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La Farmacodependencia y el Suicidio Por: Víctor Hugo Cano ...

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Resumen:<br />

<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> <strong>Suicidio</strong><br />

<strong>Por</strong>:<br />

<strong>Víctor</strong> <strong>Hugo</strong> <strong>Cano</strong> Bedoya<br />

Operador CIAF, Facultad de Psicología<br />

5-VI-05<br />

"No hay sino un problema filosófico verdaderamente<br />

importante: <strong>el</strong> suicidio. Juzgar si la vida merece o no<br />

la pena de ser vivida es responder la pregunta<br />

fundamental de la filosofía."<br />

Albert Camus (1942)<br />

El presente artículo tiene dos objetivos. El primero es <strong>el</strong> realizar un rastreo muy<br />

general en la literatura local, nacional y mundial con respecto a la r<strong>el</strong>ación que<br />

existe entre <strong>el</strong> consumo de SPA y <strong>el</strong> suicido.<br />

Como segundo objetivo, se busca contestar esta pregunta: ¿qué diferencias<br />

existen entre la población consumidora y no consumidora de SPA con r<strong>el</strong>ación al<br />

suicidio?<br />

Finalmente, <strong>el</strong> tercer objetivo es realizar una aproximación al asunto no sólo desde<br />

la psicología, sino también desde la antropología, <strong>el</strong> Derecho, la medicina y la<br />

teología.<br />

Palabras y expresiones claves:<br />

Autopsia psicológica, <strong>Farmacodependencia</strong>, epidemiología, ideación suicida,<br />

intento de suicidio, suicidio, y sustancias psicoactivas.<br />

DEPENDENCE ON DRUGS AND SUICIDE.<br />

By: Victor <strong>Hugo</strong> <strong>Cano</strong> Bedoya<br />

CIAF Operator, College of Psychology<br />

1


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

"There is only one really serious philosophical problem, that of suicide. To<br />

judge that life is or is not worth the trouble of being lived, this is to reply to<br />

the fundamental question of philosophy."<br />

Albert Camus (1942)<br />

Abstract:<br />

This current article has three objectives. First, it aims at tracking in the local,<br />

national, and world literature the existing r<strong>el</strong>ationship between psychoactive<br />

substances and suicide.<br />

As a second objective, it attempts at answering the question, which are the<br />

differences between the consuming population and the non-consuming population<br />

of psychoactive substances in r<strong>el</strong>ation to suicide?<br />

Finally, the third objective is to approach this issue not only from the point of view<br />

of psychology, but also from that of anthropology, the <strong>La</strong>w, medicine, and theology.<br />

Key words and expressions: Psychological autopsy, dependence on drugs,<br />

epidemiology, suicide conception, suicide attempt, suicide, psychoactive<br />

substances.<br />

1. Definiciones generales.<br />

“Entre la muerte y tu olvido, la muerte voy a escoger:<br />

¿de que me sirve estar vivo, si no tengo tu querer?”.<br />

(“El Suicida”, canción de Darío Gómez)<br />

Para comenzar este tema, es necesario realizar la definición y la aclaración de<br />

conceptos básicos. En la vida cotidiana, los términos “suicidio” y “suicida” se<br />

emplean para referirse a conductas <strong>el</strong>egidas que tienen como meta provocar la<br />

muerte a corto plazo (Casullo, 1998).<br />

Desde la etimología, la palabra suicidio se compone de los términos sui, que<br />

significa "de sí mismo" y caédere que significa "matar".<br />

Según Rojas (1984) las expresiones suicidio e intento de suicidio son las más<br />

utilizadas dentro de este problema, en <strong>el</strong> campo de la psiquiatría y aun de la<br />

medicina general; se refieren al deseo de buscar la muerte, que en primer caso se<br />

consigue y en <strong>el</strong> segundo no.<br />

Según Edwin Schneidman, <strong>el</strong> suicidio es <strong>el</strong> acto consciente de aniquilación<br />

autoinducida, que se entiende mejor como un sufrimiento multidimensional en una<br />

persona vulnerable que percibe este acto como la mejor solución a sus problemas.<br />

2


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

Sin embargo, no todos los comportamientos a los que se alude con dichos<br />

términos han sido motivados por una decisión consciente de morir; muchas veces<br />

ni siquiera se pretende generar un daño personal sino simplemente expresar y<br />

comunicar sentimientos de desesperación y de enojo (Casullo, 1998).<br />

<strong>La</strong>s conductas descritas como suicidas, se dividen en tres categorías que son:<br />

Ideaciones suicidas: impulsos tanto racionales como afectivos que varían<br />

desde sentimientos sobre la falta de sentido d<strong>el</strong> vivir, la <strong>el</strong>aboración de<br />

planes para quitarse la vida, hasta la existencia de preocupaciones e ideas<br />

marcadas de autodestrucción.<br />

Parasuicidios: comprende conductas variadas que incluyen desde gestos e<br />

intentos manipuladores hasta intentos fallidos de terminar con la propia<br />

vida; podría decirse que son actos d<strong>el</strong>iberados que no tienen final fatal pero<br />

que provocan daños en <strong>el</strong> propio sujeto que los lleva a cabo.<br />

<strong>Suicidio</strong>s: incluye todas las muertes que son resultado directo o indirecto de<br />

comportamientos ejecutados por la propia víctima, que es consciente de su<br />

meta.<br />

<strong>Por</strong> su parte, Basso (1990) hace la siguiente apreciación: “De acuerdo con <strong>el</strong><br />

significado preciso que damos al término eutanasia, <strong>el</strong> suicidio debe de<br />

considerarse como uno de sus modos posibles. Tanto en uno como en otro caso,<br />

la muerte se inflige con <strong>el</strong> fin de evitar sufrimientos psíquicos, morales o físicos,<br />

considerados insoportables”.<br />

2. Un poco de historia.<br />

"Para que cuando muera entierren mi cadáver,<br />

junto a mi madrecita y descansar en paz".<br />

(“<strong>La</strong> nieve de los años”, canción de Manu<strong>el</strong> Jiménez).<br />

Según lo propuesto por Rodríguez (1998), <strong>el</strong> suicidio se define como una acción<br />

voluntaria por la que una persona se priva de la vida; es un fenómeno universal<br />

que ha estado presente en todas las épocas y culturas, pero la actitud hacia él por<br />

parte de las sociedades ha sido diferente, dependiendo de las influencias<br />

r<strong>el</strong>igiosas, filosóficas, de las estructuras socio-políticas y culturales, y sobre todo<br />

de las ideas sobre la muerte y <strong>el</strong> más allá.<br />

Para hacer un recorrido que permita ver como se ha entendido este asunto d<strong>el</strong><br />

suicidio, desde <strong>el</strong> punto de vista de la civilización occidental, nos remontaremos a<br />

la Grecia clásica, la cual se ha considerado como su origen.<br />

3


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

En Atenas se pedía al Senado la autorización para suicidarse dando a conocer,<br />

las razones por las que la vida se hacía intolerable. Si la respuesta d<strong>el</strong> senado era<br />

favorable, <strong>el</strong> suicidio era considerado legítimo. Pero a su vez, y no obstante existía<br />

la condena o la censura frente a este acto, variando la opinión de una escu<strong>el</strong>a<br />

filosófica a otra.<br />

Con respecto a Roma, en su época primitiva, aunque en general la conciencia<br />

pública rechazaba <strong>el</strong> suicidio, muchos asuntos como <strong>el</strong> patriotismo, la amistad, <strong>el</strong><br />

amor, la castidad, la enfermedad, fueron causas aceptadas y loadas como<br />

desencadenantes de actos suicidas.<br />

<strong>Por</strong> su parte <strong>el</strong> Derecho Romano fue penalizando progresivamente las distintas<br />

formas de suicidio: <strong>el</strong> de los soldados, esclavos, condenados, etc. Al final la Lex<br />

Romana acaba castigando todas las formas de muerte voluntaria, salvo en las<br />

que <strong>el</strong> suicidio fuera considerado "insanus ab origo" (mal congénito) siguiendo con<br />

<strong>el</strong>lo la tradición platónica que admitía <strong>el</strong> suicidio como resultado de un trastorno<br />

mental pasajero o permanente.<br />

Tanto en Gracia como en Roma, hubo un período en que las antiguas<br />

prescripciones sobre <strong>el</strong> suicidio cayeron totalmente en <strong>el</strong> olvido, pero esto fue en<br />

las épocas en que los propios regímenes entraron en crisis y decadencia.<br />

En los primeros años d<strong>el</strong> cristianismo no hubo una condena explícita d<strong>el</strong> suicidio;<br />

es más, casi era considerado como un gesto heroico. Aceptar <strong>el</strong> martirio era una<br />

manera de escapar al deshonor, a la violación, y en todo caso, entrada directa al<br />

