque, donde el Ayuntamiento le nombró<br />

“Hijo Adoptivo” en reconocimiento de sus méritos. Y yo por no ser menos…<br />

también le hice un homenaje privado, dedicándole un poema, que aquí lo<br />

tengo.- Geraldo saca del bolsillo un papel arrugado que entrega a Messod y<br />

dice:<br />

“El Soldado”, era un Pueblo.<br />

En el mundo anduve errante<br />

por muy distintos caminos.<br />

Más la antorcha del saber,<br />

me fué guiando al destino.<br />

Marqué huellas con anhelos<br />

en la suerte de mis pasos.<br />

Conversé con las estrellas<br />

y luceros me abrazaron.<br />

Sin olvidarme de aquel,<br />

que jamás pudo tocarlos.<br />

Porque yo soy como él<br />

y vengo del mismo lado.<br />

Dando vueltas a la tierra<br />

38


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

un día llegué,<br />

a donde di,<br />

mi primer paso.<br />

Y horrorizado quedé<br />

al ver mi nido quemado.<br />

Pregunté al aire, al sol<br />

y a las rocas firmes del campo.<br />

A las jaras, los tomillos<br />

y adelfas de un río cercano.<br />

A los altos álamos<br />

y eucaliptos hermanos, que vieron ellos…<br />

¿Qué pasó?<br />

Pero no me contestaron.<br />

Me acerqué a una flor<br />

porque sus hojas lloraban fuego.<br />

Y a pólvora tenía hedor.<br />

Entonces me arrodille<br />

y me puse a adorar… al suelo.<br />

¡A ese suelo rico y bendito!<br />

Desde su entraña hasta la piel.<br />

39


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Con valiosos minerales finos<br />

y los laureles del trigo.<br />

Dime tú, ¡Tierra querida!<br />

¿Has visto pasar aquel trencito<br />

amoroso, que cantaba “seguidillas”<br />

cuando se acercaba al pueblo.<br />

Con sus ejes de ilusiones<br />

forjados sobre los yunques de acero?<br />

¿Dónde está, que no lo veo?<br />

Y las sirenas que tocaban<br />

himnos llamando al progreso.<br />

¡No las oigo!<br />

¿Y los perros?<br />

Siempre fieles centinelas<br />

que ahuyentaban a los lobos<br />

que bajaban de las sierra.<br />

¿Por qué no salen a recibirme<br />

como hacían,<br />

cuando salía del colegio?<br />

40


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Todo es silencio,<br />

nada se mueve,<br />

ni siquiera cruzan aves por el cielo.<br />

De pronto: el suelo se estremeció<br />

con un terrible estruendo<br />

vomitando humo negro<br />

con olor a cadáver descompuesto.<br />

Y mis sentidos recogieron<br />

un eco vagabundo<br />

por medio siglo.<br />

…! A sus órdenes mi comandante!<br />

¡Misión cumplida!<br />

En este día glorioso de 1936…<br />

“El Soldado”, cayó.<br />

Y se hundió bajo su suelo.<br />

-Después de leerlo, Messod vuelve a mirar el papelajo y pregunta a Geraldo.<br />

-Y usted ¿Hace esto? Pues, si quiere que le diga la verdad, yo cambiaría el arte<br />

de mi pincel por su pluma e imaginación en cualquier momento.<br />

Los tres continúan su animada tertulia en torno a la vida y obra del legendario<br />

Aurelio Teno, mientras deleitan el sabor y fragante aroma de un exquisito café<br />

cubano.<br />

41


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-¿Desean tomar un “Brandy”?<br />

¡Perdón Señores! A un “Coñac” me refiero. Entre nosotros… - rectifica el<br />

cantinero al notar que el calificativo inglés, no ha gustado.<br />

¡Si por favor! Deme “Osborne” - dice Don José.<br />

-Para mí, “Centenario” – añade Messod.<br />

-Yo, prefiero “Fundador” - concluye Geraldo.<br />

Poco después, al darse cuenta que solo faltan unos minutos para el final del<br />

espectáculo, apurando la copa de prisa, Geraldo se despide y sale corriendo al<br />

escenario.<br />

Efectivamente, llega a su puesto de trabajo cuando solo quedan unos minutos<br />

para terminar.<br />

- …Tú antes ibas a hablarme de tu vida, y yo no quiero saber nada Maribel –<br />

dice Marcelino a Maribel en escena, dándole a entender que la quiere a ella y no<br />

a la historia de su pasado.<br />

Maribel convencida de la sinceridad de Marcelino le dice:<br />

-Yo era costurera en casa de una modista que se llamaba Remedios, ¿Sabes…?<br />

Y yo vivía en casa de Rufi con su marido y su hijo. Y con Nini, que tenía una<br />

habitación alquilada y estudiaba en la universidad. Y yo trabajaba mucho.<br />

¡Venga coser! ¡Venga coser!... y un día, una amiga me invitó a un bar a tomar<br />

una cerveza y entré en ese bar por primera vez y te conocí a tí. Y eso es todo.<br />

¿Comprendes?<br />

Y abrazándose emocionada a Marcelino prosigue:<br />

-Y yo sé que todo esto es verdad. Que ni te miento a tí, ni me miento a mí<br />

misma. Que ha ocurrido. ¿Sabes? ¡Por eso, ya no tengo miedo.- y Maribel<br />

pretende llorar en los brazos de Marcelino mientras que va cayendo el telón<br />

finalizando la obra.<br />

De nuevo sube el telón y aparece en escena el cuadro completo de los artistas<br />

que hicieron la presentación.<br />

42


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

El público satisfecho los premia con prolongados aplausos que los retiene en el<br />

escenario por varios minutos.<br />

Alguien premia a Maribel con un gran ramo de flores y después vuelve a caer el<br />

telón definitivamente.<br />

Después los artistas, en la sala de los camerinos, y en los pasillos del teatro, se<br />

funden con el público entre besos y abrazos llenos de júbilo.<br />

Por el contrario; Geraldo se entristece. Y escurriéndose entre el gentío, pasa<br />

desapercibido y desaparece por algún tiempo. Quiere estar solo. Le molesta el<br />

bullicio y hasta parece que le ofenden las risas y los besos. Sobre todo, en lo<br />

que refiere a Maribel con los demás. Siente celos. Se da cuenta de que hace el<br />

ridículo pensando así, pero no puede evitarlo.<br />

Además, él no espera recoger laureles del público, puesto que ni siquiera lo<br />

han visto.<br />

Aunque no es eso lo que le entristece, sino el presentimiento de que algo<br />

desagradable está en su camino y no puede evitarlo. A él le hubiera gustado<br />

que la obra hubiera sido todavía más larga. Por muchas más sesiones, e<br />

incluso, que no hubiera habido final…<br />

Durante el desarrollo de esa obra, se fijó demasiado en Maribel.<br />

En principio; la muchacha simbolizaba para él, la diosa sexual donde<br />

encontraría un eterno paraíso.<br />

Más tarde, sus sentimientos hacia ella fueron cambiando hasta llegar a desearla<br />

con cariño y un profundo respeto.<br />

A pesar de haber hablado apenas con ella, las miradas inadvertidas de la artista<br />

junto con el diálogo de sus palabras en escena, fueron motivando el instinto de<br />

Geraldo hasta hacerlo cambiar por completo.<br />

Él no cree en las barreras sociales, diferencias de clases ni edades, porque<br />

piensa honestamente. Aunque sabe que desgraciadamente existen y están muy<br />

arraigadas en el ser humano. Pero la emoción de su sentimentalismo no le deja<br />

ser práctico.<br />

43


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

A su escondrijo llega el murmullo de la gente. Y las risotadas de Maribel le<br />

producen llamaradas de celos y depresión moral al mismo tiempo.<br />

No sabe que hacer. No quiere salir al público, para no sentirse solo…<br />

Piensa en que todos están muy ocupados cosechando sus méritos bien<br />

ganados. Maribel sobre todo, rodeada de admiradores y amigos, no vacila en<br />

repartir besos y más besos, cuyos chasquidos se clavan en las sienes de<br />

Geraldo como si fueran cuchillos. Y cree que si sale, solo sería para sentirse<br />

más humillado.<br />

Entonces decide afeitarse. Y al mirarse al espejo, empieza a notar consuelo.<br />

