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Hemorragia digestiva aguda - Colegio Médico del Perú

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CAPÍTULO 2<br />

<strong>Hemorragia</strong> Digestiva Aguda - Dr. Hernán Espejo Romero, Dr. Hermes Velásquez Chamochumbi<br />

<strong>Hemorragia</strong> <strong>digestiva</strong> <strong>aguda</strong><br />

Dr. Hernán Espejo Romero<br />

Dr. Hermes Velásquez Chamochumbi<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La presencia de sangre, sea de carácter rojo o<br />

transformada, constituye un evento muy<br />

frecuente en patología <strong>digestiva</strong> y alarma<br />

sobremanera al paciente, a los familiares y al<br />

médico y que suele ser una complicación de<br />

carácter leve y autolimitada o constituir un<br />

evento que puede llevar al paciente a serias<br />

complicaciones y aún a la muerte. Constituye<br />

un problema terapéutico fundamental,<br />

especialmente en la medicina hospitalaria de<br />

urgencia y que exige tomar decisiones<br />

correctas en el momento oportuno.<br />

La gran mayoría de problemas se suscitan por<br />

la falta o el empleo inadecuado de definiciones<br />

y la imprecisión de los criterios para seleccionar<br />

los casos. Esto ocurre especialmente en emplear<br />

términos como: hemorragia gastrointestinal<br />

<strong>aguda</strong>, erosiones, gastritis erosiva, gastritis<br />

hemorrágica, erosiones <strong>aguda</strong>s sangrantes,<br />

hemorragia en napa, etc.<br />

El tratamiento de la hemorragia gastrointestinal<br />

requiere de un trabajo en equipo y el éxito se<br />

consigue, cuando todos los componentes<br />

aportan competencia, entusiasmo y decisión.<br />

Es difícil estimar en nuestro medio la incidencia<br />

real de su presentación. Como punto referencial<br />

podemos señalar que en Estados Unidos<br />

requieren hospitalización 300 000 pacientes<br />

anualmente y de dos a tres veces por hemorragia<br />

alta en relación a la de origen bajo.<br />

La mortalidad global se estima que varía entre<br />

3,5 a 7% dependiendo <strong>del</strong> tipo de patología.<br />

Esta cifra igualmente puede ser menor si se<br />

31<br />

determina la mortalidad en un centro con<br />

unidades de cuidados intensivos o centros<br />

especializados en el manejo de esta<br />

complicación. El costo que se deriva en la<br />

atención de esta emergencia es alto, por<br />

ejemplo, en los Estados Unidos se estima que<br />

la hospitalización por cada episodio de<br />

hemorragia gastrointestinal <strong>aguda</strong> se sitúa<br />

en un rango entre 3 400 a 8 500 dólares,<br />

como es señalado por Richter y Laine. Es difícil<br />

señalar los costos en nuestro medio pero si<br />

consideramos un mínimo de 2 000 dólares<br />

de promedio, es fácil inferir, que en una<br />

Unidad especializada que admite, diagnostica<br />

y trata a los pacientes la gran mayoría de ellos<br />

por úlcera péptica (500 casos en el año 2004<br />

en nuestro Departamento) con un promedio<br />

de estancia de 5 días y que solamente fueron<br />

evacuados de la emergencia 100 pacientes<br />

por no presentar riesgo; es fácil inferir que se<br />

habría gastado 800 000 dólares. Como lo<br />

señalaremos posteriormente, la oportunidad<br />

<strong>del</strong> diagnóstico y la característica de la úlcera<br />

sangrante, determinará un gran ahorro con<br />

una conducta pronta y decidida.<br />

El manejo de esta complicación requiere de<br />

clínicos preparados, gastroenterólogos que<br />

cuenten con equipamiento y normas<br />

adecuadas. Con estas últimas facilidades, al<br />

ser el diagnóstico preciso y oportuno, los<br />

procedimientos se centraran en patología<br />

definida, no solamente por su localización,<br />

sino también por su intensidad y desarrollo.<br />

Debemos recalcar que pese a los grandes<br />

avances en relación al llamado «diagnóstico


Tópicos Selectos en Medicina Interna - GASTROENTEROLOGÍA<br />

intrahemorrágico», y a procedimientos técnicos<br />

agresivos, aún constituye una seria amenaza<br />

para el enfermo.<br />

Debemos recalcar que un diagnóstico clínico<br />

y un manejo inteligente y prudente, conducen<br />

a logros muy significativos, dejando al endoscopista<br />

los casos realmente severos, que<br />

requieran procedimientos especiales y utilización<br />

precoz de ellos.<br />

Historia<br />

Históricamente ya los egipcios en el año 1500<br />

a.C. incluyeron en sus papiros una descripción<br />

de la pérdida sanguínea. En el papiro egipcio<br />

de Ebers se describe la úlcera péptica y<br />

probablemente también, la complicación<br />

hemorrágica Figura 1.<br />

La primera descripción bastante precisa de<br />

esta entidad se atribuye a Dioclés de Cariosto<br />

en el siglo IV a. C.<br />

Las obras médicas de Hipócrates demuestran<br />

que los griegos conocían la complicación<br />

hemorrágica de la úlcera péptica. Figuras 3,<br />

4 y 5 (Figura 2).<br />

Figura 1. Papiro de Ebers.<br />

32<br />

Figura 2. Siglo IV a C Diocles de Cariostos al<br />

que se le atribuye la primera descripción de la<br />

úlcera gástrica<br />

Figura 3. En el Corpus Hippocraticum se<br />

encuentra descripciones como la ya referida<br />

«enfermedad negra» (vómito negro) portada de<br />

la edición francesa de E. Littré, médico que será<br />

citado después.


<strong>Hemorragia</strong> Digestiva Aguda - Dr. Hernán Espejo Romero, Dr. Hermes Velásquez Chamochumbi<br />

Figura 4.<br />

Figura 5. Relieve interior de un cáliz, hecho por<br />

el pintor Brygos (490-480 a. C) que muestra a<br />

un hombre vomitando sangre, como un medio<br />

eficaz de liberar al cuerpo <strong>del</strong> exceso de<br />

tumores. Museo de Würzburg.<br />

Galeno (Figura 6), en el siglo II a.C describió<br />

los síntomas y complicaciones de la úlcera<br />

péptica y observó el color negro de las heces<br />

en alguno de sus pacientes.<br />

33<br />

Figura 6. Siglo II a C. Grabado de la Academia<br />

de Medicina de París que representa a Galeno el<br />

que estudio la Patología Gástrica y sus<br />

complicaciones y se ocupó <strong>del</strong> color negro de la<br />

heces<br />

Ya Celio Aureliano en Roma comprendió que<br />

la pérdida de sangre podía tener muchos<br />

orígenes, y recomendó, en esa época tan<br />

lejana, identificar el punto de sangrado, antes<br />

de iniciar el tratamiento e insistía en instaurar<br />

una adecuada alimentación. Esta vieja actitud<br />

fue retomada por Meulengracht en 1935<br />

quien recomendaba una alimentación precoz,<br />

sobre todo en pacientes que se suponía<br />

sangraban de una úlcera. Es de advertir que<br />

este médico danés, lo indicaba en pacientes<br />

jóvenes.<br />

Ya Avicena (Figura 7), médico árabe describió<br />

síntomas correspondientes a la enfermedad<br />

ulcerosa y sus complicaciones, se le atribuye<br />

también la primera descripción de lo que ahora<br />

conocemos como síndrome de Mallory Weiss.<br />

En la edad media los religiosos atendían a<br />

pacientes con hemorragia en los monasterios,<br />

Figura 8.<br />

Bauhin en 1700, conforme lo señaló Hurst en<br />

una publicación sobre úlcera duodenal y<br />

gástrica <strong>del</strong> año 1929, describió su experiencia<br />

en un enfermo joven que había presentado


Tópicos Selectos en Medicina Interna - GASTROENTEROLOGÍA<br />

Figura 7. Avicena médico árabe que también se<br />

ocupó de la enfermedad ácido péptica y de la<br />

hemorragia que podía provenir <strong>del</strong> estómago y<br />

de ruptura <strong>del</strong> esófago.<br />

Figura 8. Un paciente con cuadro de<br />

hematemesis atendido en un hospital de caridad<br />

en la Edad Media.<br />

melena y que en la autopsia descubrió que la<br />

fuente de sangrado fue una úlcera gástrica.<br />

En 1839 Littré describió un caso de un hombre<br />

fallecido por abundante vómito de sangre y<br />

34<br />

que al practicársele la autopsia se encontró una<br />

úlcera <strong>del</strong> canal pilórico con varios vasos<br />

sanguíneos abiertos en su base (caso típico de<br />

una hemorragia de origen arterial, que en una<br />

endoscopía actual habría correspondido a un<br />

Forrest AI, a propósito de una traducción que<br />

hizo de las obras de Hipócrates). Jean<br />

Cruveilhier (Figura 9), famoso por haber sido<br />

tradicional-mente el que describió la «Ulcére<br />

simple chronique de I’ estomac» (Úlcera<br />

redonda de Cruveilhier), textualmente<br />

manifestaba al describir la enfermedad:<br />

‘alteración <strong>del</strong> apetito, tristeza insuperable,<br />

digestión laboriosa, dolor sordo en el epigastrio<br />

que suele ser vivo tanto durante la digestión y<br />

sobre todo en ausencia de alimentos en el<br />

estómago, dolor que se localiza debajo <strong>del</strong><br />

esternón y que se proyecta en ocasiones en la<br />

columna vertebral llegando a veces los<br />

pacientes a quejarse, más <strong>del</strong> ‘punto raquídeo’<br />

que <strong>del</strong> ‘punto epigástrico’. Junto a ello<br />

a<strong>del</strong>gazamiento, estreñimiento, náusea,<br />

vómito, hematemesis o melena etc. Este autor<br />

hace esta descripción de la úlcera que podría<br />

también corresponder a un cáncer ulcerado<br />

con componente péptico y sangrante.<br />

Figura 9. Jean Cruveilhier (1791 – 1874)<br />

Morgagni (Figura 10), describió anátomo<br />

patológicamente la úlcera gastroduodenal y<br />

fue el primero en describir la hemorragia<br />

<strong>digestiva</strong> causada por hipertensión portal.


