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“Trabajo presentado en el V Congreso Nacional de
Ciencia Política – Sociedad Argentina de Análisis
Político – 14 al 17 de Noviembre de 2001”
Panel V. Área Instituciones Políticas y Reforma Del Estado
Opción I: Luciano Andrenacci – UNGS. “Estado y Política Social en la
Argentina Contemporánea: cambios en los modos de intervención”
Opción II: Marcelo Camusso – UCA. “Gestión de Políticas Públicas:
mecanismos de transparencia y eficacia”
Alimentando Lealtades. Un Análisis del Lazo Clientelar
El Caso de las Manzaneras
Mariela L. Szwarcberg
Universidad Torcuato Di Tella
Departamento de Ciencia Política y Gobierno
DNI 26.435.275
marielas@utdt.edu

Alimentando Lealtades. Un Análisis del Lazo Clientelar
El Caso de las Manzaneras 1
Introducción
La pobreza no es nueva en la Argentina. Tampoco lo es su incesante crecimiento,
ni su heterogeneidad interna. La novedad radica en la constitución de los pobres en nuevos
actores políticos en el marco de la crisis actual. La aparición de las manzaneras, los
estallidos sociales en las provincias, los piqueteros, dan cuenta de la emergencia de nuevos
sujetos sociales que reflejan hondas transformaciones al interior de la estructura social y
política de los sectores populares del país 2 . Sin embargo, a pesar de su intensa presencia en
la prensa poco sabemos de estos actores. El objetivo de este trabajo es construir una aún
inexistente historia social de las manzaneras y, a su vez, analizar las nuevas formas que
asume el ejercicio del clientelismo político en la Argentina actual.
Si bien la pobreza no ha sido un tema prioritario en la agenda de los gobiernos
democráticos argentinos de estos últimos años, el espacio simbólico y real de crisis social
que tuvo lugar en el país condujo a la búsqueda de respuestas rápidas y efectivas que
lograran desarticular un potencial estallido social. La estrategia para desactivar el foco de
conflicto y, a su vez, garantizar el apoyo político de clases históricamente identificadas con
el entonces partido oficial, Partido Justicialista, llevó a la creación de un fondo financiero
con el objetivo de solventar las múltiples políticas sociales. Desde su aparición en 1992, el
Fondo de Reparación Histórica del Conurbano Bonaerense ha cumplido esa función,
constituyéndose en la principal fuente de intervención social en la provincia de Buenos
Aires 3 . Dentro de este escenario global surge, en 1994, un nuevo programa social: el Plan
Vida.
Uno de los múltiples espacios en los cuales el Plan Vida es implementado es “La
Luna”, un barrio perteneciente al Municipio de San Miguel en la provincia de Buenos
Aires 4 . En “La Luna” el Plan Vida esta coordinado por cuarenta mujeres a las cuales se les
1 Deseo agradecer a Gabriel Kessler, Catalina Smulovitz, Javier Auyero y Ernesto Calvo por sus valiosos
comentarios a una versión anterior de este artículo. Obviamente, los eventuales errores son de mi exclusiva
responsabilidad.
2 Manzaneras es el nombre que se le dio a un movimiento social organizado por el gobierno Peronista, el cual
puso cuadros políticos locales (mujeres) a cargo de la distribución de bienes clientelares (Plan Vida).
Piqueteros se dio como nombre a un movimiento de revuelta social en el interior del país que, cerrando el
transito de rutas y caminos, se movilizó contra la política de privatización del gobierno nacional. Finalmente,
los estallidos sociales hacen referencia a las crisis que han tenido lugar en distintas provincias argentinas
como Santiago del Estero en 1993, Cutral Có y Plaza Huincol en Neuquén. Estos estallidos han movilizado a
la población local en reclamos específicos al gobierno provincial: pago de sueldos atrasados, planes trabajar,
privatización de empresas estatales.
3 La emergencia de Fondos de Inversión en América Latina se corresponde con una estrategia compensatoria
de las que comúnmente son identificadas como “consecuencias sociales negativas de los ajustes
estructurales”. Véase Ezcurra, Ana María, “Banco Mundial y Fondos Sociales en América Latina y el
Caribe”, Instituto del Conurbano/Universidad Nacional de General Sarmiento, San Miguel, mimeo.
4 La Luna es el nombre ficticio de un barrio obrero. El mismo forma parte del segundo cordón del Conurbano
Bonaerense. La mayoría de sus habitantes, 5.000 personas, no alcanzan a satisfacer sus necesidades básicas
mínimas. El 70% son niños y adolescentes, y el 8,4% son gerontes. Dentro del segmento de la niñez, el 20%
son menores de cinco años, el 14% tiene entre cinco y siete años, y el resto son adolescentes. Las mujeres
tienen un promedio de cuatro hijos cada una. Existen en el barrio veintiún manzaneras con sus respectivas
ayudantas, lo que hace un total de cuarenta trabajadoras voluntarias (dos manzaneras no tienen ayudantas).
1

ha dado el título de “Trabajadoras Vecinales por la Vida”. Ellas tienen a su cargo la
distribución de los bienes enviados desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires entre
los habitantes de sus manzanas que reúnen los requisitos necesarios para constituirse en
beneficiarios.
En un principio, este nuevo plan social no parecía diferir de otros tantos programas
implementados en el pasado. Establecía requisitos que definían una población de
beneficiarios entre los que se distribuían los bienes propios del plan. Sin embargo, la
novedosa forma de distribución del Plan Vida tuvo consecuencias inesperadas.
La Luna ha sufrido modificaciones sustanciales desde la aparición de estas
mujeres conocidas como manzaneras. Los cambios que se produjeron en la forma de dar se
han trasladado a otros ámbitos. Puesto que el sentido de las acciones se encuentra
amalgamado a la lógica de circulación de los bienes, las innovaciones -peculiares-
incorporadas en el Plan Vida han contribuido a la construcción de nuevos sentidos. Al
reconocerse como mediadoras entre los beneficiarios y los bienes las manzaneras
conformaron una red social dentro de La Luna que no existía antes. Esta les ha permitido
obtener beneficios materiales, resultantes del plan, así como beneficios simbólicos, en tanto
ha producido modificaciones en la historia individual de los mismas. El “ser manzanera” ha
tenido para estas mujeres consecuencias que superan ampliamente el mero intercambio
material. Por ejemplo, les ha permitido construir(se) autónomamente un nuevo rol.
Igualmente, ninguna manzanera jamás sería lo que hoy es -incluso se puede dudar de que lo
siga siendo-, de no existir bienes que les permitan constituirse como patrones de esta nueva
modalidad de clientelismo social.
Desde su creación, el “Vida” despertó críticas de los más diversos sectores de la
sociedad. La oposición, el periodismo, así como figuras del propio Partido Justicialista,
impulsor del programa, criticaron la implementación de estos planes por estar basados en
criterios propios del clientelismo político tradicional en oposición a políticas sociales
basadas en criterios universales. En las elecciones legislativas de octubre de 1997 el Plan
Vida obtuvo un impulso extra, aumentó su extensión y presencia debido a la necesidad de
obtener resultados electorales favorables. Sin embargo, la implementación de prácticas
clientelares no siempre asegura victorias políticas, como afirmó la candidata opositora
Graciela Fernandez Meijide quien llamó a recibir con una mano y votar con la otra. La
derrota sufrida por el Partido Justicialista en varios de los distritos del Conurbano
Bonaerense donde se implementaban estos planes permite pensar que en la actualidad el
lazo clientelar resulta ser mucho más complejo de lo suele suponerse 6 .
Hay una sola comadre, Carmen Romanielo, quien desempeña en forma simultanea esta tarea y el rol de
manzanera. Estos datos (no oficiales) me los brindo Carmen Romanielo (principal referente política -puntera-
del barrio). Los mismos son también utilizados por la municipalidad de San Miguel.
6 La victoria de la Alianza en la provincia de Buenos Aires fue el triunfo más difícil de pronosticar y el que
tuvo mayor resonancia política. Como se esperaba, la coalición se quedó con la mayoría de los votos de la
clase media, pero también logró atraer a los sectores más pobres, hiriendo el tradicional corazón electoral del
Peronismo. Eso se deduce, primero, de las ventajas holgadas que la Alianza sacó en el primer cordón del Gran
Buenos Aires, a lo que se sumó el papel decoroso que la coalición tuvo en lugares donde se hablaba de
triunfos peronistas arrolladores, como en San Martín -la derrota del Partido Justicialista más sorpresiva-,
Moreno, Merlo, Florencio Varela, Berzategui y La Matanza. Ver Clarín y La Nación del Lunes 27 de octubre
de 1997.
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El objetivo de este trabajo es comprender cómo se articulan los aspectos materiales
y simbólicos en las prácticas clientelares. Dado que en los últimos tiempos el análisis de los
aspectos materiales de la relación clientelar han quedado oscurecidos por argumentos que
enfatizan los aspectos simbólicos, la pregunta pendiente es ¿como se interrelacionan los
aspectos materiales y simbólicos sobre los que se constituye el clientelismo? ¿El
intercambio material ha dejado de ser en sí mismo suficiente? ¿Lo simbólico se ha ido
desgastando? A partir de estas indagaciones será posible comprender, además, cual es el
sentido que el cliente encuentra en este tipo de relación.