Se ve orgulloso de ser quien es. De hacer lo que hace, y de tener su propio<br />

carácter y sentimientos.<br />

Mientras tanto a fuera, alguien había notado su ausencia y oye a una mujer que<br />

pregunta:<br />

-¿Han visto a Geraldo?<br />

-¡Va! Que me importa quien sea, si no es ella… - se dice para sí, sin hacerle<br />

caso.<br />

Cuando termina, se cambia de ropa y sale.<br />

La mayoría del gentío ya se ha marchado. Solo quedan rezagados algunos<br />

amigos de los artistas.<br />

Entonces el director llama la atención a todos diciendo:<br />

-¡Atención Señores! Los artistas y demás participantes de la obra, dentro de un<br />

rato nos reuniremos en el mesón “El Cid” para celebrar el éxito que hemos<br />

tenido. Así que, ¡Allí los espero!<br />

A partir de entonces la gente empieza a desfilar en grupos con dirección a sus<br />

vehículos estacionados detrás del teatro.<br />

Geraldo hace lo mismo pero va solo. Se despide de algunos con una sonrisa<br />

forzada por el deber al buen comportamiento social, pero le agobia la<br />

nostalgia.<br />

44


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Al poner la llave de contacto eléctrico de su automóvil, el receptor de radio<br />

estaba encendido y sale la voz de un locutor como el estallido inesperado de un<br />

cañonazo, que le asusta tremendamente.<br />

-¡Maldita sea!... – dice tratando de coger el mando del interruptor para<br />

apagarlo. Pero entonces oye algo interesante y reduciendo el volumen, prefiere<br />

dejarlo.<br />

“…Como han oído ustedes, queridos radio oyentes, la comunidad se dispone a<br />

celebrar este fin de semana, el centenario del nacimiento del Dr. Henry Norman<br />

Bethune”. Un héroe canadiense doctor de la humanidad que vivió y murió<br />

sirviendo al prójimo. Fundador de los bancos sanguíneos. Inventor de muchos<br />

utensilios del quirófano y luchador infatigable por la igualdad social y los<br />

derechos humanos.”<br />

El Dr. Bethune, puso en práctica por primera vez en la historia de la medicina,<br />

“los bancos de sangre” para auxiliar a los heridos en el mismo frente, durante la<br />

última guerra civil española, salvando las vidas de muchos combatientes<br />

durante aquellos años difíciles de la guerra.<br />

Después, se trasladó a China donde continúo su labor humanitaria hasta que<br />

murió a consecuencia de un accidente sufrido mientras operaba.<br />

También estarán presentes en esa festividad en memoria del Dr. Bethune, los<br />

veteranos de La Brigada Canadiense Mackenzie Papineau. Unidad de Voluntarios<br />

Canadienses que formaron parte de “Las Brigadas Internacionales” que durante<br />

años defendieron la libertad y democracia del pueblo español y su gobierno<br />

legitimo, “La República Española” contra la sublevación franquista y sus<br />

aliados. Las fuerzas fascistas invasoras de Adolfo Hitler y Benito Mussolini.<br />

Para los que noblemente defendieron la libertad de España:<br />

¡Salud y vida eterna a su memoria!<br />

Ese fué nuestro boletín de noticias para la comunidad. Y a continuación, le<br />

ofrecemos música moderna.<br />

Geraldo apaga el receptor y empieza a conducir su coche viejo y oxidado, con la<br />

misma satisfacción que si llevara un “Cadillac” del último modelo.<br />

45


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

46


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

CAPÍTULO V<br />

LA FIESTA<br />

Algo más tarde, los artistas se reúnen en el mesón con dignatarios de<br />

diferentes órdenes sociales para disfrutar de comidas diversas de origen<br />

español y vinos de las mejores marcas.<br />

“Luisillo” el dueño, personalmente recibe al grupo con toda una brigada de<br />

elegantes camareros con saludos jubilosos, sonrisas y felicitaciones.<br />

Entre el grupo, también se encuentran algunos intelectuales y artistas de otros<br />

géneros que desean compartir un rato de tertulia en torno al teatro.<br />

Seguidamente, por gentileza de Don José Núñez de Las Cuevas Director de la<br />

Oficina de Turismo Española, aparece el grupo flamenco de “Joaquín Fajardo” y<br />

el guitarrista José Luis del Valle, “Chuscales”.<br />

Las bailarinas Carmen Romero “Estrellita”. Esmeralda Enrique y grupos<br />

folklóricos de la comunicad hispana, bajo la dirección de Ricardo Losantos.<br />

47


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Los camareros han colocado algunas mesas formando una “U” y sobre unos<br />

manteles blancos y limpios como “los chorros de oro”, empiezan a poner<br />

bandejas de plata repletas de mariscos selectos y buenos vinos.<br />

Y así empieza la fiesta.<br />

Como una “juerga de gitanos<br />

alrededor de la hoguera”.<br />

Donde todo es alegría<br />

y con buen humor, se “jalea”.<br />

Luisillo hace alarde de su maestría profesional sirviendo combinados diversos.<br />

Y el llamado “spanish coffee” con fuego dentro…<br />

-Y usted. ¿Qué toma? – pregunta un camarero a Geraldo.<br />

-Pues yo. Vino, a palo seco. Solera de Montilla, Alvear o Pérez Barquero.<br />

“Los amigos” por ejemplo. – le responde con un acento andaluz muy cerrado.<br />

Después de unos momentos, el camarero le trae una botella de solera “Los<br />

Amigos” y le sirve en una copa parecida a un catavinos.<br />

Geraldo coge la copa con elegancia, aspira el aroma del vino, observa el color y<br />

levantándola con señorío, dice un verso antiguo.<br />

*“Color de oro fundi’o<br />

tiene este vino andalu’.<br />

Que hasta un corasón dormi’o,<br />

le despierta con su lu’”.<br />

¡Chuscales!... – grita llamando al guitarrista.-<br />

“Hazme senti’ tu guitarra<br />

48


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

pa’ que me quite el dolo’,<br />

que desgarrándome el alma,<br />

una muje’ me dejó”.<br />

-“Chuscales” se arranca haciendo vibrar las cuerdas de su guitarra locamente<br />

entonando unas bulerías, como él solo sabe hacerlo. Y “Fajardo” empieza<br />

cantando.<br />

*Las cuento y no están cabales<br />

las estrellitas del cielo<br />

las cuento y no están cabales.<br />

Faltan la tuya y la mía<br />

que son las dos principales<br />

que son las dos principales.<br />

¡Válgame San Rafael!<br />

¡Válgame San Rafael!<br />

Teniendo el agua tan cerca<br />

y no poderla beber<br />

y no poderla beber.<br />

Geraldo también quiere cantar, pero no se atreve a hacerlo.<br />

Teme herir a alguien, con la rima de sus versos.<br />

Poco después un artista cómico, recita un poema impúdico.<br />

49


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Al terminar, la gente le aplaude mucho, mientras Geraldo –algo supersticioso -<br />

llama al camarero diciendo:<br />

-¡Por favor! Cámbieme usted el vaso.<br />

-¿Qué le pasa? ¿Tiene algo?... – pregunta el camarero preocupado.<br />

-No, nada. Pero traiga otro nuevo.<br />

Insiste Geraldo.<br />

La “juerga” continύa con todo el esplendor del arte flamenco, cuando entra en<br />

escena Carmen Romero.<br />

El embrujo de sus zambras, levanta a todos los pies del suelo.<br />

El curtido agitanado de su piel morena de nacimiento y los rizos en el pelo, con<br />

el frenesí de sus movimientos exóticos hace sentir al gentío en “Las Cuevas de<br />

Granada” entre gitanos y flamencos.<br />

El colmao se convierte en “un ascua de fuego”. Donde la ilusión se enciende con<br />

alegría, pasión y colorido, mientras los pensamientos de Geraldo con Maribel se<br />

funden entre el amor y el deseo.<br />

Los dos están sentados frente a frente algo distantes. De forma que se pueden<br />

mirar discretamente, pero no hablarse. Parece como si la providencia hubiera<br />

mediado entre los dos, distanciando sus cuerpos. Que hasta parecen tenerse<br />

miedo el uno al otro.<br />

“Estrellita” termina su actuación entre grandes aplausos y Esmeralda Enrique<br />

entra en juego con uno de sus bailes clásicos donde distingue su arte de buen<br />

estilo.<br />

La finura de sus movimientos hace contraste con la majestuosidad de la artista,<br />

derrochando elegancia y señorío.<br />

Los flamencos se conmueven y la interrumpen con piropos y palmas antes de<br />

terminar el número.<br />

Otro experto en el humor, se dispone a decir algo. Geraldo tapa su copa de<br />

vino con la palma da la mano, pero el humorista se dirige a Esmeralda diciendo:<br />

50


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-¡Oiga! ¿Es usted mejicana?<br />

-¡Si Señor! Y para servirle, con mucha honra. – contesta la artista muy altanera.<br />