“reino de los ci<strong>el</strong>os”.<br />

En <strong>el</strong> mismo Antiguo Testamento aparecen casos de suicidio, que al menos en<br />

apariencia, tienen aprobación desde los mismos textos bíblicos; los casos más<br />

citados son los de Sansón (Jueces 16, 28 - 30) alabado por <strong>el</strong> autor de Carta a los<br />

Hebreos (11, 32 y 33) y <strong>el</strong> d<strong>el</strong> anciano Racías, impresionantemente descrito en <strong>el</strong><br />

Libro II de los Macabeos (14, 42 – 46), [Basso, 1990].<br />

Son famosos los suicidios colectivos originados por <strong>el</strong> fanatismo patriótico o<br />

r<strong>el</strong>igioso, como <strong>el</strong> muy célebre de los judíos de Masada en época d<strong>el</strong> Imperio<br />

Romano (Basso, 1990).<br />

Con <strong>el</strong> tiempo, esta posición inicial fue cambiando, y en esto fue importante la<br />

influencia de San Agustín, quien escribía: "No matarás a nadie, ni a ti, ni a otro, ya<br />

que <strong>el</strong> que se mata a sí mismo, ¿no es acaso <strong>el</strong> asesino d<strong>el</strong> hombre?<br />

A su vez, de "concilio en concilio" la Iglesia va condenando <strong>el</strong> suicidio: en <strong>el</strong> de<br />

Arlés (452) se habla d<strong>el</strong> suicidio como una inspiración demoniaca; en <strong>el</strong> Concilio<br />

de Orleans (533) se sanciona con penas a esclavos y servidores que intentaron<br />

suicidarse. En <strong>el</strong> de Braga (562), la sanción se extiende a todos los casos, sea<br />

4


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

cual sea la circunstancia; en <strong>el</strong> de Toledo (693), se excomulga a todos los autores<br />

de suicidio.<br />

En los diversos Concilios se prohíbe la c<strong>el</strong>ebración de exequias por los que ponen<br />

fin a su vida y así se evita una sepultura cristiana; tales normas estuvieron<br />

vigentes en <strong>el</strong> Código de Derecho Canónico, hasta 1915. En <strong>el</strong> Código de 1983,<br />

cuando se enumera a los que deben de ser privados de sepultura eclesiástica, no<br />

se nombra expresamente a los suicidas, solamente se dice tal vez haciendo<br />

alusión a <strong>el</strong>los: “a los demás pecadores manifiestos, a quienes no puedan<br />

concederse las exequias eclesiásticas sin escándalo público de los fi<strong>el</strong>es” (Basso,<br />

1990).<br />

Durante siglos <strong>el</strong> Derecho Canónico fue <strong>el</strong> único vigente en materia de suicidio,<br />

pero las primeras leyes laicas condenando la muerte voluntaria aparecen en <strong>el</strong><br />

siglo XIII, por ejemplo, en Francia, con Luis IX, y en España, con Alfonso X <strong>el</strong><br />

Sabio.<br />

El cadáver era castigado y se ponía como ejemplo para los demás. En París, <strong>el</strong><br />

cuerpo se mostraba boca abajo sobre un encañizado, y posteriormente se colgaba<br />

en la plaza patibularia; en Metz, <strong>el</strong> cuerpo era introducido en un ton<strong>el</strong> y se lanzaba<br />

a las aguas d<strong>el</strong> río Mos<strong>el</strong>a.<br />

A partir d<strong>el</strong> siglo XIV empiezan las primeras instrucciones y garantías judiciales y<br />

sistemáticamente se comienza a excusar los suicidios que se creen cometidos por<br />

un acceso de locura.<br />

Posteriormente, con la Revolución francesa, deja de ser reprimido de "hecho" y<br />

pierde su carácter criminal, pero sin derogar las antiguas leyes represivas:<br />

simplemente se mantiene una postura de omisión por parte de los legisladores,<br />

pues no se hace mención explícita ni <strong>el</strong> Código Penal de 1791, ni <strong>el</strong> Napoleónico<br />

de 1810, con la gran influencia que va a tener en Europa. <strong>Por</strong> su parte la Iglesia lo<br />

sigue prohibiendo y castigando y contribuye a extender y afianzar la idea de<br />

mancha moral, en <strong>el</strong> ámbito popular.<br />

En Inglaterra hasta <strong>el</strong> año de 1823 imperó <strong>el</strong> arrastre d<strong>el</strong> cuerpo d<strong>el</strong> suicida por las<br />

calles, con un palo atravesado, y sepultándolo en un camino público, sin<br />

ceremonia, además de la confiscación de sus bienes por parte de la Corona (se<br />

abolirán estas leyes en 1870).<br />

Al final d<strong>el</strong> siglo XVIII y primera mitad d<strong>el</strong> XIX, surge un movimiento opositor al<br />

pensamiento clásico, <strong>el</strong> Romanticismo, que exalta <strong>el</strong> sentimiento, valorando<br />

motivaciones psicológicas por encima de las éticas; se considera al mundo como<br />

una expansión d<strong>el</strong> Yo y se le describe con símbolos e imágenes no destinadas a<br />

la razón sino a la fantasía.<br />

Una cierta m<strong>el</strong>ancolía literaria marca esta generación de manera colectiva (Byron,<br />

Scoot, Schíller, <strong>Víctor</strong> <strong>Hugo</strong>, etc). En conjunto no se oponen al suicidio, porque<br />

5


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

siempre se le implicó con la moral y la r<strong>el</strong>igión, sin tenerlo en cuenta como un acto<br />

libre, y con frecuencia expresión de desesperanza.<br />

En <strong>el</strong> año 1889, <strong>el</strong> autor español Jesús Sarabia Pardo, en su obra "<strong>Suicidio</strong> como<br />

enfermedad Social", interpreta <strong>el</strong> fenómeno señalando: 1) <strong>La</strong>s r<strong>el</strong>aciones entre<br />

pauperismo y suicidio, 2) <strong>La</strong> influencia de los cambios políticos y de las guerras, y<br />

3) Especialmente los actos derivados de la progresiva industrialización, (como <strong>el</strong><br />

aumento demográfico), como razones que llevan a la masificación y a la<br />

insolidaridad.<br />

A principios d<strong>el</strong> siglo XIX y comienzos d<strong>el</strong> XX se perfilan dos líneas de estudio en<br />

r<strong>el</strong>ación al tema d<strong>el</strong> suicidio: la sociológica (Durkheim) y la psicoanalítica (Freud).<br />

En otro aparte d<strong>el</strong> artículo, "los teóricos dicen", se dará una mirada general a los<br />

planteamientos teóricos sobre <strong>el</strong> suicidio.<br />

Tomando como referencia a Rodríguez Juan, E (1998) se ha visto al suicidio,<br />

desde varias formas distintas.<br />

• En una primera etapa: se prohíbe al individuo matarse por su propia cuenta:<br />

es <strong>el</strong> Estado <strong>el</strong> que autoriza hacerlo, siendo un acto inmoral cuando se<br />

particulariza y no intervienen los órganos colectivos. El suicidio es una<br />

expresión estoica de la muerte voluntaria, acentuando su carácter<br />

d<strong>el</strong>iberado, reflexivo, que está dentro de las libertades humanas.<br />

• En un segundo período se produce una condenada total, sin excepciones:<br />

se insiste en la idea de crimen y homicidio, como un acto sacrílego que se<br />

r<strong>el</strong>aciona con <strong>el</strong> mal, la salvación y <strong>el</strong> castigo. Esta prohibición se va<br />

haciendo cada vez más radical, aunque poco después desaparece la<br />

penalización y <strong>el</strong> castigo, pero limitándose a silenciarlo.<br />

• Le sigue un período de confusión entre los primeros estudios científicos y <strong>el</strong><br />

lastre r<strong>el</strong>igioso, para pasar a una fase de estudios científicos en diferentes<br />

campos.<br />

En todo caso, <strong>el</strong> suicidio es la última expresión de libertad en una persona; en<br />

niv<strong>el</strong>es no populares, se habla de él como un acto de cobardía o valor, libertad o<br />

sometimiento, sino como algo voluntario o no, pero ante <strong>el</strong> cual las leyes y la<br />

opinión popular, dejan una especie de “libertad vergonzosa”, vigilada por médicos,<br />

psicólogos, policías, etc.<br />

Y lejos de quedar en <strong>el</strong> olvido, aún cobra vigencia <strong>el</strong> fenómeno, por que todavía se<br />

presentan hechos como los bonzos budistas que se queman vivos en son de<br />

protesta, presos que mueren en las cárc<strong>el</strong>es por hu<strong>el</strong>gas de hambre, suicidios<br />

colectivos r<strong>el</strong>igiosos, fundamentalistas islámicos, patriotas palestinos, etc.<br />

