Nº 30 - Casa de Cadiar

La Casa de
CÁDIAR
YÁTOR Y NARILA
tras a mi no me toque… quien venga
detrás que arree” y esa mentalidad ya, en
si misma, es suicida. En nuestro país,
inmersos en la sequía más brutal que se
conoce y que nos va a afectar a todos,
nos guste o no, no solo por la falta de
agua en si misma sino también por su
inevitable repercusión en la cesta de la
compra y, por ende, en el bolsillo. Claro
que hay bolsillos y bolsillos, más o
menos potentes, pero todos se verán
afectados (las necesidades que nos
hemos autocreado tampoco son las mismas
para todos).
Dicen las previsiones que los países
situados en las coordenadas que comprenden
los trópicos, países basados en
una exigua economía de subsistencia,
pronto serán incapaces de mantener su
población, tierras incapaces de producir,
agotados sus recursos, a eso me refiero
en el título “comerse la tierra”. Esto, que
ya está ocurriendo a miles de kilómetros,
nos afectará antes de lo que parece porque
propiciará una horda de desplazados
“climáticos” (el hambre es muy mala) y
no habrá muros (otro día hablaremos de
muros) ni fronteras que impidan el asalto
de los países “civilizados” que antes se
El día cinco de abril pudimos leer en
IDEAL una entrevista de Mar Vallejo con
Miguel Torres que aborda un tema de
gran interés: la desalación del agua
marina.
Granadino y alpujarreño de nacimiento,
concretamente del vecino pueblo
de Bérchules, Miguel Torres acaba
de pasar unos días en Sierra Nevada,
donde ha participado en las II Jornadas
Técnicas de Telecontrol del Ciclo inte-
ocuparon de esquilmar a los primeros
dejándolos sin peces y sin saber pescar,
ahogados entre su propia desesperanza y
la ineptitud y sumisión a sus propios intereses
de gobernantes tan corruptos como
apoyados por “occidente”.
Otro tanto va a ocurrir con el agua, en
la película de referencia era el otro gran
problema (se suministraba en garrafas).
Hay países donde ya es una cuestión de
mera supervivencia (la sed, también es
muy mala), para Egipto el agua del Nilo es
una cuestión a defender con las armas
frente a Etiopía y Sudán, por poner un
ejemplo, pero hay muchos más. En nuestro
país no solo lo está pagando la agricultura
y la naturaleza en general, ya asistimos
a encubiertas o declaradas “guerras
del agua”. Veremos, antes o después, un
litoral salpicado de desaladoras, nos
beberemos el mar (somos capaces,
¿alguien lo duda?), y, ya puestos, ¿cuánto
le cobraremos a las provincias interiores
por apagar su sed?.
Triste panorama. La ciencia irá
poniendo remedios, o parches, pero no
podremos escapar de la terca realidad de
un planeta enfermo, agotado en sus
recursos y arruinado en su medio físico
DESALADORAS MARINAS
gral del Agua. Además de ser jefe del
área de Calidad de Aguas del Centro de
Estudios y Experimentación de Obras
Públicas (CEDEX), en estas conferencias
organizadas por la Universidad de
Granada, Torres se encargó de la clausura
del programa haciendo gala de sus
conocimientos como experto en desalación
marina.
-¿El proceso de desalación del agua
es la mejor medida para hacer frente a
Núm. 30 · Mayo 2008
(vienen por ahí los países emergentes,
con derecho, como todos, a unas condiciones
de vida dignas). Aún así, queda
esperanza o así quiero creerlo, pero soy
pesimista respecto a nuestra propia especie.
Hay recursos para mantener un nivel
de vida aceptable para todos, el problema,
dicen, es su distribución; el cambio
climático parece que, a largo plazo,
puede revertirse (si los grandes países
contaminantes deciden tomar medidas,
que parece que no); la biodiversidad,
panacea de todos nuestros males, ya está
sufriendo un duro golpe; la desertificación
avanza inexorablemente (recuerdo,
en un país subsahariano, las tan voluntariosas
como inútiles líneas de hojas de
palmera clavadas en el suelo en un intento
de impedir el avance implacable de la
arena); ¿puede alguien aportar algún sustituto
viable, fuera del nuclear, al consumo
de combustibles fósiles, sin quitar de
la boca el mijo o el maíz al tercer
mundo?; y así sucesivamente. Nos interesaría
reflexionar, pero mientras Santa
Bárbara no truene dentro de nuestro estómago,
no creo que lo hagamos.
Antonio Ceballos
la sequía dentro de España?
-La desalación es la alternativa más
viable para abastecer a aquellos lugares
que no tengan otros recursos hídricos,
como nieve o ríos. Esto no quiere decir
que el agua se esté acabando, sino que
está mal distribuida a lo largo de la geografía.
Una ciudad costera no puede
decir que no tiene recursos hídricos y
no tiene sentido que sufra restricciones
de agua. Recientemente, en Canarias se
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