-¡Muchas gracias! Y usted sabe: ¿cómo Cortés llegó a Méjico?<br />

-Pues hombre, por casualidad. Buscando un paso a la India, según la historia…<br />

-No señorita. Se equivoca. –responde el primero.<br />

Porque fue, corriendo a la india… a toda costa…<br />

Algunos se ríen, pero a Esmeralda no le hace gracia el chiste y lo hace<br />

recíproco.<br />

- Y usted sabe, ¿qué es el Peñón de Gibraltar? - pregunta ella con malicia.<br />

-Pues una roca muy grande en el sur de España. – contesta el primero muy<br />

dispuesto.<br />

-Pues mire que no… porque según dicen; es un “bochorno inglés, de rango y<br />

pompa”…<br />

Responde Esmeralda con un acento mejicano lleno de gracia, que arranca<br />

carcajadas y palmas.<br />

De nuevo la guitarra de “Chuscales” interviene y saca la tensión entre los dos<br />

artistas mientras que Fajardo devuelve la alegría con fandangos de Huelva.<br />

*Cuando la tengo a mi vera,<br />

ya no necesito más.<br />

Me da la luz y alegría,<br />

la sonrisa en su mirar.<br />

La sonrisa en el mirar<br />

51


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

de esos ojitos de mora<br />

que me quieren embrujar<br />

que me quieren embrujar.<br />

Terminada su actuación, un grupo regional de bailarinas de la comunidad bajo<br />

la dirección de Ricardo Losantos empieza a marcar los pasos de unas sevillanas<br />

con un ritmo y salero que hacen vibrar el edificio entero.<br />

-¡Ole ya, la ma’re, que os ha pari’o a to’as.<br />

Excláma un flamenco emocionado al terminar el cuadro artístico de las<br />

muchachas.<br />

-Y que lo digas. Porque hay que “ve”, el “garbo y trapío” que tienen las niñas…-<br />

añade otro.<br />

-¡Maldita zea mi zuerte!... pues no, que ze me han bebi’o el vino de la botella…<br />

-dice uno mirando a Luisillo que anda por allí, para ver que falta.<br />

-¡Anda ya! Que tienes más cuento que “calleja”. Pero quien se va a beber el<br />

vino, si tu no sueltas la botella… -responde “Luisillo”.<br />

-Pero entonces, se habrá disipa’o…<br />

Anda tráeme otra y cárgala a la cuenta.<br />

-¿A la cuenta?... ¿A que cuenta?...<br />

Pregunta “Luisillo” haciendo un gesto de desconfianza.<br />

-Pue’… a la cuenta de la Oficina de Turismo Española. O al Sr. Núñez de las<br />

Cuevas que tie’e buenas espaldas…<br />

El nos ha dicho que vengamos aquí, a gastos paga’os.<br />

-Y, eso ¿por qué? –pregunta “Luisillo” muy extrañado.<br />

-Porque nosotros, venimos a cantar aquí. A cantar y a baila’ pa’, anima’ la<br />

fiesta.<br />

52


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-Pues entonces, en vez de vino, te voy a servir “agua bendita”. Para qué se te<br />

aclare la vista y te despegues de una vez de la silla… - responde “Luisillo”.<br />

-Güenos golpes que tiene el “andobas” y por si fuera poco, también es de<br />

Asturias, – continύa diciendo el flamenco.<br />

Y tú ¿cómo te llamas preciosa? – ahora pregunta a Nini observándola bien.<br />

-Pues yo me llamo: así, “Nini” ¿Y usted?<br />

Pregunta la chica.<br />

-Bueno, yo me llamo “Lagartijo”. Pero algunos guasones, me llaman “Quita<br />

Penas”… -contesta el artista humorístico Diego Carrasco, siguiendo la broma.<br />

-Y, ¿cómo es que tiene usted un nombre tan raro? – vuelve a preguntar la<br />

muchacha.<br />

-Pues, ¿por qué va a se’? ¡Por pura desgrasia hija mía! Porque yo, soy raro de<br />

nasimiento.<br />

Tanto así, que al momento de nase’ -como era tan feo-, me ataron a la pata de<br />

una cama. Hasta que despue’ vino la comadrona y le dijo a mi madre: pue’<br />

usted soltarlo Señora. Porque parese una persona…<br />

¡Pero güeno! ¿Y el vino? ¡Luisillo! ¿Qué pasa con el vino? O ¿es que has ido a<br />

por e’ a España?…<br />

-Aquí lo ti’e hombre. – dice Luisillo después de unos momentos, haciendo eco<br />

al acento andaluz.<br />

Y a ver si te callas. Que hablas más que un “sacamuelas”.<br />

Al cabo de un rato de tertulia animada, los concurrentes vuelven a la juerga<br />

llamando la atención con el recitar de un poema.<br />

-¡Y ahora: Señoras y Señores! –dice la “Pili” subiéndose a una silla.<br />

Un requiebro amoroso, para esa fachada y patio alegre y florido de España que<br />

se llama Andalucía, de mi buen amigo, José Díaz Rodríguez.<br />

-Y acto seguido recita un poema. La Giralda de Sevilla.<br />

53


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

“ANDALUCIA”<br />

Donde el sol bendice<br />

la tierra frondosa,<br />

evaporando los campos<br />

aroma de rosas.<br />

Donde calosas montañas<br />

se miran de cerca,<br />

que vientos cantando<br />

alegres las peinan.<br />

Donde empezó Colón<br />

y García Lorca,<br />

el camino histórico<br />

hacia eterna gloria. La Mezquita de<br />

Córdoba.<br />

Donde el hombre<br />

la flor o piedra,<br />

tienen distintos matices<br />

que en el resto de la esfera.<br />

54


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Hermosas flores por doquier<br />

de tan brillantes colores,<br />

que al reflejarse en el cielo,<br />

alumbran los siete mares.<br />

Melodías de canarios,<br />

jilgueros y ruiseñores,<br />

que hasta la zarza brava<br />

entre dientes de hiena,<br />

amorosamente aplaude<br />

con flores de primavera.<br />

Las sierras; Nevada y Morena.<br />

majestuosas reinas de la elegancia.<br />

Vestidas de cola larga bordadas,<br />

con azul de mar y cielo,<br />

verde, sal, arena y nieve blanca.<br />

Más tres inmensas alhajas. La Alhambra de<br />

Granada.<br />

“La Alhambra, Mezquita y Giralda”.<br />

Escuela del arte virgen<br />

55


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

inspiración de la raza.<br />

Donde nacen los poetas<br />

que de las estrellas “maman”.<br />

El extranjero errante llega.<br />

Canta, ríe, ama, sueña.<br />

Entre belleza se embriaga.<br />

Y cuando quiere salir,<br />

el corazón se le para.<br />

Gitana que tiene fuego<br />

de sangre mora en su entraña,<br />

bailando bajo la luna ¡ole!<br />

Con palmas recibe “el alba”.<br />

Y para terminar Señores…<br />

Permitidme que os presente,<br />

de Andalucía “el alma”.<br />

¡Su Majestad! ¡La Guitarra! – dice dirigiéndose a “Chuscales” quien levantándose<br />

de la silla, muestra la guitarra al público con elegancia.<br />

-¿Qué? ¿Les gustó? – pregunta “Pili”.<br />

Pues como esa tiene… muchas más. Aquí tengo otra dedicada a la memoria de<br />

su escritor y poeta preferido Antonio Machado Ruiz, que se titula: “Recuerdo<br />

de Antonio Machado.”<br />

56


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-“Chuscales” entona de nuevo su guitarra y ella vuelve a recitar.<br />