El caso de las manzaneras permite analizar la forma que asume el ejercicio del
clientelismo político en la Argentina actual. En una primera lectura, los mecanismos
parecen ser los mismos que los utilizados en el pasado para la manutención de una aceitada
maquinaria partidaria capaz de ser manejada con éxito a la hora de elecciones. Es decir,
emplear los recursos del Estado para llevar a cabo acciones asistenciales con fines políticos
partidarios prácticos; proveer bienes para luego ser provisto de votos. El Plan Vida surge
como la mimesis de lo que eran en el pasado las practicas clientelares para las poblaciones
urbanas pobres; sin embargo la novedosa forma de distribución del plan lo distingue. La
propia lógica de circulación de los bienes del Plan Vida hace posible la construcción de
nuevos sentidos en los individuos participantes en las redes.
Si bien el caso de las manzaneras representa una típica -clásica- forma de relación
clientelar, los resultados presentados en este trabajo sólo tienen valor para comprender la
articulación de ambos aspectos en el lazo clientelar de las manzaneras de La Luna. Al final
del trabajo, veremos que sugiere el caso de las manzaneras de La Luna acerca del vínculo
clientelar en la Argentina actual.
El itinerario a seguir para analizar la articulación entre los aspectos materiales y
simbólicos en las prácticas clientelares consta de dos partes. En la primera, defino el
concepto de clientelismo y doy cuenta del estado de la cuestión en la literatura que aborda
el tema, haciendo especial hincapié en aquellos estudios que hacen referencia a casos
latinoamericanos. Finalmente, reviso los principales ejes y prácticas que han guiado a las
políticas sociales en el país desde la llegada de la democracia en 1983. En la segunda parte,
expongo y analizo los resultados relevados durante el trabajo de campo en La Luna. Por
último, se sintetizan las conclusiones.
I. Primera parte
I. 1. El clientelismo moderno
El clientelismo político es una relación de contraprestación basada en un pacto
político implícito entre actores que poseen distintos grados de poder real dentro de un
mismo sistema. 7 El pacto entre patrones y clientes determina las reglas de intercambio, a la
vez que provee la legitimidad, que como sostenía Max Weber, toda relación de dominación
7 La idea de “pacto político” es utilizada aquí como el momento fundacional en el que se establece la relación
clientelar entre distintos sectores de una misma sociedad. En este caso específico, carece de importancia saber
cuando se fundo el pacto por primera vez, ni quienes participaron del mismo; basta sólo con saber que tiene
un origen histórico. En rigor, y para evitar posibles confusiones, que el acuerdo de este pacto, aun con
modificaciones, tenga una prolongada persistencia en el tiempo no es algo que necesariamente se responda
por la existencia de un acuerdo previo -que es implícito y carece de poder de enforcement- puesto que no
existen a priori suficientes razones que justifiquen que los involucrados en el mismo cumplan con su parte.
En este sentido, la marcada y notoria persistencia de este tipo de acuerdo, es algo que resta explicar.
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equiere. 8 En rigor, el clientelismo político es una relación en la cual un individuo de
estatus más elevado (patrón) usa su influencia y recursos para proveer de protección y/o
beneficios, a una persona de un estatus menor (cliente), quien, por su parte, obra
recíprocamente ofreciendo apoyo general, asistencia, servicios personales y lealtad a su
patrón. Los arreglos clientelares están construidos sobre transacciones asimétricas aunque
mutuamente beneficiosas y abiertas, basadas en el control diferencial que los actores tienen
sobre el acceso y el flujo de recursos en una sociedad. 9
El fenómeno del clientelismo político no es nuevo. En la sociedad tradicional las
relaciones entre clientelas constituían parte esencial del universo cotidiano 10 . Quien da
cuenta del trayecto histórico del clientelismo, Ayse Gunes-Ayata, destaca que en términos
generales, el pronóstico era que todo tipo de relación patrón-cliente sería reemplazada por
formas “modernas” de participación. 11 Así, a mediados del siglo pasado surgieron dos
enfoques teóricos opuestos. Por un lado, estaban quienes encontraban que el clientelismo
político podía ser interpretado como un medio de avance en el desarrollo político, en tanto
que el mismo permitía conectar adecuadamente al centro con la periferia. 12 En
contraposición con este enfoque que rescata los aspectos positivos del clientelismo, estaban
quienes encontraban que estas prácticas eran dañinas a los propósitos de implementar una
democracia regida según principios universalistas. 13
El clientelismo ha ido cambiando. Aunque con variaciones de mayor o menor
intensidad según el caso, la utilización de mecanismos clientelares de diversa naturaleza
dista de ser una cuestión propia del pasado como algunos suponían. Quienes pronosticaban
la desaparición de este tipo de prácticas una vez que el mercado penetrara profundamente la
vida de las sociedades y el sistema democrático fuese una realidad han encontrado que sus
presunciones resultaron fallidas. Por lo tanto, la pregunta de Gunes-Ayata: ¿cómo y por qué
el clientelismo coexiste con otras formas modernas? persiste y continua teniendo sentido
intentar brindarle una respuesta. 14
8 La cuestión de la legitimidad de la dominación política, originaria de los escritos de Max Weber, no puede
ser dejada a un lado a la hora de buscar re-construir el lazo clientelar. Para que el mismo sea efectivo es
condición sine qua non que éste sea percibido como legítimo por aquellos que recibirán los favores y
obedecerán, los clientes. La legitimidad es necesaria, más allá de los fundamentos en los que se base, para que
el clientelismo pueda ser un mecanismo político efectivo. Como ya señalaba Weber, “de acuerdo con la
experiencia ninguna dominación se contenta voluntariamente con tener como probabilidades de su
persistencia motivos puramente materiales, afectivos o racionales con arreglo a valores. Antes bien, todas
procuran despertar y fomentar la creencia en su ‘legitimidad’ ”. Weber, Max, 1996. Economía y Sociedad,
FCE, México, p. 170.
9 Farinetti, Marina, “Clientelismo y protesta: cuando los clientes se rebelan”, Apuntes de investigación,
noviembre, 1998, año II, núm.-2/3, p. 86.
10 Bobbio, Norberto y Matteucci, Nicola, 1985, Diccionario de política, Siglo XXI editores, México, Tomo I,
pp. 271-274.
11 Günes-Ayata, Ayse, “Clientelismo: premoderno, moderno, posmoderno”, en Javier Auyero (comp.),
¿Favores por Votos?, Editorial Losada, Buenos Aires, 1997, pp. 41-63.
12 Dentro de esta línea se ubican los trabajos de Boissevain (1966), Powell (1970), Weingrod (1968, 1977),
Silverman (1970), y Cristina Escobar (1997).
13 Como muestra de este enfoque véase Lemarchand y Legg (1971), Zuckerman (1977), Barnes y Sani (1974),
y Schneider y otros (1972).
14 Ayse Günes-Ayata, op. cit., p. 46.
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I. 2. El clientelismo (pos)moderno
En la actualidad dos son las perspectivas centrales desde las cuales se analiza el
problema. Por un lado, están quienes consideran al clientelismo como un mecanismo
instrumental y se concentran tan sólo en la pura distribución de bienes, es decir, en su
costado más visible y escandaloso. Por otro lado, están aquellos que consideran que el
clientelismo es mucho más que “favores por votos” y sostienen, en contraposición, que
estas prácticas poseen un fuerte componente simbólico cuya centralidad y relevancia no
puede, ni debe, ser obviada en los análisis que buscan comprender en forma adecuada el
fenómeno. Si bien ambas dimensiones son parte constitutiva de un mismo objeto de
estudio, la literatura existente, a pesar de dar cuenta de ambos aspectos, se ha inclinado
hacia una de ellas en detrimento de la otra. Aún cuando ningún trabajo académico crítico ha
dejado de manifestar la existencia de ambas esferas, subyace aún una tensión irresuelta, un
des-equilibrio.
Haciéndose eco de esta problemática han surgido en los últimos años una serie de
publicaciones que mediante un análisis detallado de casos específicos buscan analizar la
práctica clientelar contemporánea, tanto en su persistencia como en los cambios e
innovaciones que la misma ha registrado. Aun cuando estos trabajos tienen un alcance
limitado pues analizan al clientelismo en períodos históricos y lugares determinados, serán
ellos los que nos provean de las pistas teóricas más consistentes para comprender el
fenómeno. Al concentrarse en un objeto de estudio específico, estos autores logran una
comprensión acabada sobre la naturaleza del pacto político, y con ello sobre el lazo
existente entre patrones y clientes. Dentro de esta línea de trabajos se ubica el de Jonathan
Fox (1994) para el caso mexicano, el de Frances Hagopian (1992, 1996) y Robert Gay
(1997, 1998) para el caso de Brasil, el de Cristina Escobar (1997) para el caso de Colombia,
y, finalmente, los de Javier Auyero (1997, 1998, 1999) y Steven Levitsky (1999) para el
caso argentino.
En sus trabajos, Javier Auyero aborda la cuestión del clientelismo político
concentrándose en analizar la construcción de sentidos desde el punto de vista del cliente.