6


3. Datos estadísticos.<br />

<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

"El suicidio es una solución eterna para lo que<br />

a menudo no es más que un problema temporal".<br />

(Refrán popular norteamericano)<br />

Para este punto se partirá de las estadísticas mundiales, luego las nacionales, y<br />

departamentales, abordando por último las de la ciudad de Med<strong>el</strong>lín; y se<br />

presentarán primero los estudio más antiguos, y después los más recientes.<br />

3.1 Estadísticas mundiales y de otros países d<strong>el</strong> mundo.<br />

<strong>La</strong> Organización Mundial de <strong>La</strong> Salud (OMS) reporta que para 1999 ocurrieron en<br />

<strong>el</strong> mundo cerca de 893.000 suicidios, cifra muy superior a las 527.000 muertes<br />

causadas por otro tipo de violencia (incluído <strong>el</strong> homicidio) y a las 269.000 muertes<br />

causadas por los conflictos armados (guerras), lo que indica que al finalizar <strong>el</strong> siglo<br />

XX, <strong>el</strong> suicidio representó aproximadamente <strong>el</strong> 53% de todas las muertes<br />

causadas intencionalmente en <strong>el</strong> mundo.<br />

En las tablas siguientes (según la OMS) se pueden observar (en la primera), las<br />

tasas globales de suicidio por sexo en América d<strong>el</strong> Sur (x 100.000 habitantes/año);<br />

en la segunda, las tasas de suicidio de algunos países europeos (x 100.000<br />

habitantes/año), y en la tercera, <strong>el</strong> número de suicidios para las diferentes<br />

regiones d<strong>el</strong> mundo en 1999.<br />

Tabla N°1. Tasas globales de suicidio por sexo en América d<strong>el</strong> Sur. (X 100.000 habitantes /<br />

año).<br />

País Año Hombres Mujeres<br />

Argentina 1993 10.6 2.9<br />

Brasil 1992 5.6 1.6<br />

Chile 1994 10.2 1.4<br />

Colombia 1994 5.5 1.5<br />

Ecuador 1995 6.4 3.2<br />

Paraguay 1994 3.4 1.2<br />

Perú 1989 0.6 0.4<br />

Uruguay 1990 16.6 4.2<br />

Venezu<strong>el</strong>a 1994 8.3 1.9<br />

Tomado de: Manrique Hernández, Rubén Darío. En: Revista CES Medicina, (Med<strong>el</strong>lín), Vol. 14,<br />

N°1, 2000.<br />

Tabla N°2. Tasas globales de suicidio en la población general en algunos países europeos (X<br />

100.000 habitantes / año)<br />

País Año Tasas de<br />

suicidio<br />

7


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

Alemania (RFA) 1988 12.7<br />

Austria 1988 18.7<br />

Bélgica 1986 17.0<br />

Bulgaria 1987 12.4<br />

Dinamarca 1987 21.7<br />

España 1985 5.2<br />

Finlandia 1987 22.9<br />

Francia 1987 16.8<br />

Grecia 1986 3.1<br />

Hungría 1988 31.9<br />

Irlanda 1988 6.6<br />

Islandia 1988 13.9<br />

Italia 1986 6.0<br />

Malta 1988 2.3<br />

Noruega 1987 13.3<br />

Países bajos 1987 8.9<br />

Polonia 1988 11.0<br />

<strong>Por</strong>tugal 1988 6.2<br />

Reino Unido 1988 7.1<br />

Suecia 1987 14.4<br />

Suiza 1988 17.3<br />

URSS 1987 17.0<br />

Tomado de: Sarró, Blanca y otra. Los suicidios. Martínez Roca, Barc<strong>el</strong>ona, 1991.<br />

Tabla N°3. Número de suicidios en las diferentes regiones d<strong>el</strong> mundo en 1999.<br />

Región Total muertes N° de suicidios Otras<br />

muertes<br />

% de suicidio<br />

Africa 320.000 69.000 251.000 21.6<br />

América 221.000 62.000 160.000 28.1<br />

Mediterráneo<br />

Oriental<br />

112.000 35.000 77.000 31.3<br />

Europa 267.000 162.000 101.000 60.7<br />

Sudeste asiático 308.000 171.000 137.000 55.5<br />

Pacifico occidental 460.000 390.000 71.000 84.8<br />

TOTAL 1.688.00 889.000 797.000 52.7<br />

Tomado de: Manrique Hernández, Rubén Darío. En: Revista CES Medicina, (Med<strong>el</strong>lín), Vol. 14,<br />

N°1, 2000.<br />

3.2 Estadísticas nacionales.<br />

En <strong>el</strong> Estudio nacional de salud mental y consumo de sustancias psicoactivas<br />

(Colombia 1993), se encuentran los siguientes datos:<br />

Durante toda la vida <strong>el</strong> 4.5% de la población presentó por lo menos un intento<br />

de suicidio, y en <strong>el</strong> último año <strong>el</strong> 1.2%, figurando una tasa más alta en la<br />

población femenina (4.9% en los hombres y 6.6% en las mujeres).<br />

8


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

De la población estudiada, 57 de cada 1.000 personas han intentado<br />

suicidarse; al comparar los datos con <strong>el</strong> estudio de 1987, la prevalencia de<br />

intento de suicidio fue de 45 por .1000 durante la vida.<br />

<strong>Por</strong> rangos de edad, <strong>el</strong> intento durante la vida, aparece con una frecuencia<br />

mayor entre los 12 y los 15 años (7.7%) y entre los 25 y 29 años (5.5%).<br />

En los datos anteriores se observa un aumento de intento suicida en la población<br />

en general, mayor porcentaje en la población femenina, en la adolescencia y en la<br />

llamada adultez temprana (es decir la población que ya ha dejado según la ley de<br />

considerarse joven y que se acerca a la llamada crisis de los 30 años).<br />

Podría infererirse entonces la posible influencia de las crisis asociadas con<br />

períodos de transición en <strong>el</strong> desarrollo. Según <strong>el</strong> estudio, <strong>el</strong> mayor riesgo de<br />

suicidio se encuentra en la población joven (menor de 30 años).<br />

Con r<strong>el</strong>ación al estrato socioeconómico, se encontró en términos generales una<br />

r<strong>el</strong>ación inversamente proporcional, es decir, a mayor niv<strong>el</strong> económico, <strong>el</strong> intento<br />

de suicido durante la vida es menor. El mayor porcentaje se dio en la clase baja -<br />

baja (estrato uno), con 7.2% y <strong>el</strong> menor fue en <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> medio - alto (estrato cinco),<br />

con un 2.9%.<br />

Lo anterior deja la inquietud de que las llamadas situaciones de violencia y de<br />

satisfacción de las necesidades básicas de supervivencia que golpean más a los<br />

estratos bajos, se constituyan en factores de riesgo para <strong>el</strong> intento suicida.<br />

En otro Estudio nacional de salud mental pero <strong>el</strong> de 1987 se halló asociación<br />

significante entre ingestión de bebidas alcohólicas y la prevalencia de vida de<br />

intento de suicidio. Se afirma además en <strong>el</strong> Estudio de 1993, que en los diferentes<br />

estudios realizados en Colombia han encontrado asociación entre <strong>el</strong> uso de<br />

sustancias psicoactivas (SPA) y suicidio.<br />

Se plantea en la población la presencia de la depresión clínica como un factor de<br />

riesgo para <strong>el</strong> consumo de drogas y por lo tanto parte de la cadena de causalidad<br />

para <strong>el</strong> suicidio. Además se considera <strong>el</strong> consumo de SPA como una<br />

autodestrucción lenta, y <strong>el</strong> suicidio como una autodestrucción rápida.<br />

Finalmente, en <strong>el</strong> Estudio Nacional de 1993, se postula que <strong>el</strong> intento de suicidio y<br />

<strong>el</strong> policonsumo están fuertemente asociados, no descartando, dado <strong>el</strong> tipo de<br />

estudio, la posibilidad de que se presenten como comorbilidad.<br />

En otro estudio, realizado por Mary Luz Morales e Iván Alberto Jiménez en <strong>el</strong><br />

Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (1996) se encuentra que<br />

para 1992, de 24.947 necropsias por muertes violentas 754 corresponden a<br />

suicidios, es decir <strong>el</strong> 3%.<br />

9


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

El grupo de edad más afectado fue entre los 19 - 35 años (177 casos, 53%); le<br />

siguen 111 casos de los que utilizaron arma de fuego (51%). <strong>La</strong> distribución por<br />

sexo fue un 78% hombres y 22% mujeres. El 84% de los suicidios se realizó en<br />

casa de habitación, en especial la alcoba, seguido d<strong>el</strong> baño, con un 34%.<br />

En sólo uno de los casos estudiados, se encontró una nota escrita por <strong>el</strong> suicida,<br />

y en general en muy pocos casos se registraron signos o síntomas que hicieran<br />

sospechar <strong>el</strong> riesgo de suicidio; un porcentaje muy bajo tuvo con anterioridad<br />

intentos suicidas previos.<br />

En otro estudio, realizado por Gómez y cols. (2002), se llegó a la conclusión de<br />

que <strong>el</strong> intento de suicidio en Colombia tiene una prevalencia similar a la de otros<br />

países: la población con mayor riesgo tiene entre 16 y 21 años, presenta<br />

depresión o ansiedad, consulta al médico por nervios, es objeto de abuso verbal<br />

