Una nueva oportunidad (mamá chica) - Escritores Teocráticos.net
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13<br />
— Hemos estado más preocupados de los demás, que de nuestra propia familia. Al menos hablo por<br />
mí –dice desalentado Don Gerardo.<br />
— No seas tan duro contigo mismo, cariño. –Doña Angélica se apoya en el hombro de su esposo.<br />
— Me imagino lo que debes haber sentido, con mi negligencia, y lo que debe sentir Camila...<br />
— Está muy asustada por lo que tendrá que enfrentar...<br />
— Ay, no. Tendré que hablar con ella. Pobrecilla.<br />
— Creo que lo mejor será que los dos hablemos con ella. Pero antes me gustaría saber qué haz<br />
decidido con respecto al muchacho que...<br />
— Mira, eso está decidido -dice con seguridad don Gerardo, invitando a su esposa a sentarse en el<br />
sofá–. Creo que no tenemos nada que exigir de él. Los ancianos me preguntaron si me entrevistaría con<br />
sus padres. Parece que ellos quieren hablar conmigo.<br />
— Y tú, ¿qué le dijiste?<br />
— Lo que pienso. No creo que sea necesario hablar con ellos. Después de todo ese mocoso no debe<br />
tener nada que ofrecer. Además si le damos cabida, después comenzará a exigir sus derechos como<br />
padre de la guagua. Y después lo tendremos metido aquí en la casa.<br />
— Pero ¿No crees que por lo menos deberíamos escuchar a los padres del muchacho, y saber qué<br />
piensan?<br />
— ¿Y para qué?. Lo que hizo "su niñito" es suficiente problema, para que tengamos que hacernos de<br />
otros. Además nosotros podremos criar a... nuestro... nieto, sin la necesidad de la ayuda de ellos.<br />
— Pero los niños crecen, y naturalmente quieren saber quiénes son sus padres. Pienso que,<br />
prescindiendo de lo que decidamos, no podemos negarle el derecho de ver y conocer a su padre, ¿no<br />
crees?.<br />
— Angélica... –responde don Gerardo, en tono conciliador–. Otra vez estoy haciendo lo mismo. No<br />
escucharte. Y tienes razón, cariño. Creo que tendremos que escucharlos al menos y ver qué es lo que<br />
desean decirnos. Ahora vamos a conversar con Camila. Y tengamos cuidado que no vaya a escuchar<br />
Panchito...<br />
— Está bien, pero Francisco ya lo sabe todo...