Auyero logro destacar la importancia de la dimensión simbólica, inexplicablemente hecha a
un lado a la hora de analizar en profundidad el fenómeno. 15 Si bien su trabajo se destaca por
recuperar aquello que había sido olvidado, al focalizarse en un aspecto difícil de descifrar
Auyero parece descuidar la dinámica del intercambio real de bienes. Al estudiar en detalle
el tipo de relación que se establece entre los sujetos que forman parte de las transacciones,
descuida el aspecto material inherente al intercambio. En breve, el flujo de bienes es
condición necesaria y determinante, aunque no necesariamente suficiente, para que exista
clientelismo. El peso de la dimensión simbólica no es independiente, está estrechamente
articulado con la lógica de distribución y provisión de los bienes.
Por otra parte, en su estudio sobre el Partido Justicialista en los últimos años, Steven
Levitsky, destaca la importancia de las Unidades Básicas de los barrios como centros
15 Auyero, Javier, “Evita como performance” en Javier Auyero (comp.), ¿Favores por Votos?, Editorial
Losada, Buenos Aires, 1997, pp. 168-232. Auyero, Javier, “Repensando el Tropo del Clientelismo Político”,
Apuntes de investigación, noviembre, 1998, año II, núm. 2/3, pp. 55-83. Auyero, Javier, “Political Clientelism
in Argentina: An Ethnological Account”, Sociology Department, State University New York, julio de 1999,
manuscrito no publicado.
5

privilegiados y reconocidos de reparto de bienes admitiendo la centralidad que continua
teniendo la práctica clientelar en la política argentina contemporánea. 16
Recapitulando, aún cuando la mayoría de los autores reconocen la presencia de
ambos componentes en el lazo clientelar, a la hora de llevar adelante sus trabajos, los
mismos sopesan uno de ellos en detrimento del otro. En su afán de recuperar la importancia
de la cuestión simbólica, los trabajos más recientes sobre el tema han sobrecargado este
aspecto en perjuicio de su otro costado. El objetivo de este trabajo es re-evaluar la
importancia del costado material, y analizar cómo es la convivencia entre estas dos
dimensiones del clientelismo político a partir del análisis de un caso específico.
I. 3. Políticas sociales
La imagen que nos brindan las políticas sociales en la Argentina es pobre.
Víctimas del hondo proceso de transformación que afecto al país en su totalidad a partir de
los 90s, las políticas sociales no escaparon la tendencia hegemónica y adoptaron el
paradigma de focalización en desmedro de políticas universales. Es decir, sus objetivos se
concentran en poblaciones específicas -generalmente las más pobres en términos absolutos-
haciendo a un lado al resto de la población. A la vez que se intensifica la necesidad de una
intervención estatal más sofisticada en la esfera social, producto de la disminución de la
calidad de vida y el empobrecimiento de amplios sectores de la población, las políticas
sociales profundizan su deterioro.
Dentro de un escenario en el cual los recursos económicos destinados a enfrentar
la pobreza a nivel nacional no eran significativos, en el Gran Buenos Aires, la zona más
densamente poblada del país, se observa que las acciones contra la pobreza se concentraron
en dos ejes: el Fondo de Reparación Histórica del Conurbano Bonaerense y el Consejo
Provincial de la Mujer. Las acciones efectivamente implementadas se relacionaban,
únicamente, con cuestiones referidas a infraestructura, cuyo exponente más claro fueron las
obras públicas, y asistencia, espacio en el que cobra importancia el Plan Vida.
Los diversos planes sociales implementados en el Conurbano Bonaerense de los
cuales forma parte el Plan Vida, pudieron llevarse a cabo por la disponibilidad de recursos
que contaba la provincia de Buenos Aires. Si bien era necesario llevar adelante acciones
concretas cuyos efectos se pudieran sentir a corto plazo para paliar la crisis, hubiera sido
imposible la implementación de las mismas sin la posibilidad de financiamiento. El dinero
necesario para subsanar momentánea y no estructuralmente los graves problemas que sufría
el principal distrito electoral del país, provino del denominado Fondo de Reparación
Histórica del Conurbano Bonaerense. A partir del triunfo del Partido Justicialista en las
elecciones para Gobernador del año 1987, comenzó a hacerse visible una demanda de
tratamiento particular para el Conurbano Bonaerense que culminaría en 1992 con la
creación del “Fondo” (Danani, Chiara, Filc, 1997, p. 15). En este año, a partir del mes de
Junio comenzaron a realizarse las transferencias nacionales. El monto de las mismas
muestra el peso relativo del “Fondo” en el presupuesto provincial, hasta 1995 se habían
recaudado 1.846 millones de pesos (Danani, Chiara, Filc, 1997, p. 30).
16 Levitsky, Steven, “From Laborism to Liberalism: Institutionalization and Labor-Based Party Adaptation in
Argentina (1983-1997)”, Ph.D. diss., University of California, Berkeley, 1999, y Levitsky, Steven, “An
Organized Disorganization: The Structure and Internal Dynamics of Contemporary Base-Level Peronist
Party Organization”, Department of Government, Harvard University, octubre de 1999, manuscrito no
publicado.
6

El nacimiento del mismo es instalado simbólicamente sobre el espacio de la crisis
social. El Gran Buenos Aires había sido uno de los focos de los saqueos a los
supermercados ante la crisis hiperinflacionaria de 1989. “En este sentido, la amenaza de los
saqueos fue a la implementación de políticas sociales compensatoria (y por lo tanto, al
“Fondo”) lo que la amenaza de la hiperinflación fue para la aplicación de la nueva política
económica” (Danani, Chiara, Filc, 1997, p. 53). El Plan Vida, lanzado en 1994, sólo puede
entenderse dentro de este escenario global.
I. 3. 1. El “Vida”
Muchos mitos existen acá
Muchas sombras te seguirán
Las Pelotas
Los orígenes del Plan Vida responden a distintos, “míticos”, hechos fundacionales.
El Duhaldismo, al igual que el peronismo con el Primero de Mayo y el 17 de Octubre, se ha
encargado de alimentar y modificar a través del paso del tiempo tres versiones para explicar
el surgimiento del mismo hecho. El único denominador común es la figura central de la
esposa del gobernador de la provincia, Hilda “Chiche” Duhalde, como miembro fundador. 17
Existen por lo menos tres versiones con registros en la prensa sobre los
“verdaderos” orígenes del “Vida”. La primera, sostiene que la esposa del gobernador
importó la idea de las manzaneras cubanas, basándose en las trabajadoras de las Brigadas
Sanitarias. La segunda, a diferencia de la primera, también se basa en la importación pero
de otro país latinoamericano: Chile. Según esta interpretación, el “Vida” sería un intento
adaptado de lo que fueron los planes de alimentación implementados por Salvador Allende.
Finalmente, algunos señalan como un claro antecedente del “Vida” un plan alimentario
implementado por Duhalde a nivel municipal en Lomas de Zamora que había dado buenos
resultados durante su primer intendencia (1973-76). 18
Si bien el “Plan Vida” no fue el primer programa de alimentación implementado
en la provincia de Buenos Aires, el mismo por su peculiar y novedosa forma de funcionar,
y por su performance, produjo un quiebre con sus predecesores. Hasta el momento de
irrupción del “Vida” los planes alimentarios no gozaban de continuidad, ni eran recibidos
de manos de trabajadoras sociales no partidarias. 19 El Plan Vida esta específicamente
focalizado en la niñez. Sus únicos beneficiarios oficiales son los niños menores de seis años
de edad y las embarazadas. El paquete alimentario incluye medio litro de leche diario, un
litro de cereal (en forma rotativa: arroz, avena, fideos, harina de trigo y polenta), una ración
de huevos por semana, y un kilo de azúcar por mes. Desde las cajas PAN creadas por los
radicales en 1983, pasando por el PAIS cafierista, y finalizando con el llamado Programa
17
Esta línea argumentativa se inspira en el trabajo de Mariano Plotkin “Mañana es San Perón”. Plotkin,
Mariano, 1993, Mañana es San Perón, Ariel, Buenos Aires. Véase especialmente la Segunda Parte: La
apropiación del espacio simbólico: rituales políticos y el carisma de Perón, pp. 75-140.
18
Un recuento de estos múltiples registros se encuentra en el “Suplemento El País” en Página/12 del
Domingo 4 de enero de 1998, pp.16-17.
19
Las Trabajadoras Vecinales por la Vida popularmente conocidas como manzaneras, no cobran un salario
por su trabajo. Lo único que reciben en compensación por su labor es una ración igual a la de un niño
beneficiario dentro del plan.
7

Eva Perón, que se inició en la última etapa de Cafiero y se extendió hasta 1993 -conducido
por la misma Chiche- no se había registrado la formación de una compleja red de
contención social como la que constituyen en el Conurbano Bonaerense las piezas centrales
del Plan Vida: las manzaneras.