“Recuerdo de Antonio Machado”<br />

Como arroyo claro Antonio Machado Ruiz.<br />

nacido en una alegre pradera.<br />

Espejo de duras rocas<br />

y espinos que le rodean,<br />

fué la vida y obra,<br />

de Antonio Machado.<br />

Hombre de temple y bondad.<br />

Con la nobleza de un niño.<br />

Amante de la libertad,<br />

aferrado a sus principios.<br />

Letras de claro entender…<br />

con profundo sentimiento,<br />

eran sus rasgos de amor<br />

para declararse al Pueblo.<br />

¡Firme! como la encina,<br />

que parte el rayo en pedazos,<br />

pero no seca.<br />

Y sigue verde,<br />

57


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

tormenta tras tormenta.<br />

La fuerza bruta ambiciosa<br />

cambió el curso en su camino.<br />

Fué, de profeta a vagabundo.<br />

De admirado, a perseguido.<br />

En “soledades” cantó,<br />

a quien mucho amaba.<br />

El cielo azul de Sevilla,<br />

el mar, el sol, la gente<br />

y los campos de España,<br />

que regados con sangre<br />

y fuego atrás dejara,<br />

cuando huyendo del crimen,<br />

se refugió en Francia.<br />

Allí, cansado y dolorido llegó,<br />

al final de los “soñados caminos”.<br />

Con la “aguda espina dorada”<br />

que le impusiera el destino.<br />

“…Y todo el campo un momento<br />

58


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

se quedó, mudo y sombrío, meditando”.<br />

Mientras envolvía el alma de aquel hijo<br />

tan preciado,<br />

entre vientos de azahar<br />

y romero perfumados.<br />

Su frente: ¡Limpia!<br />

Erguida al cielo,<br />

desafiaba la infamia<br />

y los intereses ciegos.<br />

Un lienzo de tres colores;<br />

rojo, amarillo y morado,<br />

cubrió el resto de su cuerpo.<br />

Simbolizando el abrazo eterno,<br />

que le daba el Pueblo.<br />

Bandera Republicana<br />

que dió descanso a sus restos.<br />

Las flores de “Collioure”<br />

que rodeaban su lecho,<br />

en silencio lo llamaban<br />

temerosas de perderlo.<br />

59


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

“Yo voy soñando caminos…”<br />

Les dijo Machado en verso,<br />

cerrando libros de historia<br />

que dejó al mundo en recuerdo.<br />

-Así, termina el poema sentimentalmente recibiendo muchos y fervorosos<br />

aplausos.<br />

Restos de Antonio Machado durante su funeral<br />

Fotografía obtenida desde los archivos de la<br />

Segunda República, en el exilio.<br />

60


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

CAPÍTULO VI<br />

PREOCUPACIÓN DE GERALDO<br />

Poco después, la alegría de la fiesta empieza a perder el ritmo y la guitarra sus<br />

mejores notas.<br />

Las caras empalidecen marcadas por el cansancio, y el grupo, de antes sólido y<br />

animado, va desintegrándose. Cada individuo desfilando a su destino.<br />

Uno de ellos, se despide de Geraldo diciéndole en inglés:<br />

-“I’ll see you tomorrow”.<br />

“In church or on the race tracks”…<br />

Geraldo se queda rezagado con un amigo acercándose a la barra, donde piden<br />

dos chatos de manzanilla.<br />

El amigo,- Diego Carrasco Gonzales “El Escalcio.” Un verdadero artista<br />

milenario de actuaciones en circos, teatros, centros de turismo etc., que con la<br />

gracia heredada por naturaleza de su tierra gaditana y buen sentido del humor,<br />

hace reír a la gente que encuentra en su camino, aunque no lo entiendan…<br />

Diego es el, clásico andaluz. Siempre bromeando con buenos ánimos.<br />

Y dicho sea de paso, en el trabajo, “le aprieta un poco el zapato”…<br />

Pero sabe vivir.<br />

61


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Cantando a la vida.<br />

Desafiando las penas con alegría.<br />

Siguiendo su propio ejemplo cuando dice: ¡Arriba los corazones! “Que la vida,<br />

es una sola. Y por eso hay que vivirla.”<br />

¡Andaluz!<br />

¡Ahu, hijo!<br />

¡Casi na’…!<br />

De la tierra de la alegría,<br />

un regalito que Dios mandó.<br />

Andaluz gaditano.<br />

¡Viva la madre que lo parió!<br />

-Bueno, y ¿qué? ¿Cómo andas? – pregunta Geraldo a su compañero Diego.<br />

-Pues yo, de salud bien, pero de estatura… corto y algo cojo.<br />

Como, bebo y disfruto del amor cuando puedo hacerlo.<br />

-Yo me alegro. Para tí es la vida. - le contesta Geraldo.<br />

Diego, yo quisiera decirte algo, pero me gustaría que lo mantuvieras en<br />

secreto.<br />

-Pues dilo. Siempre que no me pidas dinero… -dice Diego.<br />

-No es nada de eso.<br />

-Pues ¿qué es entonces?<br />

-Es que, tampoco quisiera decírtelo.<br />

Añade Geraldo un poco indeciso.<br />

-Bueno… pues estamos arreglados.<br />

Si empiezas con tus intrigas, “yo me largo…”<br />

62


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-No hombre. Es que… casi me da vergüenza decírtelo.<br />

-¿Vergüenza tύ? Que chistoso… - dice Diego con ironía, volviendo la mirada<br />

para un lado.<br />

-Pues veras: creo que estoy enamorado.<br />

Responde Geraldo.<br />

-¿De Maribel? – dice Diego espontáneamente.<br />

-¿Cómo lo sabes? pregunta Geraldo muy sorprendido.<br />

-Te conozco desde hace mucho tiempo…<br />

Y las miradas que cruzasteis los dos, no dejaron lugar a dudas de que entre<br />

vosotros hay algo. O por lo menos, por tu parte ¡Claro!<br />

-Pues es verdad. Esa mujer “me está quitando del sueño.” –afirma Geraldo.<br />

Diego queda serio y pensativo por unos momentos. Después, toma la copa de<br />

vino en la mano, y cuando se dispone a beber, le interrumpe Geraldo.<br />

-Bueno. Y… ¿qué dices?...<br />

-¿Qué, que digo?<br />

Pues que “el zorro, perderá la piel, pero no el rabo.” – y entonces bebe del vaso.<br />

-¿Qué quieres decir con eso? – le pregunta Geraldo mirándolo muy serio.<br />

-Que quieres volver a tus aventuras…<br />

Como siempre, te obstinas en no querer aceptar la realidad de la vida y ver las<br />

cosas con lógica.<br />

-¿Con lógica? ¿Qué lógica? ¿Y qué sabes tú de mi vida? –Geraldo continúa<br />

interrogando muy ofendido.<br />

-Quizás no mucho. Pero sé que tienes una familia. Hijos y por suerte, un mujer<br />

elegante, joven, limpia y muy bonita. Por cierto ¿Te parece poco…?<br />

-Sí. En parte, es cierto. – responde Geraldo, agachando la cabeza un poco<br />

avergonzado. Pero, seres que quieren vivir individualmente, hacen lo que les da<br />

63


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

la gana sin aceptar obligaciones ni consejos y ni siquiera se sientan a comer<br />

juntos en la mesa, no merecen llamarse miembros de ninguna familia.<br />

Además, en todo lo que has dicho, no encuentro ninguna ayuda moral que me<br />

inspire a seguir luchando.<br />

Colaboración sobre todo, para la educación de mis hijos.<br />

Una madre que piense y se preocupe por su futuro. Que vele por los intereses<br />

de esa familia que tú dices…<br />

-Y es que ella, ¿no es así? –pregunta Diego preocupándose por el tema.<br />

-Ella ha cambiado mucho. – responde Geraldo tratando de eludir la respuesta.<br />

Desde hace tiempo, no se preocupa como debería de las obligaciones del<br />

hogar. Hace lo que quiere y no contribuye prácticamente a nuestro bienestar<br />

social, como si pensara que, al abrir las piernas, ya hizo bastante…<br />

En realidad lo que ocurre, es que cada día toma más libertad y abandona<br />

responsabilidades y esa es la base de todos nuestros problemas.<br />

-Es curioso…. – responde Diego.<br />

Porque mi mujer, referente a mí, dice lo mismo. Pero, tú has sido siempre un<br />

luchador de la libertad y los derechos. Luego entonces, ¿de qué te quejas?<br />

Diego sigue hablándole en tono de crítica.<br />

-Lo era. Lo soy. Y lo seguiré siendo – reafirma Geraldo. Es por eso que me<br />

duelen los abusos que contra esa libertad y derechos se están cometiendo,<br />

desde los cimientos de la sociedad, hasta los más destacados dirigentes del<br />

gobierno. Y eso no está bien.<br />

-Pues sí… “estás descubriendo América”… bebe y calla. “Que estás más<br />

guapo”… - interrumpe Diego, tratando de cambiar el tema.<br />

-No. Solo empiezo a descubrirme a mí mismo. – continúa Geraldo sin ánimos<br />

de complacer a su compañero-. Pero me gustaría que otros siguieran el<br />

ejemplo. Aunque… sí . Quizás sea mejor que me calle, en vez de hablar de<br />

cosas que parecen no tener arreglo, – dice dudando.<br />

64


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-Bueno, hay cosas que pueden arreglarse un poco si se intenta hacerlo. –<br />

responde Diego.<br />

Por ejemplo: si tienes problemas con ella, podrías consultar con algún abogado.<br />

