Nº 30 - Casa de Cadiar
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La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
CÁDIAR<br />
YÁTOR Y NARILA<br />
-La <strong>de</strong>salación no aporta sal al mar,<br />
sólo <strong>de</strong>vuelve la que hemos obtenido.<br />
Por tanto, lo que hacemos es que <strong>de</strong> un<br />
metro cúbico <strong>de</strong> agua que sacamos <strong>de</strong>l<br />
mar, la mitad la obtenemos como agua<br />
dulce y la otra mitad es don<strong>de</strong> se concentran<br />
todas las sales que antes estaban<br />
en un metro cúbico. Pero claro, lo<br />
que hay que hacer es diluir esa masa <strong>de</strong><br />
salmuera en una cantidad <strong>de</strong> agua <strong>de</strong><br />
mar mayor. Cuando hay una evaporización<br />
natural, también se produce una<br />
concentración <strong>de</strong> sal, porque el agua<br />
sube y la sal se queda. Así que, lo que<br />
estamos haciendo no tiene el mínimo<br />
efecto sobre la flora ni la fauna marina<br />
si se hace correctamente. España es el<br />
país mas avanzado en las tecnologías<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>salación y somos los primero en<br />
<strong>de</strong>tectar el posible efecto negativo que<br />
<strong>de</strong> una forma muy localizada podría<br />
tener un vertido <strong>de</strong> salmuera incontrolado.<br />
Se ha <strong>de</strong>scubierto como distribuirla<br />
para no que no haya este incremento<br />
<strong>de</strong> salinidad en el entorno. Y <strong>de</strong><br />
hecho, algunos ecologistas lo que quieren<br />
es que se sigan estos procedimientos<br />
y no se vierta la sal <strong>de</strong> una forma<br />
bruta.<br />
-También hablan <strong>de</strong> la alta emisión<br />
<strong>de</strong> dióxido <strong>de</strong> carbono<br />
-Las <strong>de</strong>saladoras no emiten emisiones<br />
<strong>de</strong> dióxido <strong>de</strong> carbono a la atmósfera,<br />
lo que pue<strong>de</strong> emitirlo es la genera-<br />
Núm. <strong>30</strong> · Mayo 2008<br />
ción <strong>de</strong> la energía eléctrica responsable<br />
<strong>de</strong> que funcione la planta, pero igual<br />
que pue<strong>de</strong> hacerlo la iluminación eléctrica<br />
<strong>de</strong> un edificio. No es una contaminación<br />
específica. El dióxido <strong>de</strong> carbono<br />
que un coche pueda emitir a la<br />
atmósfera por seis litro <strong>de</strong> gasolina<br />
equivale a lo emitido por una <strong>de</strong>seadora<br />
para producir la cantidad <strong>de</strong> agua<br />
una persona pue<strong>de</strong> gastar en dos meses.<br />
Lo que hay que conseguir es que las<br />
emisiones <strong>de</strong> dióxido <strong>de</strong> carbono por<br />
cada kilovatio producido seas cada vez<br />
menor.<br />
Mar Vallejo. I<strong>de</strong>al <strong>de</strong> Granada<br />
A VISTA DE PÁJARO: DE LA DIGNIDAD DE LA MUERTE<br />
AL ANHELO DE UNA MUERTE DIGNA (II)<br />
En la sociedad global, los medios <strong>de</strong><br />
comunicación social nos inva<strong>de</strong>n con<br />
noticias <strong>de</strong> muertes ocasionadas por catástrofes<br />
naturales y por la mano <strong>de</strong>l hombre.<br />
En el segundo caso víctimas <strong>de</strong> la guerra,<br />
el terrorismo, el hambre, los acci<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong><br />
tráfico, la violencia contra la mujer, los<br />
lunáticos que disparan contra in<strong>de</strong>fensos,<br />
noticias que apenas <strong>de</strong>jan espacio para<br />
percibir la muerte natural como la renovación<br />
parcial <strong>de</strong> la vida. Junto a esta saturación<br />
mediática, la muerte se percibe cada<br />
vez más como un trasunto inevitable, un<br />
forastero, un potencial negocio y un dolor<br />
en último término. El sentimiento <strong>de</strong> pérdida<br />
<strong>de</strong>l ser se malvive y la muerte <strong>de</strong>ja <strong>de</strong><br />
ser el último acto <strong>de</strong>l hombre al mediatizarse<br />
excesivamente.<br />
Los años se llenaban <strong>de</strong> vida<br />
En mi infancia la vida <strong>de</strong> las personas<br />
tenía sentido en sí y para los <strong>de</strong>más. Los<br />
años se llenaban <strong>de</strong> vida y no preocupaba<br />
que la vida pudiera llenarse <strong>de</strong> años. Eran<br />
vidas llenas <strong>de</strong> un sencillo vivir. Había<br />
algunas personas muy longevas, esos<br />
casos <strong>de</strong> avanzadilla que la “naturaleza<br />
social” siempre ha hecho posibles, que<br />
podían vivir o no en situaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia.<br />
Aún en éstas siempre había huellas<br />
que recordaban la aportación <strong>de</strong> la<br />
persona al entorno y al cotidiano vivir.<br />
Ir a ver a los abuelos era una obligación<br />
gozosa. Les llevábamos alguna<br />
golosina y ellos nos premiaban con otra<br />
o con alguna moneda dada furtivamente.<br />
Escuchar a los padres cómo cuidaban<br />
<strong>de</strong> la abuela producía embeleso y encerraba<br />
sacrificio y <strong>de</strong>dicación. A veces<br />
recordaban a algún convecino que se<br />
había zafado <strong>de</strong> dicha obligación, extremo<br />
que <strong>de</strong>cían en voz baja, con rabia<br />
contenida y con orgullo al mismo tiempo.<br />
Aten<strong>de</strong>r a la abuela era una carga<br />
pero siempre contaría en el propio<br />
haber, como contaría en el <strong>de</strong>be <strong>de</strong>l<br />
familiar que no ayudó <strong>de</strong>biendo hacerlo.<br />
Recordar este hecho era (y es) causa <strong>de</strong><br />
enemista<strong>de</strong>s entre familiares, pues el<br />
débito moral se vivía con culpabilidad.<br />
Existían principios tácitos que vinculaban<br />
el cuidado <strong>de</strong> los mayores a las<br />
mujeres y por este or<strong>de</strong>n. Las hijas solteras,<br />
las casadas y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> estas tenían<br />
prelación las viudas, finalmente las nueras<br />
si no había hijas. Socialmente se<br />
aceptaba recompensar dicha <strong>de</strong>dicación<br />
con alguna mejora en la herencia, extremo<br />
que no siempre aceptaban los hermanos,<br />
que querían heredar a la par sin<br />
haber estado a las duras pero queriendo<br />
estar a las maduras.<br />
Luto, retiro y duelo<br />
El luto evocaba la muerte. Los hombres<br />
se ponían corbata negra y una fran-<br />
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