(particularmente las mujeres) o tiene diferentes valores morales a los de su familia.<br />

En ese estudio se indica que un antecedente de intento de suicidio es una de las<br />

variables que tiene más r<strong>el</strong>evancia clínica para predecir un eventual suicidio, aun<br />

cuando es mayor <strong>el</strong> riesgo durante <strong>el</strong> primer año después d<strong>el</strong> intento.<br />

3.3 Estadísticas Departamento de Antioquia.<br />

Según <strong>el</strong> estudio de Manrique y cols. (2002), acerca d<strong>el</strong> comportamiento d<strong>el</strong><br />

suicidio en Antioquia, entre 1998 y <strong>el</strong> 2000 ocurrieron 936 suicidios, para un<br />

promedio de 312 por año, para una tasa de 5.9 por cada 100.000 habitantes,<br />

siendo más frecuente en los meses de junio y diciembre. El 54% de los casos, se<br />

reportaron en 4 municipios d<strong>el</strong> área metropolitana (Med<strong>el</strong>lín 410 casos, B<strong>el</strong>lo 42,<br />

Envigado 25 e Itagüí con 24 casos).<br />

En <strong>el</strong> estudio de Prevalencia de Consumo de SPA y Factores Asociados<br />

(Antioquia, 2003), que tuvo como objeto la población adolescente escolarizada, se<br />

encuentran entre otros datos los siguientes:<br />

El 20.3 % de los jóvenes se considera ser menos f<strong>el</strong>iz que los demás o la<br />

mayoría, y <strong>el</strong> 14.4% presentan sentimiento de fracaso escolar.<br />

El 7.1% percibe la r<strong>el</strong>ación con su padre como mala y <strong>el</strong> 20.4% como<br />

regular; con respecto a la madre, <strong>el</strong> 2.1% la percibe como mala y <strong>el</strong> 12.1%<br />

como regular.<br />

En la llamada escala de Comportamiento Violento un 32.7% de la población<br />

se encuentra en riesgo alto; a su vez, <strong>el</strong> 42.4% presenta <strong>el</strong> grado severo en<br />

la escala de trastornos afectivos.<br />

Con r<strong>el</strong>ación a la Autoestima, un 3.7% presenta un niv<strong>el</strong> bajo y un 30.6% un<br />

niv<strong>el</strong> medio.<br />

10


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

Con base en los datos ya descritos, es posible proponer de que nuestros jóvenes,<br />

una quinta parte se ve como menos f<strong>el</strong>iz que los demás; comparado esta cifra con<br />

<strong>el</strong> 42.4% que presenta grado severo en la escala de trastornos afectivos, podría<br />

pensarse que en la mitad de estos jóvenes sus dificultades no son percibidas, o<br />

que son llevaderas, o que poseen las habilidades comportamentales para<br />

resolución de problemas y que como consecuencia final se ven igualmente f<strong>el</strong>ices<br />

como las demás personas.<br />

<strong>Por</strong> otro lado, se encuentra una alta tendencia al comportamiento violento: 32.7%<br />

de los jóvenes encuestados; se podrían proponer como orígenes de esta<br />

tendencia las siguientes causas: la conducta violenta aprendida por mod<strong>el</strong>amiento,<br />

aprendida como estrategia de afrontamiento, como <strong>el</strong> resultado de la baja o poca<br />

tolerancia a la frustración, entre otras.<br />

Se encuentra además mayor deterioro en la r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> padre que con<br />

respecto a la de la madre (prácticamente <strong>el</strong> doble); sumando los porcentajes de<br />

este vínculo, visto como malo o como regular, se tendría un resultado d<strong>el</strong> 27.5%<br />

con r<strong>el</strong>ación al padre y de un 14.2% en r<strong>el</strong>ación con la madre.<br />

Con respecto a la prevalencia d<strong>el</strong> consumo de SPA (anual y de por vida), al igual<br />

que <strong>el</strong> índice de abstención en la población objeto de investigación, estos datos<br />

pueden observarse en la Tabla N° 3:<br />

Tabla N° 3, Prevalencia anual, prevalencia de vida e índice de abstención.<br />

Sustancia Prevalencia Prevalencia<br />

Índice<br />

anual % de por vida % de abstención %<br />

Bebidas Alcohólicas 44.7 56.5 43.5<br />

Bebidas Alcohólicas<br />

hasta la embriaguez<br />

23.3 33.2 66.8<br />

Cigarrillo 24.4 36.7 66.3<br />

Marihuana 6.6 10.6 89.4<br />

Cocaína 4.7 7.2 92.8<br />

Inhalables 2.2 3.4 96.6<br />

Extasis 2.0 3.5 96.5<br />

Rohypnol 1.7 3.2 96.8<br />

Cacao Sabanero 1.4 2.5 97.5<br />

Basuca 1.3 1.7 98.3<br />

Hongos 1.2 1.9 98.1<br />

Tomado de: Gobernación de Antioquia. Prevalencia de Consumo de Sustancias Psicoactivas y<br />

Factores Asociados. Marín Vieco, Med<strong>el</strong>lín, 2004.<br />

No sólo se deben de tener en cuenta los índices de consumo, sino también los<br />

índices de abstención, las características que poseen estos los jóvenes no<br />

consumidores comparados con los que sí consumen las SPA. Llama la atención <strong>el</strong><br />

hecho de que estando en una sociedad etílica, casi un 44% de nuestros jóvenes<br />

manifieste que nunca en su vida haya consumido licor, y más aun en <strong>el</strong> caso de<br />

11


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

las llamadas sustancias ilegales, que son consumidas por nuestros jóvenes en<br />

una proporción d<strong>el</strong> 1.9% y <strong>el</strong> 10.6%.<br />

3.4 Estadísticas d<strong>el</strong> municipio de Med<strong>el</strong>lín.<br />

En <strong>el</strong> estudio realizado por <strong>el</strong> epidemiólogo Rubén Darío Manrique (2000), se<br />

anota que durante <strong>el</strong> período comprendido entre enero de 1992 y junio d<strong>el</strong> año<br />

2000 se presentaron en la ciudad de Med<strong>el</strong>lín 940 muertes por suicidio; la<br />

frecuencia de suicidio entre los hombres es 3 veces mayor que en las mujeres; la<br />

edad promedio de los hombres fue de 33 años, y 28 años en las mujeres. Si bien<br />

<strong>el</strong> grupo de 15 a 24 años de edad presenta la mayor proporción de casos de<br />

suicidio (37%), debe tenerse en cuenta que <strong>el</strong> 5% de casos fue de menores de 15<br />

años, entre los cuales aparecen varios casos en menores de 10 años.<br />

<strong>La</strong> información revisada permitió establecer que entre 1998 y <strong>el</strong> 2000, en <strong>el</strong> 60%<br />

de los casos de suicidio hubo consumo previo de alguna sustancia psicoactiva<br />

incluído <strong>el</strong> alcohol, y en un 28% consumo simultáneo de algunas de <strong>el</strong>las, en<br />

especial la marihuana, la cocaína y las benzodiacepinas.<br />

4. Algunos teóricos dicen<br />

“Quien dispone de un porqué para vivir,<br />

es capaz de soportar casi cualquier como”.<br />

(Nietzsche)<br />

Retomado <strong>el</strong> asunto d<strong>el</strong> suicidio donde fue dejado, partiremos de los trabajos<br />

clásicos de Sígmund Freud (1914) y Emilé Durkheim (1897).<br />

<strong>La</strong>s teorías psicoanalíticas admiten la tendencia autodestructiva (lucha entre los<br />

instintos de muerte y los de vida). Para Freud <strong>el</strong> suicidio es un fenómeno<br />

intrapsíquico originado primariamente en <strong>el</strong> inconsciente y en <strong>el</strong> que prima la<br />

agresividad y la hostilidad a sí mismo, que no puede exteriorizarse. <strong>La</strong> base d<strong>el</strong><br />

suicidio está en <strong>el</strong> instinto de muerte.<br />

<strong>Por</strong> su parte Durkheim propone tres formas de suicidio: "<strong>el</strong> egoísta", por<br />

dificultades de la integración social (<strong>el</strong> sujeto padece de aislamiento social y<br />

soledad y su conducta esta concentrada en sí mismo). El suicidio "anómico", que<br />

se da cuando se rompe <strong>el</strong> equilibrio entre sociedad e individuo; sucede cuando las<br />

sociedades entran en crisis. El último sería <strong>el</strong> suicidio "altruísta" en <strong>el</strong> cual <strong>el</strong><br />

cuerpo social dicta <strong>el</strong> suicidio; lo vemos sobre todo en sociedades o civilizaciones<br />

en las que ha sido indicado por <strong>el</strong> grupo. <strong>Por</strong> lo tanto, en estos casos, para él no<br />

hay suicidio sino varios tipos de suicidio, porque las causas son diferentes.<br />