I. 3. 2. Las manzaneras
Las manzaneras, como se denomina y auto-denominan las mujeres a cargo de la
distribución de los bienes del Plan Vida, son un colectivo social heterogéneo. Por un lado,
comparten el espacio en el cual llevan a cabo sus tareas, el barrio; pero a su vez, tanto en su
incorporación como en su participación en el plan poseen distintas trayectorias. Si bien
algunos casos presentan similitudes, otros distan de poseer un patrón común. La
heterogeneidad se manifiesta desde su edad y compromiso hacia el plan, hasta sus disímiles
relaciones con la política local.
Las manzaneras comparten el género y -aunque en diversos grados e intensidades-
el lugar que ocupan dentro de la estructura de clases de la sociedad. Las manzaneras, en
general, son mujeres de sectores populares, peronistas y líderes locales. Existen otros
elementos comunes destacables. Dentro del universo de la pobreza, estas gozan de una
posición privilegiada que las diferencia de sus beneficiarios. En primer lugar, cumplen con
requisitos propios del plan que exige características no comunes a todas las mujeres, lo cual
tiende a favorecer a aquellas con más antigüedad, conocimiento y capital social acumulado.
Para ser manzanera es necesario ser propietaria de una vivienda y tener espacio suficiente
para almacenar los productos del Plan Vida. Existe, además, un criterio discrecional de
selección que hace hincapié en la posición que ocupa la candidata dentro de la estructura
social barrial particular.
A pesar de no constituirse como un colectivo homogéneo estas mujeres han
construido una red de asistencia a través de la provisión de bienes, cuya magnitud, aún hoy,
no ha sido fehacientemente cuantificada, pero que sin duda excede la anticipada por sus
creadores. Mediante su cotidiano trabajo en una zona geográfica, estas mujeres adquieren
información crítica sobre la situación presente, pasada y futura de sus habitantes, en su
mayoría beneficiarios del Plan Vida que ellas distribuyen. Si bien la disponibilidad de
información no asegura que los problemas sean resueltos, dicho conocimiento permite una
búsqueda de soluciones más precisa. Muchas manzaneras destacan este aspecto, el
conocimiento, como uno de los principales valores de los que las ha provisto el plan.
A continuación se presentan los resultados del trabajo de campo en el que se
analizan los distintos aspectos del lazo clientelar en un espacio geográfico específico, La
Luna. La presentación del trabajo de campo se divide en seis partes. Las dos primeras
partes muestran la articulación práctica que adquiere el clientelismo en “La Luna”, mientras
que las restantes dan cuenta de los cambios que se produjeron en el barrio con la
implementación del Plan Vida. La primera parte se centra en testimonios de tres mujeres
centrales en La Luna -Carmen, Rosa y Gladys-. La segunda, describe la percepción de los
habitantes acerca de la política. La tercera analiza las modificaciones que sufren en forma
individual las mujeres encargadas de entregar los bienes del Plan Vida. La cuarta aborda las
dificultades que surgen a partir de “ser manzanera”, analiza los problemas que aparecen
cuando las mujeres se constituyen como sujetos integrantes del plan. En la quinta se
contempla la forma en que las manzaneras arman su propio sistema de premios y castigos
8

uscando compensar o penalizar el comportamiento de los beneficiarios. Y finalmente, las
conclusiones y perspectivas a futuro del fenómeno.
II. La política de las Doñas
Somos fantasmas peleándole al viento.
Los Piojos
Existen en La Luna tres mujeres distintas a las demás. Tres mujeres que se
diferencian en el barrio y que son reconocidas por todos. Doña Rosa Acevedo, es la
“dueña” de uno de los comedores de La Luna, del comedor político en contraposición al de
Doña Gladys Gonzalez, “Las Tortuguitas”. Doña Carmen es una “mujer reparto”, es la
manzanera destacada y referente del “Vida” en La Luna, la única comadre, participa
activamente en la salita, la cooperadora de la escuela, y está en constante y permanente
contacto con la municipalidad de San Miguel.
Si bien Rosa y Gladys tienen comedores, los dos son muy diferentes entre si.
Gladys es una madre preocupada por los chiquitos a la que no le gusta la política. Empezó
con esta labor solidaria en la época de la hiperinflación y a diferencia de las otras dos no
tiene una historia política peronista previa. Rosa, es la puntera peronista de La Luna y
parece haberse repartido muy bien el terreno político con Carmen que prefirió no aliarse
con nadie para poder pedirle favores a todos.
La política es para ellas sinónimo de oportunidad. La conquista de recursos
escasos forma parte de su cotidianeidad. A través de un trabajo sofisticado estas mujeres
logran conseguir aquello tan requerido por todos en “La Luna”: oportunidades. La
diversidad de recursos a los que tienen acceso por su privilegiada posición dentro de la red
de contactos con personas claves de la municipalidad, les permite actuar como gatekeepers
entre los habitantes de La Luna y las posibilidades existentes. De esta forma, lo deseado es
únicamente accesible a través de su intervención. Por estas razones, resulta clave
comprender en profundidad el tipo de relación que construyen estas mujeres con la política,
puesto que la misma nos permite acercarnos a la articulación que tiene espacio en la
realidad entre los aspectos materiales y simbólicos en el momento concreto de los
intercambios.
¿Quiénes son las doñas? El informante clave que me había conducido a La Luna
me había advertido acerca del poder de estas tres mujeres, haciendo especial hincapié en
Carmen. No hubo día en que alguien no las nombrará ya sea para pedir ayuda, favores,
agradecer o quejarse. Su presencia permanente en La Luna lleva a contar, aunque más no
sea brevemente, las -interesantes- historias de estas tres mujeres.
II. 1. 1. Doña Carmen Romanielo
¿Quién dijo que todo esta perdido?
yo vengo a ofrecer mi corazón
Fito Paez
Carmen es “central” en La Luna. Ningún habitante puede evitar nombrarla ya sea
para halagarla o criticarla. Su presencia en todos los espacios la constituye en el referente
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político por excelencia. Sus ocupaciones son múltiples y sus tiempos suelen ser escasos
para atender las constantes e inagotables demandas de los vecinos.
Carmen reconoce sus recursos y actúa forzando los límites. Sabe cual es su
posición en La Luna y legitima su rol a partir de que le permite mejorar la calidad de vida a
los habitantes del barrio. No hubo día, ni momento en el cual estando con Carmen, en su
propia casa, no hayan venido al menos un par de vecinos a pedir algún tipo de favor.
¿No conseguís beneficios de ningún tipo por estar en estos trabajos?
No, si yo te dijera que no se consiguen beneficios no es una evaluación real, vos
conseguís beneficios. ¿Sabes cuál es el beneficio fundamental?, el beneficio de que te conocen y
que saben que a través de vos, tal vez vos personalmente digas uy miércoles no estoy logrando un
logro monetario que a mucha gente le interesa. Pero el logro del conocimiento, a veces, beneficia a
las otras personas y a vos indirectamente, porque vos conoces una cantidad de personas, de
instituciones, de cosas, de las que vos podes lograr una respuesta efectiva a muchas cosas que
directamente también te benefician, porque el hecho que conozcan que en un barrio como el mío
hay instituciones, personas y todo lo demás hace que muchas cosas que nosotros proyectemos se
puedan llevar a la realidad. Un barrio como el nuestro que no era nada, que no existía, que era
una manga de negros.
Carmen “dignifica” el barrio al buscar que la percepción exterior de “La Luna” sea
distinta a la de un espacio habitado por una manga de negros. Ella no es ingenua, reconoce
su poder y hace uso del mismo. A través de una participación activa en todas las
actividades comunitarias conoce las distintas estrategias que le permiten obtener beneficios.
¿A partir de cuándo el Gobierno los empieza a ayudar enviando este tipo de planes
(distintos planes sociales)?
Y a partir de que logramos insertarnos en todo lo que son instituciones más grandes. A
partir de que empezamos a funcionar como unidad hacia afuera. Hacia adentro nosotros sabemos
que tenemos serias, de pronto, discrepancias.
La combinación de diversos tipos de motivaciones es una constante en el discurso
de Carmen. En ningún instante desconoce que su prestigio personal es producto de su labor
solidaria en el barrio, y que la lealtad es un logro íntimamente ligado a los beneficios
materiales que obtiene para los vecinos de “La Luna”.
...entonces yo les dije al lado de lo que era la caja PAN de los radicales, que solamente la
daban a radicales porque acá en La Luna toda persona que recibió el PAN tuvo que afiliarse antes.
O sea yo no la recibía, mi vecina no recibió, muchísima gente no recibió porque vos primero te
tenías que afiliar, que es una mala forma de trabajar, porque de última la gente tiene derecho a
sacar sus propias conclusiones y a resolver que quiere hacer, por quién votar, como, cuando,
donde. Yo siempre digo que para mi es un peligro está cosa porque muchas veces las mamás me
dicen ¿Carmen y a vos te parece?, ¿a quien tenemos que votar?. Entonces yo siempre digo que es
mi aspecto personal, que por favor no tienen que darme bola exactamente a lo que yo digo. Porque
yo tengo mi corazoncito trato de no reflejarlo, o sea lo reflejo en las cosas que hago, pero no
mucho más allá para que la gente se comprometa. O sea, la gente el compromiso que tiene
conmigo es más por cosas personales, porque de pronto siente afecto, así como mucha gente me
aborrece, hay mucha otra gente que siente afecto real. Entonces viste es como que si yo digo, uy
que se yo voy a ir a tal acto, la gente dice vamos y llevo a mi chico, pero no tanto por una cuestión
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de convencimiento personal, sino más bien que es el reflejo de que si supuestamente a mi me
interesa debe ser bueno.
