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la guerra con chile - Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann

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UNJBG/ UTI [ LA GUERRA CON CHILE]<br />

batallón Zepita N° 29 por <strong>la</strong> calle Lima, y peleó <strong>con</strong> decisión hasta quedar casi destruido. Lo<br />

apoyaron el Ancash Nº 25 y el Jauja N° 23 entre grandes pérdidas. Después de media hora de<br />

incertidumbre, entre 10 y 10 y 30 de <strong>la</strong> mañana, reforzaron a Lynch tropas de refresco y un<br />

número <strong>con</strong>siderable de cañones, incluyendo los de montaña que por razón de <strong>la</strong>s incidencias<br />

de <strong>la</strong> lucha, poco habían podido antes hacer. A costa de 88 jefes y oficiales y 1.873 soldados<br />

(según cifras oficiales <strong>chile</strong>nas) Lynch logró por fin esca<strong>la</strong>r el Morro So<strong>la</strong>r y capturar a Iglesias, a<br />

cuyo <strong>la</strong>do veíase a otros jefes, a <strong>la</strong>s dos de <strong>la</strong> tarde.<br />

Sólo hubo 280 prisioneros en este lugar aunque habían combatido 4.500 peruanos. Entre los<br />

muertos estuvo el hijo primogénito de Iglesias, Alejandro. Al bajar del cerro prisionero el<br />

valiente jefe de <strong>la</strong> resistencia, saludó militarmente a este cadáver, según narra una tradición<br />

familiar.<br />

La resistencia en el Morro So<strong>la</strong>r duró más tiempo que <strong>la</strong> resistencia en el Morro de Arica.<br />

Pedro Dávalos y Lissón, a base de un re<strong>la</strong>to de Guillermo Billinghurst, ha escrito: "A <strong>la</strong>s dos de<br />

<strong>la</strong> tarde, el ministro de Guerra don Miguel Iglesias, su ayudante Víctor Castro Iglesias, el jefe de<br />

Estado Mayor don Guillermo Billingurst, don Carlos de Piéro<strong>la</strong>, jefe de Guardia peruana, el<br />

coronel Valle Riestra, su hijo Alfredo, teniente, y otros de más alta graduación, en <strong>con</strong>junto,<br />

fueron tomados prisioneros y puestos en <strong>la</strong> fi<strong>la</strong> para ser fusi<strong>la</strong>dos. Pasó esto en el Malecón de<br />

Chorrillos: Guillermo Billinghurst rompió <strong>la</strong> línea, dio algunos pasos al frente y encarándose<br />

<strong>con</strong> el sargento <strong>chile</strong>no que mandaba el pelotón de soldados, le dijo pasando <strong>la</strong> vista por los<br />

prisioneros: "El señor es el ministro de Guerra, el coronel Iglesias; el que le sigue es el coronel<br />

Carlos de Piéro<strong>la</strong>, hermano del Presidente de <strong>la</strong> República, yo soy el jefe de Estado Mayor y los<br />

demás son militares de alta graduación. ¿No es de mayor honra y provecho para usted<br />

entregarnos vivos al general Baquedano y no decirle después de fusi<strong>la</strong>mos que nos ha<br />

victimado, lo cual tal vez no se lo crean y de ninguna manera se lo agradezcan?". Sin decir una<br />

pa<strong>la</strong>bra, el sargento <strong>chile</strong>no suspendió <strong>la</strong> orden de fusi<strong>la</strong>miento. Billinghurst se acercó a él y le<br />

regaló su reloj de oro. Este jefe de Estado Mayor que debió ser fusi<strong>la</strong>do el 13 de enero llegó<br />

después a <strong>la</strong> Presidencia de <strong>la</strong> República y lo mismo pasó <strong>con</strong> Miguel Iglesias en 1883. Cuántas<br />

y raras novedades tiene <strong>la</strong> historia en su tortuoso camino y cuántos a<strong>con</strong>tecimientos por<br />

causas entorpecedoras no debieren haberse realizado".<br />

LA LUCHA EN CHORRILLOS.<br />

En Chorrillos se peleó casa a casa, ventana a ventana, azotea a azotea, si bien estaban los<br />

peruanos rodeados por los <strong>chile</strong>nos que <strong>con</strong>vergían sobre el balneario y aumentaron después<br />

de caer el Morro So<strong>la</strong>r. "Increíble y nunca visto hasta aquel momento era el arrojo y el<br />

encarnizamiento <strong>con</strong> que se batían los peruanos" dice Vicuña Mackenna refiriéndose a esta<br />

fase de <strong>la</strong> batal<strong>la</strong>. A <strong>la</strong>s 2 y media de <strong>la</strong> tarde el<strong>la</strong> había terminado. Suárez <strong>con</strong> el batallón<br />

Concepción, los restos del Jauja y otros cuerpos se replegó sobre Barranco. Comenzó entonces<br />

un intenso trabajo de reorganización de los dispersos.<br />

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