-¡Abogados! – exclama Geraldo con una explosión de voz.- ¡Hum! Es muy difícil<br />

no caer en las garras de algún buitre cebado con la sangre de sus víctimas<br />

atrapadas en esta maraña de sistema jurídico, confuso y caótico que muchos<br />

de ellos nos han creado con su afán de lucro. Así que, no me hables de<br />

abogados ni de sus limpias artimañas.<br />

-¡Bueno hombre! Y si no, un consejero matrimonial o alguno de esos que<br />

llaman “trabajadores sociales” – insiste Diego.<br />

-¡Bah! Mejor una consejera de 18 años… - insinúa maliciosamente Geraldo.<br />

En ese campo, también abundan los parásitos. -continúa diciendo muy<br />

irritado.<br />

El exceso de libertad con sus conyugentes abusos, es la causa de muchos males<br />

y lo demás, “es cuento”.<br />

Se exigen derechos y más derechos, pero se ignoran las obligaciones y<br />

responsabilidades. Y en esas circunstancias, la situación no la arregla “ni San<br />

Pedro”.<br />

Y por más vueltas que le den, siempre vamos a parar a la “misma mierda”. A<br />

otra farsa, un engaño más de esta sociedad engañosa, confusa y perversa.<br />

-¡Chico! No creí que te fueran tan mal las cosas… - dice Diego tratando de<br />

simpatizar con Geraldo.<br />

-No es que a mí personalmente me vayan muy mal, al contrario, casi que me<br />

puedo considerar como un afortunado a pesar de todo. Lo que pasa es que<br />

temo por el futuro de mis hijos. Que podrían ser hombres de bien y en esta<br />

podredumbre de ambiente social que vivimos, pueden hacerse fácilmente unos<br />

seres desgraciados. Y eso es lo que me duele y me preocupa enormemente. –<br />

dice Geraldo un poco angustiado a su compañero que le escucha atentamente.<br />

-Bueno y los negocios ¿qué tal?<br />

65


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-Pregunta Diego tratando de cambiar el tema de la conversación.<br />

-¡Al recto con los negocios! “¿De que vale el mundo si se pierde el alma…?”<br />

Para que quiere uno el bienestar material, si no hay felicidad en casa…<br />

Replica Geraldo bastante excitado.<br />

-¡Bueno, bueno! No será para tanto la cosa. - añade Diego tratando de calmar a<br />

Geraldo.<br />

-No, por supuesto. – dice Geraldo con melancolía.<br />

Por un lado, estamos manteniendo e incluso estimulando en cierto modo, a<br />

generaciones de vagos, gente indeseable y hasta criminales. Y por el otro,<br />

sangrando con impuestos a los que trabajan y producen algo. Y no es para<br />

tanto la cosa…<br />

La desintegración de la unidad familiar y la falta de respeto a los progenitores,<br />

nos está llevando a sufrir perjuicios incalculables dentro de la sociedad.<br />

La dignidad y la vergüenza se han cambiado por el lucro y la indecencia.<br />

La Ley y la Justicia se han convertido en un “risorio” sin precedentes.<br />

Envenenamos con nuestros despojos de irresponsabilidad el aire, el agua y la<br />

tierra hasta el extremo de ir extinguiendo la existencia de muchos seres.<br />

La avaricia nos ha hecho perder el juicio. Pero según tύ y los que piensan como<br />

tú, no será para tanto la cosa.<br />

-Pero ¿qué tiene que ver todo eso, con lo que estamos hablando? – pregunta<br />

Diego.<br />

-¡Mucho! Porque los males sociales, hay que atacarlos por la raíz y la causa de<br />

muchos de esos males, nacen en el propio sistema. Y ahí es donde hay que<br />

“tirar duro y a la cabeza.”<br />

Continúa Geraldo.<br />

Empecé a trabajar poco después de salirme los dientes. Y viviendo como un<br />

“esclavo”, junté algo para el futuro. Después dediqué veinte años con entera<br />

devoción a la creación de un hogar digno y a la formación de unos hombres<br />

para el día de mañana. Y ahora… la mujer dice que quiere ser libre, sin<br />

66


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

obligaciones ni cargos. Los hijos no quieren estudiar ni buscar trabajo. Y la Ley<br />

tampoco me puede ayudar. Y aquí estoy yo… viviendo la realidad de un triste<br />

desengaño.<br />

-¡Está bien! ¡Te creo! Pero, cambiamos el tema o “me voy de putas…” – dice<br />

Diego.<br />

¡A propósito! “Hablando de Roma… por la puerta asoma…”<br />

Ahí tienes una. Y con buen trasero. Como a ti te gustan.<br />

Geraldo se vuelve para ver la silueta de una mujer despampanante, muy ceñida,<br />

que entra y se dirige hacia el bar, haciendo constar cada una de sus pisadas.<br />

-Pues yo, prefiero irme a casa y no complicarme más la vida.<br />

Allí estaré menos expuesto a contraer el “Sida”, que a propósito; dicen que van<br />

a terminar con él, “capando a todos los monos maricas”…<br />

-Pero, ¿te vas de verdad? – Pregunta Diego cuando ve a Geraldo disponiéndose<br />

para marcharse.<br />

-“De verdad, de la buena”. Mañana me cuentas como lo hace. Y asegúrate<br />

primero que no es “una margarita”. Y si no, como dicen por Madrid: “póntelo o<br />

pónselo…” ya tu sabes… - con esas palabras, se levanta del taburete junto al<br />

mostrador del bar, termina de beber su copa y sale por la puerta del mesón<br />

dirigiéndose al estacionamiento de su automóvil.<br />

Entra en él se sienta y después de abrocharse el cinturón de seguridad,<br />

sintoniza la radio con su emisora preferida para escuchar el programa “Ondas<br />

Hispanas”. Donde terminan de hacer un comentario muy a favor de los artistas<br />

pintores José Barajas y Josefina La Torre, cuyas obras son muy conocidas.<br />

67


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

En otro lugar.<br />

SUEÑOS ROMANTICOS<br />

CAPÍTULO VII<br />

Geraldo encuentra a Luisa en su dormitorio profundamente dormida.<br />

68


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

No puede evitar la tentación de acariciarla, como queriéndole pedir perdón por<br />

algo que hizo mal. Y gentilmente la toca removiéndole el pelo que le cubre<br />

parte de la cara.<br />

Después, la besa con ternura. Pero al contacto de los labios húmedos con su<br />

piel fina, ella despierta.<br />

-¡Déjame! Estoy cansada. – dice dándose media vuelta hacia el lado opuesto.<br />

Las palabras de Luisa son interpretadas por Geraldo como otra señal de<br />

indiferencia y desprecio.<br />

Geraldo vuelve a incorporarse para cubrirse el cuerpo con una bata. Después<br />

se recuesta en el mismo borde de la cama de espaldas a Luisa (quien sigue<br />

durmiendo profundamente), sintiéndose muy deprimido moralmente. Su<br />

memoria le empieza a traer recuerdos de otros tiempos. Muchos recuerdos.<br />

Todos ellos con una gran interrogación.<br />

¿Qué hubiera sido mejor?...<br />

Su mente vacila entre los lugares más extremos de la imaginación en un estado<br />

de confusión difícil de controlar, hasta que el cuerpo se rinde cansado por el<br />

agobio moral y físico.<br />

Entonces se ve a sí mismo dividiéndose en dos. Un cuerpo vacio que yace<br />

aplomado sobre el lecho y algo transparente con su forma física que se eleva y<br />

en un instante vuelve al teatro, en el preciso momento en que Maribel está en<br />

escena actuando.<br />

-¡Ja, ja, ja, ja!... ¡Ja, ja, ja, ja!... Bueno. Ustedes perdonen, pero yo tengo que<br />

marcharme. -dice ella contrariando su papel en la obra y sin respetar el resto<br />

de la misma, se marcha dejando a los demás actores en el escenario confusos<br />

ante el público.<br />

-¡Maribel! ¡Quiero hablarte! – le dice Geraldo saliéndole al paso.<br />

-¿Tύ? … Y ¿qué quieres?...le pregunta ella con mucho descaro mirándolo de<br />

arriba abajo.<br />

-Pues, quiero… decirte algo… -repite Geraldo tembloroso y medio<br />

tartamudeando.<br />

69


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-Otro día. Tengo prisa y me marcho.<br />

Responde Maribel dirigiéndose al camerino muy decidida.<br />

Geraldo permanece quieto, siguiéndola con la mirada hasta que desaparece<br />

detrás de las puertas del camerino. Entonces, da unos pasos y se sienta frente a<br />

la puerta muy pensativo.<br />

Todo le parece un sueño. Es él y no parece serlo. Se encuentra tan dichoso<br />

habiendo visto y hablado a Maribel, que le parece vivir en un paraíso autentico.<br />

