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PICATRIX - habilis

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veintiocho articulaciones, el número de las mansiones de la Luna y de las letras del alfabeto.<br />

En su vientre los intestinos son tantos como los días de Luna Nueva, y contiene 360 venas y<br />

otras tantas arterias, el número de los días y las noches del año y de grados de la esfera. Sus<br />

humores son en el número de estaciones del año.<br />

Sus ojos son como los espías de la fuerza racional que es como el rey, sus oídos los<br />

administradores de las informaciones y la lengua su truchimán. El corazón la cancillería de su<br />

saber y el estómago su tesorería; éste es el puchero del cuerpo, el hígado su manantial y la<br />

bilis su mirra, para que no hieda la carne, es la bendición y la medicina del cuerpo; el pulmón<br />

es su ventilador, las manos su ujier y los pies su vehículo.<br />

[45] La carne de su cuerpo es como la tierra y sus huesos como las montañas, su pelo como<br />

las plantas, sus venas como los ríos y sus miembros internos como las minas.<br />

Su cuerpo está compuesto de nueve esencias, construido sobre nueve círculos montados cada<br />

uno en el interior de otro y la esfera exterior le sirve de pared: es la carne, los huesos, los<br />

músculos, las articulaciones, la médula, la piel, el pelo y las uñas. La médula está dentro de<br />

los huesos y su función es conservar la fuerza y atemperar la sequedad de los huesos; la<br />

función de los huesos es aglutinar la carne y mantenerla sobre sí; la función de los músculos<br />

es enlazar las articulaciones y mover los miembros; la función de la carne es encintar las<br />

entrañas del cuerpo y proteger los huesos, para que no se dispersen ni se rompan; la función<br />

de las venas es reunir en si la sangre y llevarla a codos los miembros del cuerpo; la función de<br />

la sangre es recoger la temperatura, mantener la vida, regular el humor y generar el movimiento,<br />

y la función de las uñas es mantener y recoger los miembros y amarrarlos para que no<br />

se dispersen ni se rompan.<br />

El cuerpo, en su constitución tiene doce agujeros asimilables a los doce signos del Zodíaco y<br />

así como los signos son seis australes y seis boreales, hay en el hombre seis agujeros en el<br />

lado izquierdo y seis en el lado derecho, equiparables a aquellos en el número y en la manera<br />

también. Y así como en el cielo hay siete planetas según cuyas órbitas se rigen el universo y<br />

los seres y con las cuales se organizan las criaturas, así también en el cuerpo humano hay siete<br />

fuerzas eficientes salidas del alma humana y por las cuales se rige el cuerpo. Y así como los<br />

planetas tienen alma y cuerpo y obras y espiritualidad que actúan sobre cuantas criaturas,<br />

minerales, animales y vegetales se materializan, así se encuentran en el cuerpo humano<br />

fuerzas corporales que producen en el cuerpo aquello que le mantiene y le mejora con ayuda<br />

de otras siete fuerzas anímicas, a saber: aprehensora, atractiva, digestiva, repulsora, nutricia<br />

[46], genésica e imaginativa. Las siete fuerzas de las espiritualidades son equiparables a las<br />

espiritualidades de los siete planetas y son fuerzas sensitivas donde está la perfección humana<br />

y la plenitud de sus actos, como los planetas son el ornamento y el soporte del cielo, y el eje y<br />

el orden del mundo; aquéllas son la potencia visual, la auditiva, la olfativa, la gustativa, la<br />

táctil, la racional y la mental. Los cinco sentidos son similares a los cinco planetas y las dos<br />

potencias son similares al Sol y a la Luna. Y así como la Luna toma su luz del Sol en sus<br />

veintiocho mansiones, así la potencia racional roma los conceptos de las criaturas de la<br />

potencia mental y forma de ellos las veintiocho letras del alfabeto. Y así como en el cielo hay<br />

dos Nodulos, la Cabeza y la Cola, de identidad desconocida, pero de obras e influjos<br />

evidentes, hay en el cuerpo humano dos cosas afines, a saber, el mal y el buen temperamento<br />

y además el alma también. Si tiende hacia su mundo, sus obras son sanas, están exentas de la<br />

opacidad de la naturaleza y son rectas, pero si tiende hacia la naturaleza sus obras son<br />

desordenadas, se apartan de su condición y se eclipsan igual que se eclipsan el Sol y la Luna<br />

por el Nodulo de la Cola. Pues así, del mal temperamento son las obras naturales y la<br />

manifestación de la muerte, y del buen temperamento, la potencia racional positiva. Si la<br />

naturaleza del cuerpo se salva y pasa sobre las cosas materiales, el alma se despeja y se alza<br />

sobre ella la razón y la ilumina.<br />

Como el Sol y la Luna son las dos lámparas del cielo, así se encuentran en el cuerpo los ojos<br />

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