Hombre-Dios

tidos, requieren de ayuda de un instructor; es ahn mayor la
necesidad de un instructor para la Ciencia Espiritual (Para
Vidya), que es un proceso interno mucho mas all& del alcance
de 10s sentidos; teniendo que estudiarse en las profundidades
de la mente y experimentarse en el laboratorio del alma.
Ha estado encerrada dwante eras y eras, y est& envuelta
en profunda oscuridad y no hay acceso visible a ella. El he-
cho es que una persona se niega y se mofa de la necesidad
de un Maestro de la Verdad, y ahn asi quiere aprender la
Verdad por si mismo, per0 en realidad no la desea. Su caso
es igual a1 del hombre que prefiere cavar un pozo por si mis-
mo, en vez de saciar su sed en las refrescantes aguas de un
cercano manantial, con un aguador listo para servirle.
Bhai Nandlal dice a este respecto:
Nadie, sino un amante de rubis puede comprender
el valor de un rubL
Solo 10s ojos de un joyero pueden con una mirada darle
valor.
La necesidad de un Maestro o Guru es absoluta y no puede
haber excepcion a la regla. Supongan, por ejemplo, que una
persona desea dar un paseo aereo por diversion. Nadie le per-
mitiria subir a un avion, y si sube sin ser visto, encontrara
el aparato bajo Ilave. Si de un mod0 u otro vence este obs-
taculo, no sabra como manejar sus diferentes partes; si trata
de manejarlo y el avion arranca, no puede hacer que se eleve
por falta de entrenamiento necesario. Tampoco puede hacer
que descienda, ni lo puede manejar correctamente. El resulta-
do, tarde o temprano, sera que se estrelle con la perdida de su
vida. El mecanismo del cuerpo humano es mucho mas com-
plicado y delicado que el de cualquier maquina; por lo tanto,
la necesidad de un adepto espiritual es mucho mayor, tanto
para el exito en el proceso practico del auto-analisis, como
para el acceso a Dios Mismo y a1 conocimiento de c6mo actua
la Voluntad Divina.