0 Vida de Blanco White 2008-03-12.qxp - Seminario de Pilas

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ANTONIO RAFAEL RÍOS SANTOS
entonces para el Cabildo, cuando asiste fuera del coro, y las autoridades.
Blanco narra más de aquellos días «festivos»:
Nos íbamos a otra iglesia en la que volvíamos a pasar dos
horas más. / Y si el tiempo lo permitía íbamos a dar un
paseo que / terminaba con la visita a las salas de un abarrotado
y pestilente hospital en el que mi padre durante
muchos años pasó dos o tres horas todas las tardes prestando
a los enfermos toda clase de servicios.
Aquellas «dos horas» serían de adoración eucarística. La Real
Congregación de Alumbrado y Vela al Santísimo Sacramento, con
su «jubileo circular de las cuarenta horas», no se fundó en Sevilla
hasta 1791; pero esta ciudad abunda en cultos predicados, con su
hora de «meditación», y música; en esos casos la calificó como
«mala». Añade: «Mi ingreso en / Filosofía a los catorce años me
libró un tanto de esa cruel disciplina».
Mezcla recuerdos: entra en la Universidad a los quince; quizás
confunda el salir ya solo a la calle, con catorce, para clases en el
Santo Tomás, con tener cierta autonomía religiosa externa: la posibilidad
de otra iglesia y otro confesor no se le da al ser clérigo, sino
al pasar a la Universidad de Sevilla, y, en cuanto a las prácticas religiosas,
al citado templo de San Felipe.
Desde los siete hasta entonces, Blanco vivió esclavo de la «dura
disciplina» para lo que se llamaba ‘día festivo’. La raíz del problema
es que no se le educó en el amor sino en el temor, como en el
sacramento de la penitencia y en los Ejercicios. De la eucaristía, se
le inculcó su exigencia, no su necesidad: mal del que quedan resabios.
Cuando Blanco escribe su Vida dice:
No es extraño, pues, que este impreciso nombre de religión
me resulte absolutamente odioso y prefiera utilizar el de
cristianismo auténtico.