<strong>Hemorragia</strong> Digestiva Aguda - Dr. Hernán Espejo Romero, Dr. Hermes Velásquez Chamochumbi<br />

Figura 10. Giovanni Battista Morgagni<br />

(1682 – 1771)<br />

Abercrombie en 1828 puntualizó sobre el<br />

origen desconocido de la fuente de sangrado<br />

y describió casos mortales en los que no se<br />

había encontrado la causa.<br />

Curling en 1842 describe ulceraciones <strong>aguda</strong>s<br />

<strong>del</strong> duodeno en un caso de quemadura.<br />

Virchow (Figura 11), no creía en la teoría<br />

humoral para explicar el origen de la úlcera y<br />

sus complicaciones, sino en la lesión de los<br />

tejidos:<br />

Anecdóticamente el famoso Ewald (el de la<br />

sonda) en 1892 no pudo resistirse a incluir<br />

«la aplicación de una o dos sanguijuelas sobre<br />

el epigastrio» en algunos pacientes con<br />

hemorragia, con la idea, un tanto imaginativa,<br />

de reducir el flujo sanguíneo en el estómago<br />

y duodeno.<br />

No cabe ninguna duda que el descubrimiento<br />

de los grupos sanguíneos en 1901 por<br />

Landsteiner (Figura 12), y la conservación<br />

adecuada de la sangre en 1916 por Rous y<br />

Turner, así como la infusión continua por<br />

goteo de la sangre propuesta en 1935 por<br />

Marrito y Kekwick contribuyeron enormemente<br />

a la terapéutica de la hemorragia<br />

gastrointestinal.<br />

35<br />

Figura 11. Rudolf Virchow (1821 – 1902)<br />

Figura 12. Karl Landsteiner 1901 describió los<br />

grupos sanguíneos A, B, O y posteriormente el<br />

AB, lo que eliminó el peligro potencial de las<br />

transfusiones.<br />

Cushing en 1932 describe las úlceras pépticas<br />

potencialmente sangrantes en los traumatismos<br />

craneanos.<br />

Mikulicz en 1881, realizó la primera operación<br />

por úlcera sangrante, pero su experiencia<br />

posterior le llevó a la conclusión muy<br />

a<strong>del</strong>antada, de que la cirugía «sólo se justifica


Tópicos Selectos en Medicina Interna - GASTROENTEROLOGÍA<br />

en caso de hemorragia intensa y persistente»,<br />

no podemos tener el dato, de que él, con su<br />

primitivo gastroscopio haya diagnosticado el<br />

proceso ulceroso y Hurst en 1929 en una serie<br />

de 600 casos de hemorragia operó sólo a dos<br />

pacientes. Por el contrario Gordon y Taylor<br />

publicaron una serie de muchos casos tratados<br />

quirúrgicamente.<br />

El año 1929 Mallory EK, y Weiss S. describen<br />

hemorragia por laceraciones <strong>del</strong> orificio cardial<br />

a consecuencia de vómito repetido, precedido<br />

de arcadas infructuosas.<br />

No debe pasar desapercibida la contribución<br />

de la radiología; en 1937 se empleó la papilla<br />

de bario en Harvard para detectar la fuente<br />

de hemorragia.<br />

En 1974 JAH, Forrest junto con Finlayson y<br />

Shearman describen más claramente la<br />

clasificación endoscópica que es la más<br />

utilizada actualmente y Foster en 1978<br />

describió también los estigmas recientes en<br />

lesiones hemorrágicas.<br />

El aporte de la endoscopía será descrita<br />

posteriormente.<br />

En tiempos modernos fue muy importante la<br />

observación por los clínicos de los caracteres<br />

organolépticos <strong>del</strong> vómito que puede<br />

conducir al diagnóstico inicial o cuando<br />

menos presuntivo <strong>del</strong> origen topográfico de<br />

la fuente de sangramiento, Figura 13.<br />

El vómito con carácter de melena fue<br />

observado durante periodos de stress en las<br />

guerras de fin <strong>del</strong> siglo XIX, Figura 14.<br />

Y a finales <strong>del</strong> siglo XIX y de los albores <strong>del</strong> XX<br />

el estudio <strong>del</strong> contenido gástrico por medio<br />

de la sonda fue un procedimiento, que aun<br />

tiene vigencia y que fue ampliamente usado.<br />

Westphal en 1930 fue el primero en controlar<br />

en forma más o menos efectiva el<br />

sangramiento de várices de esófago,<br />

incorporando un balón al final de una sonda<br />

nasogástrica; posteriormente hubo muchas<br />

modificaciones, hasta que Sengstaken y<br />

Blakemore en 1950, desarrollaron su tubo que<br />

ha sido usado por muchos años, hasta que<br />

en 1962 Boyce en Minnesota la modificó,<br />

adicionando una sonda nasogástrica que<br />

36<br />

Figura 13. Un médico observando el contenido<br />

<strong>del</strong> vómito que pudo ser por un cuadro de<br />

retención o por hemorragia, obsérvese el interés<br />

<strong>del</strong> médico que no le importa el olor <strong>del</strong><br />

contenido de la vasija a diferencia de la<br />

sensación de asco de la enfermera.<br />

Figura 14. Hematemesis, probablemente debido<br />

a una lesión por stress después de una batalla en<br />

el año 1894. El fresco se conserva en el santuario<br />

de San Mateo en Italia. Patéticamente se observa<br />

la ayuda de un monje la expectación <strong>del</strong> jefe o<br />

subalterno y la angustia de la mujer que parece<br />

encomendarse al cielo, por no contarse con<br />

medios más adecuados.<br />

permite la aspiración <strong>del</strong> contenido retenido<br />

por el balón esofágico y que logra disminuir<br />

las complicaciones por aspiración de las


<strong>Hemorragia</strong> Digestiva Aguda - Dr. Hernán Espejo Romero, Dr. Hermes Velásquez Chamochumbi<br />

secreción faríngea y de parte de la sangre que<br />

aun puede resumar la mucosa esofágica.<br />

EPIDEMIOLOGÍA E INCIDENCIA<br />

Se considera que entre el 80 y 90% de las<br />

hemorragias altas son causadas por la siguiente<br />

patología: úlcera péptica, gastroduodenitis,<br />

várices esófago gástricas, Síndrome de Mallory<br />

Weiss, esofagitis, duodenitis erosiva, neoplasias,<br />

úlcera <strong>del</strong> estoma y úlcera esofágica; 5% por<br />

otras causas de menor frecuencia, quedando<br />

alrededor <strong>del</strong> 5% en las que no se puede<br />

determinar su origen.<br />

Esta frecuencia es proporcionada por todos<br />

los autores con algunas variantes,<br />

dependientes <strong>del</strong> país o región, <strong>del</strong> tipo de<br />

población estudiada, <strong>del</strong> centro hospitalario<br />

donde son atendidos los pacientes, de la<br />

existencia de unidades especializadas y <strong>del</strong><br />

tiempo en que se ha efectuado el diagnóstico.<br />

El ejemplo más claro se da en Brasil y Egipto<br />

donde la esquistosomiasis es muy frecuente y<br />

que al producir una gran fibrosis hepática, da<br />

como resultado cuadro de hipertensión portal<br />

y por lo tanto, frecuente sangramiento por<br />

várices.<br />

En los hospitales de veteranos de los Estados<br />

Unidos aumenta el porcentaje por várices,<br />

angiodisplasias y tumores; no tenemos datos<br />

de la real frecuencia en nuestro medio, pero<br />

podemos señalar, como punto de referencia,<br />

que las variaciones son amplias, <strong>del</strong> 48 a 144<br />

episodios por 100 000 habitantes en USA<br />

según Greene, en este mismo país en 1981<br />

se consideraba que la úlcera péptica constituía<br />

el 35% de las admisiones por hemorragia<br />

gastrointestinal según Friedman.<br />

La frecuencia de hemorragia, según Yamada<br />

(Tabla 1) es producida en el 45,6% por úlcera<br />

péptica, 23,4% por gastritis erosiva, 10,3% por<br />

várices y 7,2% por el síndrome Mallory Weiss.<br />

El 79,3% eran producidas por estas 4 entidades.<br />

En la Tabla 2 se presenta la frecuencia observada<br />

en la Unidad de hemorragia <strong>digestiva</strong> en<br />

3 877 casos de hemorragia <strong>digestiva</strong> alta. Si<br />

comparamos la cifra de 79,3% dada por<br />

Yamada con la nuestra de 77,8%, de hemo-<br />

37<br />

Tabla 1. Diagnóstico final de causa de<br />

hemorragia gastrointestinal alta en 2 225<br />

pacientes<br />

Tabla 2. Causa de hemorragia <strong>digestiva</strong> alta en<br />

3 877 casos Enero 1994 – agosto 2000<br />

rragia producida por úlcera duodenal, gastritis<br />

erosiva, úlcera gástrica y várices, para la misma<br />

patología, hay una clara coincidencia<br />

Se observa también que hay una tendencia a<br />

que la úlcera gástrica, como causa de sangramiento,<br />

es mayor que la duodenal, posiblemente<br />

debido a que la población, envejece<br />

con su úlcera y al mayor uso de AINES y aspirina<br />

y que estos pacientes son portadores de<br />

enfermedades comórbidas por su edad. Esta<br />

situación también la hemos observado nosotros<br />

(Tabla 3), en la primera fase de observación,<br />

entre los años 1 994 al 2 000, la relación


Tópicos Selectos en Medicina Interna - GASTROENTEROLOGÍA<br />

fue de 26:21 úlcera duodenal/úlcera gástrica<br />

y en el año 2004, en 1 033 casos esta relación<br />

fue de 19,4:19,5.<br />

Tabla 3. Causa de hemorragia <strong>digestiva</strong> alta en<br />

el Hospital Rebagliati durante el año 2004<br />

El problema de la gastritis hemorrágica tiene<br />

puntos más que controversiales, por el método<br />

empleado y la oportunidad <strong>del</strong> diagnóstico.<br />

Cuando se considera el diagnóstico en<br />

pacientes hospitalizados en la unidad, la<br />

gastritis no figura como una etiología muy<br />

frecuente, en razón de que el sangramiento<br />

en esta entidad es relativamente leve, y sus<br />

estigmas más fugases, dando lugar a que los<br />

pacientes no son hospitalizados y no figuran<br />

en el registro. Pero si consideramos un<br />

diagnóstico global en el que se registran todas<br />

las causas de hemorragia, como se muestra en<br />

la Tabla 3 sin considerar su severidad, el<br />

porcentaje de ella aumenta muy considerablemente,<br />

llegando inclusive al 23,2%.<br />

La frecuencia de lesiones como el Mallory Weiss<br />

no ocupan un lugar prominente si se las<br />

compara con otras estadísticas, en que llega al<br />

7,2% muy superior al 2,3 registrado por<br />

nosotros en la primera etapa y 1,9% en el año<br />

2 004. El caso de las neoplasias<br />

gastroduodenales merece un comentario<br />

aparte, por ejemplo en la Tabla 1, según Yama-<br />

38<br />

da, las neoplasias tiene un porcentaje <strong>del</strong> 2,9%<br />

y en nuestra experiencia, el porcentaje es <strong>del</strong><br />

5,05%, explicable por la mayor frecuencia de<br />

la patología tumoral en nuestro medio.<br />

Las lesiones vasculares tienen una presencia,<br />

aunque pequeña, digna de ser consignadas,<br />

sobre todo en los últimos años, posiblemente<br />

por dos causas: mejor diagnóstico, interés en<br />

seguir al paciente con control inmediato y<br />

mediato y porque la población atendida en<br />

esta unidad sobrepasa los 65 años.<br />

Se considera que en un alto porcentaje, que<br />

se sitúa en un 10%, no se puede determinar<br />

la causa <strong>del</strong> sangrado. La cifra nuestra ha sido<br />

<strong>del</strong> 5,5% probablemente debido a la existencia<br />

de la unidad especializada y la oportunidad<br />

en el diagnóstico.<br />

Si se contará con métodos más actualizados,<br />

como el uso de la cápsula endoscópica o el<br />

intestinoscopio de doble balón, este porcentaje<br />

puede reducirse, pero debemos tener en<br />

cuenta que el costo limita su empleo y que este<br />

porcentaje no disminuiría ostensiblemente.<br />

PRESENTACIÓN CLÍNICA<br />

Creemos necesario definir las formas de<br />

presentación de las hemorragias <strong>digestiva</strong>s:<br />

<strong>Hemorragia</strong> <strong>digestiva</strong> alta (HDA), cuando<br />

la sangre proviene <strong>del</strong> tracto digestivo por<br />

encima <strong>del</strong> ángulo de Treitz, Figuras 15 y 16<br />

hemorragia <strong>digestiva</strong> baja (HDB) por debajo<br />

de este punto anatómico.<br />

Hematemesis<br />

Vómito de sangre, sea fresca o transformada,<br />

expulsada por la boca, que procede en orden<br />

de frecuencia <strong>del</strong>:<br />

• Esófago generalmente de sangre fresca de<br />

color rojo.<br />

• Estómago, generalmente de sangre<br />

transformada de aspecto de «borra de café».<br />

• Duodeno, menos frecuentemente y que se<br />

acompaña de melena y raramente de<br />

enterorragia.


