LIAHONA ENERO 1987.pdf - Cumorah.org
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El relato nos dice que muchos perecieron<br />
pues no estaban dispuestos a tan siquiera<br />
mirar (véanse vers. 32, 41; Números<br />
21:8-9).<br />
Nefi hizo lo que nosotros como<br />
padres debemos hacer hoy día con<br />
nuestras familias: desarrollar fe en el<br />
Señor, y la forma de hacerlo es relatándoles<br />
las experiencias que hayamos tenido<br />
nosotros o nuestros antepasados<br />
relacionadas con la fe. Tal es el valor<br />
de nuestra historia, la cual está llena de<br />
ejemplos de fe. Como ya se ha dicho<br />
en esta conferencia, a menos que hagamos<br />
estas cosas, en una sola generación<br />
perderemos la fe. Y a fin de criar a una<br />
generación de fe capaz de hacer las cosas<br />
que debe hacer en esta época, vosotros<br />
y yo debemos generar e incrementar<br />
la fe en nuestro Señor Jesucristo.<br />
Hay otro principio, el de que. la fe<br />
precede al milagro. En el capítulo 12<br />
de Éter encontramos una importante<br />
lección en cuanto a esto. Recordaréis<br />
que Moroni se encontraba compilando<br />
los escritos de las veinticuatro planchas,<br />
y esto es lo que escribió:<br />
"Y acaeció que Éter profetizó al<br />
pueblo cosas grandes y maravillosas,<br />
las cuales no creyeron, porque no las<br />
veían" (vers. 5.)<br />
Puesto que no las veían, no las<br />
creían. Les era menester aprender que<br />
creer es ver. Y después Moroni agrega<br />
lo siguiente:<br />
"Y ahora yo, Moroni, quisiera hablar<br />
algo concerniente a estas cosas.<br />
Quisiera mostrar al mundo que la fe es<br />
las cosas que se esperan y no se ven;<br />
por tanto, no contendáis porque no<br />
veis, porque no recibís ningún testimonio<br />
sino hasta después de la prueba de<br />
vuestra fe" (vers. 6).<br />
Es algo que debemos aprender. No<br />
es posible tener simplemente fe. No podemos<br />
disfrutar el milagro sino hasta<br />
después del ejercicio de la fe. En las<br />
páginas que siguen a estos versículos<br />
del Libro de Mormón, Moroni da ejemplos<br />
de los milagros que ocurren después<br />
de la prueba de la fe de la gente, y<br />
esos son principios que también debemos<br />
aprender.<br />
Recuerdo que cuando tenía veinte<br />
años, fui a una entrevista con el obispo<br />
para ir en una misión. Cuando regresé,<br />
mi madre, sonriente, me preguntó:<br />
—Y bien, Ted, ¿qué te dijo el<br />
obispo?<br />
-Me dijo que no podré ir a la misión.<br />
-¿Por qué no? —me preguntó mi<br />
madre.<br />
Élder A. Theodore Tuttle, del Primer Quorum de<br />
los Setenta.<br />
-Porque no tenemos suficiente dinero.<br />
Entonces mi madre dijo:<br />
—Si mi padre pudo dejar dos hijos<br />
y otro en camino para ir a su misión, tu<br />
también irás.<br />
Yo le contesté:<br />
—Yo lo sé, pero el obispo no.<br />
Como acotación al margen, entiendo<br />
que el obispo estaba procediendo<br />
como era debido. El me preguntó si yo<br />
disponía de dinero, y yo le dije que<br />
contaba con unos pocos cientos de dólares<br />
que había ganado trabajando durante<br />
el verano anterior. Esa cantidad<br />
sería suficiente para tan sólo unos meses,<br />
así que me preguntó qué haría<br />
cuando se acabara. Le dije que mi padre<br />
me ayudaría después.<br />
Me preguntó si mi padre contaba<br />
con dinero como para enviarme lo que<br />
yo necesitaría todos los meses. Le dije<br />
que en realidad en ese momento no.<br />
Había tenido pérdidas durante la época<br />
de la depresión. En ese momento trabajaba<br />
como comprador de ganado en<br />
pie y lana, y sus ganancias eran a comisión,<br />
a lo que se sumaba la inestabilidad<br />
de la economía.<br />
Entonces el obispo me dijo que las<br />
autoridades de la Iglesia, debido a experiencias<br />
lamentables, habían dicho<br />
que si una persona no contaba con el<br />
http://bibliotecasud.blogspot.com<br />
dinero para solventar su misión, que<br />
mejor no se la llamara. Acepté lo que<br />
él me dijo y así se lo comuniqué a mi<br />
madre.<br />
Esa noche cuando mi padre llegó<br />
tuvimos un consejo familiar. Llegamos<br />
a la conclusión de que no disponíamos<br />
del dinero en ese momento y que, dadas<br />
las circunstancias, tampoco dispondríamos<br />
de él en el futuro. Decidimos<br />
pedirle ayuda a un vecino de nombre<br />
Tom Anderson, un hombre de buena<br />
posición económica. Cuando le explicamos<br />
la situación nos dijo que no nos<br />
preocupáramos, que cuando se nos acabaran<br />
mis ahorros, él me ayudaría.<br />
Cuando el obispo llegó a abrir su<br />
comercio a la mañana siguiente, yo lo<br />
estaba esperando, y le dije que Tom<br />
Anderson me ayudaría. El me dijo que<br />
eso era todo lo que necesitaba saber.<br />
Lo más interesante del caso es que<br />
nunca tuvimos que recurrir al hermano<br />
Anderson. De una forma u otra mis padres<br />
se las arreglaron para mandarme el<br />
dinero necesario todos los meses, con<br />
una nota que decía: "Esto es para este<br />
mes, y tendremos lo necesario para el<br />
mes que viene".<br />
Yo soy el producto de una casa de<br />
fe. Fue en mi propio hogar donde<br />
aprendí las mayores lecciones de fe.<br />
Allí me fueron enseñadas. Y penetraron<br />
tanto en mi ser que nunca se apartaron<br />
de mí. Necesito esa fe tanto ahora como<br />
nunca, y creo que esto se aplica a<br />
todos nosotros.<br />
No sobreviviremos en este mundo,<br />
temporal ni espiritualmente, a menos<br />
que tengamos fe en el Señor, y no me<br />
refiero simplemente a una actitud positiva,<br />
sino a una fe inamovible en Jesucristo.'<br />
Eso es precisamente lo que da<br />
vitalidad y poder a las personas que de<br />
otra manera serían débiles.<br />
Os dejo mi humilde testimonio de<br />
que yo sé que Dios vive. Sé que El vive<br />
y que es nuestro Padre, y que nos<br />
ama. Os doy testimonio de que Jesús es<br />
el Cristo, nuestro Salvador y Redentor.<br />
Ahora entiendo mejor que antes lo<br />
que eso significa. Estoy agradecido por<br />
su sacrificio expiatorio en provecho<br />
nuestro, y por saber algunas cosas en<br />
cuanto a nuestra relación con él y con<br />
nuestro Padre Celestial, y sobre el propósito<br />
y el significado del evangelio de<br />
Jesucristo. Estoy agradecido por José<br />
Smith. Yo sé que él fue un profeta, y<br />
sé que el presidente Ezra Taft Benson<br />
es un profeta viviente en la actualidad.<br />
De todas estas cosas os doy testimonio<br />
en el nombre de Jesucristo. Amén.<br />
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