Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Pero tras las últimas palabras volvieron<br />
a reproducirse los estertores <strong>de</strong>l viejo Whateley,<br />
y Lavinia lanzó un pavoroso grito al ver cómo<br />
el griterío que armaban los chotacabras cambiaba<br />
para adaptarse al nuevo ritmo <strong>de</strong> la respiración.<br />
No hubo ningún cambio durante una<br />
hora, al cabo <strong>de</strong> la cual la garganta <strong>de</strong>l moribundo<br />
emitió el postrer vagido. <strong>El</strong> doctor<br />
Houghton cerró los arrugados párpados sobre<br />
los resplan<strong>de</strong>cientes ojos grises <strong>de</strong>l anciano,<br />
mientras la barahúnda que armaban los pájaros<br />
remitía por momentos hasta acabar cayendo en<br />
el más absoluto silencio. Lavinia no cesaba <strong>de</strong><br />
sollozar, en tanto que Wilbur se echó a reír sofocadamente<br />
y hasta ellos llegó el débil fragor<br />
<strong>de</strong> la montaña.<br />
—No han conseguido atrapar su alma<br />
—susurró Wilbur con su potente voz <strong>de</strong> bajo.<br />
Por entonces, Wilbur era ya un estudioso<br />
<strong>de</strong> impresionante erudición —si bien a su<br />
parcial manera—, y empezaba a ser conocido<br />
por la correspon<strong>de</strong>ncia que mantenía con nu-