Melena<br />

<strong>Hemorragia</strong> Digestiva Aguda - Dr. Hernán Espejo Romero, Dr. Hermes Velásquez Chamochumbi<br />

• Frecuentemente <strong>del</strong> estómago, y que se<br />

presenta generalmente como melena.<br />

• Del duodeno con carácter de melena.<br />

• Del intestino <strong>del</strong>gado, cuando el transito es<br />

muy lento y la hemorragia no es masiva.<br />

• Del intestino grueso muy raramente especialmente<br />

cuando la hemorragia no es masiva,<br />

proviene <strong>del</strong> lado derecho <strong>del</strong> colon y<br />

hay transito lento, no sobrepasa <strong>del</strong> 5 al 7%.<br />

Figura 15. Dr. Vaclav Treitz, anatomista checo<br />

que describió muy claramente el ángulo yeyuno<br />

ileal, por lo que su nombre ha sido perennizado.<br />

Figura 16. En este extraordinario grabado en<br />

piedra de la cultura Sechín <strong>del</strong> periodo formativo<br />

de hace más de 3 500 años, se puede observar<br />

muy claramente el ángulo de Treitz.<br />

• Sangre negra, brillante y de olor ofensivo<br />

expulsada por el recto y que puede provenir<br />

raramente <strong>del</strong> esófago, cuando esto sucede<br />

se presenta con hematemesis.<br />

39<br />

Hemobilia<br />

<strong>Hemorragia</strong> <strong>del</strong> tracto digestivo superior<br />

proveniente <strong>del</strong> árbol biliar que se manifiesta<br />

casi siempre como melena. No es frecuente y<br />

fue descrita por primera vez por Glisson el<br />

año 1 654 e introducida como expresión<br />

clínica por Sandblom en 1948. Generalmente<br />

producida después de instrumentaciones<br />

invasivas en el tracto biliar.<br />

Hematoquecia<br />

Pasaje de sangre rojo brillante, con coágulos<br />

por el recto, en muchas ocasiones acompañada<br />

de heces, en otras, el aspecto puede ser rojo<br />

vinoso. Procede generalmente <strong>del</strong> colon,<br />

dependiendo sus características de la cantidad<br />

y de la rapidez <strong>del</strong> tránsito colónico.<br />

Arbitrariamente se considera que es necesario<br />

una pérdida de sangre <strong>del</strong> orden de 1 000 ml<br />

para que se observe deposiciones hematoquécicas.<br />

Enterorragia<br />

Sangre generalmente de color rojo brillante y<br />

en algunas ocasiones de aspecto rojo vinoso,<br />

que no es frecuente, que no se acompaña de<br />

heces ni coágulos y que proviene generalmente<br />

<strong>del</strong> intestino <strong>del</strong>gado inferior con tránsito<br />

acelerado.<br />

Rectorragia<br />

Sangre roja brillante, proveniente <strong>del</strong> recto y<br />

muy raramente <strong>del</strong> sigmoides y que en


Tópicos Selectos en Medicina Interna - GASTROENTEROLOGÍA<br />

muchas ocasiones puede acompañar a las<br />

heces, las que preservan su color normal.<br />

Hemoptisis<br />

Es la eliminación de sangre por la boca, procedente<br />

de las vías respiratorias inferiores. Va<br />

precedida de una sensación de gorgoteo y<br />

de calor retroesternal, se acompaña de tos,<br />

en general muy intensa. La sangre se presenta<br />

roja y espumosa por la oxigenación, a veces<br />

resulta difícil establecer la diferencia de ella<br />

con la hematemesis, epistaxis, estomatorragia,<br />

hemorragia faringea etc. Puede requerir de<br />

ayuda <strong>del</strong> neumólogo y <strong>del</strong> otorrinolaringólogo.<br />

FISIOPATOLOGÍA<br />

El sangrado <strong>del</strong> tubo digestivo se debe a:<br />

• Sangrado capilar<br />

• Erosión de un vaso<br />

• Ruptura de venas<br />

• Fenómenos inflamatorios que comprometen<br />

la mucosa <strong>del</strong> tracto digestivo alto<br />

dando lugar a edema, congestión, erosión;<br />

esta última, con necrosis y sangramiento.<br />

En las esofagitis, gastroduodenitis, colitis, y<br />

rectitis, más raramente vasculitis, como es<br />

el caso de la vasculitis eosinofilica que puede<br />

presentarse como angiodisplasia, especialmente<br />

en intestino <strong>del</strong>gado y grueso.<br />

• Aumento anormal de la angiogénesis como<br />

ocurre en la rectitis actínica.<br />

• Ectasias vasculares o angiodisplasias que al<br />

tener vasos dilatados o tortuosos, formados<br />

por plexos capilares y venosos en la mucosa<br />

y submucosa en individuos adultos mayores,<br />

en pacientes con insuficiencia renal crónica,<br />

dan cuadros hemorrágicos, generalmente<br />

leves, pero repetitivos, en nuestra experiencia<br />

el sangrado puede ser persistente y<br />

severo. Aunque se consigna en la literatura<br />

como lo refiere Balanzo que son más<br />

frecuentes en el colon e intestino <strong>del</strong>gado,<br />

nosotros lo encontramos con más frecuencia<br />

40<br />

en el estómago, posiblemente por que la<br />

hemorragia <strong>digestiva</strong> alta que observamos<br />

en el hospital es mucho más frecuente.<br />

• Procesos reactivos, ante injurias de tipo radiante<br />

que producen fenómenos de<br />

angiogénesis que determinan que la mucosa<br />

este muy vascularizada y friable.<br />

• Las úlceras, gastroduodenales sangran de<br />

dos maneras:<br />

Por compromiso capilar periulceroso o<br />

erosión de un vaso de mayor calibre en el<br />

lecho de la ulceración.<br />

Figura 17. En la parte superior de la izquierda se<br />

esquematiza la forma en que es irrigada la pared<br />

gástrica. La erosión, que al comprometer<br />

superficialmente la mucosa tendrá un<br />

sangramiento capilar, y también el sangramiento<br />

de las márgenes de una úlcera, que al evolucionar<br />

rápidamente dará lugar al estigma denominado<br />

Forrest III con el lecho limpio y a los estigmas<br />

señalados por nosotros en las erosiones.<br />

Si la pérdida de sustancia ocurre más profundamente<br />

compromete un vaso arterial por<br />

debajo de la submucosa y el sangramiento va<br />

dar lugar al Forrest I y IIa fundamental-mente<br />

y menos frecuentemente al IIb y IIc. Una forma<br />

típica de sangramiento arterial es la lesión de<br />

Dieulafoy, esquematizada en la parte inferior<br />

izquierda de la Figura 17 o cuando se observa<br />

en el lecho ulceroso el llamado vaso visible,<br />

vaso con pequeño coágulo o el coágulo centinela<br />

representado en la parte derecha de la<br />

misma figura 17.


<strong>Hemorragia</strong> Digestiva Aguda - Dr. Hernán Espejo Romero, Dr. Hermes Velásquez Chamochumbi<br />