A nivel personal, el logro de que me conozcan no es importante en realidad pero a través
de que me conocen yo puedo conseguir cosas que nadie conseguiría. Que se yo, una pierna
artificial por decirte cosas, un par de muletas, una silla de ruedas.
En las negociaciones con la esfera política, el objetivo parece ser obtener recursos
con la menor condicionalidad posible. En definitiva, estos sólo son medios utilizados para
alcanzar el fin deseado: mejorar la calidad de vida de los habitantes de “La Luna”.
¿Y los políticos cuando les vas a pedir cosas no te dicen y Carmen manéjame?
A siempre me dicen, más bien.
¿Y cómo manejas el tema?
Bien. Si me gusta le digo que si, sino me gusta le digo que no. Y sino digo, mira las
manzaneras no podemos hacer política partidaria, nosotras tenemos que hacer política social.
¿Contame bien como es tú relación con la política a partir de estos planes?. Vistes que
hay como mucha especulación de que es político porque dan alimentos, todo lo de clientelismo...
Mira yo creo que depende del cliente, esa es la respuesta. O sea vos podes manejar los
tiempos políticos de la gente por lo que está, el tema de ellos es circunstancial, el nuestro es
permanente. Porque la necesidad existe y mientras no haya una situación alternativa que te den
trabajo real, con pagos reales y dejen esa utopía del proyecto, el proyecto, el proyecto. Yo te digo,
ya soy campeona haciendo proyectos, ¿me entendes?, me gustaría mucho más conciliar realidades
que hacer proyectos pero...lo de ellos es temporal, hoy están ellos mañana están otros, y los otros
suben especulando con que van a ser mejores y no son mejores ¿por qué? Porque se encuentran
con la realidad ¿cuál es la realidad? Nosotros tenemos un país en crisis con pocos recursos
económicos, entonces muchos de ellos asumen sólo para el enriquecimiento propio y muy poco
para los demás.
¿O sea que trabajarías independientemente de quién este?
Seguiría haciendo exactamente lo mismo, con los medios que yo tuviera, o como yo
pudiera por la realidad que existe. Dio la casualidad de que este plan se acerca mucho más a lo
que yo pienso, porque acá nosotros nos aseguramos de que las cosas lleguen a quien realmente las
necesita.
El contacto fluido con Carmen fue útil para comprender la complejidad de la vida
en La Luna. Sorprende su capacidad de análisis y su constante reflexión sobre el barrio. Sus
diagnósticos han sido previamente pensados, no hay improvisación en sus palabras, su
discurso es articulado, y su análisis revela conocimientos profundos del tejido social y
político en el que se suceden los conflictos. En resumen, Carmen se destaca en el universo
que la rodea.
El reconocer las dificultades también implica en su caso el aprender como
resolverlas. Con el transcurso del tiempo la experiencia le brinda a Carmen una cantidad de
herramientas que con astucia emplea de forma cada vez más acertada y conveniente para
sus intereses.
En la relación con su micro universo Carmen se diferencia de los demás. Ella
actúa libremente buscando sus logros en forma independiente. Goza también del
entendimiento y comprensión de su marido. Su situación se opone a la de las demás
mujeres de La Luna. En ellas la jerarquización de los valores tradicionales permite que los
deseos y voluntad del hombre se impongan.
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Mi marido siempre aceptó el hecho de que para mi este tipo de cosas es terapia, dejo de
compadecerme de mi misma, pobre Carmen mira las cosas que le pasan y empiezo a ver que a
otras personas le pasan cosas más reales que la pavada que te pase a vos... que se yo, que no tenes
la cosa último modelo, o esas cosas tontas por las que uno a veces se lamenta...
Al definir como terapia su labor solidaria en el barrio, Carmen reconoce que en el
intercambio con los vecinos, los bienes vehiculizan sentido. Es decir, en la administración
de los recursos del Plan Vida existe una fuerte dimensión simbólica que acompaña al mero
intercambio instrumental.
El análisis de la situación del barrio, y la descripción e interpretación de las
relaciones entre los distintos actores de La Luna son parte del discurso corriente de
Carmen.
En una institución como nuestro barrio es muy difícil mantener una continuidad ¿por
qué?, porque la propia gente te satura. Acá nosotros tenemos un barrio con muchos caciques y
pocos indios, pero los pocos indios ya no quieren ni pensar por sí mismos. Entonces generalmente
siempre se apoyan en alguien por cualquier tema mínimo que ellos mismos pueden resolver. No es
culpa de los indios es culpa de los caciques peleándose el territorio de pronto acostumbraron a las
personas a pensar de esa manera. Yo siempre opino que todo es cuestión de educación.
Finalmente, el desencanto. Ante la pobreza y las adversidades diarias las viejas
identidades persisten, ¡viva Perón carajo!
¿Y a quién votan en general (la gente de La Luna)?
Mira acá la mayoría de la gente es peronista. Decepcionada, como fuese, acá la mayoría
de la gente es peronista, acá alguna otra gente fue captada, los jóvenes fueron captados por alguna
gente de la Alianza por todos los ofrecimientos laborales que hicieron.
¿Qué hicieron?
Viste ofrecimientos sobre los planes. Hoy vos le preguntas a esos mismos chicos que
vinieron y pegaron los carteles de la Alianza y te dicen que son los mismos hijos de puta que
cualquier otro porque no les dieron respuesta, ¿me entendes?
¿Qué les habían ofrecido trabajo?
Claro trabajo, becas de estudio, cosas así, que ni les dieron. O sea además hay que ser
bastante objetivo con esas cosas, es preferible que no les prometas nada a... que se hagan ilusiones
con cosas que van a tener, medios con los que van a contar y que en definitiva no sean nada.
II. 1. 2. Doña Rosa Acevedo
Se cría desde niña dentro de una familia peronista que participaba activamente en
política. Su padrino tenía un cargo en el gobierno y en su hogar desfilaban constantemente
protagonistas políticos de la época. Lleva adelante una exitosa carrera laboral. Comienza
como mucama en el Hospital Naval, estudia enfermería y finaliza convirtiéndose en jefa de
personal. Se asocia fuertemente al gremialismo.
La política en su mundo es el vehículo privilegiado de acceso a recursos. Rosa
otorga pensiones a vecinos del barrio, consigue empleos públicos dentro de la
municipalidad, como a su hija, o en dependencias públicas, como a su marido en el
Hospital de La Luna. También posee vacantes pagas para las mujeres que la ayudan como
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cocineras en el comedor. Accede a cupos para los planes sociales que se implementan en La
Luna, y a beneficios extras, como cajas de comida u “obsequios”, que le hacen distintas
personas y que ella reparte discrecionalmente como regalo a sus colaboradores más
cercanos. Finalmente, a través de “su agotadora labor” ha logrado cambiar a sus hijos de
una escuela pública a un Instituto Modelo de Bella Vista, cuyo nivel es superior –“mil
veces”- al de los colegios del barrio.
¿Qué hacen cocinan acá?
Si, si.
¿Gratis todo?
Si todo gratis, acá nadie paga nada. Ahora manda para 50 chiquitos la Gobernación de
la provincia de Buenos Aires y la otra parte me la cubre la municipalidad.
¿Y vos cómo sacas todo?
Por contactos.
¿Y ayudaste a mucha gente acá, más allá de la comida, a conseguir trabajo?
Acá estuvimos con el “Plan Bonaerense”, yo, Gladys Gonzalez, Patricia Soquimoto, la
asistente social, hemos armado el “Plan Barrios”, “Plan Trabajar”. Después se consiguió trabajo
cuando se pudo, servicio de indigente, sacar documentación, nacimientos, todo lo que vos podes
hacer en un barrio. Acá mi casa era la casa de sepelios de todos, porque son gente muy humilde
que quizá no tiene lugar en la casa. Entonces venían y yo dejaba que los velen acá, quizá son gente
que uno conoce de años, que se yo. Conseguir medicamentos, zapatillas, delantales.
Rosa dejo muy claro que ella era muy “viva”. Estar en política implicaba saber
usar a todos y cuidarse de que no sucediera lo contrario. La negociación y el intercambio
eran algo constitutivo de su mundo, su caso respondería al paradigmático: “favores por
votos”.
Cuando cuenta como opera la máquina partidaria peronista en La Luna en tiempo
de elecciones, Rosa enfatiza la necesidad de conocer el paño, es decir, saber al lado de
quien llevar a cabo el trabajo político. También reconoce sin pudor la actitud de “sus”
clientes quienes la acompañan para seguir gozando de “sus” favores.