Es tan feliz, que no se atreve a creerlo. Y ella, es real… su cuerpo, su<br />

semblante, la forma de andar. Y sobre todo, le ha hablado por unos momentos.<br />

Una y otra vez se dice: - “No puede ser verdad”. “Esto es un sueño”. - de<br />

pronto, se abre la puerta del camerino y sale Maribel dirigiéndose a Geraldo<br />

con una sonrisa picaresca en los labios diciéndole:<br />

-¡Hola! ¿Querías algo?...<br />

-¡Maribel! – responde Geraldo levantando la cabeza al oírla, tan sorprendido,<br />

que se cae de la silla al suelo.<br />

-¡Ja, ja, ja, ja!... ¡Ja, ja, ja, ja!<br />

Que gracia tiene esto… -dice ella soltando otra carcajada al verlo rodar por el<br />

suelo.<br />

Entonces él se levanta y como encantado por la risa de Maribel, se acerca<br />

cogiéndola por las manos y clavandole la mirada en las pupilas brillantes de sus<br />

ojos le dice:<br />

-¡Maribel! ¡Te quiero! Estoy ciegamente enamorado de ti – le dice en voz firme<br />

y varonil. Como si los dos estuvieran poseídos por un hechizo mágico, se<br />

quedan paralizados por unos momentos mirándose el uno al otro.<br />

El contacto físico, a través de las manos, es tan fuerte, que se sienten los<br />

latidos del corazón simultáneamente.<br />

-¡Venga! ¡Vamos! - dice Mariel soltándolo de una mano, rompiendo el estado<br />

inerte de los dos cuerpos. Y obligándolo a seguirle, lo conduce hacia la salida<br />

del teatro.<br />

70


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

En la calle, los dos caminan silenciosamente con dirección a un parque vecino,<br />

donde el ruido de la circulación cercana hace volver en sí a Geraldo diciendo:<br />

-Hace una noche preciosa, ¿verdad?<br />

-Sí. Una noche con estrellas, que nos están vigilando. –responde ella elevando<br />

la mirada a la bóveda celeste, que parece un gran manto decorado con<br />

brillantes por todos lados.<br />

-Quizás, por celos, o miedo a que puedan raptarte... –insinúa Geraldo<br />

bromeando.<br />

-No creo que merezca la pena el riesgo. – añade Maribel.<br />

-¿Nos sentamos? – le pregunta ella mirándolo con simpatía.<br />

-No, prefiero andar. Digo, si a ti no te importa.<br />

-No, me dá igual – responde Maribel.<br />

-Bueno, y ¿qué mé querías decir con tanta exigencia? – pregunta ella.<br />

-Pues creo haberte dicho ya,<br />

lo más importante.<br />

La pura esencia.<br />

Que estoy enamorado de tí.<br />

Y todo lo demás… qué importa.<br />

Responde Geraldo en forma poética.<br />

-Pero, tú… eres casado ¿no?... – de nuevo pregunta Maribel.<br />

-Eso dicen. Pero mi corazón, no se ha vendido, ni está preso. Y donde él<br />

encuentre amor, allí me iré yo. – En ese momento, Maribel da un tirón brusco<br />

soltándose de la mano de Geraldo y trata de huir, pero él la vuelve a coger por<br />

un brazo diciéndole.- ¡Maribel! ¡Por favor! ¡Escúchame!<br />

71


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-¡No quiero ni escuchar! ¡Eres un vejestorio! Y además no me gustas. Así es que<br />

déjame en paz, si no quieres ganarte una bofetada…- responde Maribel<br />

enfurecida accionando las manos para justificar sus palabras.<br />

Entonces Geraldo la suelta.- ¡Perdón Maribel! No quise ofenderte y sé que<br />

tienes toda la razón. Pero tenía que liberar mis sentimientos por encima de<br />

todo. No me importa nada ni nadie. Porque soy hombre libre y honesto. Y<br />

quiero decirte la verdad de lo que siento por tí.<br />

Maribel ha reaccionado y mira a Geraldo con alguna tolerancia, mientras que él<br />

continúa hablándole apasionadamente.<br />

– Tú has conmovido mis sentimientos. El haberte conocido ha sido para mí,<br />

volver a empezar con mis ilusiones de hace veinte años. Volver a sentir lo que<br />

en el ser humano no debe faltar.<br />

Ilusión de vivir, esperanza y deseos de amar.<br />

Sin eso, la propia existencia se convierte en un sendero espinoso, donde no<br />

parece verse final.<br />

Contigo empieza a nacer en mí una fuente caudalosa, de un rico manantial.<br />

-Sí, sí. ¡Muy bonito! y, ¿a cuantas se lo has dicho ya?... y lo que tienes en casa<br />

¿qué?- Maribel interrumpe a Geraldo.<br />

-“Eso es, harina de otro costal”.<br />

Responde Geraldo siguiendo el verso con un poco de humor.<br />

-Lo que tú digas. Pero háblame en serio y dime la verdad. - agrega Maribel.<br />

-Todo lo que has oído, fué en serio. Y he dicho siempre la verdad. – responde<br />

Geraldo.<br />

-Pues bien, sigue ¿qué pasa con lo que tienes en casa? – Maribel sigue<br />

preguntando, insinuando estar interesada en el tema del cual Geraldo no quiere<br />

hablar.<br />

Aquello… está seguro. ¿No? – ella vuelve a insistir con ironía.<br />

72


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-Solo la muerte está segura. Pero ella es buena, no tengo porque dudar. El<br />

problema o la culpa de todo, quizás se mía… - dice Geraldo dudando de si<br />

mismo.<br />

-¿Tuya?... ¿Entonces?... No lo entiendo. – Dice Maribel bastante confusa.<br />

-¡Déjame explicar! –continúa él.- Cuando yo siento interés por alguna causa,<br />

me suelo entregar “en cuerpo y alma”. Y eso creo que fué un error, en mi caso<br />

matrimonial porque conocí a una persona y me hice la ilusión de crear un<br />

hogar. O, por lo menos, lo que yo creo que debe ser “un hogar”. Y para<br />

lograrlo, le entregue todo el fruto de casi veinte años de trabajo, ahorro y<br />

sacrificios.<br />

Después, puse otros quince años de dedicación constante a la buena enseñanza<br />

basada en el ejemplo, para la formación de los hijos y de ese hogar.<br />

-¡Que barbaridad! No creí que fueras tan viejo… - interrumpe Maribel de forma<br />

burlona.<br />

-Y ahora, todo es como si no hubiera hecho nada. Ella se toma más y más<br />

libertad sin preocupaciones. Los hijos no me obedecen, no estudian ni quieren<br />

trabajar. Y para colmo, la Ley tampoco me puede ayudar en nada. En esas<br />

cuantas palabras, te he dicho la verdad y nada más que la verdad.<br />

-Sí, pusiste mucho, pero creo que te faltó lo principal. - ella vuelve a<br />

interrumpir.<br />

Pero dime: a esa persona que tú dices, ¿la amas?... ¿Ella te ama?.. ¿Os habéis<br />

amado alguna vez?... – pregunta Maribel enfurecida cogiendo a Geraldo por la<br />

solapa del chaleco, como forzándolo a que diga la verdad.<br />

-¡Maribel! Créeme, que no lo sé. A eso, no te puedo contestar. - entonces ella<br />

lo suelta despreciativamente y Geraldo continúa.<br />

Pero yo no quiero quemar mis anhelos con todo ese malestar. Mi conciencia<br />

está limpia porque he cumplido bien y seguiré cumpliendo. Pero necesito<br />

cambiar.<br />

Tengo muchas ilusiones y esperanzas en el azar. Quiero ser útil y ayudar sin<br />

egoísmos. Porque ahora reconozco mis errores y quisiera rectificar.<br />

73


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

¡Perdona! No quiero cansarte. – dice él haciendo una pausa.<br />

-No, no. Sigue me gusta escucharte, aunque no puedo creerte. -dice Maribel.<br />

