Programa - Diverdi

FRANZ SCHUBERT
(1797-1828)
Programa
WINTERREISE D. 911
(Viaje de Invierno)
I
1. GUTE NACHT (BUENAS NOCHES)
2. DIE WETTERFAHNE (LA VELETA)
3. GEFRORENE TRÄNEN (LÁGRIMAS HELADAS)
4. ERSTARRUNG (CONGELACIÓN)
5. DER LINDENBAUM (EL TILO)
6. WASSERFLUT (INUNDACIÓN)
7. AUF DEM FLUSSE (SOBRE EL RÍO)
8. RÜCKBLICK (MIRADA ATRÁS)
9. DAS IRRLICHT (EL FUEGO FATUO)
10.RAST (DESCANSO)
11.FRÜHLINGSTRAUM (SUEÑO DE PRIMAVERA)
12.EINSAMKEIT (SOLEDAD)
II
13.DIE POST (LA POSTA)
14.DER GREISE KOPF (LA CABEZA CANA)
15.DIE KRÄHE (LA CORNEJA)
16.LETZTE HOFFNUNG (ÚLTIMA ESPERANZA)
17.IM DORFE (EN LA ALDEA)
18.DER STÜRMISCHE MORGEN (LA MAÑANA TORMENTOSA)
19.TÄUSCHUNG (ENGAÑO)
20.DER WEGWEISER (EL POSTE INDICADOR)
21.DAS WIRTSHAUS (LA POSADA)
22.MUT! (¡VALOR!)
23.DIE NEBENSONNEN (LOS SOLES CONTIGUOS)
24.DER LEIERMANN (EL ORGANILLERO)
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VIAJE DE INVIERNO
1. BUENAS NOCHES
Extraño he venido,
Extraño parto de nuevo,
La primavera me había arrullado
Con muchos ramos de flores.
La muchacha habló de amor,
La madre hasta de matrimonio...
La muchacha habló de amor,
La madre hasta de matrimonio...
Ahora está el mundo tan triste,
El camino, cubierto de nieve.
No puedo, para mis viajes,
Elegir el tiempo,
He de mostrarme yo mismo el camino
En esta oscuridad.
La sombra de la luna parte
Conmigo como compañera,
La sombra de la luna parte
Conmigo como compañera,
Y en las praderas blancas
Busco el rastro de animales salvajes.
¿Por qué debo detenerme más,
Hasta que me echen afuera?
Deja ladrar a perros errantes
Ante la casa de su amo;
El amor gusta de caminar,
Dios así lo ha hecho...
Yendo del uno al otro...
¡Lindo amor, buenas noches!
No quiero molestarte mientras sueñas,
sería una lástima para tu reposo.
No debes oír mis pasos...
¡Despacio, cierra la puerta despacio!
Al pasar te escribiré
En el portal: "¡Buenas noches!"
Con ello podrás ver
Que en ti he pensado.
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2. LA VELETA
El viento juega con la veleta
Sobre la casa de mi bello amor;
Allí pensé, ya en mi delirio,
Que ella silbaba al pobre fugitivo.
Yo hubiera debido advertir antes
La enarbolada divisa de la casa,
Así jamás hubiera querido buscar
En la casa una mujer fiel.
El viento juega allí dentro con los corazones
Como en el tejado, aunque no tan ruidoso.
¿Por qué preguntan por mis sufrimientos?
Su hija es una novia rica.
3. LÁGRIMAS HELADAS
Lágrimas heladas ruedan
Por mis mejillas;
¿No habría, pues, advertido
Que he llorado?
Ay, lágrimas, mis lágrimas,
¿Y sois tan tibias
Que os heláis
Como el frío rocío de la mañana?
¡Y sin embargo escapáis de la fuente
Del pecho tan ardientemente cálidas,
Como si quisierais fundir
El hielo del entero invierno!
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4. CONGELACIÓN
Busco en la nieve en vano
La huella de sus pasos,
Donde ella, de mi brazo,
Cruzó el verde campo.
Quiero besar el suelo,
Atravesar el hielo y la nieve
Con mis lágrimas ardientes,
Hasta que yo vea la tierra.
