Libro 5 - Paul-Timothy

Las promesas de la Palabra de Dios.
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Preparación y Movilización – Libro 5
© 2004 Patterson y O´Connor
El testimonio del Espíritu de Dios a nuestros espíritus de que somos
hijos suyos (Romanos 8.16).
La comunión con otros creyentes.
¿Podemos perder esta alegría? Podemos
apagarla con nuestros pecados. Al confesarlos
y dejarlos, nos restauramos al gozo que Dios da
a sus hijos obedientes.
UN CULTO ALEGRE
El verdadero gozo espiritual es permanente. Es
fruto del Espíritu Santo que mora en nosotros
(Gál. 5.22). El Espíritu Santo no viene y sale.
Permanece siempre en el corazón, aunque no
estemos en culto. (Juan 14.16-17).
Damos testimonio de esta alegría en el culto.
Cantamos alabanzas. Leemos Salmos, damos
testimonios espontáneos. Para esto dejamos
que todos los hermanos participen en los cultos.
Algunas iglesias baten las manos cuando
cantan. De vez en cuando, es bueno hacerlo
con un himno alegre. El Salmista dijo:
“Pueblos todos, batid las manos;
aclamad a Dios con voz de júbilo.”
(Salmo 47.1)
Este Salmo entero fue un aplauso a Dios, porque El
conquistó a las naciones enemigas. Los Salmos
ayudaron a los israelitas a adorar a Dios, en el Antiguo
Testamento bajo la ley.
Sentimos alegría
espiritual por la
comunión con otros
creyentes.