-Puedes o no creerme, pero tú me inspiras. Y transformo la prosa en verso<br />

inconscientemente y hasta dramatizo sin querer.<br />

Había perdido mis mejores virtudes y vivía en un estado de ansiedad y<br />

depresión casi constante, pero conociéndote, he vuelto a nacer.<br />

Has sido la luz que ha despertado mis sentidos y, aunque tú quieras, yo no<br />

podre olvidarte.<br />

Me acerco a tí en mis pensamientos, como a “una diosa”. Con toda la devoción<br />

y el respeto. Al decir eso, no quisiera herir a nadie, pero creo que es justo decir<br />

lo que siento.<br />

Quiero mirar al futuro limpiamente. Y pagar al pasado, si algo le debo, porque<br />

lo que siento por tí, es un amor sincero y quiero defenderlo.<br />

Ahora, ya sabes algo de mí.<br />

Yo de tí, no sé nada. Pero tampoco quiero. Te miro y como te veo, te<br />

considero.<br />

HUMILDE Y SENCILLA<br />

Humilde y sencilla.<br />

Con muchos valores,<br />

lo mismo que una gran joya<br />

en manos de un buen joyero.<br />

Contigo vivo, sueño y hablo.<br />

Y hundido en mi soledad…<br />

a grito abierto te llamo.<br />

Y no quisiera despertar,<br />

74


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

de este sueño que tengo<br />

estando a tu lado.<br />

-¡Que boniiiito! ¿Dónde lo has aprendido…? – pregunta Maribel con malicia.<br />

-No lo he aprendido de nadie. Cuando hablo contigo me salen las palabras así,<br />

por naturaleza. Lo mismo que en tí se desborda el amor de tus labios cuando<br />

ríes sin poder evitarlo.<br />

-¡Hum! “Pájaro de mal agüero”… me gusta oírte, pero sigo sin creerte.<br />

Dice Maribel hiriendo de nuevo en lo más profundo a Geraldo quien bajando la<br />

cabeza, empieza a caminar despacio sin volver a pronunciar palabra, por la<br />

orilla del parque mirando a la luz del alumbrado eléctrico de una avenida que lo<br />

cruza. Como si a la misma luz, quisiera pedirle algo.<br />

Maribel ha notado el cambio repentino de Geraldo y siguiéndolo de cerca, le<br />

pregunta.<br />

-¿Qué te pasa? ¿Por qué te retiras? O ¿es que ya te molesto…?<br />

-No. Tú no me molestas. Estoy molesto conmigo mismo por ser demasiado<br />

sincero.<br />

Pero dame una oportunidad para demostrarte, que todo lo que te he dicho, es<br />

cierto.<br />

Me soltaré de esos grilletes que me amarran y seré libre de nuevo.<br />

Quiero volver a empezar contigo.<br />

Haré lo que tú me pidas.<br />

Te haré feliz ¡Te lo prometo!<br />

Eso no puede ser. Porque yo a ti, no te quiero… - contesta ella fríamente.<br />

-Déjame ganar tu amor, con un cariño sincero. – insiste Geraldo muy<br />

apasionado.<br />

75


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

-¡Lo siento! Pero no puedo ¡No puedo!... – continúa diciendo Maribel como si en<br />

verdad, quisiera decir o explicar algo más, pero no puede hacerlo.<br />

-Dime: ¿por qué no puedes? ¡Por favor! Dímelo.<br />

-Y ¿Para qué insistes tanto en saberlo? – pregunta ella con interés.<br />

-Pues para amarte más, u olvidarte para siempre.<br />

-¡Pues no quiero! – responde Maribel con un grito seguido de un gemido de<br />

lamentos, al tiempo que desaparece como pluma que lleva el viento.<br />

-¡Maribel! ¡Maribel! ¿Dónde estás?...<br />

Geraldo la busca desatinado mirando alrededor y removiendo algunos<br />

matorrales cercanos.<br />

¡Maribel! ¡Por Favor! Contesta ¿Dónde estás?... – prosigue buscándola por unos<br />

momentos, pero pronto empieza a sentir frio y miedo. Y entonces, corre<br />

ciegamente hacia el teatro.<br />

Al llegar allí, encuentra todas las puertas abiertas de par en par y el local está<br />

completamente vacío, con muy poca luz. Hay corriente de aire con olor a tierra<br />

mojada. Las cortinas del escenario se mueven como si alguien estuviera detrás<br />

de ellas oculto. Y Geraldo va hacia ellas y las remueve con violencia.<br />

-¡Maribel! ¿Estás aquí? ¡Contesta ¡ ¡Contestaaaaa!... grita fuertemente en estado<br />

de histerismo enloquecido. Después, mirando en silencio a los palcos del<br />

público, siente la sensación de escalofríos, angustia y miedo.<br />

El cuerpo le empieza a temblar de pánico, cuando una voz femenina rompe el<br />

profundo silencio.<br />

-¡Geraldo! ¡Tengo frio! Cierra las ventanas – y Geraldo con los ojos<br />

desencajados vuelve a la vida real, a punto de darle un colapso y siente que<br />

está lloviendo “a cantaros”.<br />

El pecho le oprime fuertemente y le falta el aire. El corazón repite<br />

aceleradamente latidos con una fuerza brutal, estremeciéndole todo el cuerpo,<br />

que empapado en sudor, tirita incontrolablemente de frio.<br />

76


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Por varios momentos, está a punto de romper a llorar como un niño, pero trata<br />

de controlar sus nervios y poco a poco, va recuperando el equilibrio mental<br />

hasta llegar a estabilizar su estado emocional y físico.<br />

Sin embargo; no puede controlar el pensamiento que se le va de un lado a otro<br />

como si estuviera en un endiablado laberinto. Pero se da cuenta de que todo ha<br />

pasado. Y que sólo fué un sueño.<br />

Un sueño divino de amor, con una horrible pesadilla.<br />

Una mezcla ejemplar, de la propia vida.<br />

Esperanza, felicidad, temor y angustia.<br />

77


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

CAPÍTULO VIII<br />

FINAL DE UN MELODRAMA<br />

El sueño con Maribel es un hecho palpable que Geraldo vive en la realidad, casi<br />

constantemente.<br />

En su mente hay una preocupación por la necesidad de declararse a ella y<br />

decirle lo que siente, pero no se atreve.<br />

Presiente un fracaso con todas sus consecuencias. Ella le pasa una y otra vez<br />

por delante, pero a él no le salen las palabras. Por el contrario, casi se siente<br />

avergonzado cuando ella le cruza la mirada accidentalmente.<br />

Sin embargo, parece haber notado, como si Maribel también quisiera decirle<br />

algo…<br />

Una noche, durante el intermedio de la función teatral, Geraldo se dispone a<br />

salir fuera del edificio y, por pura casualidad, encuentra a Maribel en la puerta<br />

de salida, muy pensativa y como si estuviera algo angustiada.<br />

-¡Benditos los ojos que ven una estrella en noches de tormenta! – le dice él casi<br />

tartamudeando pero en pie firme frente a ella.<br />

¿Que haría tu madre, para hacerte tan bonita…? -continúa piropeándola.<br />

Tienes un cuerpo precioso y unas caderas divinas.<br />

Eres linda y hermosa.<br />

Fina, elegante y sencilla.<br />

Eres… simplemente como a mí me gustan. – continúa diciéndole mientras va<br />

clavando la mirada fija en torno al cuerpo ondulado de Maribel que no se<br />

inmuta. Pero a pesar de eso, él sigue cortejándola cada vez con más firmeza. Y<br />

acercándose un poco más a ella, le dice un verso en tono bajo.<br />

“Con repique de alegrías<br />

quiero yo acercarme a tí<br />

78


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

y hacerte reina algún día,<br />

del amor en mi jardín”.<br />

-Y después sigue diciéndole:<br />

¡Maribel! Tienes todo lo que necesitas para ser una gran mujer.<br />

He venido observándote desde que empezó la obra.<br />

Y he podido notar, que eres una verdadera joya.<br />

Tienes belleza y talento, juventud y dignidad.<br />

¡Maribel! Que suerte tendrá… quien te pueda hacer mamá… - termina diciendo<br />

Geraldo, retirándose un poco al mismo tiempo, por si acaso, “se le va la mano.”<br />