12


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

Siguiendo con los llamados trabajos clásicos, Ménninger (1938) propone dos<br />

formas de suicidio: los crónicos como son por ejemplo <strong>el</strong> alcoholismo, las<br />

conductas antisociales, la invalidez, <strong>el</strong> ascetismo, <strong>el</strong> martirio y la psicosis; y los<br />

suicidios localizados como son las automutilaciones, los accidentes intencionados,<br />

la impotencia, la frigidez y la policirugía.<br />

<strong>Por</strong> su parte, Ríng<strong>el</strong> (1953) habla de un síndrome presuicida que comienza en la<br />

infancia. Hay una desinhibición de la agresividad que <strong>el</strong> individuo descarga<br />

consigo mismo, a lo que se unen los deseos de muerte y las fantasías suicidas<br />

con una huida de la realidad.<br />

Una visión más reciente es la que aportan las teorías cognitivas, sobre aspectos<br />

que influyen en la conducta suicida, como son la ansiedad, la culpa, la<br />

dependencia, la desesperanza, la indefensión y <strong>el</strong> abandono, entre otros.<br />

Aaron Beck, (1983) realiza una serie de propuestas en torno a la depresión, que<br />

dan luces sobre <strong>el</strong> comportamiento suicida. Se habla entonces de una tríada<br />

cognitiva en la cual se tiene una visión negativa de sí mismo, en la forma de<br />

interpretar las experiencias y acerca d<strong>el</strong> mundo. Estos patrones cognitivos están<br />

acompañados además de errores en procesamiento de la información, unido a la<br />

existencia de marcos de referencia o esquemas. En su conjunto, formarían <strong>el</strong><br />

llamado pensamiento depresivo, que se caracteriza por ser global, extremo, sin<br />

matices, absolutista, categórico e irreversible.<br />

Desde esta visión cognitiva clásica, las ideas de suicidio también pueden<br />

interpretarse como una expresión extrema de un deseo de escapar a aqu<strong>el</strong>los<br />

problemas o situaciones que parecen como irresolubles e intolerables. El paciente<br />

depresivo puede verse a sí mismo como una carga inútil y consecuentemente<br />

pensar que sería mejor para todos, inclusive él mismo, que estuviese muerto.<br />

Define <strong>el</strong> concepto de desesperanza como un sistema de esquemas cognitivos<br />

sobre expectativas negativas de futuro. Los pensamientos suicidas surgen cuando<br />

<strong>el</strong> paciente conceptualiza su situación como insostenible.<br />

Los teóricos, Schneidman y Farberow (1994) dividen las conductas<br />

autodestructivas en dos categorías: <strong>La</strong>s conductas autodestructivas directas o<br />

conscientes, que corresponden a la tentativa y al suicidio consumado y las<br />

autodestructivas indirectas o inconscientes, que tienen un carácter insidioso y<br />

prolongado y no son reconocidas como actos suicidas. Estos autores clasifican los<br />

suicidas en 4 grupos:<br />

- Aquéllos cuyas creencias les hacen considerar <strong>el</strong> suicidio como una transición<br />

a una vida mejor.<br />

- Los que se sienten tan solos, que lo viven como una liberación o la huida a<br />

una situación intolerable: la vida real.<br />

- Los psicóticos, que se suicidan en respuesta a sus alucinaciones o ideas<br />

d<strong>el</strong>irantes.<br />

13


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

- Los que se suicidan por despecho y con la creencia de que la gente se<br />

afligirá, y que <strong>el</strong>los de alguna forma estarán ahí para ver su aflicción.<br />

Desde <strong>el</strong> paradigma de la Psicología humanista, se tomará como referencia la<br />

visón existencial propuesta por <strong>Víctor</strong> E. Frankl en r<strong>el</strong>ación al tema d<strong>el</strong> suicidio.<br />

En su obra “Ante <strong>el</strong> vacío existencial: hacia una humanización de la Psicoterapia”<br />

<strong>el</strong> profesor Frankl escribe:<br />

Me presentaron una notable estadística referida a 60 estudiantes de la Idaho State University, en la<br />

que se les preguntaba con gran minuciosidad por <strong>el</strong> motivo que les había empujado al intento de<br />

suicidio. De <strong>el</strong>la se desprendía que <strong>el</strong> 85% por ciento de los encuestados no veían ya ningún<br />

sentido en sus vidas. Lo curioso es que <strong>el</strong> 93 por ciento gozaban de exc<strong>el</strong>ente salud física y<br />

psíquica, tenían buena situación económica, se entendían perfectamente con su familia,<br />

desarrollaban una activa vida social y estaban satisfechos de sus progresos en los estudios.<br />

En cualquier caso, no podía hablarse de una insuficiente satisfacción de necesidades. Todo <strong>el</strong>lo<br />

contribuye a hacer aun más acuciante la pregunta de cuál fue la “condición de la posibilidad” de<br />

estos intentos de suicidio a pesar de la satisfacción de las necesidades más generales.<br />

El hecho sólo es explicable si se admite que <strong>el</strong> hombre tiende genuinamente (y si ya no, al menos<br />

tendía originalmente) a descubrir un sentido en su vida y a llenarlo de contenido.<br />

En otra de sus obras: “El Hombre doliente: fundamentos antropológicos de la<br />

Psicoterapia”, este autor dice:<br />

El killing ones<strong>el</strong>f o suicidio obedece en general a una depresión, y su causa remota puede ser en<br />

casos concretos una falta de sentido de la vida. Quiero decir con seto que en modo alguno se<br />

pueden atribuir todos los casos de suicido al sentimiento de falta de sentido de vida; pero yo estimo<br />

que <strong>el</strong> suicida no habría consumado su acto con sólo haber hallado un cierto sentido en su vida.<br />

Nuestras experiencias logoterapéuticas nos enseñan que <strong>el</strong> conocer que la vida tiene un sentido<br />

no posee sólo r<strong>el</strong>evancia terapéutica, sino también profiláctica.<br />

Y finalmente en su obra “Psicoanálisis y existencialismo: de la psicoterapia a la<br />

logoterapia”, hace <strong>el</strong> siguiente planteamiento:<br />

Se habla a veces de lo que se llama suicidio balance; se alude con <strong>el</strong>lo a la idea de que <strong>el</strong> hombre<br />

sólo puede tomar la tremenda decisión de quitarse la vida con base en un balance a que somete<br />

su vida entera. Hasta qué punto este balance, como balance de placer, tendría que arrojar<br />

necesariamente un saldo pasivo, ya que hemos tenido ocasión de verlo al examinar <strong>el</strong> problema<br />

d<strong>el</strong> “placer como sentido de vida”.<br />

Desde <strong>el</strong> llamado Paradigma Dinámico de <strong>La</strong> Psicología, <strong>el</strong> asunto se toma<br />

teniendo como base a Leopoldo B<strong>el</strong>lak, con <strong>el</strong> texto: "Psicoterapia Breve y de<br />

emergencia". Este autor propone entre otros asuntos lo siguiente:<br />

Se parte de la base de que no en todos los casos, pero sí en la mayoría de los casos de suicidio<br />

se tiene una persona con antecedentes depresivos. Otro factor adicional y en ocasiones curioso,<br />

que debe de tenerse en cuenta en la asesoría, es <strong>el</strong> concepto de muerte que tenga <strong>el</strong> individuo:<br />

este concepto varía mucho. Algunas personas tienen la fantasía de sobrevivir al suicidio y estar<br />

14


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

parados al lado de su tumba riéndose de las personas que se lamentan de no haber sido buenas<br />

con él.<br />

Como factores de riesgo importantes se tiene que entre más primitivas sean las fantasías, es más<br />

grande <strong>el</strong> riesgo de suicidio; entre más planeación se haga aumenta <strong>el</strong> riesgo, y si hay presencia<br />

de antecedentes familiares, aumenta aun más.<br />

En la anamnesis de la sesión inicial, existen dos factores específicos que es importante tener<br />

presentes:<br />

• Una historia familia con respecto al suicidio: en algunas ocasiones puede existir una<br />

tendencia familiar al suicidio, no necesariamente r<strong>el</strong>acionada con depresiones muy graves.<br />