En las várices esofagogástricas. Al aumentar<br />

la presión venosoportal, se abren comunicaciones<br />

porto sistémicas, que habitualmente<br />

están cerradas, dando origen a colaterales que<br />

llevan a la formación de várices, hemorroides<br />

y circulación colateral <strong>del</strong> abdomen. La ruptura<br />

de las várices por estas circunstancias, a la que<br />

se agrega acción corrosiva <strong>del</strong> contenido<br />

gástrico refluido, da origen a la ruptura de las<br />

venas varicosas.<br />

La gastropatía hipertensiva. Que también<br />

es consecuencia de la hipertensión portal,<br />

constituye una displasia vascular adquirida,<br />

con dilatación difusa de los capilares de la<br />

mucosa gástrica, que al ser fácilmente<br />

erosionada, puede dar lugar al sangramiento.<br />

Asunto semejante ocurre en el denominado<br />

estómago en sandía, pero generalmente<br />

producido, no solamente por cirrosis, sino por<br />

problemas respiratorios y renales crónicos;<br />

este sangramiento es de origen capilar<br />

encontrándose hipergastrinemia (75%)<br />

aclorhidria en (48%) y cirrosis (30%).<br />

Las angiodisplasias. Sangran por hemorragia<br />

capilar fundamentalmente, en personas de la<br />

tercera edad, asociadas a enfermedad valvular<br />

aórtica, enfermedad pulmonar crónica y<br />

nefrítica y más raramente a enfermedad de<br />

Von Willebrand.<br />

Una formación con vaso ectópico o<br />

anómalo y tortuoso. Situado en la<br />

submucosa, llamada úlcera de Dieulafoy, que<br />

en realidad no es una úlcera y que<br />

primitivamente fue denominada exulceración<br />

simple por Dieulafoy, sangra por ruptura<br />

brusca <strong>del</strong> vaso. Suele localizarse más<br />

frecuentemente en la parte alta <strong>del</strong> estómago,<br />

es un sangramiento de origen arterial.<br />

La fístula arteriovenosa. En pacientes que<br />

han sido operados por by pass aortofemoral,<br />

es causa rara de sangramiento.<br />

La hemorragia por esofagitis tiene por antecedente<br />

generalmente la enfermedad por reflujo<br />

gastroesofágico, que causa inflamación de la<br />

mucosa con erosiones y aun ulceración.<br />

Las ulceraciones de la candidiasis. En el síndrome<br />

de inmunodeficiencia adquirida o las<br />

producidas por TBC esofágica, también<br />

pueden causar hemorragia.<br />

41<br />

Los tumores en el esófago sangran, como es<br />

el caso de los leiomiomas, por necrosis de la<br />

mucosa que los cubre y en los adenocarcinoma<br />

por ulceración o necrosis.<br />

En el síndrome de Mallory Weiss. Se produce<br />

desgarro de la mucosa situada en la región<br />

cardioesofágica. La mucosa de la región escamo<br />

columnar contiene un plexo de vasos con<br />

paredes finas, en muchos de ellos existe hernia<br />

hiatal por deslizamiento y el desgarro ocurre<br />

cuando el cardias es intratoraxico, momento en<br />

el cual, cualquier contracción violenta <strong>del</strong><br />

diafragma, con el aumento consiguiente de la<br />

presión intraabdominal, somete a la zona cardial<br />

a una gradiente depresión muy alta entre ambos<br />

lados de su pared.<br />

La hemobilia. Puede producirse, a parte de<br />

lo ya señalado por una biopsia hepática al<br />

crearse una comunicación bilioarterial.<br />

La hemorragia pospolipectomía y mucosectomía.<br />

No es frecuente, a pesar que estos<br />

métodos son muy utilizados actualmente.<br />

ASPECTO CLÍNICO<br />

La anamnesis es el aspecto más importante<br />

en relación a la hemorragia <strong>digestiva</strong> sea alta<br />

o baja, debiendo tenerse en cuenta:<br />

• Edad y sexo<br />

• <strong>Hemorragia</strong> previa<br />

• Enfermedad gastrointestinal anterior<br />

• Cirugía previa<br />

• Enfermedad subyacente (cirrosis, enfermedad<br />

pulmonar y renal crónicas).<br />

• Coagulopatía<br />

• Ingestión de AINEs, aspirina, alcohol y<br />

tabaco.<br />

• Dolor abdominal.<br />

• Pérdida de peso.<br />

• Situaciones de estrés agudo.<br />

• Síndrome de trastorno funcional.<br />

La edad de por si puede orientar al diagnóstico:


Tópicos Selectos en Medicina Interna - GASTROENTEROLOGÍA<br />

• Los mayores sangran más frecuente por<br />

alteraciones degenerativas y vasculares,<br />

como colitis isquémica, diverticulosis,<br />

neoplasias.<br />

• Las personas de menor edad tienen un<br />

espectro más amplio, pero puede pensarse<br />

en úlcera duodenal y luego gástrica. En<br />

cirrosis una de las complicaciones es la<br />

hipertensión portal y el desarrollo de várices<br />

frecuentemente sangrante se da en personas<br />

mayores.<br />

• El divertículo de Meckel sangra en personas<br />

mucho más jóvenes.<br />

• La edad promedio en nuestra Unidad de<br />

<strong>Hemorragia</strong> se situó en los 65 años, 2/3 de<br />

los pacientes fueron mayores de 60 años y<br />

20% mayores de 80.<br />

• En los individuos de mucha edad, las úlceras<br />

pueden no tener el antecedente de dolor,<br />

debe tenerse en cuenta que la úlcera que<br />

sangra generalmente no se acompaña de<br />

dolor, porque la sangre es un elemento<br />

tamponante y actúa bloqueando el ácido,<br />

que dentro de la fisiopatología <strong>del</strong> dolor,<br />

irrita las terminaciones nerviosas.<br />

• El sexo puede contribuir, de alguna manera,<br />

en orientar el diagnóstico, un ejemplo típico<br />

sería la el pensar en el síndrome de Mallory<br />

Weiss en gestantes por hiperemesis.<br />

Estrés agudo<br />

Es una importante causa de erosiones gástricas,<br />

muchas de las cuales sangran, aun en forma<br />

severa; se observa con más frecuencia en<br />

pacientes con insuficiencia respiratoria <strong>aguda</strong>,<br />

hipertensión, sepsis, falla renal, quemaduras<br />

extensas, peritonitis, ictericia o traumatismo<br />

neurológicos. Del 2 al 10% de pacientes de<br />

cuidados intensivos puede sangrar por estas<br />

causas.<br />

<strong>Hemorragia</strong> previa<br />

Es un dato muy importante, sobre todo, en la<br />

enfermedad ulcerosa y en el portador de una<br />

cirrosis.<br />

42<br />

Cirugía previa<br />

Como ejemplo debe tenerse presente el<br />

antecedente quirúrgico, sea por úlcera o por<br />

cáncer, cuando estos procesos recidivan.<br />

Enfermedad subyacente<br />

Los pacientes con cuadro cirrótico no solamente<br />

pueden sangrar por las várices, sino<br />

también por úlceras, gastritis erosiva, estómago<br />

en sandía o gastropatía hipertensiva.<br />

Los pacientes con insuficiencia renal y pulmonar<br />

crónica desarrollan con más frecuencia<br />

alteraciones de la mucosa, la cual es más<br />

susceptible al sangramiento.<br />

Las coagulopatías crónicas, en general, son<br />

factores negativos en las ulceraciones,<br />

erosiones o fenómenos vasculares, sobre todo<br />

para perpetuar el sangramiento.<br />

El consumo de AINEs y aspirina se ha incrementado<br />

enormemente, sea por enfermedades<br />

articulares, inflamatorias y dolorosas,<br />

especialmente en las personas de mayor edad,<br />

por indicación médica o por automedicación.<br />

Todos los antiinflamatorios, en más o en<br />

menos, dañan la mucosa, no solamente por<br />

acción local sino por acción sistémica,<br />

produciendo inflamación, erosiones y úlceras<br />

que son susceptibles al sangramiento, o que<br />

pueden desencadenar sangramiento en las<br />

mismas alteraciones ya existentes. Es fácil<br />

entender que si la ingestión sea <strong>aguda</strong> o crónica<br />

que se acompaña de la ingestión de alcohol y<br />

tabaco causan más daño.<br />

La acción sistémica de estas drogas explica<br />

claramente el sangramiento de intestino bajo<br />

y colon, donde como se sabe, no existe la<br />

acción <strong>del</strong> ácido.<br />

Dolor abdominal<br />

En el momento <strong>del</strong> sangrado, como hemos<br />

indicado, no necesariamente se presenta<br />

dolor, pero el antecedente de dolor periódico,<br />

ritmado y que calma con los alimentos, es<br />

dato muy importante. El sangramiento severo<br />

por várices no se acompaña de dolor. El<br />

antecedente de gastritis con molestia dispép-


<strong>Hemorragia</strong> Digestiva Aguda - Dr. Hernán Espejo Romero, Dr. Hermes Velásquez Chamochumbi<br />