¿Dónde encontraré una flor,
Dónde encontraré la verde hierba?
Las flores han fenecido,
El césped está tan pálido.
¿No debo, pues, llevarme
De aquí ningún recuerdo?
Cuando mis sufrimientos callen,
¿Quién me hablará entonces de ella?
Mi corazón está como muerto,
Fría se hiela dentro su imagen,
Si alguna vez el corazón vuelve a fundírseme,
De él fluirá también su imagen.
5. EL TILO
Junto a la fuente, ante la puerta,
Allí se eleva un tilo;
Soñé bajo su sombra
Muchos dulces sueños.
Grabé en su corteza
Muchas palabras de amor;
En la alegría y en la pena,
Fui atraído siempre a su lado.
También hoy hube de pasar
Delante de él en plena noche;
Allí, aún en la oscuridad,
he cerrado mis ojos.
Y sus ramas susurraron
Como si me llamaran:
"¡Ven a mí, compañero,
Aquí encontrarás tu reposo!"
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El viento frío me sopló
Directamente en la cara;
El sombrero voló de mi cabeza,
Yo no me volví.
Ahora estoy a muchas horas
De este lugar,
Y siempre oigo susurrar:
"¡Allí encontrarías reposo!"
6. INUNDACIÓN
Muchas lágrimas han caído
De mis ojos en la nieve;
Sus fríos copos absorben
Sedientos el dolor ardiente.
Cuando las hierbas quieren brotar,
Sopla de allí un viento templado,
Y el hielo se rompe en témpanos,
Y la blanda nieve se derrite.
Nieve, tú sabes de mi anhelo,
Di, ¿adónde va tu corriente?
Sigue sólo a mis lágrimas,
Pronto te acogerá el arroyuelo.
Atravesarás con él la ciudad,
Recorriendo calles alegres;
Si sientes arder mis lágrimas,
Allí está la casa de mi amor.
7. SOBRE EL RÍO
Tú que tan alegre murmurabas,
Tú, claro, impetuoso río,
Cuán silencioso te has vuelto,
No das un saludo de despedida.
Con dura, rígida corteza
Te has recubierto,
Yaces frío e inmóvil,
Extendido sobre la arena.
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En tu cubierta grabo
Con una piedra afilada
El nombre de mi amada,
Y la hora y el día:
El día del primer saludo,
El día en que partí;
Alrededor de nombre y fechas
Se enrosca un anillo roto.
Corazón mío, ¿en este arroyo
Reconoces ahora tu imagen?
¿Si debajo de su corteza
Hierve también tan impetuosamente?
8. MIRADA ATRÁS
Me quema bajo las plantas de los pies,
Aunque piso ya hielo y nieve,
No querría retomar aliento
Hasta no ver ya más las torres.
Me he golpeado en cada piedra,
Así corrí yo fuera de la ciudad;
Las cornejas arrojaron bolas y granizo
Sobre mi sombrero desde cada casa.
¡Cuán de otro modo me has recibido,
Tú, ciudad de la inconstancia!
En tus relucientes ventanas cantaban,
Rivalizando, la alondra y el ruiseñor.
Los redondos tilos florecían,
Los claros canales murmuraban sonoros,
Y, ¡ay!, dos ojos de muchacha echaban llamas...
¡Allí estabas perdido, compañero!
Cuando aquel día viene a mi recuerdo,
Querría yo mirar aún una vez hacia atrás,
Querría yo regresar vacilante,
Detenerme en silencio ante su casa.
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9. EL FUEGO FATUO
Al barranco rocoso más profundo
Me atrajo un fuego fatuo;
Cómo encontraré una salida,
No me parece difícil.
Estoy acostumbrado al extraviarse,
Todo camino, sí, conduce a la meta;
¡Nuestras alegrías, nuestras penas,
Todo es el juego de un fuego fatuo!
Por el cauce seco del torrente
Serpenteo tranquilo hacia abajo;
Cada río alcanzará el mar,
Cada pena también su tumba.
