15.05.2013 Views

En torno a los relatos bíblicos - Comunidad de San Juan

En torno a los relatos bíblicos - Comunidad de San Juan

En torno a los relatos bíblicos - Comunidad de San Juan

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que, en lugar <strong>de</strong> hablar, Jesús haría mejor<br />

en actuar. Por otra parte, esto es lo que le sugerirán<br />

más tar<strong>de</strong>, una tras otra, las dos hermanas:<br />

«Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto<br />

mi hermano» (vv. 21 y 32).<br />

DIÁLOGO ENTRE JESÚS<br />

Y lOS DiScípULOS (Jn 11,6-16)<br />

Finalmente, Jesús <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> ir a Ju<strong>de</strong>a con sus discípu<strong>los</strong>,<br />

pero antes <strong>de</strong> partir se establece entre el<strong>los</strong><br />

un diálogo que no está exento <strong>de</strong> malentendidos -por<br />

otra parte, éste no es un caso único en el evangelio<br />

<strong>de</strong> <strong>Juan</strong>, que juega frecuentemente la carta <strong>de</strong> este<br />

procedimiento literario-. <strong>En</strong> efecto, mientras Jesús<br />

habla <strong>de</strong> sueño a propósito <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Lázaro,<br />

<strong>los</strong> discípu<strong>los</strong> entien<strong>de</strong>n que duerme, es <strong>de</strong>cir, que reposa<br />

y que, en consecuencia, se va a curar. Pero Jesús<br />

precisa que Lázaro está muerto y que se alegra<br />

<strong>de</strong> esta muerte en su ausencia. La actitud <strong>de</strong> Jesús<br />

regocijándose ante la muerte <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> sus amigos<br />

es, una vez más, al menos sorpren<strong>de</strong>nte. Sólo el hecho<br />

<strong>de</strong> que trate <strong>de</strong> «sueño» la muerte <strong>de</strong> Lázaro <strong>de</strong>ja<br />

suponer que tiene buenas razones para alegrarse.<br />

Otra fuente <strong>de</strong> malentendidos proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> que el<br />

regreso a Ju<strong>de</strong>a representa un peligro <strong>de</strong> muerte<br />

para Jesús, pues se le quiere matar. Por otra parte,<br />

<strong>los</strong> discípu<strong>los</strong> lo saben, y Tomás toma la palabra<br />

para alentar al grupo a unirse a la suerte <strong>de</strong> Jesús:<br />

«Vamos también nosotros a morir con él» (v. 16).<br />

Pasamos así <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Lázaro a la que amenaza<br />

a Jesús y, <strong>de</strong> alguna manera, también a <strong>los</strong><br />

discípu<strong>los</strong> que están con él. Ahora bien, aunque Jesús<br />

no rectifica sobre la marcha las palabras <strong>de</strong> Tomás,<br />

<strong>los</strong> acontecimientos indicarán claramente que<br />

Jesús no arrastra a nadie a la muerte con él. Al contrario,<br />

pondrá en práctica lo que dice: igual que el<br />

buen pastor, dará la vida para salvar al rebaño. <strong>En</strong><br />

efecto, antes <strong>de</strong> su pasión dirá, hablando <strong>de</strong> <strong>los</strong> discípu<strong>los</strong>,<br />

a aquel<strong>los</strong> que acaban <strong>de</strong> <strong>de</strong>tenerle: «Dejad<br />

que éstos se vayan». Y el evangelista aña<strong>de</strong>:<br />

«Así se cumplió lo que él mismo había dicho: 'No he<br />

perdido a ninguno <strong>de</strong> <strong>los</strong> que me diste'» (Jn 18,8).<br />

ENCUENTRO ENTRE JESÚS Y MARTA<br />

(Jn 11,17-27)<br />

Jesús no ha entrado todavía en el pueblo <strong>de</strong> Betania<br />

(v. 30) cuando Marta va a su encuentro, mientras<br />

María se queda sentada en la casa <strong>de</strong>l duelo.<br />

<strong>En</strong> su diálogo con Marta -el más largo <strong>de</strong> todo el<br />

relato-, Jesús evocará no sólo la resurrección, sino<br />

que se presentará como la resurrección y la vida,<br />

revelando así su propia i<strong>de</strong>ntidad. Marta, por su<br />

parte, manifestará su fe en Jesús, primeramente<br />

con una afirmación: «Yo sé que todo lo que pidas a<br />

Dios, él te lo conce<strong>de</strong>rá» (v. 22), que traduce su esperanza<br />

en que Jesús podrá conducir a su hermano<br />

a la vida. Después, en una verda<strong>de</strong>ra confesión<br />

<strong>de</strong> fe, reconocerá la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> Jesús, in<strong>de</strong>pendientemente<br />

<strong>de</strong> cualquier referencia a Lázaro: «Sí,<br />

Señor; yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo <strong>de</strong><br />

Dios que tenía que venir a este mundo» (v. 27).<br />

JESÚS, MARíA Y lOS JUDíos QUE lE<br />

ACOMPAÑABAN EN El DUELO (Jn 11,28-37)<br />

Sin haber recibido la or<strong>de</strong>n, Marta advierte a su<br />

hermana <strong>de</strong> que el Maestro la llama. Inmediatamente,<br />

la que se había quedado sentada se pone en pie<br />

y parte al encuentro <strong>de</strong> Jesús. El grupo <strong>de</strong> <strong>los</strong> judíos,<br />

que han venido para acompañarla en el duelo, la siguen,<br />

pensando que va a la tumba. Pero ella va hacia<br />

Jesús, al que encuentra en el mismo lugar en<br />

que Marta se había encontrado con él, y le dice lo<br />

mismo: «Señor, si hubieras estado aquí, no habría<br />

39

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!