tica ayuda aunque, sin gran frecuencia a<br />

explicar el sangrado.<br />

Anorexia pérdida de peso<br />

Antecedente importante, sobre todo si se<br />

sospecha neoplasia maligna.<br />

Examen clínico<br />

Proporciona datos importantes sobre todo en<br />

relación al estado <strong>del</strong> paciente:<br />

• Palidez<br />

• Sudor frio<br />

• Inquietud<br />

• Aleteo de manos<br />

• En algunos casos contenido <strong>del</strong> vómito de<br />

sangre.<br />

Los estigmas hepáticos como palma hepática,<br />

telangiectasias, circulación colateral, ictericia,<br />

ascitis, anasarca, hepatomegalia, esplenomegalia<br />

o alteraciones de conciencia y aleteo de<br />

manos, nos orientan fácilmente a explicar el<br />

sangrado por hipertensión portal. Un paciente<br />

disneico o con palidez de tipo renal puede<br />

sugerirnos patología de insuficiencia renal o<br />

pulmonar.<br />

Más raramente las pigmentaciones de labios<br />

o lengua también nos inducen, a pensar en<br />

enfermedades como la de Peutz Jegher o<br />

Rendow Osler.<br />

El tacto rectal que no debe ser diferido, demuestra<br />

el carácter de la melena, que podría<br />

43<br />

haber alarmado al paciente que ingiere medicación<br />

a base de hierro o por ingestión de<br />

alimentos que oscurecen las deposiciones<br />

(betarraga, morcillas, abundante carne roja<br />

con vino tinto, etc.).<br />

Constantes vitales<br />

El pulso, la presión arterial, el ritmo<br />

respiratorio son de la más grande importancia<br />

y su observación inicial y sucesiva constituye<br />

el mejor monitoreo y deben ser practicados<br />

paralelamente a una anamnesis directa o<br />

indirecta, inclusive con las medidas iniciales<br />

de estabilización y resucitación.<br />

Se establece el grado de compromiso según<br />

la magnitud de la pérdida de sangre y alteraciones<br />

según los signos clínicos que la acompañan,<br />

Tabla 4.<br />

Tener muy presente que una pérdida brusca<br />

de sangre, aun en cantidad moderada puede<br />

dar lugar a shock, por el contrario una mayor<br />

pérdida en tiempo más prolongado puede no<br />

alterar en forma dramática las constantes y<br />

los exámenes auxiliares.<br />

Prueba de ortostatismo<br />

Es una prueba simple que debe ejecutarse<br />

invariablemente, salvo la limitación señalada,<br />

Tabla 5.<br />

Es importante señalar que el hematocrito<br />

determinado poco tiempo después de iniciada<br />

la hemorragia no indica con precisión la<br />

pérdida de sangre, pues la hemodilución<br />

Tabla 4. Grado de compromiso por hemorragia <strong>digestiva</strong>


Tópicos Selectos en Medicina Interna - GASTROENTEROLOGÍA<br />

Tabla 5. Diagnóstico. Prueba de ortostatismo<br />

requiere varias horas, de allí que debe<br />

puntualizarse que la determinación aislada <strong>del</strong><br />

hematocrito no siempre refleja la magnitud de<br />

la hemorragia e induce a error, incluso si<br />

aparece normal, debiendo transcurrir por lo<br />

menos 24 horas, según la magnitud y el tiempo<br />

de sangrado, para que se restaure el volumen<br />

en el compartimiento vascular, Figura 18.<br />

Figura 18. Variaciones de volumen y <strong>del</strong><br />

hematocrito<br />

Es importante señalar que el hematocrito se<br />

interpreta en el contexto <strong>del</strong> estado clínico<br />

global <strong>del</strong> paciente.<br />

El nivel de nitrógeno ureico en sangre (BUN),<br />

puede estar algo elevado en pacientes con<br />

hemorragia <strong>digestiva</strong> alta y ser desproporcionado<br />

en relación con el nivel sérico de<br />

creatinina, por la transformación de las<br />

proteínas sanguíneas para formar urea por<br />

acción de las bacterias y la absorción posterior<br />

44<br />

de la urea resultante, probablemente por<br />

disminución depuradora <strong>del</strong> riñón por menor<br />

aporte y menor flujo de filtración glomerular.<br />

Es obvio, determinar el grupo sanguíneo Rh<br />

y la prueba cruzada. Los factores de coagulación<br />

serán muy bien evaluados, sobre todo<br />

cuando existe patología hepática.<br />

Procedimientos más agresivos<br />

La sonda nasogástrica por su simpleza no debe<br />

ser un procedimiento despreciado, sobre todo<br />

en medios con menos recursos. Tiene un<br />

sensibilidad de 80% durante el sangrado<br />

activo. Escoger una sonda relativamente<br />

gruesa 12 a 14Fr., con paciente en decúbito<br />

lateral izquierdo; el drenaje, en lo posible por<br />

gravedad, clampeándose cada 20 minutos;<br />

algunos prefieren aprovechar la sonda para<br />

efectuar un lavado con suero fisiológico frío<br />

para facilitar el diagnóstico endoscópico,<br />

sobre todo cuando se sospecha gastritis<br />

erosiva, angiodisplasia o lesión de Dieulafoy.<br />

Un contenido gástrico de sangre no transformada<br />

indica una hemorragia severa y actual.<br />

Un contenido de sangre hematimizada en<br />

borra de café indica una hemorragia menos<br />

severa emitida más lentamente. Se da el caso<br />

de que el contenido sea limpio, lo que<br />

significa, o que la hemorragia se detuvo o que<br />

esta procede de duodeno sin ser de carácter<br />

masivo. Se ha determinado que es un<br />

elemento de juicio para también establecer<br />

el diagnóstico y la continuidad <strong>del</strong> sangrado.<br />

Sonda para tamponar las várices<br />

Aparentemente por contar actualmente con<br />

medios más actualizados, como lo<br />

describiremos posteriormente, este método<br />

sigue teniendo vigencia y mucha importancia<br />

en medios con recursos más limitados.<br />

Se ha utilizado históricamente la sonda de<br />

Sengstaken-blakemore y mejor aun su<br />

modificación, con el llamado tubo de Minnesota<br />

Boyce, Figura 19.<br />

La modificación consiste en adicionar como<br />

accesorio una sonda nasogástrica de tipo


<strong>Hemorragia</strong> Digestiva Aguda - Dr. Hernán Espejo Romero, Dr. Hermes Velásquez Chamochumbi<br />

Figura 19. Sonda de Sengstaken-Blakemore<br />

modificada según el sistema Minnesota<br />

Levine amarrada con hilos de seda hasta la<br />

parte superior <strong>del</strong> balón esofágico, con el fin<br />

de succionar la secreción que se produce en<br />

tramos superiores, su eficacia se sitúa entre el<br />

70 a 90% para detener el sangramiento;<br />

sinembargo su efectividad es temporal, con<br />

un posible resangrado <strong>del</strong> 30 al 50%, pero<br />

en situaciones de no contar con procedimientos<br />

más especializados, es la forma más<br />

adecuada para detener el episodio agudo.<br />

Tiene complicaciones, que van desde el 10 al<br />

20%, incluyendo perforación esofágica,<br />

neumonía por aspiración, dolor precordial,<br />

erosiones gástricas y agitación. Se recomienda<br />

la intubación endotraqueal antes de realizar<br />

el procedimiento. «Primero se vacía el<br />

estómago y luego se introduce por la boca<br />

hasta el estómago una sonda «nueva» o poco<br />

utilizada probada y lubricada. Se infla el balón<br />

gástrico con 250ml de aire y se ocluye esta<br />

vía con clamps. Por la sonda gástrica se aspira<br />

continuamente. Se infla entonces el balón<br />

esofágico hasta una presión de 20-30mm Hg,<br />

un poco mayor, que la que se supone existe<br />

en la vena porta. Se ejerce una firme tracción<br />

mediante un reten de madera terciada<br />

45<br />

acolchada que posee un orificio central en<br />

forma de herradura que se coloca alrededor<br />

<strong>del</strong> dispositivo en el ángulo de la boca, donde<br />

se lo fija con tela adhesiva. Si la tracción es<br />

demasiada escasa el balón gástrico se desliza,<br />

mientras que si es excesiva se produce<br />

molestias y nausea, además de acentuarse las<br />

lesiones de la mucosa. Debe levantarse la<br />

cabecera de la cama, la observación requiere<br />

ser permanente, contándose con una tijera<br />

para cortar el tubo en caso de que sobrevenga<br />

dificultad respiratoria. Cada 2 a 4 horas, se<br />

verificará la tracción ejercida sobre el<br />

dispositivo y la presión <strong>del</strong> balón esofágico.<br />

Al cabo de 24 horas se pone fin a la tracción y<br />

se desinfla el balón esofágico, dejando el balón<br />

gástrico inflado 24 horas más, si en este<br />

periodo el sangrado se repite, se ejerce<br />

nuevamente tracción y se mantiene inflado<br />

el balón esofágico 24 a 48 horas más hasta<br />

que se practique en una Unidad especializada,<br />

esclerosis o cirugía de emergencia.<br />

La modificación llamada de Minnesota<br />

permite la aspiración <strong>del</strong> contenido esofágico<br />

evitando en bastante proporción la aspiración<br />

<strong>del</strong> contenido esofágico a la vía aérea. Su uso<br />

contribuye al diagnóstico.<br />

Endoscopía<br />

El uso de la endoscopía en el período llamado<br />

intrahemorrágico es un procedimiento que da<br />

excelente resultado para precisar:<br />

• La topografía <strong>del</strong> sangrado.<br />

• Características de la lesión.<br />

• Riesgo <strong>del</strong> resangrado.<br />

• Evolución <strong>del</strong> sangramiento.<br />

• Terapéutica endoscópica adicional.<br />

Este método fue introducido por el Dr. Eddy<br />

Palmer, que ya en el año 1 945 lo llamó<br />

endoscopía agresiva usando en esa época los<br />

gastroscopios semiflexibles.<br />

Los instrumentos de fibra han facilitado<br />

enormemente el diagnóstico y el tratamiento.<br />

Con un endoscopio estándar de calibre<br />

moderado y con tubos de material plástico y


Tópicos Selectos en Medicina Interna - GASTROENTEROLOGÍA<br />

con una aguja inyectora, que inclusive puede<br />

habilitársele en forma artesanal y adicionársele<br />

al extremo de los tubos, material que puede<br />

conseguirse fácilmente. Los resultados son<br />

óptimos, inyectando sustancia esclerosante o<br />

una simple solución fisiológica, con o sin<br />

solución de adrenalina al 1:10 000.<br />

Con endoscopios de canal ancho se introducen,<br />

bandas elásticas, clips, probeta caliente<br />

y dispositivos para dirigir el argón plasma<br />

permiten cohibir, en muchos casos la fuente<br />

de sangramiento. Estos últimos procedimientos<br />

son utilizados en unidades especializadas,<br />

pero que no han modificado sustancialmente<br />

los éxitos obtenidos con los aditamentos<br />

asequibles consignados.<br />

Las úlceras pépticas sangrantes o que han<br />

sangrado, presentan diferentes características<br />

endoscópicas que nos permite establecer una<br />

actitud inmediata o diferida, asunto que lo<br />

indicaremos al hablar <strong>del</strong> pronóstico.<br />

Una excelente tipificación de estas lesiones<br />

fueron establecidas por Forrest Figuras 20, 21,<br />

22, y 23.<br />

En esta clasificación las úlceras se presentan<br />

con sangramiento activo y se les clasifica como<br />

Forrest I, con sus variantes en las que se<br />

observa sangramiento en chorro de origen<br />

arterial y la modalidad IIb en la que el<br />

Figura 20. Signos endoscópicos de sangrado por<br />

úlcera según Forrest<br />

46<br />

Figura 21. Clasificación de Forrest. Ia, Ib<br />

Figura 22. Clasificación de Forrest. IIa, IIb<br />

Figura 23. Clasificación de Forrest. IIc, III<br />

sangrado es también activo, presentándose<br />

como un rezumamiento (oozing).<br />

Las formas Forrest II, con sus modalidades:<br />

Forrest IIa se observa el vaso que ha sangrado<br />

(vaso visible); Forrest IIb con un coágulo<br />

adherido que cubre el vaso que ha sangrado,<br />

El Forrest IIc es una mancha negruzca,<br />

circunscrita y que representa el taponamiento


<strong>Hemorragia</strong> Digestiva Aguda - Dr. Hernán Espejo Romero, Dr. Hermes Velásquez Chamochumbi<br />

