FREIBURGER BAROCKORCHESTER (Orquesta Barroca de Friburgo)

La finta giardiniera per amore
Esta noche presentamos Lafinta giardiniera de Mozart en
una versión diferente de la que se suele tocar habitualmente,
publicada en 1978 en la Neuen Mozart-Ausgabe (NMA,
Nueva edición de Mozart), basándose en la versión autógrafa
de Mozart. Naturalmente la obra autografiada es y seguirá
siendo la fuente más importante, si bien “texto original” no
significa necesariamente “versión original”. Seguramente en
la primera representación (Múnich, 1775) sonaron más notas
que las que refleja el texto original. No tiene mucho sentido
que los timbales de la orquesta solamente tocaran un tema y
las trompetas sólo tres. Y es absolutamente inusual en
Mozart que la ópera solo contenga arias tocadas con instrumentos
de cuerda y arco (y además tres seguidas), incluso en
sus “óperas de juventud”. Existen muchos indicios de que a
esta obra autógrafa le falta algo, de que la dinámica y las frases
están incompletas y de que a menudo la instrumentación
apenas constituye un primer apunte. Seguramente algunos
vientos y, sobre todo, las voces de los timbales y de las trompetas,
se incluyeron en la composición durante los ensayos
de Múnich, anotados por Mozart en algún papel aparte (que
se habría perdido), un método de trabajo por entonces habitual.
Desgraciadamente la partitura de la actuación de Múnich
se ha perdido, pero por suerte existen dos fuentes escritas
secundarias de la ópera que demuestran que los vientos tenían
más papel y una aparición más cuidada. Sin duda destinadas
a una producción concreta: presentan una dinámica
más precisa, un fraseo más determinante e interesantes
mejoras de las intervenciones de las violas. Uno de estos
manuscritos se encuentra hoy en Dresde (editado en 1956
por Karl Schleifer; contiene solamente el texto alemán de la
que después sería la versión cantada). El otro (con la letra
completa en italiano) está en Brno. En su libro sobre Mozart,
Hermann Abert valoró muy positivamente esta edición tardía
y no descartó su autenticidad, basándose en argumentos
musicales. “Ciertamente el resto de pruebas nos deja en la
estacada” -escribe Albert- “pero si admitiéramos que fue
corregida por un tercero, tendría que haber sido un gran
experto en Mozart, además de un artista de gran talento y
gusto excepcional”. Kalr Schleifer supone que la instrumentación
adicional ya se añadió en la década de 1780, es decir
durante los primeros años de Mozart en Viena. Estudiosos
actuales de la música tienden a afirmar que ambas fuentes se
deben datar unos diez años después y la atribuyen a una producción
de 1796 en Praga, es decir, cinco años después de la
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