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Una nueva oportunidad (mamá chica) - Escritores Teocráticos.net

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11<br />

— De todos modos los hermanos fueron muy bondadosos al comunicármelo. Me reiteraron su amor<br />

cristiano y su amistad. Dijeron que a cualquiera que sea padre se le haría fácil entender cómo uno puede<br />

llegar a confundir el amor de padre y la falta de previsión y cuidado de nuestros hijos. Citaron el caso del<br />

sacerdote Elí, quien llegó al extremo de excusar la maldad de sus hijos en el templo de Jehová. Pero que<br />

yo estaba muy lejos de llegar a ese punto. Sin embargo me recomendaron que hiciera parte de mi estudio<br />

personal, el investigar acerca del significado de criar a nuestros hijos en la regulación mental de Jehová.<br />

Con prudencia me advirtieron el peligro de llagar a ser culpable de la muerte espiritual de mis hijos, ya<br />

que es a nosotros, los padres, a quienes Jehová ha encomendado el cuidado, entrenamiento y protección<br />

de ellos. Aunque esto en algún momento requiera disciplina fuerte.<br />

— ¿Crees que hemos sido negligentes con nuestra hija, amor...? –pregunta emocionada doña<br />

Angélica.<br />

e n t o s .<br />

D o n G e r a r d o a c a r i c i a e l c a b e lo d e s u e s p o s a . P o r u n i n s t a n t e g u a r d a s i l e n c i o , sumido e n sus p e n s a m i<br />

— Es lo que me he estado preguntando desde que Camila nos confesó su falta –susurra con un suspiro<br />

Don Gerardo–. En realidad creo que el negligente fui yo. Tú siempre te opusiste a que yo diera permiso a<br />

Camila para que acompañara al hermano Juvenal en sus estudios. Hasta insinué que eras exagerada y no<br />

confiabas en nuestra hija. Me siento tan ingenuo y ridículo.<br />

— C a r i ñ o . . . no te culpes tu solo. Yo también pude haber sido más firme en mi posición y no<br />

simplemente dejarte toda la responsabilidad de las consecuencias de tus decisiones. Después de todo se<br />

trataba de nuestra hija. No fui como Sara, en defender lo que consideraba correcto. Perdóname...<br />

— Mi amor...<br />

— ¿ S í?<br />

— C r e e s q u e f u i m u y d u r o c o n C a m i l a ?<br />

— L o f u i s t e .<br />

Nuevamente don Gerardo se queda un instante en silencio...<br />

— En realidad debería haber alguien que fuera así de estricto conmigo también. Si yo hubiera sido más<br />

cuidadoso y hubiera escuchado tus advertencias, nada de esto habría sucedido.

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