-¡Ja, ja, ja, ja!... ¡Ja, ja, ja, ja! que chistoso, –dice ella.<br />

-Puede que tenga algo de eso. Pero también tengo muchas cosas que decirte,<br />

muy importantes. Pero ella no responde y hace un gesto de desprecio.<br />

-¡Maribel! Quisiera que nos pudiéramos ver en algún lugar y me dieras la<br />

oportunidad de hablarte, decirte algo que siento profundamente por tí.<br />

-Pero bueno. ¿para qué insiste en verme y que es lo que usted quiere de mí? –<br />

pregunta ella repentinamente, con un tono de voz irritado y una expresión<br />

agresiva. Actitud de vanidad y soberbia injustificada que él no puede tolerar y<br />

haciéndole frente contesta:<br />

-Pues si me sigues hablando de usted, y en esa forma… no creo que sea mucho<br />

más.<br />

Sigue un corto diálogo entre los dos y Maribel dice al final:<br />

-… es mejor que todo termine antes de empezar…<br />

Geraldo replica con unas palabras de cortesía y le da un consejo.<br />

*-“No digas nunca<br />

por mero orgullo,<br />

de esa agua no beberé.<br />

79


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Porque a lo largo del camino,<br />

te puede apretar la sed…”<br />

Después se retira caballerosamente de la muchacha que pasados unos<br />

momentos, también entra al teatro.<br />

El rechazo de Maribel, afecta seriamente a la moral de Geraldo. Quien por algún<br />

tiempo, sufre un estado de depresión irremediable.<br />

No quiere verla. Pero sus ocupaciones en el teatro, le obligan a hacerlo a diario,<br />

enfrentándose con el dilema de tener que seguir viéndola o abandonar el<br />

trabajo.<br />

A veces encuentra algún consuelo pensando que quizás, todo haya sido para<br />

bien de los dos.<br />

-¿Quién sabe que hubiera ocurrido después si ella hubiera aceptado? –se<br />

pregunta él, queriendo escapar de su gran idilio amoroso.<br />

Últimamente, la desdicha encuentra refugio en su imaginación para componer<br />

un poema corto que deja en el aire.<br />

NO QUISIERA ENAMORARME<br />

No quisiera enamorarme<br />

de una mirada sencilla,<br />

que relampaguea en mis sienes<br />

doloridas y confusas.<br />

De unos labios generosos<br />

que dan por doquier, sonrisas.<br />

80


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

No quisiera enamorarme,<br />

de una esfinge: una mitad, mujer.<br />

Y la otra, mariposa,<br />

porque no parece que anda.<br />

Si no que se merce en el aire que la escolta.<br />

No quisiera enamorarme,<br />

del pelo que gentilmente la mima.<br />

Pero su embrujo me cautiva.<br />

Porque la siento sin tocarla,<br />

la amo sin conocerla,<br />

la llamo y no me contesta.<br />

Ella me coge y me deja,<br />

viviendo entre celo y duda.<br />

Quisiera… y no quisiera<br />

enamorarme de tí.<br />

Humilde adorable musa.<br />

Finalmente, Geraldo comprendió, que “los sueños, sueños son…” Y, que<br />

muchas veces en la vida real, son muy grandes las distancias que existen, entre<br />

lo que se puede lograr y lo que alcanza la imaginación.<br />

81


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Pero siendo fiel y sincero a sus propios sentimientos, antes que resignado<br />

conformista, prefiere ser aventurero, y sobre todo y por todo, decir la verdad en<br />

todo tiempo y lugar. Geraldo fracasó en su aventura amorosa. Pero como los<br />

hidalgos de antaño, sirvió dignamente a la causa noble que le impulsó el<br />

corazón.<br />

Paso el tiempo y la imagen de Maribel oculta entre los decorados del teatro fué<br />

desapareciendo bajo la fuerza inminente del realismo cotidiano.<br />

Nuevas comedias, dramas, romances y sonrisas de otros labios…<br />

Luces de grandes faros que el público enciende con calurosos aplausos. Y por<br />

si eso fuera poco, el cariño sincero de su “gran familia”. Que era la gente del<br />

teatro.<br />

Geraldo siguió siendo sencillo, alegre, soñador y romántico.<br />

A veces quizás impulsivo, pero siempre honesto. Derecho en sus principios<br />

básicos, como el roble sobre el suelo y duro de torcer de sus creencias, como el<br />

acero.<br />

Fiel servidor de sus obligaciones fuera y dentro del teatro. Y siempre queriendo<br />

aprender y enseñar al mismo tiempo.<br />

Algunas noches en los entre actos, solía dar una vuelta por el parquecito<br />

soñado, susurrando nostálgico el estribillo de una canción melódica que<br />

aprendió de niño.<br />

*EL PUERTO DE LA ILUSIÓN<br />

“Al puerto de la ilusión<br />

me acerque buscando un querer…<br />

82


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

…aquel remanso de paz cuya existencia dudé,<br />

me hizo por fin conocer<br />

la mujer ideal.<br />

¡Maribel!<br />

Muñequita de carnes rosadas.<br />

¡Maribel!<br />

Linda flor del jardín perfumada.<br />

¡Maribel!<br />

En tus ojos divinos soñé.<br />

¡Maribel!<br />

Una dicha que nunca logré”.<br />

- FIN -<br />

83


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Por último, el autor ha querido expresar su más profundo agradecimiento por la<br />

formación y colaboración que directa o indirectamente, ha recibido a través del tiempo,<br />

de las siguientes personas e instituciones.<br />

Don José Maldonado y Don Fernando Valera. (Gobierno de la República Española en el<br />

exilio).<br />

Revista A.R.D.E<br />

Don Enrique Tierno Galván. (Partido Socialista Obrero Español).<br />

Profesor Diego Marín.<br />

Don Manuel Valdez Larrañaga. (Marqués de Avella).<br />

El Socialista.<br />

Doña Federica Montseny. (C.N.T.).<br />

Señores: Domingo y Eduardo Vivancos.<br />

Veteranos de la Brigada Internacional “Mackenzie Papineau” de Canadá en<br />

España.<br />

David Lewis. (N.D.P.).<br />

Asociación Democrática Española-Canadiense.<br />

Doña Dolores Ibarruri. (La Pasionaria P.C.E.).<br />

Don José Manuel Castañón. (Escritor).<br />

Susan Kastner. (Toronto Star).<br />

José Fernández Manzano. “Pepe Fermán.” ( Radio Madrid)<br />

Eduardo Ureña. (El Popular).<br />

Antonio Garzón de la Fuente.<br />

Toronto Cervantes Lions International Club.<br />

Fernando Toledo. C.H.I.N. Radio (Dimensión 85).<br />

84


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Revista “Carta de España.”<br />

Alberto Elmir. C.I.R.V. FM. (Radio Internacional).<br />

Carlos García y Margarita Ramón. (M.T.V. Canal 47).<br />

City T.V. Chaner 7.<br />

C.B.C. Radio (Joe Cote).<br />

Agrupación del los pueblos de España. (A.P.E.).<br />

José Antonio Nuñez de las Cuevas. (Oficina de Turismo de España).<br />

Doña María Hernández. (Actriz).<br />

Juan Guillermo Acosta. (Actor).<br />

Laura Dimeo. (Actriz).<br />

Messod Prosper Trojman. (Artista pintor).<br />

Señorita, Érica Barrientos. (Actriz).<br />

Prof. Chicoe-Daban. (Alianza Cultural Hispano Canadiense).<br />

Hermanos Espinal y familias.<br />

Mike Logue. (Sociedad Católica para la ayuda infantil).<br />

Doña Esmeralda Enrique. (Academia Española de Danza).<br />

Bethune Memorial House. (Museo Memorial del Dr. H. N.<br />

Bethune).<br />

Maestro José Hernández. (Co- Opera Comp. Canadá).<br />

Hermanos Anton y Familia. (Christel Galleries of Fine Art).<br />

Señorita Carmen Romero y su grupo artístico flamenco.<br />

Conni Vega y Yolidia Colindres. (Grupo Regional “Diriangen” de<br />

Nicaragua).<br />

Carlos Valeriano. (Grupo Regional “Los Caporales” Bolivianos).<br />

85


<strong>UNA</strong> <strong>NOCHE</strong> <strong>CON</strong> <strong>ESTRELLAS</strong><br />

Ernesto Guido y Nidia Tuckler. Grupo Cultural Deportivo Regional “Diriangen” de<br />

Nicaragua).<br />

Pedro Briseño. (Grupo Folklórico “Barrabases” de Chile).<br />

Doña Socorro y Ramón Franco. (Grupo Regional “Azteca” de México.).<br />

Carlos Varela. (Grupo Regional “Moninbo” de Guatemala).<br />

Doña Pilar González. (Grupo Regional “Huelén” de Chile).<br />

Sergio Velaztequi. (Grupo Regional “Inti-Laymi Incas”).<br />

Asociación de Artistas Latinoamericanos.<br />

Antonio Luis Bullon Lamarasa. (Cónsul General de España).<br />

Doña Libertad Deitz.<br />

Una vez más: “Muchas gracias a todos los que enseñándome me ayudaron.<br />

Y también a los que me negaron, porque por ellos agudicé<br />

aún más mis ideas y sentimientos.”<br />

<strong>JOSÉ</strong> <strong>DÍAZ</strong> <strong>RODRÍGUEZ</strong>.<br />

Lea usted otras obras del mismo autor.<br />

www.josediazrodriguez.com<br />

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