<strong>del</strong> vaso con un coágulo hematinizado, y que<br />

ha evolucionado tomando el aspecto negruzco<br />

con formación de escara.<br />

El Forrest III representa una úlcera de lecho<br />

blanquecino y limpio y bordes congestionados<br />

que explican el sangramiento de tipo<br />

capilar, a diferencia de las modalidades I y II<br />

que serían úlceras con sangramiento arterial.<br />

A las modalidades II y III se les considera como<br />

verdaderos estigmas de sangramiento, Tablas<br />

6 y 7.<br />

Tabla 6. Tipos de Forrest en 100 casos de úlceras<br />

sangrantes según Laine Laine L, Peterson J:<br />

Bleeding peptic ulcer. N Engl J Med 331:717,<br />

1994.<br />

Tabla 7. Tipos de Forrest en 203 casos<br />

nuestros de úlceras sangrantes<br />

La comparación de estas dos tablas no tiene<br />

grandes diferencias.<br />

Las erosiones las clasificamos en la siguiente<br />

forma Tabla 8 y Figuras 24 y 25:<br />

La forma EI es la erosión con sangrado activo<br />

o en napa de tipo capilar (no puede hablarse<br />

de erosión con sangrado arterial).<br />

Las formas EII son estigmas de sangrado, con<br />

sus tipos EIIa que es una erosión con coágulo;<br />

la forma EIIb es una erosión con mancha<br />

negruzca.<br />

47<br />

Tabla 8. Clasificación de erosiones y estigmas en<br />

la gastritis hemorrágica Clasificación propuesta<br />

por el Dr. Espejo<br />

Figura 24. Formas de presentación y estigmas<br />

de erosiones sangrantes.<br />

Figura 25. Típica evolución de una erosión<br />

La EIIc es una erosión con depósito blanquecino.<br />

La forma EIIIa se presenta como mancha o<br />

manchas petequiales y la forma EIIIb aparece<br />

como una congestión difusa pero marcada.<br />

Puede argumentarse a esta clasificación que<br />

la forma EIIIb no señala exactamente el origen


Tópicos Selectos en Medicina Interna - GASTROENTEROLOGÍA<br />

<strong>del</strong> sangrado; pero ante un cuadro de melena<br />

producida por erosión sangrante, la evolución<br />

es más rápida que la úlcera y puede<br />

desaparecer a pocas horas <strong>del</strong> sangrado: Las<br />

formas de mancha negruzca y de erosión de<br />

fondo limpio pueden permanecer mucho más<br />

tiempo y posiblemente hayan causado una<br />

hemorragia de mayor consideración.<br />

Cápsula endoscópica<br />

Es un sistema novedoso e interesante, que<br />

puede permitir el diagnóstico topográfico <strong>del</strong><br />

sangramiento y constituye método muy poco<br />

asequible en nuestro medio y que se reserva<br />

para las llamadas hemorragias de origen<br />

oscuro o no determinado, proveniente <strong>del</strong><br />

intestino <strong>del</strong>gado y menos <strong>del</strong> colon;<br />

representan un porcentaje poco significativo<br />

en relación a los otros segmentos <strong>del</strong> tubo<br />

digestivo.<br />

Intestinoscopio<br />

Su uso ha ido mejorando en relación a su<br />

desarrollo, como ocurre con el endoscopio de<br />

doble balón, constituye una buena alternativa<br />

para el diagnóstico, incluyendo la terapéutica<br />

en casos de sangramiento; pero también cabe<br />

atingencia semejante a la señalada para la<br />

cápsula endoscópica. Estos dos últimos<br />

procedimientos son costosos, requieren<br />

mucho tiempo y buen entrenamiento como<br />

lo señala Gralnek (24) y que al reducir en 2 ó<br />

3 puntos porcentuales (porcentaje de<br />

hemorragias no diagnosticadas en nuestra<br />

experiencia es <strong>del</strong> 5%) no modifican<br />

sustancialmente el pronóstico global.<br />

Arteriografía<br />

Esta indicada cuando no es posible que el<br />

origen de una hemorragia persistente, sea<br />

localizada por el examen endoscópico y que<br />

la fuente de sangramiento proceda <strong>del</strong><br />

estómago y de los primeros tramos<br />

duodenales.<br />

Su uso puede estar limitado por no contar<br />

con una unidad que realice el examen en el<br />

48<br />

momento oportuno, y que la velocidad de<br />

sangramiento tenga un mínimo de 0,5ml;<br />

ambas situaciones limitan su utilidad.<br />

Contando con la primera facilidad y haciendo<br />

un estudio secuencial de la pérdida sanguínea,<br />

puede determinarse si el sangrado es continúo<br />

y persistente.<br />

Si se sospecha una hemobilia, después de un<br />

procedimiento invasivo, como es el caso de<br />

una biopsia hepática, o cirugía previa al<br />

sangrado en la vía biliar, el método cobra<br />

mucha importancia.<br />

Gammagrafía marcada con 99Tc Se utiliza igualmente cuando no se precisa la<br />

topografía de la lesión y el procedimiento<br />

permite que un contador gamma detecte la<br />

acumulación <strong>del</strong> radioisótopo en el lugar de<br />

la hemorragia. El método que no es invasivo,<br />

tiene como limitación, el que todo centro no<br />

cuente con una unidad de radioisótopos.<br />

Endoscopía preoperatoria<br />

En muchas ocasiones de hemorragia oscura y<br />

cuando no se puede o no se cuenta con los<br />

medios señalados, es permisible una<br />

endoscopía intraoperatoria, que con buena<br />

técnica y paciencia <strong>del</strong> endoscopista y el<br />

cirujano, localiza la lesión y cohíbe el<br />

sangramiento.<br />

PRONÓSTICO<br />

Los siguientes factores ayudan a establecer el<br />

pronóstico.<br />

Tabla 9. Factores pronósticos


<strong>Hemorragia</strong> Digestiva Aguda - Dr. Hernán Espejo Romero, Dr. Hermes Velásquez Chamochumbi<br />

La clasificación de Forrest sirve para establecer<br />

el pronóstico de acuerdo a las imágenes<br />

endoscópicas, como se señala en la Tabla 9 y<br />

sobre todo para establecer la posibilidad de<br />

la recidiva. Por ejemplo, si se encuentra un<br />

Forrest I y IIa, el pronóstico es malo y por lo<br />

tanto cabe tomar actitud más agresiva para<br />

determinar la fuente de sangrado y su<br />

eventual tratamiento endoscópico. En la Tabla<br />

10 se consigna el porcentaje de resangrado<br />

de acuerdo a la clasificación de Forrest.<br />

Tabla 10. Estigmas endoscópicos de hemorragia<br />

reciente, y su posibilidad de recidiva según la<br />

clasificación de Forrest, establecido por la<br />

American Society Endoscopy en el año 2001<br />

En las erosiones sangrantes el pronóstico<br />

generalmente es mejor, pues en ellas el<br />

sangrado generalmente es de menos<br />

intensidad y cesa espontáneamente, sobre<br />

todo cuando los estigmas son de tipo EIII.<br />

Los datos proporcionados por la clasificación<br />

de Forrest son muy importantes conforme lo<br />

establece la Sociedad de Endoscopía<br />

Gastrointestinal de Norteamérica, que<br />

establece porcentualmente los márgenes de<br />

recidiva. Bjorkman, por ejemplo, si un<br />

paciente presenta el estigma III, el porcentaje<br />

de recidiva es casi nulo y el paciente puede<br />

volver nuevamente a su hogar después de<br />

haber sido atendido en la emergencia y<br />

diagnosticado en la unidad especializada. Por<br />

el contrario el hallazgo de un Forrest de la<br />

categoría I implica que el paciente debe ser<br />

sometido a una terapia endoscópica intensiva<br />

e inmediata, de este modo se impide una<br />

ulterior pérdida de sangre, un resangrado y<br />

49<br />

aumento de la mortalidad. En los casos de<br />

Forrest III y aun <strong>del</strong> IIc, no es indispensable la<br />

hospitalización disminuyéndose los costos. La<br />

presencia de vaso visible o un coágulo centinela<br />

sirve para tomar una conducta menos<br />

agresiva en el tiempo, hasta la compensación<br />

adecuada y la reposición de la sangre pérdida.<br />

La presencia de una mancha negruzca, indica<br />

que el proceso se ha detenido y la ulceración<br />

esta prácticamente defendida por una<br />

evolución adecuada. Con los cuidados<br />

respectivos el paciente puede ser evacuado.<br />

En todos los casos la conducta ulterior para el<br />

tratamiento de la úlcera debe ser establecida.<br />

La hemorragia producida por erosiones<br />

sangrantes, que por lo demás, no conllevan<br />

un alto riesgo, porque muchas de ellas son<br />

de carácter leve y que aun no requieren<br />

transfusión sólo debe servirnos como factor<br />

de alarma y de cuidados en sus etapas de<br />

posible actividad, para después evitar factores<br />

de riesgo (ingestión de AINEs y aspirina, sepsis,<br />

descompensación de enfermedades renales o<br />

pulmonares, stress, etc.).<br />

El sangramiento por várices en su fase activa,<br />

tienen el pronóstico que siempre es grave,<br />

requiere de una pronta actitud que la<br />

consignaremos más a<strong>del</strong>ante y que se agrava<br />

cuando una cirrosis tenga la categoría de<br />

Chaild III y aún II.<br />

MORTALIDAD<br />

La mortalidad es un aspecto que debe ser<br />

claramente establecido. La tasa de mortalidad<br />

alcanza el 14% en algunos estudios, pero<br />

manteniéndose estable entre 8 al 10% hasta<br />

el año 1995 según Longstreth y Rockall.<br />

La mortalidad por úlcera péptica según Laine<br />

se sitúa en el 11% cuando la hemorragia es<br />

activa (Ia y Ib). En caso <strong>del</strong> vaso visible y<br />

coagulo rojo la mortalidad representa el 3 al<br />

5%. Si se establece el diagnóstico de IIc y III<br />

la mortalidad es <strong>del</strong> 0,5%.<br />

Cuando a los pacientes se les sometió a terapia<br />

endoscópica, la mortalidad global fue <strong>del</strong> 2%<br />

y en los que no se estableció esta forma de<br />

tratamiento, fue de 6%.


Tópicos Selectos en Medicina Interna - GASTROENTEROLOGÍA<br />

En nuestra casuística la norma ha sido ser un<br />

tanto agresivos y la mortalidad global en caso<br />

de úlcera péptica se ha reducido al 1,5%.<br />

Estos porcentajes de mortalidad son básicamente<br />

para hemorragia no variceal.<br />

La mortalidad várices sangrantes lógicamente<br />

es mayor. La literatura consigna un porcentaje<br />

hasta el 30%. En nuestra Unidad esta no ha<br />

sobrepasado el 20%.<br />

TRATAMIENTO<br />

En el 80 al 85% de los pacientes con hemorragia,<br />

que solicitan atención <strong>del</strong> médico, sea en<br />

su consultorio o en la emergencia hospitalaria,<br />

el cuadro hemorrágico ha cesado sin tratamiento.<br />

No obstante de esta apreciación, es<br />

necesario establecer un diagnóstico adecuado,<br />

especialmente por endoscopía, si se cuenta con<br />

el, aun en el consultorio de un especialista. Si<br />

los medios son más limitados el clínico o el<br />

gastroenterólogo pueden hacer uso de medios<br />

más simples, pero no menos importantes e<br />

útiles, como una buena anamnesis, examen<br />

clínico adecuado, exámenes de laboratorio<br />

bien seleccionados, sonda nasogástrica, entre<br />

otros. Lógicamente, según las circunstancias,<br />

el paciente debe recurrir a centros hospitalarios<br />

y mejor aun si estos cuentan con una Unidad<br />

especializada.<br />

Después de haber evaluado, en lo posible y<br />

rápidamente las causas etiológicas, antecedentes<br />

y gravedad <strong>del</strong> cuadro, el objetivo principal<br />

de la terapéutica reside en tratar de<br />

restaurar la volemia.<br />

Se administrará, en el plazo más breve líquidos<br />

por vía intravenosa, cuya cantidad y tipo se<br />

decidirá en relación a la situación <strong>del</strong> paciente,<br />

en algunos casos antes o paralelamente de<br />

realizar la historia.<br />

Canalizar la vena y mantener vías antes que<br />

puedan colapsarse por intensidad <strong>del</strong> cuadro.<br />

El líquido, fácil de ser obtenido es el suero<br />

fisiológico, cuya cantidad no debe sobrepasar<br />

inicialmente los 1 000ml, sobre todo si<br />

hay antecedentes de hipertensión. La solución<br />

de glucosa sigue a la <strong>del</strong> suero fisiológico<br />

teniéndose en cuenta si el paciente es un<br />

diabético. Sin embargo, estas cantidades<br />

50<br />

señaladas inicialmente, remplazan a una<br />

pérdida también inicial. La velocidad de infusión<br />

se establece de acuerdo a la estabilización<br />

hemodinámica, que en muchos casos se hace<br />

más rápidamente.<br />

No saturar el volumen sanguíneo, pues una<br />

moderada hipotensión es más adecuada que<br />

el violento ingreso de la solución que contiene<br />

sodio.<br />

Paralelamente se solicita los exámenes auxiliares<br />

que nos indicaran datos complementarios<br />

de la magnitud <strong>del</strong> sangramiento; el banco<br />

de sangre debe estar presto a proporcionar<br />

este elemento. No siempre es posible que el<br />

paciente tenga un documento donde figura<br />

su grupo sanguíneo y el dato oral no es<br />

siempre digno de confianza.<br />

Estabilizada la condición <strong>del</strong> paciente y según<br />

la intensidad <strong>del</strong> sangrado, se indica la<br />

hospitalización, en lo posible, en una unidad<br />

especializada, donde se efectuará la endoscopía<br />

de urgencia con sus procedimientos<br />

complementarios, si son necesarios. Estas<br />

unidades son muy útiles para establecer el<br />

diagnóstico que permitirá que el paciente<br />

permanezca en dicha unidad para la monitorización<br />

y cuidados permanentes o ser trasladado<br />

a un piso de hospitalización o aun ser<br />

evacuado a su domicilio.<br />

La necesidad de sangre se establece por la<br />

intensidad <strong>del</strong> sangrado después de haberse<br />

correlacionado con la hemoglobina y con el<br />

hematocrito. En los pacientes añosos y sobre<br />

todo con antecedentes isquémicos, la<br />

hemoglobina no debe bajar de los 10gr. y el<br />

hematocrito de 30. Debe recibir O adicional.<br />

2<br />

Personas más jóvenes que sangran por úlcera<br />

o gastritis no deben recibir sangre, salvo que<br />

la pérdida sea considerable; anecdóticamente<br />

ciertas religiones como las de los testigos de<br />

Jehová no permiten la transfusión sanguínea<br />

y en estos casos dramáticos el suero fisiológico,<br />

el oxígeno, soluciones de tipo lactato<br />

Ringer y aun procedimientos endoscópicos<br />

agresivos o la operación, se indicaran sino se<br />

estabiliza la condición <strong>del</strong> paciente.<br />

Los catéteres venosos deben ser utilizados en<br />

algunos pacientes que requieren monitorización<br />

por su estado comprometedor.