Cualquier paciente con historia familiar previa de suicidio debe de considerarse como un<br />

candidato de más alto riesgo que otro sin historia familiar.<br />

• Otros actos de “acting out” violentos: son de importancia con personas que presentan por<br />

ejemplo antecedentes de haber matado mascotas, siendo niños o adultos.<br />

Este autor, propone 10 factores específicos en <strong>el</strong> manejo terapéutico de los<br />

pacientes suicidas; estos factores son:<br />

1. Situaciones o factores precipitantes (depresión o pánico)<br />

2. Contenido, especificidad y primitividad de los planes y fantasías.<br />

3. Intentos (o planes) previos y circunstancias que los rodean.<br />

4. Antecedentes familiares de suicidios, depresión o ambos.<br />

5. Si es agudamente suicida, abandone la neutralidad terapéutica.<br />

6. Trabaje con la visión de tún<strong>el</strong>.<br />

7. Trato para un aplazamiento y uso de otras variables involucradas en <strong>el</strong> “acting out”.<br />

8. Trabaje con los factores pertenecientes a la depresión o pánico.<br />

9. Consiga personas significativas para <strong>el</strong> paciente dentro de la situación: recursos<br />

comunitarios.<br />

10. Fármacos, hospitalización.<br />

<strong>La</strong> expresión d<strong>el</strong> deseo de morir es con más frecuencia un deseo oral de dormir sin<br />

preocupaciones. Cuando tales deseos orales se acompañan por una gran hostilidad en gente con<br />

poca fuerza d<strong>el</strong> yo y con un super - yo severo, <strong>el</strong> terapeuta desempeña un pap<strong>el</strong> importante. El<br />

entender las dinámicas específicas d<strong>el</strong> impulso suicida, se vu<strong>el</strong>ve importante; entre <strong>el</strong>las se<br />

encuentra: <strong>el</strong> deseo de expiar un crimen real o imaginario, <strong>el</strong> deseo de venganza, <strong>el</strong> deseo de<br />

reencuentro con un amante fallecido, <strong>el</strong> deseo de forzar <strong>el</strong> amor de otros, etc.<br />

Una de las llamadas propuestas integradoras, es presentada por Blumenthal y<br />

Kupfer (1986). <strong>La</strong> teoría de estos investigadores propone la interacción de<br />

múltiples factores de riesgo, los que se agrupan en cinco ejes o dominios que<br />

conforman las esferas de vulnerabilidad: factores biológicos, rasgos de<br />

personalidad, trastornos psiquiátricos, factores familiares y genéticos, y finalmente,<br />

factores psicosociales, entre los que se incluyen los acontecimientos vitales, los<br />

factores ambientales y las enfermedades médicas. Esta propuesta puede<br />

representase en forma gráfica de este modo:<br />

Gráfica uno: Mod<strong>el</strong>o de solapamiento de factores de riesgo de suicidio (Blúmenthal<br />

y Kúpfer, 1986).<br />

15


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

Trastornos psiquiátricos<br />

Factores Biológicos Factores psicosociales<br />

Rasgos de Personalidad Historia familiar y factores<br />

genéticos<br />

Morales (1996) propone que desde la perspectiva medico - forense se tiene la<br />

certeza de que <strong>el</strong> suicidio como manera de muerte sigue ocupando un lugar<br />

importante dentro d<strong>el</strong> espectro de muertes violentas en Colombia.<br />

Según esta misma investigadora, en cuanto al método más utilizado para <strong>el</strong><br />

suicidio, ocupa un lugar preponderante <strong>el</strong> uso de armas de fuego, seguido por <strong>el</strong><br />

uso de venenos, armas blancas y <strong>el</strong> ahorcamiento.<br />

En cuanto a los antecedentes de las personas que se suicidan, numerosos<br />

estudios (Kaplan 1987, Gisbert 1991, Toro 1986, Shrun 1980, Herman 1992)<br />

coinciden en mencionar patologías psiquiátricas como uno de los factores<br />

comúnmente asociados, en especial la depresión y los cuadros esquizofrénicos.<br />

Otro antecedente de importancia serían los eventos vitales que afectan al sujeto,<br />

en especial aquéllos que representan pérdidas afectivas importantes, o <strong>el</strong> decidir<br />

que su vida ya no tiene ningún valor, luego de hacer un balance de su existencia.<br />

Afirma Morales que la prevención debe de orientarse al control de tenencia y porte<br />

de armas de fuego y que en <strong>el</strong> 24% de los casos se encontró alcoholemia positiva<br />

al momento de hacer la necropsia, al cadáver de un suicida, quedando <strong>el</strong><br />

interrogante de que a lo mejor la tragedia no hubiera ocurrido sin la presencia d<strong>el</strong><br />

alcohol en estas personas.<br />

Según la investigación hecha por Gómez y cols. (2002) se podría presentar <strong>el</strong><br />

siguiente perfil de factores o variables de riesgo asociados con <strong>el</strong> suicidio:<br />

Edad: los intentos de suicidio son poco frecuentes antes de la pubertad; su<br />

incidencia aumenta entre los 12 y 13 años y alcanzan un pico entre los 17 y<br />

los 24 años de edad.<br />

Género: se presentan más intentos de suicidio entre las mujeres en una<br />

proporción de 2:1, sin embargo, <strong>el</strong> suicidio consumado es de 3:1 en los<br />

varones.<br />

16


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

Depresión: se considera que más de un 50% de los adolescentes que se<br />

suicidan sufre de depresión mayor. De éstos, un 25% hace un intento de<br />

suicidio en algún momento en su vida y un 15% finalmente se suicida. <strong>La</strong><br />

depresión con o sin trastornos de ansiedad está asociada con un 43% a 76%<br />

de los casos.<br />

Alcoholismo: <strong>el</strong> consumo de alcohol se reporta como variable importante en<br />

personas que realizan un intento de suicidio. Una proporción significativa de<br />

muertes accidentales, conductas homicidas y suicidas guardan r<strong>el</strong>ación con la<br />

intoxicación alcohólica, e incluso, se ha planteado la asociación entre <strong>el</strong><br />

consumo de alcohol y gestos suicidas que a menudo se describen como<br />

accidentes automovilísticos.<br />

Este colectivo de investigadores encontró además y siendo coherente con los<br />

datos anteriores, que la probabilidad de haber cometido intento de suicidio,<br />

disminuye con la edad. También encontraron incremento en los intentos de<br />

suicidio a mayor gravedad de la depresión al igual que con los estados de<br />

ansiedad.<br />

En las personas que no sufren de alcoholismo, la asociación con <strong>el</strong> intento suicidio<br />

es de 4.3%, cuando se tiene alto riesgo de desarrollar <strong>el</strong> alcoholismo, los intentos<br />

de suicidio se incrementan a un 5.9% y finalmente, cuando existe <strong>el</strong> alcoholismo,<br />

en intento de suicidio llega hasta <strong>el</strong> 7.5%.<br />

Algunos autores han hecho énfasis en <strong>el</strong> estudio d<strong>el</strong> suicidio en la Adolescencia.<br />

Élkind (1981) sostiene que las presiones familiares para obtener éxitos rápidos en<br />

<strong>el</strong> corto plazo generan en los adolescentes sentimientos de fracaso, que llevan<br />

generalmente a intentar quitarse la vida. Para este autor, los sentimientos de<br />

vergüenza, humillación y <strong>el</strong> rechazo afectivo que provocan los fracasos escolares<br />

y laborales, o <strong>el</strong> hecho de haber sufrido un arresto policial, son factores<br />

precipitantes d<strong>el</strong> comportamiento suicida.<br />

Shaffi y col. (1985) concretan la que denominan "autopsia psicológica":<br />

reconstrucción de los perfiles psicológicos de adolescentes que se suicidan,<br />

basándose en entrevistas intensivas realizadas a familiares y amigos. En sus<br />

investigaciones encuentran los siguientes factores antecedentes y concomitantes<br />

de los suicidios estudiados: uso de alcohol y drogas, intentos suicidas anteriores,<br />

trastornos afectivos de tipo maniaco - depresivo, comportamientos violentos y<br />

antisociales, historia familiar de suicidios, y acceso a armas de fuego.<br />

Finalmente, desde una visión teológica católica, si bien es cierto no se hace una<br />

reflexión etiológica, pero sí se da una mirada r<strong>el</strong>igiosa y espiritual que es<br />

interesante considerar. Para hacer esto se retoma de nuevo al autor Domingo M.<br />

Basso (1990).<br />

En la obra, “Nacer y morir con dignidad”, Basso, realiza las siguientes reflexiones:<br />

17


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

• <strong>Por</strong>que todo ser se ama naturalmente a sí mismo, y a esto se debe que todo<br />

ser se conserve naturalmente en la existencia y resista cuanto sea capaz lo<br />

que podría destruírle. <strong>Por</strong> tal motivo, <strong>el</strong> que alguien se dé muerte es contrario a<br />

la inclinación natural y a la caridad por la que uno debe de amarse a sí mismo<br />

(para <strong>el</strong>lo, se tiene en cuenta <strong>el</strong> texto de Santo Tomás, Suma Teológica).<br />

• <strong>La</strong> tradición cristiana extiende <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> suicidio a la prohibición bíblica de<br />

matar: se trata de la correcta aplicación d<strong>el</strong> principio en su totalidad.<br />