10. DESCANSO
Ahora es cuando noto qué cansado estoy,
Cuando me acuesto;
El caminar me mantiene animoso
Por caminos inhospitalarios.
Los pies no pedían descanso,
Hacía demasiado frío para detenerse;
Las espaldas no sentían carga alguna,
La tempestad me ayudaba a correr lejos.
En la estrecha casa de un carbonero
He encontrado refugio;
Pero mis miembros no descansan,
Así queman sus heridas.
¡Tú también, corazón mío, en la lucha y la tempestad
Tan salvaje y tan temerario,
Sientes sólo en la calma a tu gusano
Empezar a moverse con ardiente punzada!
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11.SUEÑO DE PRIMAVERA
Soñé con flores multicolores
Tal como florecen en primavera;
Soñé con verdes praderas,
Con alegre algarabía de pájaros.
Y cuando los gallos cantaron,
Allí se abrieron mis ojos;
Hacía frío, estaba oscuro,
Gritaban los cuervos en el tejado.
Pero en los cristales de la ventana,
¿Quién pintó allí las hojas?
¿Os reís del soñador
Que vio flores en invierno?
Soñé con el amor por el amor,
Con una bella muchacha,
Con corazones y besos,
Con delicias y dichas.
Y cuando los gallos cantaron,
Allí se despertó mi corazón;
Ahora estoy sentado aquí solo
Y pienso en el sueño.
De nuevo cierro los ojos,
Aún late el corazón tan ardiente.
¿Cuándo verdeceréis, flores, en la ventana?
¿Cuándo tendré a mi amor en los brazos?
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12. SOLEDAD
Como una nube oscura
Pasa por el aire claro,
Cuando en la copa del abeto
Sopla una brisa mortecina:
Así recorro yo mi camino
Con pies pesados,
A través de la feliz y clara vida,
Solitario y sin un saludo.
¡Ay, qué calmo el aire!
¡Ay, qué luminoso el día!
Cuando aún bramaban las tempestades,
No era yo tan desdichado.
13. LA POSTA
Suena aquí desde la calle la trompa de un postillón.
¿Qué tiene, que así saltas de alegría,
Mi corazón?
La posta no trae ninguna carta para ti.
¿Por qué apremias, pues, tan prodigiosamente,
Mi corazón?
¡Ah, sí, la posta viene de la ciudad,
Donde yo tuve un amor,
Mi corazón!
¿Quieres quizá mirar atrás una vez
Y preguntar cómo va allí,
Mi corazón?
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14. LA CABEZA CANA
La escarcha me ha esparcido
Un brillo blanco sobre el pelo,
Allí creí ser ya un anciano,
Y me he alegrado mucho.
Pero pronto se ha derretido,
Tengo de nuevo el cabello negro,
Y me horrorizo de mi juventud...
¡Cuánto queda aún hasta la tumba!
Desde el crepúsculo hasta el alba
Encanecieron muchas cabezas.
¿Quién lo creyera? ¡Y la mía no lo hizo
Durante todo este viaje!
15. LA CORNEJA
Una corneja había partido
De la ciudad conmigo;
Hasta hoy sin cesar
Ha volado sobre mi cabeza.
Corneja, extraño animal,
¿No quieres abandonarme?
¿Piensas acaso coger aquí pronto
Como botín mi cuerpo?
Bien, ya no se irá lejos
Con el bastón de viaje.
¡Corneja, déjame ver por fin
La fidelidad hasta la tumba!
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16. ÚLTIMA ESPERANZA
Aquí y allá se ven en los árboles
Muchas hojas multicolores,
Y me detengo ante los árboles
Sumido a menudo en mis pensamientos.
Contemplo, de las hojas, una,
Pongo en ella mi esperanza;
Cuando el viento juega con mi hoja,
Tiemblo todo lo que puedo temblar.
Ay, y cuando cae la hoja al suelo,
Cae con ella la esperanza,
Caigo yo mismo con ella al suelo,
Lloro, lloro sobre la tumba de mi esperanza.
17. EN LA ALDEA
Ladran los perros, rechinan las cadenas;
Duermen los hombres en sus camas.