Nosotros siempre cuando trabajamos políticamente fue con gente que nosotros
pensábamos que iba a ganar. Entonces cuando vos trabajas con gente que va a ganar esa cosa no
se usa, jamás se le pago a nadie, la gente fue porque lo sentía o porque bueno, vos cuando te pones
a trabajar políticamente te pones al lado de una persona que crees que va a ganar y bueno la gente
te sigue a vos porque vos le ayudaste siempre que ellos necesitaron. Es como que se ponen al lado
de esa persona porque siempre la ayudo, es un compromiso o algo que tienen, entonces se ponen al
lado tuyo para ayudarte a ganar, porque saben que si ganas el día de mañana si necesitan un
servicio de indigente o necesitan algo vos vas a estar con ellos.
Existen episodios en los cuales la dicotomía instrumental simbólico no es
adecuada. En el siguiente relato, por ejemplo, es difícil calificar la acción de Rosa. En
cuestiones de “lealtad partidaria” las dos dimensiones parecen mezclarse. Por un lado, la
lealtad hacia el partido podría leerse como algo instrumental en tanto permite la
acumulación de pedidos de favores a futuro (cupones sociales); pero por otro lado, ser
miembro del Partido Justicialista, ser peronista, también implica compartir con otros el
compromiso con un legado histórico específico. Así, la lealtad partidaria no es exclusiva de
una dimensión, sino que se ubica entre ambas.
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Entonces entraba con el intendente y me iba con el intendente. Y yo no trabaje con
Luisito, más allá de que éramos muy amigos con la señora, con la suegra, yo no trabaje con Luis,
yo trabaje con Eduardo por una lealtad, porque él tipo no me había fallado en una, me ayudo
mucho en el momento de mi separación, él era abogado su señora era abogada, me ayudo a poner
a mis hijos en el Colegio Modelo de Bella Vista y yo creo que al que te da una mano nunca le podes
fallar. Salió él y yo me fui con él.
Finalmente, Rosa se considera al igual que aquellos que forman parte de su círculo
íntimo: una mujer indispensable. La Luna no sería lo que es sin ella. Si bien reconoce la
participación de otras personas en el barrio como Carmen, la asistente social de la escuela,
y el personal de la salita, su registro se limita cuando este implica valorar el trabajo de
gente que desempeña tareas similares, a saber, hacer funcionar un comedor y dar alimentos.
En estos casos, particularmente, el de Gladys Gonzales, encargada del otro comedor de La
Luna, “su competencia”, y las manzaneras, Rosa no tiene nada bueno que decir.
¿Pero es más importante este (el comedor de Rosa que el de Gladys)?
Políticamente si.
¿Por qué? ¿Por qué te parece a vos?
Porque apostamos al ganador, nunca perdimos hasta ahora.
Pero te quiero decir que siempre se trabaja más la parte social. Ponele allá, el comedor
es un comedor, comen los chicos se levantan y se van, el comedor termino. Nosotros tenemos el
comedor pero el comedor significa eh muere uno, acá está el salón para que lo velen, cumpleaños
acá, bautismo. Es más familiar, es una familia. Es un comedor pero se trabaja socialmente en el
momento en que se necesita. Allá no, es un comedor de Caritas que los nenes van rezan, comen la
comidita se levantan y se van, se termino el comedor, se cerraron las puertas y se termino el
comedor.
¿Las manzaneras ayudan o no?
Carmen ayuda mucho, Carmen porque está con el plan comadre, pero si no las
manzaneras dan la leche y ya está.
¿Pero ayudaron algo... o?
No. Se desborda en los comedores el problema social. Los comedores y la escuela, y la
asistente social de la salita, pero después no. Las manzaneras son manzaneras que dan la leche y
nada más. No se sintió un alivio digamos porque nosotros pensamos que bueno dándose la leche,
dándose los cereales, podría haber un alivio en los comedores, pero no hay.
II. 1. 3. Doña Gladys González
Gladys es una mujer que surgió con la hiperinflación a la cual la política la tiene
sin cuidado. Ella junto con otras mamás intentan administrar el comedor de la mejor forma.
Ninguna de las mujeres de este comedor que geográficamente se ubica “abajo” en la zona
más precaria de “La Luna” posee una militancia política previa. 20
El comedor surge por una necesidad colectiva y su construcción y persistencia es
posible por la organización del barrio, que ante la crisis presiona por la obtención de
recursos para paliar la situación de escasez de bienes básicos.
20 El espacio geográfico de “La Luna” se encuentra dividido en dos: arriba y abajo. “Los de arriba” gozan de
una calidad de vida comparativamente superior a la de sus vecinos “de abajo”.
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En el '87 empezamos con el comedor a través de la necesidad que yo tenía también de que
las cosas faltaban acá en casa. Bueno me propuse trabajar acá en el comedor para los chicos.
¿Y cuál fue la idea, darle comida a los chicos?
A los chicos y a los grandes porque en ese tiempo era una crisis total para todos.
Nosotros teníamos anotadas casi alrededor de seiscientas personas entre niños y mayores. Lo que
hacía el municipio era traernos arroz, lenteja y aceite. Viste cada vecino poníamos un poquito y ahí
podíamos cocinar porque con el arroz, la lenteja y el aceite no hacíamos nada. Y bueno así fue, de
acuerdo a la necesidad que había seguimos, seguimos.
¿Cómo se organizaron para ir con el gobierno y pedirle eso?
Fue en el tiempo de las ollas populares que había en casi todas partes iguales. Solamente
que acá este barrio fue el único que no se levantó hacer saqueos ni nada por el estilo.
¿No hubo saqueos?
Acá no hubo saqueos porque bueno, nos pusimos firmes para no hacer saqueos porque
bueno... en realidad porque no era conveniente aparte acá no hay negocios donde ir a... no había y
no hay tampoco. Nuestra intención no era esa, nuestra intención era darle de comer a los chicos
sin ir a romper nada ajeno, ni estropear a nadie tampoco. Bueno hicieron una reunión con todos
los vecinos, unamos en que íbamos a poner un poquito cada uno para poder cocinar todos los días
y así fue.
Gladys destaca los problemas que surgen a la hora de llevar a cabo el trabajo
social. La sorprendía que la gente sospechara que ella pudiera estar recibiendo beneficios.
Siempre fui trabajando ahí con contras sí. Porque ya cuando uno va mejorando, cuando
uno va consiguiendo una cosa, otra, digamos siempre hay alguien que no es que quiere trabajar
quiere estropear lo que uno está haciendo.
¿Por qué crees que pasa esto?
Porque yo creo que la gente piensa que estando ahí vos vas a sacar un beneficio, y no
sacas ningún beneficio nada más que un plato de comida para tus hijos. Porque hay mamás que
están ahí toda la mañana y llega el mediodía y no queda comida ni para ellas. Entonces uno cree
de que uno estando ahí vos sacas beneficio para tú casa y no es así porque mira yo hace trece años
que estoy y mira la casa que tengo. Si fuera que yo sacaría beneficio bueno tendría todo cerámica,
el baño todo instalado, pero no es así. La gente cree que uno saca mucho, al contrario vos das todo
el tiempo que podes, pero lo das bueno porque queres que los chicos coman, que no falte el
alimento, aparte de sentirme útil también, porque yo no digo que el tiempo me sobra tengo siete
hijos tengo que cocinar, lavar, planchar, todo lo que hace una mujer en la casa pero me hago mi
tiempo para ir a ayudar. Para que coman los abuelos, que están comiendo unos abuelos que tienen
hijos que no los ayudan, entonces bueno brindo mi tiempo para aquellos que...
Gladys dice dar todo de si misma sin buscar beneficios. Sin embargo, ella se
“siente útil”. En este sentido, el trabajo comunitario le brinda compensaciones, que aún
cuando no se relacionen con beneficios materiales tangibles, poseen un valor simbólico
significativo. De hecho, gracias a su labor solidaria, el estatus de Gladys en el barrio no es
el mismo que el del resto de los habitantes de La Luna.
Ella, a diferencia de Carmen y Rosa, no hace uso de la política como una fuente
privilegiada de acceso a recursos. Gladys prefiere permanecer al margen.
No, políticamente siempre vinieron a ofrecerme pero no quise porque acá a nosotros
vinieron a prometernos muchas cosas, digamos los políticos conmigo no van. Ellos decían si
ganamos, no, yo decía si ganamos no, si Uds. traen antes nosotros trabajamos pero después no
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porque después ganan o pierden no los conoces más, o ellos no te conocen porque ya subieron de
jerarquía y no te conocen. Nunca entramos políticamente porque con promesas nomás...
Entender la política de las doñas es reconocer la presencia de estas tres mujeres y
comprender la extensión de sus esferas de influencia, así como su capacidad para cumplir
favores. En este sentido, la política se presenta como la oportunidad de hacer real algunos
deseos con la ayuda de las doñas. Sin embargo, el resultado es el descontento y la política
dista de ser entendida como posibilidad potencial de transformación para convertirse en
puro poder discrecional en manos de los ejecutores.
II. 2. Maldita política
“Cuando más conozco a los políticos,
más quiero a las manzaneras”
Hilda “Chiche” Duhalde 21
La política posee muchos significados para los habitantes de La Luna. Ninguno de
ellos es positivo. Asociada a lo sucio, corrupto, a un mundo negro poco ético y moral.
Consagrada como vehículo para obtener beneficios individuales, todo lo que es política es
desencanto.