• <strong>Por</strong>que la vida es un don dado al hombre por Dios y está sujeto a su divina<br />

potestad, que mata y hace vivir. Y por lo tanto, <strong>el</strong> que se priva de la vida a sí<br />

mismo peca contra Dios.<br />

• <strong>La</strong> enfermedad y otros sufrimientos o la necesidad económica, bien asumidos,<br />

pueden contribuír a la maduración de la personalidad; además, en un sentido<br />

estrictamente teológico y sobrenatural, completan en <strong>el</strong> Cuerpo Místico de<br />

Cristo los sufrimientos d<strong>el</strong> Señor. <strong>La</strong> expiación de los pecados pasados se<br />

logra más adecuadamente (que por <strong>el</strong> suicidio), continuando con la vida en<br />

espíritu de penitencia.<br />

5. R<strong>el</strong>ación entre la <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> <strong>Suicidio</strong>.<br />

Es de tener en cuenta que tanto la farmacodependencia como <strong>el</strong> suicidio, son<br />

fenómenos multicausales, y que sería imposible establecer que <strong>el</strong> solo consumo<br />

de SPA por si mismo lleve al suicidio; esto, debido a que si fuera una r<strong>el</strong>ación de<br />

causa directa, todas las personas adictas se matarían, lo cual obviamente no<br />

ocurre.<br />

<strong>La</strong> presencia de un estado de desesperación se considera un factor básico para la<br />

comisión de un acto suicida, independientemente de que esté inducido por<br />

sustancias o no. <strong>La</strong> desesperación es <strong>el</strong> sentimiento que más frecuentemente<br />

parece precipitar las conductas autodestructivas. El tipo de sustancias que se<br />

asocian con mayor frecuencia a la conducta suicida son los depresores d<strong>el</strong> SNC,<br />

especialmente <strong>el</strong> alcohol, los hipnosedantes y los opiáceos. Estas sustancias<br />

pueden inducir un trastorno d<strong>el</strong> estado de ánimo que se considera provocado por<br />

los efectos fisiológicos directos de estas sustancias (San Molina y Arranz, 1998).<br />

Se podría plantear <strong>el</strong> consumo de SPA como un factor de riesgo que crea<br />

tendencia hacia <strong>el</strong> acto suicida, por un lado, pero por otro, que <strong>el</strong> consumo de SPA<br />

podría ser un factor protector contra <strong>el</strong> suicidio, en <strong>el</strong> sentido de que:<br />

1) En las personas que tienen cuadros psiquiátricos <strong>el</strong> consumo es una<br />

automedicación.<br />

18


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

2) Hay quienes a través d<strong>el</strong> consumo de SPA le encuentran sentido a su<br />

existencia.<br />

3) El consumo es una estrategia de socialización y de consecución de diversos<br />

objetivos.<br />

Según estudios realizados por Monràs y cols. (1992,1993 y 1994) hoy en día se<br />

sabe claramente <strong>el</strong> incremento de riesgo de suicidio que supone para una persona<br />

<strong>el</strong> consumo de alcohol y todavía peor, padecer alcoholismo.<br />

Estudios comparativos de alcohólicos con intentos suicidas con respecto a los que<br />

no presentan, encontraron que en <strong>el</strong> caso de los primeros, presentan un mayor<br />

grado de impulsividad, paranoidismo, ansiedad, ac<strong>el</strong>eración psicomotora,<br />

conductas extravagantes y presentan a su vez una menor seguridad y autoestima<br />

y niv<strong>el</strong>es iguales de depresión, hiponcondriasis e histeria (Monràs y cols, 1993 y<br />

1994).<br />

Según investigaciones hechas por Moscicki (1999) y Marttunen (1993) en las<br />

“autopsias psicológicas” de muchos de los suicidios se evidencian antecedentes<br />

como depresión reactiva, agresividad e impulsividad, manejo inadecuado d<strong>el</strong><br />

estrés, cambios en <strong>el</strong> afecto, consumo de alcohol o drogas, trastornos de<br />

personalidad, ideación y gestos suicidas.<br />

Existen otros autores que refuerzan lo anterior: Frances y cols. (1987) y Marzuk y<br />

Mann (1988) plantean que <strong>el</strong> trastorno por uso de sustancias, fundamentalmente<br />

<strong>el</strong> alcohol y en menor medida otras drogas, frecuentemente se ha asociado con <strong>el</strong><br />

suicidio, como factor de riesgo.<br />

Un dato diferente en <strong>el</strong> ámbito de lo cultural, es que en Colombia en la población<br />

general <strong>el</strong> intento de suicidio y <strong>el</strong> suicidio mismo disminuye con la edad, mientras<br />

que en Estados Unidos las poblaciones adolescentes y las más adultas son las de<br />

más riesgo.<br />

Según San Molina y Arranz (1998) las r<strong>el</strong>aciones entre <strong>el</strong> abuso de sustancias y la<br />

conducta suicida han sido bien documentadas. <strong>La</strong> tendencia al suicidio entre<br />

consumidores de drogas es alrededor de 20 veces mayor a la de la población<br />

general, y <strong>el</strong> 70% de los suicidios en la gente joven, se asocia con <strong>el</strong> abuso de<br />

drogas.<br />

El impulso para <strong>el</strong> suicidio en pacientes toxicómanos está frecuentemente<br />

r<strong>el</strong>acionado con situaciones de pérdida personal, humillación, problemas médicos<br />

y psiquiátricos que acompañan dichos trastornos y con los efectos agudos<br />

desinhibidores de las drogas por sí mismas (Frances y cols. 1987 y Murphy 1986).<br />

19


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

<strong>La</strong>s bebidas de mayor graduación alcohólica están más r<strong>el</strong>acionadas con<br />

tentativas de autolisis que las de baja, siendo los sujetos jóvenes más vulnerables<br />

a este tipo de bebidas.<br />

El consumo de alcohol también se ha r<strong>el</strong>acionado con determinadas formas de<br />

suicidio; así, suicidas con alcoholemia positiva usan con mayor frecuencia armas<br />

de fuego; incluso <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de alcoholemia aumenta la probabilidad de suicidio por<br />

este método (Brent y cols. 1988).<br />

Tomando los planteamientos de investigadores como Murphy y Wetz<strong>el</strong> 1990 y Roy<br />

y cols. 1990, <strong>el</strong> alcoholismo es un factor de riesgo de suicidio tan importante, como<br />

la depresión, con tasas entre 60 y 120 veces más que en la población en general.<br />

<strong>La</strong>s personas alcohólicas que intentan suicidarse pueden tener más problemas<br />

con <strong>el</strong> alcohol y mayor comorbilidad que aquéllos que no intentan suicidarse.<br />

Entre los pacientes alcohólicos se han identificado varios factores de riesgo de<br />

suicidio como son <strong>el</strong> hecho de continuar bebiendo, la depresión mayor, las<br />

tendencias suicidas, un apoyo social pobre, las enfermedades graves, <strong>el</strong><br />

desempleo y <strong>el</strong> vivir solos (Murphy y cols. 1992).<br />

Existe una serie de rasgos comunes en aqu<strong>el</strong>las personas con drogodependencia<br />

y que consuman <strong>el</strong> suicidio: tienden a ser varones jóvenes que consumen alcohol<br />

y otras sustancias; tienen antecedentes de sobredosis y trastornos psiquiátricos<br />

concomitantes, especialmente de tipo depresivo.<br />

El trastorno depresivo y la drogodependencia constituyen una combinación<br />

especial de riesgo que obliga a ser cuidadosos para diagnosticar un trastorno<br />

depresivo en un paciente alcohólico. Los síntomas depresivos pueden ser <strong>el</strong><br />

resultado de un trastorno afectivo subyacente, pero también pueden ser <strong>el</strong><br />

resultado de los efectos tóxicos d<strong>el</strong> alcohol o de otras alteraciones orgánicas<br />

secundarias.<br />

Con lo que respecta al consumo de otras SPA diferentes al alcohol, y su r<strong>el</strong>ación<br />

con <strong>el</strong> suicidio, en un estudio de Ohberg y cols. 1996, la benzodiacepina fue la<br />

sustancia más detectada (38%) en todas las víctimas de suicidio y en segundo<br />

lugar se encontró que las personas habían tomado antidepresivos o neurolépticos<br />

(20%).<br />

El abuso de varias drogas se r<strong>el</strong>aciona todavía más estrechamente con <strong>el</strong> suicidio:<br />

en <strong>el</strong> “Estudio de <strong>Suicidio</strong> de San Diego”, se identificó un abuso mixto de<br />

sustancias en <strong>el</strong> 67% de los suicidios consumados de los adultos jóvenes, y en <strong>el</strong><br />

46% de los suicidios en los adultos mayores de 30 años. En otro estudio, (Marzuk<br />

y cols. 1992) realizado en la ciudad de Nueva York, uno de cada cinco individuos<br />

había consumido cocaína en los días previos al suicidio.<br />

Si se tienen en cuenta los aspectos orgánicos d<strong>el</strong> consumo de sustancias<br />

psicoactivas, la ingesta continuada de alcohol provoca un déficit de serotonina,<br />

