JOSÉ DÍAZ RODRÍGUEZ UNA NOCHE CON ESTRELLAS BILINGÜE

UNA NOCHE CON ESTRELLAS
-No me digas que no… si pareces otra. Como si te hubieran cambiado. –
agrega Nini.
-¡Cambiarme…! Sí, eso sí es posible. Yo no sé lo que me ha ocurrido, pero me
encuentro tan distinta… y no lo hago por presumir, de verdad, os lo juro. Ni por
darme importancia. Yo en el fondo, quisiera ser como era, como sois vosotras,
pero ya no puedo. Aquello terminó.
– Concluye Maribel avergonzándose de su pasado.
Geraldo desde su rincón de trabajo, sentado en un taburete de madera, observa
todos los movimientos de la artista, asimilando sus frases en todo el sentido
literario de cada palabra.
Emocionalmente, se siente viviendo la escena. Su semblante cambia
constantemente con el sonido de las voces de Maribel, como si fuera una
marioneta.
-¡Geraldo, que le llaman por teléfono! – le dice alguien en tono bajo
acercándosele.
-¿Quién es? – pregunta Geraldo sin moverse del asiento.
-No lo sé. - responde el otro.
-Pues pregunte quien es. Y si es la mujer o su abogado les dice que estoy
“cagando”… - y Geraldo vuelve a concentrar su atención en Maribel donde
parece encontrarlo todo.
Poco después, Don Luis Roldan (el médico en la obra), se le acerca y cogiéndolo
por un brazo le dice:- ¡Venga usted Geraldo! Quiero preguntarle algo.
-Lo que usted quiera Doctor. – responde él levantándose del asiento y
acompañándole fuera de la parte trasera del escenario.
-Usted dirá en que puedo servirle.
-Pues hombre… es que estoy intrigado con ese otro grupo que se ha formado
que llaman A.P.E. ¿Qué es eso? ¿Otra banda de locos…?
-No. ¡Al contrario! - responde Geraldo.
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