El cambio del clima causa muertes y enfermedades debidas a desastres naturales tales como olas de calor, inundaciones y sequías, además de muchas patologías importantes <strong>que</strong> resultan muy sensibles a los cambios de temperatura y precipitaciones, según consigna un reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. El largo listado de afecciones incluye, por ejemplo, algunas comunes transmitidas por vectores, por ejemplo el paludismo y el dengue, pero también otras grandes causas de mortalidad tales como la malnutrición y las diarreas. <strong>La</strong>s mayores temperaturas y el aumento de la aridez van a originar una menor disponibilidad de agua y alimentos en los países pobres y un incremento de la contaminación atmosférica en los países ricos. 12 familia cooperativa EL CAMBIO CLIMÁTICO TAMBIÉN ES UN TEMA DE SALUD El aumento de enfermedades infecciosas y la malnutrición son algunas de las consecuencias negativas <strong>que</strong>, en el plano sanitario, traerá aparejado el calentamiento global. Por otro lado, se espera un aumento de las enfermedades infecciosas. Muchos vectores biológicos ya <strong>que</strong> los organismos <strong>que</strong> transmiten enfermedades, como mosquitos, garrapatas, pulgas, moscas, roedores, <strong>ser</strong>án más frecuentes. Algunos microorganismos y los parásitos también aumentan su metabolismo y se reproducen a mayor velocidad al incrementarse la temperatura. Los casos de diarreas, por ejemplo, crecen el 8 por ciento con cada grado de temperatura, lo cual hace previsible una mayor incidencia de enfermedades gastrointestinales relacionadas con la higiene y manipulación de los alimentos y del agua. Además, la distribución de muchas enfermedades infecciosas se verá alterada. En algunos casos, como el dengue, se cree <strong>que</strong> la población expuesta a la enfermedad aumentará significativamente. Hasta hace pocos años, los mosquitos Anopheles <strong>que</strong> transmiten la malaria vivían en las tierras altas de Kenya y Etiopía, pero ahora su límite de distribución se ha expandido debido al aumento de la temperatura, comenzando a afectar a poblaciones humanas <strong>que</strong> hasta ahora no conocían la malaria y generando epidemias. Tanto la malaria como el dengue son enfermedades <strong>que</strong> hasta el siglo XX se desarrollaban en Europa. El peligro de su regreso reside en la posibilidad de <strong>que</strong> algún insecto vector se reinstale en el Viejo Mundo, y eso es, exactamente, lo <strong>que</strong> empieza a suceder. El mosquito Aedes albopictus, más conocido como mosquito tigre, es uno de los vectores del dengue, <strong>que</strong> cursa con fiebres hemorrágicas y puede <strong>ser</strong> mortal. Ya ha colonizado buena parte de Italia, Francia y Albania, encontrándose en plena expansión en Cataluña.
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