Sueñan muchas cosas que no tienen,
Se recrean en lo bueno y en lo malo,
Y mañana por la mañana todo se ha desvanecido...
Pues, pues ellos han disfrutado su parte,
lo que aún se dejaron de sobra esperan
Volver a encontrarlo en sus almohadas.
¡Seguid ladrándome, perros guardianes,
No me dejéis descansar a la hora del reposo!
Se acabaron para mí todos los sueños...
¿Para qué quiero demorarme entre los durmientes?
18. LA MAÑANA TORMENTOSA
¡Cómo ha desgarrado la tormenta
El gris ropaje del cielo!
Los jirones de nubes flotan
Alrededor en debilitada lucha.
Y rojas llamaradas
Se extienden entre ellos:
¡Esto es lo que llamo una mañana
Totalmente de mi agrado!
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Mi corazón ve en el cielo
Pintada su propia imagen...
¡No es más que el invierno,
El invierno frío y salvaje!
19. ENGAÑO
Una luz baila amistosa ante mí,
La sigo en todas las direcciones;
La sigo con agrado y veo
Que seduce al caminante.
Ay, quien es como yo tan desdichado,
Se entrega con gusto al ardid multicolor,
Que detrás del hielo y la noche y el horror
Le muestra una casa luminosa y cálida
Y una querida criatura dentro...
¡Sólo el engaño es mi ganancia!
20.EL POSTE INDICADOR
¿Por qué evito, pues, los caminos
Por donde van los otros caminantes,
Y me busco escondidos senderos
Por rocosas alturas nevadas?
Mas si no he cometido nada
Que deba hacerme temer a los hombres,
¿Qué insensato anhelo
Me arrastra a los despoblados?
Postes hay en los caminos,
Postes que indican las ciudades,
Y yo camino sin medida,
Sin reposo, en busca de reposo.
Un poste veo alzarse
Inmóvil ante mi mirada;
He de seguir un camino
Que aún nadie desanduvo.
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21. LA POSADA
A un camposanto
Me ha traído mi camino.
Aquí quiero hospedarme,
He pensado para mí.
Vosotras, verdes coronas de muerto,
Pudierais ser las señales
Que al cansado caminante invitan
A la posada fría.
¿Están, pues, en esta casa
Todas las habitaciones ocupadas?
Estoy agotado hasta el desfallecimiento,
Estoy herido de muerte.
Oh, venta despiadada,
¿Empero no me admites?
¡Sigamos pues, sigamos adelante,
Mi fiel bastón de viaje!
22. ¡VALOR!
Si vuela la nieve hasta mi rostro,
La hago caer al suelo;
Cuando mi corazón habla en el pecho,
Canto alegre y alto.
No oigo lo que él me dice,
No le presto oídos,
No siento de qué se queja,
Quejarse es de insensatos.
¡Alegre, al mundo, adentro,
Contra vientos y temporales!
¡Si no hay un Dios en la tierra,
Nosotros mismos somos dioses!
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23. LOS SOLES CONTIGUOS
Tres soles vi en el cielo,
Los he mirado larga y fijamente,
Y ellos estaban también allí tan fijos,
Como si no quisieran dejarme.
¡Ay, vosotros no sois mis soles!
¡Miradles a otros al rostro!
Sí, hace poco tuve también tres,
Ahora los dos mejores están abajo.
¡Vaya pues detrás de ellos el tercero!
Mejor me irá en la oscuridad.
24. EL ORGANILLERO
Allá arriba, detrás de la aldea,
Está un organillero,
Y con dedos ateridos
Toca lo que puede.
Descalzo sobre el hielo
Va y viene vacilante,
Y su pequeño plato
Permanece siempre vacío.
Nadie quiere oírle,
Nadie le mira,
Y los perros gruñen
Alrededor del viejo.
Y él deja ir
Todo como quiera,
Toca, y su organillo
Nunca está callado.
¡Extraño anciano!
¿Debo ir yo contigo?
¿Quieres tocar tu organillo
Para mis canciones?
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©Versión española: Ángel-Fernando Mayo.
Madrid, 1998.