<strong>Hemorragia</strong> Digestiva Aguda - Dr. Hernán Espejo Romero, Dr. Hermes Velásquez Chamochumbi<br />

Si hay factores alterados de coagulopatía<br />

recurrir a plasma fresco, prefiriendo glóbulos<br />

rojos lavados, sobre todo en pacientes de<br />

edad, potencialmente hipertensos.<br />

Sin ser un axioma, las transfusiones no debe<br />

consistir en menos de 500ml o un paquete<br />

globular, pues posiblemente, la condición <strong>del</strong><br />

enfermo no lo ha requerido.<br />

Procedimientos especiales<br />

Si no se cuenta con elementos más rendidores,<br />

no existe contraindicación para efectuar<br />

lavados con agua helada, empleando las<br />

conocidas sondas de Levine de calibre relativamente<br />

grueso.<br />

La sonda de Sengstaken-Blakemore y su<br />

modificación, debe ser utilizada sobre todo<br />

cuando no se cuenta con otros procedimientos,<br />

como ya lo hemos indicado anteriormente.<br />

Tratamiento endoscópico<br />

Suele considerarse el método más eficaz para<br />

el control de la hemorragia ulcerosa <strong>aguda</strong> y<br />

según el aspecto de ella, la prevención de una<br />

hemorragia recurrente conforme lo demostró<br />

desde hace más de una década Cook en 1992.<br />

Reduce la mortalidad, sobre todo en pacientes<br />

de alto riesgo como lo ha señalado, la American<br />

Society for Gastrointestinal Endoscopy.<br />

A pesar de que en manos inexpertas las<br />

complicaciones, como agravar la hemorragia<br />

o provocar perforaciones puede llegar hasta<br />

el 20%, en servicios especializados estas<br />

complicaciones son raras y se sitúan, en o en<br />

menos <strong>del</strong> 1%.<br />

Entre estos procedimientos debe consignarse<br />

en orden de posibilidades:<br />

Terapia con inyecciones que representa la<br />

principal modalidad no térmica, utilizándose<br />

adrenalina (1:10 000) etanol absoluto,<br />

dextrosa al 50% en agua y aun solución<br />

fisiológica. La ejecución de abones alrededor<br />

de la lesión, es la causa fundamental para<br />

detener el sangramiento activo de un vaso<br />

como lo señala también Cook.<br />

51<br />

La electrocoagulación monopolar no es la más<br />

adecuada, por la adherencia <strong>del</strong> tejido; en la<br />

zona donde se ha producido la electricidad;<br />

mejor resultado da la electrocoagulación<br />

bipolar o multipolar, pero con la misma<br />

atingencia.<br />

Sonda térmica, llamada también probeta<br />

caliente, con su extremo cubierto de un<br />

material de teflón impide la adherencia <strong>del</strong><br />

tejido y el éxito de este procedimiento esta<br />

en la aplicación directa con la sonda para<br />

obtener el taponamiento <strong>del</strong> vaso sangrante<br />

y el uso de una corriente de calor medido en<br />

Jules y limpieza de la zona comprometida con<br />

la ayuda de un chorro de agua regulado<br />

automáticamente, también posibilita<br />

aplicaciones repetidas obteniéndose mejores<br />

resultados.<br />

La aplicación de rayo láser es procedimiento<br />

caro, poco práctico para detener el sangramiento<br />

sustituible por otros métodos.<br />

Algunas unidades especializadas cuentan con<br />

argón plasma, que por su fácil manejo es de<br />

mucha utilidad para lesiones difusas, como<br />

es el caso de la gastropatía hipertensiva sangrante,<br />

alteraciones de tipo Rendow-Osler<br />

entre otras.<br />

La probeta caliente y aun la inyectoterapia<br />

son procedimientos que dan mejor resultado,<br />

en caso de sangramiento arterial, mientras<br />

que el argón plasma es más efectivo en las<br />

lesiones difusas ya mencionadas.<br />

Las bandas elásticas son útiles en caso de<br />

hemorragia en el estómago por lesión de<br />

Dieulafoy. Su aplicación será comentada en<br />

la hemorragia váriceal.<br />

El tratamiento con láser o hemoclips da<br />

resultados iguales o ligeramente superiores a<br />

los obtenidos con las otras modalidades, pero<br />

las sondas térmicas o bipolares y las inyecciones,<br />

de prácticamente cualquier sustancia,<br />

son los métodos preferidos debido a su menor<br />

complejidad, asequibilidad y a la mayor<br />

experiencia con su aplicación.<br />

Debe señalarse, en términos generales, que<br />

la mortalidad, si bien puede disminuir con<br />

métodos más sofisticados y técnicamente más


Tópicos Selectos en Medicina Interna - GASTROENTEROLOGÍA<br />

complicados, no han influenciado, en gran<br />

manera en los resultados; lo más importante<br />

es impedir la exanguinación, adecuada<br />

reposición de volúmenes, transfusión en el<br />

momento oportuno, diagnóstico certero y<br />

procedimientos más asequibles.<br />

Modalidades combinadas<br />

Un estudio muy interesante realizado por<br />

Cheng demostró que la hemostasia combinada<br />

con la sonda térmica y la inyectoterapia no es<br />

significativa mayor y da cifras <strong>del</strong> 99 a 98%<br />

para este método y la simple inyectoterapia<br />

respectivamente.<br />

En nuestra experiencia, en el inicio <strong>del</strong><br />

funcionamiento de la Unidad de <strong>Hemorragia</strong><br />

en 1 997 comparada con la <strong>del</strong> año 2 004,<br />

con la introducción de nuevos procedimientos<br />

la mortalidad no ha variado sustancialmente.<br />

Repetición <strong>del</strong> tratamiento endoscópico<br />

Denominada segunda mirada a las 24 horas,<br />

se reservarse a los casos de pacientes con alto<br />

riesgo endoscópico y en los pacientes en los<br />

que no haya cesado la hemorragia.<br />

Tratamiento farmacológico<br />

Se emplea los inhibidores de la bomba de<br />

protones, en razón de que el aumento <strong>del</strong> pH<br />

promueve la agregación de plaquetas y que<br />

el pH ácido retraza la coagulación dando lugar<br />

a la disolución <strong>del</strong> coágulo, como lo demostró<br />

Patchett.<br />

El omeprazol en dosis de 80mg por vía intravenosa<br />

después <strong>del</strong> tratamiento endoscópico,<br />

seguido de la infusión de 8mg/hora durante<br />

72 horas y de 40mg por vía oral cada 12 horas<br />

durante 5 días, reduce en grado significativo<br />

la tasa de recurrencia, en pacientes intervenidos<br />

quirúrgicamente o en aquellos con vaso<br />

sanguíneo visible no sangrante o con coágulo<br />

adherido, en el caso en que no hayan recibido<br />

terapia endoscópica. Si bien en este último<br />

procedimiento, en algunos estudios no ha<br />

demostrado beneficios sustanciales, en la<br />

práctica debe ser utilizado.<br />

52<br />

Tratamiento quirúrgico<br />

Esta reservado, sobre todo para pacientes con<br />

hemorragia recurrente, en los que fracasó el<br />

tratamiento endoscópico estándar. Tener en<br />

cuenta, que la mortalidad operatoria es muy<br />

alta, <strong>del</strong> 5 al 10%, debido a que los pacientes<br />

sometidos a cirugía son generalmente de alto<br />

riesgo (edad, cuantía de la hemorragia,<br />

cantidad de transfusiones empleadas, enfermedades<br />

comórbidas, etc.).<br />

Cuando la cirugía esta indicada, no debe<br />

recurrirse a la observación armada, porque<br />

esta pueda ser más bien una actitud por falta<br />

de decisión rápida y oportuna tomada por el<br />

equipo médico quirúrgico. Es peligroso la<br />

exsanguinación y aun el exceso de sangre<br />

transfundida.<br />

Pronóstico<br />

El pronostico esta dado por los factores ya<br />

señalado. Por ejemplo, en un paciente con<br />

una úlcera especialmente en estómago, en un<br />

cirrótico que no sangra por várices, se eleva<br />

la mortalidad por úlcera sangrante, por<br />

razones obvias.<br />

Cualquier lesión sangrante en pacientes<br />

cirróticos, con patología no ulcerosa, conlleva<br />

un mayor riesgo.<br />

En la úlcera péptica el pronóstico es mejor, por<br />

que se da en un rango de menos edad y también<br />

con menos enfermedades comórbidas; sin<br />

embargo, el pronóstico es menos alentador<br />

cuando se trata de una úlcera de más de 2cms<br />

o situada en el tercio superior de la curvatura<br />

menor o en la pared posterior <strong>del</strong> duodeno;<br />

igualmente cuando ella se acompaña con otras<br />

entidades comórbidas. La úlcera gástrica<br />

generalmente cursa en pacientes de mayor<br />

edad comparado con lo que sucede en la úlcera<br />

duodenal y por lo tanto presenta un pronóstico<br />

más desfavorable.<br />

En la actualidad el número de pacientes que<br />

requiere cirugía es cada vez menor. Se<br />

considera, que a pesar <strong>del</strong> avance de la cirugía<br />

no se ha rebajado el 10% de mortalidad. El<br />

clínico esta obligado hacer uso, en lo posible,<br />

de procedimientos, diagnósticos y terapia


<strong>Hemorragia</strong> Digestiva Aguda - Dr. Hernán Espejo Romero, Dr. Hermes Velásquez Chamochumbi<br />