Cada vez que preguntaba a los beneficiarios habitantes de La Luna acerca de la
política en su barrio mostraban desinterés. Si bien algunos estaban más al tanto que otros
sobre quienes eran los referentes políticos cuando se realizaban actos o movilizaciones,
ninguno de los entrevistados excepto uno, mostró entusiasmo al hablar de política. Este
“desencanto” ha ido profundizándose con el transcurso del tiempo.
La política como desencanto es el resultado de una experiencia fallida. La
desilusión se produce cuando las expectativas de obtener algo resultan truncas. El
descontento tiene que ver con la falla que encuentran en la instrumentalidad de sus
acciones.
Yo de política no lo veo como para desesperarme de ir a votar por uno y de no ir a votar
por otro. No, porque si vos votas no te van a decir a bueno Blanquita, o Pedro, o Juan voto por mí,
voto por ese, porque ellos se llenan los bolsillos y olvídate. No saben si votaste vos, si voto aquel.
No tienen ningún drama ellos se llenan los bolsillos y listo. (Blanca)
... voté por iniciativa de mi familia, porque si es por mí no votaba a nadie. Porque no
estaba decidida, que sé yo tantas promesas que hacen y uno ve que nunca se cumplen...(Laura)
¿Tú marido se metió en política?
Si, los padrinos de la tercera nena trabajan en política y les pidió si le podían dar una
mano, así podía conseguir un poco de mercadería para ayudar en la casa.
¿Te acordas en qué partido?
Peronista.
¿Y él que hacía en el partido?
Pegaba carteles, cosas que hacen usualmente, ¿viste? Promocionar al candidato...
21 Diario La Nación del Domingo 11 de Junio del 2000, p. 16.
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¿Y por eso pudo conseguir la pensión?
Si.
¿Y tú marido después se fue de la política?
Y si después dejó. Digamos que tuvo una ilusión prometieron un montón de cosas que si
ayudaba podía conseguir algo, tal vez un trabajo. El único trabajo que consiguió fue de
barrendero. Era un contrato por tres meses y ganaba ciento cincuenta pesos. Cuando terminó el
contrato no lo volvieron a tomar. (Lorena)
Yo para las elecciones trabaje con la gente de Rico y me prometieron que le iban a
conseguir el “Plan Trabajar” a mi marido. Hasta ahora no puedo hacer que me paguen las boletas
de teléfono que use para la campaña. (Eve, manzanera)
Las manzaneras se encuentran inevitablemente envueltas en la política. Así como
deben decidir si ser manzaneras o no, también deben decidir cuál será su relación individual
con la política. Ellas rescatan el valor del favor, de la solidaridad, del goce que les provoca
llevar a cabo su trabajo, para contraponerlo con lo “sucio”, que consciente o
inconscientemente reconocen esta presente en lo político.
Por ejemplo acá vino un hombre, él lleva la leche, y me dijo que le habían dicho que iban
a dar guardapolvos, zapatillas para votar. Entonces yo le dije, porque él me dijo Uds. las
manzaneras saben. Yo le dije me acuerdo que me peleé esa vez con él, discutimos porque me dio
mucha rabia mire yo no hago política, yo hago esto porque lo veo solidario, lo hago de corazón,
porque a mi me eligieron y yo lo reparto, yo no cobro, no me dan nada. Si tal vez lo están haciendo
es en una Unidad Básica, algún lugar, pero que yo sepa.
...y después nos enteramos que a él le habían dicho era en El Sol (otro barrio), era una
Unidad Básica que estaban dando, te tenías que afiliar todas esas cosas... Pero nosotros nunca así
de hacer campaña, o esas cosas. Nosotros lo que si preguntábamos y me acuerdo que anotábamos,
preguntábamos así como si fuera una encuesta a quién iban a votar. Y ya te digo, yo de las
personas una sola me había dicho que no iba a votar a Chiche, pero a lo mejor también por el
mismo compromiso de que como llevaban las cosas pensando que era algo a lo mejor para que
vean. (Magdalena, manzanera)
(A una manzanera sobre su trabajo) ¿Tiene alguna relación con la política?
Tiene relación con la política, aunque ellos digan que no tiene relación con la política si
tiene que ver con la política. Te das cuenta en las internas por ejemplo que ellos te daban unas
planillas donde vos tenías que anotar la gente que iba a votar, si no sería político ellos no te
pedirían esas planillas. (Eve, manzanera)
Finalmente, están las punteras. Aquellas personas inminentemente relacionadas
con la política del barrio. Cuando se hace referencia a Rosa Acevedo y a Carmen
Romanielo, se habla de política. En estas ocasiones la referencia está ligada a la obtención
de beneficios, más allá de la metodología empleada para lograrlo. Es importante notar que
en el caso de estas dos mujeres, el trabajo partidario se relaciona con la adquisición de
bienes para La Luna.
(Cuando se le pregunta si conoce algún referente político en el barrio) ¿Quién?
Carmen Romanielo
¿Quién es ella?
No se qué es del barrio pero la cuestión es que tiene contactos y mueve un dedo y todos
están a los pies de ella. (Marta)
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...desde el '78 hice política. Que los políticos nos dejaron a un costado bueno, pero por
más de eso... lo que pasa a veces es que acá vos le das mucho a la gente y a veces la gente te
defrauda.
¿Cómo es eso?
Claro a veces la gente te defrauda porque, el barrio mucho no da, ¿entendes? Porque
ponele está chica (Rosa Acevedo) a veces necesita en el momento que se hace una participación
política que le vaya la gente a un lugar y no le van. Y es la misma gente que ella está ayudando.
Cuando pide colaboración no la tiene, son contadas la gente que le va.
¿Cómo hace para manejar eso?
Es jodido, ¿sabes como lo maneja? Mira, vos terminas de venir en tal micro a la tarde y
yo te doy tal mercadería, hay te van, y no es así. También tiene que ser una cosa media, un balance.
¿Y en el barrio va muy poca gente cuando la convocan?
Si, ahora va muy poca gente y no se porque, a que se debe. Quizá también un poco puede
ser que los políticos defraudaron a la gente acá, en el barrio de La Luna especialmente, hay
muchas anormalidades acá.
¿Cómo que?
La dejan a un costado a La Luna. Vos hablas de La Luna ¡uy Dios! te dicen, y no se
porque. ¿Por qué cuando los políticos necesitan un voto a donde van? A los barrios. Cuando
necesitan que le llenen un micro para hacer las manifestaciones, ¿a donde van ellos? Buscan los
barrios, no buscan la gente de allá arriba, de la Capital porque no les va ir, buscan los barrios. Y
bueno ellos se tienen que fijar en los barrios, en la gente de barrio también. Porque de acá empieza
a surgir, porque nosotras como mamás tenemos a los chicos chicos, y el día de mañana ellos, si les
gusta el político este van a seguir, es una trayectoria. (Nélida, manzanera)
En estos dos testimonios la política es comprendida como un instrumento que
permite obtener recursos. El descontento y la desilusión son resultado de la percepción
sobre la erosión del “pacto” entre patrones y clientes.
Resumiendo, la política no es ese espacio privilegiado de acción en el cual los
individuos interactuan. La política sólo se asocia a una acción instrumental que no siempre
alcanza los resultados esperados y entonces produce tanto desconcierto como descontento.
La política de hoy, del presente de carencias que se extiende en el horizonte, es para los
habitantes de La Luna algo maldito.
Las siguientes secciones exponen datos recogidos en el trabajo de campo, que si
bien rebasan la hipótesis de trabajo inicial, permiten dar cuenta de la magnitud y
complejidad del fenómeno de las manzaneras. Dado que la innovadora lógica de
distribución de bienes del Plan Vida ha producido modificaciones sustantivas, tanto en los
ejecutores, como en los beneficiarios del programa, estas otras dimensiones nos permitirán
dar cuenta de las mismas.
II. 3. Una nueva vida
Hay que salir del agujero interior
Virus
Las particularidades del Plan Vida, su forma no tradicional de repartir los bienes
constante y permanente, produjo diversos efectos. Uno de ellos, que afectó tanto directa
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como indirectamente al programa, fue la metamorfosis que sufrieron las personalidades de
las mujeres a cargo de implementarlo. La creación de un ser manzanera alteró
profundamente el mundo preexistente del barrio. A partir de la implementación del plan se
produjeron modificaciones y quiebres tanto en los individuos participantes, como en su
entorno. El cambio más profundo implico la alteración del vínculo que hasta ese entonces,
la mayoría de ellas tenía con el mundo y los valores masculinos. Aún cuando estas mujeres
continúan llevando adelante las tareas domésticas: criar a sus hijos, limpiar la casa y
preparar la comida, tareas aún constitutivas del núcleo de sus vidas; los testimonios también
muestran cambios. Ser parte del Plan Vida les permite conocer la realidad de otras mujeres,
y es en este “descubrimiento” que encuentran estilos de vida similares al propio. Luego, el
Plan Vida edifica distancias entre las manzaneras y las demás mujeres del barrio. Ser
manzanera es formar parte de una red donde la posición de esta mujer adquiere una
centralidad previamente inexistente. A su vez, esa red, esa comunidad nueva de mujeres
manzaneras les otorga una identidad que les permite explorar, aunque sea ocasionalmente,
nuevas actividades.
