FREIBURGER BAROCKORCHESTER (Orquesta Barroca de Friburgo)

SANDRINA
¡Eso eso! Todo el mal
Viene de nosotras, las pobres mujeres,
¡Qué horrible es nuestro destino!
No hay paz para nosotras ni alegría,
Ni nos sirven la gracia y la belleza.
Nosotras, pobrecitas mujeres,
Infelices, sin fortuna,
Ya desde recién nacidas
Tenemos que penar.
Desgraciadas de niñas,
De mayores todo son dificultades,
Y en la edad de las flores,
Seamos feas o hermosas
El maldito amor
Nos viene a atormentar.
Mejor sería para nosotras
No nacer o morir.
ESCENA QUINTA
Nardo.
NARDO
Yo no lo entiendo
Pero la señora me parece que todavía quiere volver atrás.
Y demostrar que no había razones
Para que la acción indigna
Que le hizo el conde,
Quizá... ¡O sin quizá!
Mi caso es aún peor, que por Serpetta
Me estoy consumiendo:
Ella me rehúye, y escapa,
Ni siquiera me mira a la cara... ¿qué puedo hacer?
Para que sienta mi amor, lloraré.
Pero no ayudan las lágrimas
A ablandar el maligno corazón de una mujer,
Qué es más duro que un hierro o una piedra.
Con la fuerza de los martillos
El hierro se moldea
A fuerza de cinceles,
El mármol se trabaja;
De una mujer el corazón eternamente
Ni el hierro ni el martillo,
Ni amor arrebatado
La llevan a recapacitar.
Estamos todos locos
Los que corremos detrás de las mujeres,
Nos maltratan, nos echan;
Se escapan, nos plantan
Nos dejan morir.
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