endoscópica adecuada, temprana y aún<br />

repetida.<br />

De los 7 299 pacientes con hemorragia<br />

<strong>digestiva</strong> atendidos en la Unidad, entre los<br />

años 1 994 al 2 004, sólo requirieron tratamiento<br />

quirúrgico 303 (4,6%) y la mortalidad<br />

operatoria de estos casos fue <strong>del</strong> 7%.<br />

Es fácil entender que el sangramiento por<br />

várices, tercera causa de frecuencia, después<br />

de la úlcera péptica, tiene un pronóstico<br />

alarmante y el empleo de las bandas elásticas<br />

e inyectoterapia lo ha mejorado. La gastritis<br />

hemorrágica tiene un mejor pronóstico y la<br />

mortalidad global, no supera el 1%.<br />

Las lesiones vasculares, como es el caso de las<br />

angiodisplasias o la lesión de Dieulafoy, pueden<br />

sangrar profusamente y además, su diagnóstico<br />

no es fácil en el período agudo de sangramiento;<br />

felizmente son causas no frecuentes y no alteran<br />

la cifra global de mortalidad.<br />

El sangrado por desgarro de Mallory Weiss no<br />

representa en nuestra experiencia el porcentaje<br />

dada por otros autores como Wilcox y<br />

generalmente es una hemorragia autolimitada.<br />

La característica de la sangre por el vómito o<br />

por la obtenida a través de la sonda nasogástrica,<br />

también establece un diagnóstico<br />

bastante certero asequible para el clínico.<br />

La cantidad de sangre transfundida es un índice<br />

que indica la severidad; muchas de las<br />

hemorragias no requieren transfusión por<br />

haberse autolimitado. El empleo equivalente<br />

a los 2 000ml de sangre o cuatro paquetes<br />

globulares, en las primeras 24 horas y que no<br />

permiten la estabilización <strong>del</strong> paciente, nos<br />

obliga, a repetir el procedimiento endoscópico<br />

con actitud más agresiva y aun a la cirugía.<br />

Una hemorragia que continúa o que se ha<br />

establecido en el hospital requiere de muy<br />

buena observación. También tiene un<br />

pronóstico no favorable.<br />

Un enfermo que requiere operación de urgencia<br />

tiene menos posibilidades de recuperación.<br />

Finalmente el que no exista un equipo<br />

multidisciplinarlo y un banco de sangre,<br />

aumentan el porcentaje de óbitos.<br />

53<br />

HEMORRAGIA DIGESTIVA BAJA<br />

Como se ha dicho, es la hemorragia<br />

proveniente <strong>del</strong> tracto digestivo por debajo<br />

<strong>del</strong> ángulo de Treitz. Su incidencia esta mal<br />

establecida como lo refiere Zuccaro porque<br />

varía en función a diversos factores, como la<br />

edad, los métodos de diagnóstico empleados,<br />

patología regional y también porque muchos<br />

pacientes presentan cuadro leve de<br />

hemorragia, como es el caso de los<br />

hemorroides, que por lo tanto sus portadores<br />

no concurren a la emergencia y menos aun,<br />

son hospitalizados, figurando en forma<br />

irregular en las estadísticas.<br />

Casi todas las casuísticas señalan que la<br />

enfermedad diverticular es la causa más<br />

frecuente de sangramiento, seguida por las<br />

angiodisplasias, los tumores y más<br />

alejadamente por enfermedades inflamatorias,<br />

isquémicas, infecciosas actínicas etc. en<br />

nuestra casuística esta situación seda en más<br />

o en menos. El sangramiento por enfermedad<br />

diverticular en pacientes autóctonos de la<br />

altura, es raro, por que esta entidad, es<br />

excepcional en esta región.<br />

La proporción de hemorragia <strong>digestiva</strong> baja en<br />

la literatura varía entre el 15 al 20%; en nuestra<br />

Tabla 11. Causas de hemorragia <strong>digestiva</strong> baja<br />

en 219 casos.<br />

Enero 1994 – agosto 2000


Tópicos Selectos en Medicina Interna - GASTROENTEROLOGÍA<br />

experiencia hospitalaria, en 4 096 observaciones<br />

409 correspondieron a hemorragia <strong>digestiva</strong><br />

baja, que representa el 10%.<br />

La tabla 11 no expresa la relación exacta entre<br />

la HDA y la HDB; sólo se ha tomado en cuenta<br />

219 casos de la casuística total registrada hasta<br />

agosto <strong>del</strong> 2000, que corresponden a 409<br />

casos.<br />

Autores como Boley, Elta G. y Rockey señalan<br />

que la causa más frecuente es la diverticulosis<br />

con porcentajes de 43 a 50% muy semejante<br />

a lo observado por nosotros que se sitúa en el<br />

45%. Se señalaba que los diverticulos que<br />

sangraba, en el 70% de los casos estaban<br />

situados en el lado derecho, pero estudios más<br />

recientes como el de Foutch y con el uso más<br />

frecuente y mejor entrenamiento en la<br />

colonoscopia, hay mayor frecuencia en las <strong>del</strong><br />

lado izquierdo.<br />

El sangramiento presumiblemente resulta de<br />

una arteria que penetra en el divertículo en<br />

su parte más prominente, causada por inflamación<br />

y por la presión ejercida en el saco<br />

diverticular.<br />

Se ha propuesto diversos esquemas para<br />

determinar la severidad <strong>del</strong> sangramiento<br />

agudo <strong>del</strong> colon y un último estudio efectuado<br />

en Massachusett por Lisa informa que enfermedades<br />

como la ectasia vascular o angiodisplasia,<br />

así como malformaciones arteriovenosas<br />

no representaban en el año 1920 causas<br />

estimables; ya en los años 1950 las neoplasias<br />

colónicas y la enfermedad diverticular fueron<br />

ya tomadas en cuenta. En 1970 las anormalidades<br />

vasculares, especialmente en la región<br />

cecal representaban un porcentaje estimable.<br />

En 1980 estas alteraciones ya son tomadas<br />

muy en cuenta como una importante causa,<br />

acercándose al porcentaje de la diverticulosis<br />

como origen de la hemorragia, por el uso de<br />

la colonoscopía.<br />

En nuestra experiencia, en los primeros años de<br />

funcionamiento de la Unidad de <strong>Hemorragia</strong>,<br />

las formaciones de este tipo alcanzan un 7% y<br />

en el año 2004 este porcentaje aumenta al 12%.<br />

Cabe señalar, que las neoplasias de colon y<br />

recto, así como la proctitis actínica, son impor-<br />

54<br />

tantes causa de hemorragia en nuestro medio<br />

hospitalario.<br />

La colitis ulcerosa y sobre todo el Crohn, son<br />

entidades raras o poco frecuentes en nuestro<br />

medio, como lo señala Vera Calderón encontrando<br />

2,1 casos por año en enfermos antiguos<br />

y nuevos entre los años 2001 al 2003; la incidencia<br />

(casos nuevos por años) sería aun<br />

menor. En la Tabla 10 la colitis ulcerosa sólo se<br />

presentó como causa de hemorragia activa y<br />

considerable sólo en 2 pacientes de un total<br />

de 219, es decir el 0,96%.<br />

La fiebre tifoidea puede complicarse con<br />

sangramiento masivo y que por ser enfermedad<br />

frecuente en nuestro medio, no es<br />

infrecuente que sea causa de hemorragia. Ante<br />

una hemorragia baja, en personas generalmente<br />

jóvenes con cuadro clínico infeccioso<br />

y que presentan una hemorragia, después de<br />

2 ó 3 semanas de proceso febril, es imperioso<br />

pensar en esta enfermedad infecciosa.<br />

En la literatura el 75% proceden <strong>del</strong> colon,<br />

15% <strong>del</strong> intestino <strong>del</strong>gado y el 6 al 10%, en<br />

algunas estadísticas no señalan la topografía<br />

ni la fuente de sangrado.<br />

En la serie de 219 caso de hemorragia <strong>digestiva</strong><br />

baja no se estableció el diagnóstico en<br />

20%, en una nueva serie hasta el año 2004<br />

este porcentaje se redujo al 15%, probablemente<br />

debido a mayor experiencia y también<br />

al uso de una mejor limpieza <strong>del</strong> colon.<br />

DIAGNÓSTICO<br />

La colonoscopia es el examen de elección que<br />

hace aun posible, la transposición de la válvula<br />

ileocecal y observar el íleo terminal; permite<br />

aplicar terapia endoscópica para detener o<br />

prevenir resangrado, con un rendimiento que<br />

va <strong>del</strong> 70 al 92%.<br />

La angiografía es otro método utilizable en<br />

estos casos y debe ser empleada en pacientes<br />

hemodinámicamente inestables, en quienes<br />

no se puede realizar la colonoscopía y en los<br />

que la hematoquezia recurrente no permite<br />

detectar la causa <strong>del</strong> sangrado. Como condición<br />

se requiere que la velocidad de sangrado<br />

sea estimada en 0,5ml /minuto, cosa que


<strong>Hemorragia</strong> Digestiva Aguda - Dr. Hernán Espejo Romero, Dr. Hermes Velásquez Chamochumbi<br />

no siempre es posible en la práctica, pero que<br />

puede ser facilitada por la observación <strong>del</strong><br />

sangrado persistente. La sensibilidad diagnóstica<br />

es variable, con un promedio <strong>del</strong> 50%.<br />

Este procedimiento, desgraciadamente requiere<br />

de la existencia de una Unidad Intervencionista.<br />

La gammagrafía tiene un acierto <strong>del</strong> 40% y<br />

necesita de indicaciones semejantes a la<br />

arteriografía.<br />

La cápsula endoscópica y la enteroscopia<br />

retrograda son también utilizadas con las<br />

limitaciones señaladas, cuando se les emplea<br />

en casos de hemorragia <strong>digestiva</strong> alta.<br />

TRATAMIENTO<br />

La gran mayoría de estas hemorragias cesan<br />

en forma espontánea, aun en mayor proporción<br />

que las altas.<br />

Si bien la hemorragia <strong>digestiva</strong> <strong>aguda</strong> baja,<br />

es mucho menos frecuente que la alta y con<br />

menos de complicaciones hemodinámicas<br />

siempre representa un desafío para el clínico.<br />

Los procedimientos endoscópicos como los<br />

térmicos, mecánicos y el argón plasma adicionado<br />

a buen uso de reposición <strong>del</strong> volumen<br />

sanguíneo y de la sangre, hacen que la mortalidad<br />

se sitúe por debajo <strong>del</strong> 4%, pese a que<br />

muchos de los sangramientos, por no decir<br />

de la mayoría, son diagnosticadas en enfermos<br />

por encima de los 60 años.<br />

Agradecimientos<br />

Se agradece a todos los miembros <strong>del</strong> Departamento<br />

y en especial a los profesionales que<br />

efectúan la guardia en la Unidad de <strong>Hemorragia</strong><br />

Digestiva.<br />

Al Sr. Javier Bravo Medrano por su trabajo en<br />

la diagramación <strong>del</strong> presente artículo.<br />

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