20


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

mientras que <strong>el</strong> consumo prolongado de cocaína produce deplección importante<br />

de muchos neurotransmisores implicados en <strong>el</strong> mecanismo de acción de la<br />

serotonina, la noradrenalina y la dopamina. En diversos estudios neurobiológicos<br />

se ha detectado que estos neurotransmisores estaban implicados en las bases<br />

biológicas de la depresión (San Molina y Arranz, 1998).<br />

En nuestro medio, la sustancia psicoactiva más consumida es <strong>el</strong> alcohol y <strong>el</strong> uso<br />

crónico de éste, desempeña un pap<strong>el</strong> importante para originar los pensamientos y<br />

acciones suicidas. El efecto tóxico d<strong>el</strong> alcohol en <strong>el</strong> sistema nervioso induce los<br />

pensamientos y conductas suicidas, debido a que perjudican <strong>el</strong> juicio, la cognición,<br />

<strong>el</strong> humor, y que al disminuir la inhibición, pueden precipitar <strong>el</strong> suicidio.<br />

<strong>Por</strong> sus efectos, <strong>el</strong> alcohol además influye en los sentimientos de desesperanza,<br />

ya que incluso altera las bases responsables d<strong>el</strong> humor y <strong>el</strong> juicio, que están en<br />

nuestro cerebro, dando como resultado <strong>el</strong> rompimiento de las r<strong>el</strong>aciones<br />

interpersonales e impidiendo la ayuda o <strong>el</strong> apoyo social. Entre la desesperanza y<br />

la ideación suicida hay una estrecha r<strong>el</strong>ación, y <strong>el</strong> riesgo de ideación suicida<br />

aumenta en la medida en que hay más desesperanza (San Molina y Arranz,<br />

1998).<br />

Al realizar la historia clínica de estos pacientes es necesario revisar de forma<br />

detallada los antecedentes suicidas, incluyendo todos los factores de riesgo<br />

asociados con <strong>el</strong> suicidio. Los adictos pueden negar tanto <strong>el</strong> uso de sustancias<br />

como la ideación y la conducta suicida, de modo que es recomendable, (y en<br />

ocasiones necesario), disponer de información adicional por parte de la familia y<br />

amigos (San Molina y Arranz, 1998).<br />

En <strong>el</strong> marco de un intento de suicidio, es muy importante obtener una exploración<br />

cuidadosa de la presencia de alcoholismo o drogadicción. A menos que se<br />

identifiquen los trastornos por uso de sustancias como agentes etiológicos de un<br />

intento de suicidio y se traten adecuadamente, la probabilidad de otro intento es<br />

<strong>el</strong>evada a pesar d<strong>el</strong> tratamiento específico de otros síntomas psiquiátricos<br />

específicos (San Molina y Arranz, 1998).<br />

En otro de los textos consultados (Sarró, y cols, 1991) hacen los siguientes<br />

planteamientos:<br />

<strong>La</strong> información sobre <strong>el</strong> riesgo de la mortalidad suicida en los pacientes con dependencia d<strong>el</strong><br />

alcohol se obtiene por dos vías: a través d<strong>el</strong> seguimiento de estos pacientes y la determinación d<strong>el</strong><br />

suicidio como causa de la muerte, y con <strong>el</strong> estudio de las muertes por suicidio en la población<br />

general, para evaluar cuántos suicidas presentaban abuso o dependencia d<strong>el</strong> alcohol.<br />

En 1977, Miles revisó diversos estudios de seguimiento de estos pacientes y estimó que un 15%<br />

de <strong>el</strong>los morían por suicidio. Valoró que la tasa de suicidios era de 270 / 100.000 por año. Roy y<br />

Linnoila (1986) calcularon que un 21.1% de los suicidas eran alcohólicos, y que un 18% de los<br />

pacientes con dependencia d<strong>el</strong> alcohol se suicidaban.<br />

El alcoholismo es un factor de riesgo suicida, y las personas con dependencia d<strong>el</strong> alcohol son un<br />

grupo de riesgo, pero la incidencia real de la tasa de suicidios oscila, según los diversos estudios.<br />

21


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

<strong>La</strong>s características de las personas con dependencia d<strong>el</strong> alcohol que se suicidan, son similares a<br />

las personas suicidas no alcohólicas, predominando <strong>el</strong> ser varones de edad media, solteros, con<br />

antecedentes de tentativas previas, una hospitalización <strong>el</strong> año anterior, acontecimientos vitales<br />

adversos y pérdida reciente de una persona significativa (Murphy, 1986).<br />

Según Roy y colaboradores (1990), uno de cada cinco alcohólicos ha realizado en <strong>el</strong> curso de su<br />

vida una tentativa de suicidio. <strong>La</strong>s características sociodemográficas señalan que este grupo ha<br />

iniciado la ingesta alcohólica precozmente, aumenta la ingesta de alcohol diariamente, es más<br />

frecuente en su historia un antecedente familiar de alcoholismo y presenta, además, otros<br />

diagnósticos, sobre todo, Trastorno depresivo mayor, Trastorno antisocial de la personalidad y<br />

Abuso de sustancias.<br />

El alcoholismo puede facilitar la conducta suicida o puede ser una forma de conducta crónica. El<br />

suicidio y <strong>el</strong> alcoholismo pueden estar motivados por causas similares. También se ha valorado<br />

que los actos de suicidio pueden realizarse bajo la influencia de la intoxicación alcohólica, (que<br />

facilita <strong>el</strong> impulso suicida), o al final de un largo proceso alcohólico asociado con sentimientos de<br />

culpa y desesperanza.<br />

Beck y Steer (1989), en un estudio longitudinal de 5 – 10 años, en 413 pacientes hospitalizados<br />

por una tentativa de suicidio, encuentran que, entre las características clínicas y demográficas, sólo<br />

<strong>el</strong> diagnóstico de alcoholismo en <strong>el</strong> momento d<strong>el</strong> ingreso era predictivo de riesgo suicida. El riesgo<br />

suicida era en tales pacientes cinco veces superior que <strong>el</strong> de las personas no diagnosticadas de<br />

alcoholismo.<br />

6. A modo de conclusión<br />

• <strong>La</strong> mayor parte de la literatura y fuentes revisadas, hace alusión al consumo<br />

de alcohol y su r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> suicidio, siendo importante <strong>el</strong> poder ampliar<br />

<strong>el</strong> conocimiento de la r<strong>el</strong>ación d<strong>el</strong> consumo de otras SPA y <strong>el</strong> suicidio.<br />

• <strong>La</strong> literatura revisada coincide en afirmar que la r<strong>el</strong>ación entre <strong>el</strong> abuso de<br />

SPA (especialmente <strong>el</strong> alcohol) y la presencia de trastornos d<strong>el</strong> estado de<br />

ánimo, son un factor de riesgo importante para <strong>el</strong> intento de suicidio.<br />

• En lo que respecta a Colombia, la tentativa de suicidio disminuye con <strong>el</strong><br />

aumento de la edad en la población. Ello hace resaltar la importancia de<br />

campañas preventivas sobre todo para adolescentes y adultos jóvenes.<br />

• Llama la atención la alta tasa de suicidios de Europa, comparándola con<br />

América y con África. <strong>La</strong> tasa más alta de Europa (Hungría, con <strong>el</strong> 31.9%)<br />

es de casi <strong>el</strong> doble, d<strong>el</strong> país latinoamericano con la tasa de suicidio más<br />

alta (Uruguay, con <strong>el</strong> 16.6%).<br />

• Al mismo tiempo en nuestro medio existe un rechazo frente al suicidio, pero<br />

en la llamada “música popular” se ve este acto como algo deseado que la<br />

persona escoge y que lo lleva a un “descanso”.<br />

22


<strong>La</strong> <strong>Farmacodependencia</strong> y <strong>el</strong> suicidio<br />

• Es muy importante <strong>el</strong> realizar una evaluación muy completa a las personas<br />

consumidoras de SPA, indagar por aspectos como niv<strong>el</strong> de depresión,<br />

presencia o no de ideación o intentos suicidas y situaciones generadoras de<br />

estrés que hayan ocurrido en <strong>el</strong> último año.<br />

• Nuestra cotidianidad se ha matriculado o se ha inscrito en la llamada<br />

“sociedad postmoderna”, la d<strong>el</strong> vértigo, la inmediatez, y la poca tolerancia a<br />

la frustración, la que crea deseos que luego se convierten en necesidad,<br />

(entre otros aspectos). Ello forma un caldo de cultivo tanto para <strong>el</strong> consumo<br />

de SPA como para <strong>el</strong> suicidio, cuando <strong>el</strong> sujeto no puede manejar<br />

situaciones o no puede tener lo que quiere.<br />

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