Libro 5 - Paul-Timothy

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Preparación y Movilización – Libro 5
© 2004 Patterson y O´Connor
Por ejemplo, los hermanos
pueden convenir voluntariamente en
reunirse cada domingo a las 9 horas
para la Cena del Señor. Reunirse a las
9 horas es una costumbre que todos
los miembros de aquella iglesia deben
obedecer.
Esta autoridad de una costumbre
depende de la voluntad de los
hermanos de un local. No es lícito
imponer las costumbres de un local a
otras iglesias. Debemos juzgar
nuestras propias costumbres y
tradiciones para ver si ayudan o
impiden la obediencia.
Los creyentes de una iglesia
deben examinar las costumbres de:
(su propia iglesia / otras iglesias). (Subraye la correcta)
Somos responsables para investigar las costumbres de nuestra propia
iglesia. No debemos criticar las costumbres de iglesias en otro campo;
tampoco ellas deben juzgar las nuestras. Cada iglesia es responsable ante
Dios para desarrollar sus propias reglas en su propio campo de
responsabilidad.
¿Cuáles son las buenas costumbres y cuáles las malas? Hay dos
clases de pecado: pecados rojos y pecados blancos. Cuando cometemos un
pecado rojo, una luz roja en nuestra conciencia dice: ¡Pare! ¡Pare! ¡Pare!
Sabemos que estamos pecando. Pero un pecado blanco lo cometemos sin
saber que es pecado. Seguimos una costumbre humana que impide la obra
de Cristo. ¡Pero pensamos que estamos sirviendo a Dios! Todas las iglesias
tienen costumbres que impiden y desaniman a los nuevos hermanos. No
pensemos que solamente otras iglesias las tienen. Casi toda la lucha del
Señor Jesucristo en ésta tierra fue en contra de tales costumbres humanas.
Los apóstoles también lucharon continuamente contra las tradiciones
humanas que impidieron la obediencia.
Distinguir entre los mandamientos divinos, prácticas apostólicas y
costumbres humanas resuelve muchos problemas en la obra de Cristo.
Resuelve discusiones entre distintas iglesias y obreros.