La Farmacodependencia y el Suicidio Por: Víctor Hugo Cano ...

La Farmacodependencia y el suicidio
• Porque todo ser se ama naturalmente a sí mismo, y a esto se debe que todo
ser se conserve naturalmente en la existencia y resista cuanto sea capaz lo
que podría destruírle. Por tal motivo, el que alguien se dé muerte es contrario a
la inclinación natural y a la caridad por la que uno debe de amarse a sí mismo
(para ello, se tiene en cuenta el texto de Santo Tomás, Suma Teológica).
• La tradición cristiana extiende el caso del suicidio a la prohibición bíblica de
matar: se trata de la correcta aplicación del principio en su totalidad.
• Porque la vida es un don dado al hombre por Dios y está sujeto a su divina
potestad, que mata y hace vivir. Y por lo tanto, el que se priva de la vida a sí
mismo peca contra Dios.
• La enfermedad y otros sufrimientos o la necesidad económica, bien asumidos,
pueden contribuír a la maduración de la personalidad; además, en un sentido
estrictamente teológico y sobrenatural, completan en el Cuerpo Místico de
Cristo los sufrimientos del Señor. La expiación de los pecados pasados se
logra más adecuadamente (que por el suicidio), continuando con la vida en
espíritu de penitencia.
5. Relación entre la Farmacodependencia y el Suicidio.
Es de tener en cuenta que tanto la farmacodependencia como el suicidio, son
fenómenos multicausales, y que sería imposible establecer que el solo consumo
de SPA por si mismo lleve al suicidio; esto, debido a que si fuera una relación de
causa directa, todas las personas adictas se matarían, lo cual obviamente no
ocurre.
La presencia de un estado de desesperación se considera un factor básico para la
comisión de un acto suicida, independientemente de que esté inducido por
sustancias o no. La desesperación es el sentimiento que más frecuentemente
parece precipitar las conductas autodestructivas. El tipo de sustancias que se
asocian con mayor frecuencia a la conducta suicida son los depresores del SNC,
especialmente el alcohol, los hipnosedantes y los opiáceos. Estas sustancias
pueden inducir un trastorno del estado de ánimo que se considera provocado por
los efectos fisiológicos directos de estas sustancias (San Molina y Arranz, 1998).
Se podría plantear el consumo de SPA como un factor de riesgo que crea
tendencia hacia el acto suicida, por un lado, pero por otro, que el consumo de SPA
podría ser un factor protector contra el suicidio, en el sentido de que:
1) En las personas que tienen cuadros psiquiátricos el consumo es una
automedicación.
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