Las manzaneras asisten a capacitaciones mensuales que les brindan nuevos
conocimientos. Muchas empiezan a hacerse preguntas que les permiten des-naturalizar la
realidad en la que viven. Asisten a actos y espectáculos que les brindan la posibilidad de
recrearse junto con otras mujeres estando su familia ausente.
Estas novedades a las que acceden una vez que forman parte del colectivo
manzaneras permanece ausente en las demás mujeres del barrio. Como señalaba Jacinta,
habitante de La Luna, para ella el mundo sigue siendo el mismo que el de su abuela, el de
su madre y el de su hija: la familia y su mundo de tareas domésticas. “Yo mi mundo es mi
casa, mi marido y mis hijos”.
En contraposición, los testimonios de diferentes manzaneras de La Luna muestran
que sus vidas han cambiado a partir de su ingreso en el Plan Vida.
¿Te cambió en algo empezar a participar en el “Plan Vida”?
Si.
¿En qué cambiaste?
En mi persona, mi forma de ser. Me desenchufo un poco más de los problemas cotidianos
de la casa. Me gusta. Aparte, sabes que pasa, tenes más comunicación con la gente, sabes el
inconveniente que llega a tener otra persona; porque a veces como yo estoy enchufada acá en todo,
al participar en una reunión, en algo, ya sé lo que esta pasando allá. (Nélida, manzanera)
Siempre por el tema de no tener la plata, que no compras revistas, como que vivía en un
pozo, siempre vivía metida para mis hijos. Es como que vivía solamente para la casa, metida acá,
pero también por mi marido que es así, muy, ¿cómo te puedo explicar? No sé como te podría decir,
para no tener problemas con él. Cuando yo cambio mucho mi vida, fue cuando empecé con esto, lo
del plan. Porque ahí empece a ir a muchas reuniones que hacían. (Magdalena, manzanera)
Mira a mi me encanta porque charlo con la gente. Por lo menos no estoy viste a la
mañana que me levanto limpio un poco y me siento a tomar mate. Por lo menos ahora mientras
estoy tomado mate, estoy charlando con ellos (la gente que viene a retirar los bienes a su casa),
ellos me cuentan sus cosas. Viste es un trabajito lindo. (Miriam, manzanera)
Muchas manzaneras señalaban con orgullo, el esfuerzo que habían hecho en
relación a su familia para conquistar su nueva individualidad. Excepto dos que señalaron
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que no tuvieron que enfrentar ningún tipo de obstáculo o barrera cuando eligieron ser parte
del plan; las demás mencionaron las negociaciones que debieron llevar a cabo, o las peleas
que tuvieron con sus familias cuando escogieron constituirse en manzaneras. Los temores
principales de los miembros de la familia eran que las mujeres descuidaran sus labores, que
no pudieran realizar su tarea como siempre. Muchos maridos también veían como
potencialmente “peligroso” que las mujeres tuvieran un fluido contacto diario entre ellas.
Lo que pasa es que a veces hay mujeres que les gusta este trabajo pero tienen una contra,
quizá la familia no le permite. (Nélida, manzanera)
En resumen, la construcción de diferencias y las modificaciones experimentadas
por estas mujeres produjeron efectos que excedieron y superaron la tarea de distribución de
bienes. Ser manzaneras les ha brindado beneficios simbólicos. El Plan Vida ha generado
posibilidades inexistentes antes de la conformación del colectivo manzaneras.
II. 4. ¿Ser o no ser manzanera?
Las ex-manzaneras, aquellas que han abandonado el Plan Vida, destacan que los
costos son mayores que los beneficios. En oposición, aquellas mujeres que permanecen, si
bien señalan su hastío, cansancio y descontento por problemas que deben resolver al formar
parte del plan, encuentran algunos beneficios en este nuevo rol dentro del barrio. Lo único
que reciben en compensación por su labor es una ración. Es decir, perciben lo mismo que
otras mujeres que tienen un niño beneficiario dentro del plan. En su discurso, sólo una
manzanera destaco la ayuda que le brindaba gozar de esta ración, sin embargo, aunque
muchas no lo hayan dicho explícitamente los alimentos alivian. Ninguna negó el aporte que
representaba la ración extra en su hogar.
Entre las razones que llevan a las mujeres a dejar de ser manzaneras la queja es
recurrente. Las manzaneras se quejan del plan y de los beneficiarios, y los beneficiarios de
las manzanera y el plan. Es reiterada la manifestación de cansancio por las tareas a cumplir:
levantarse temprano para recibir la mercadería, repartirla, llenar las planillas, asistir a las
reuniones y tener que enfrentar las quejas y enojos de los beneficiarios por cuestiones del
plan ajenas a su voluntad.
¿Cómo es que empezas con el “Plan Vida”?
Participé porque ella retiraba la leche cuando estaba embarazada. Y la señora
renunciaba y no tenía a quien darle.
¿Por qué renunciaba?
Y porque se cansó de la gente.
¿De qué cosas?
La gente iba cuando se le daba la gana y ella tiene críos, tiene que atender su marido, y
cocinar, ir a buscar cosas. No es fácil. (Miriam, manzanera)
¿Te gusta el “Plan Vida”?
Si, a mi me gusta trabajar en el barrio y me gusta trabajar con los chicos. Pero es como
que de repente vos trabajas, trabajas, trabajas y hay momentos en que decís no trabajo más,
porque vos todo lo bueno que haces la gente cree que es tú obligación. A mi se me hace difícil, se
me hace difícil por ejemplo sacarle la leche a un chico que cumple un año, sacarle la ración al que
cumple seis. Y la gente te insulta a vos. (Eve, manzanera)
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Los conflictos más recurrentes estaban relacionados con las tareas que había que
realizar. El armado de las planillas era para muchas mujeres “una carga pesada”. En cuanto
a la asistencia a las reuniones existe un antes y un después. Antes, las reuniones se hacían
en “La Luna” y todas las manzaneras del barrio participaban en las mismas con una
asistencia casi perfecta. Después, con el cambio de dirección del “Vida”, las reuniones se
hacen en los distintos barrios con todas las manzaneras del municipio. La perdida de
intimidad del espacio, los costos del viático, la forma homogénea de tratar los problemas de
los barrios cuando cada uno posee problemáticas propias y distintivas, y, según ellas, una
mala labor en comparación con la precedente del nuevo grupo de asistentes sociales
llevaron a que las manzaneras de “La Luna” diluyan su participación activa. El horario de
entrega de las raciones es la principal causa de conflictos entre las manzaneras y sus
beneficiarios. Oficialmente, la entrega de mercadería es de ocho a diez de la mañana en la
casa de la manzanera asignada. El problema del horario, como pronto veremos, también
expone la debilidad o fortaleza de cada individuo particular a la hora de establecer reglas y
hacerlas cumplir. Sin embargo, a pesar de estos problemas, muchas prefieren continuar.
¿Y vas a seguir siendo manzanera?
Si yo voy a seguir, porque yo había dicho que iba a dejar viste, y también un poco porque
a veces yo te digo me pasan cosas que te dan rabia. Porque la mayoría de la gente sabes que, ellos
creen que cobramos. Te dicen que cobras. Pero yo en realidad muchos problemas no tuve, me peleé
una vez con una de acá a la esquina por el horario. Porque ella quería venir al horario que ella
quería y no es así, o esta nena que la mamá tiene que venir a firmar la planilla y no viene, y cosas
que te dan rabia. Pero es como te decía ayer, ya es como que me acostumbre y ya es algo que si tal
vez un día me falta viste.. .ya es algo como que es parte de mi vida, que todas las mañanas vos
sabes que repartís. (Magdalena, manzanera)
II. 5. Premios y castigos
El vacío de marcos, y de reglas claras que definan el comportamiento es una
constante en la implementación del Plan Vida. Cada manzanera posee su propia forma,
“estilo”, de imponer premios y castigos a sus beneficiarios. No existe un reglamento
universal acerca de como resolver los conflictos, tan cotidianos e irritantes como ¿qué hacer
cuando el beneficiario no respeta el horario? ¿Qué pasa si sólo viene a retirar la mercadería
y no la leche diaria? ¿Qué pasa si no viene personalmente y envía a sus hijos o familiares?
Estas son tan sólo algunas de las variadas cuestiones que deben resolver las manzaneras por
cuenta propia.
La ausencia de criterios únicos para resolver los problemas crea descontento en
quienes se ven desfavorecidos porque les “tocó” la más estricta, la más mala.
¿Vos crees que cambio algo cuando vinieron las manzaneras a ayudar?
Si a muchas las ayuda, a otros no porque ya te digo acá hay mucho preferitismo. Vos
llegas cinco minutos tarde y no te da la leche. Acá esta chica es separada tiene como seis hijos
chicos, llego cinco minutos tarde y no le quiso dar la leche. ¿Por qué le mezquinas? Hay personas
que te guardan, yo cuando me iba a trabajar avisaba y me lo guardaban. (Jacinta)
Cada manzanera posee su propia guía de conducta producto de su experiencia y
personalidad. En la creación de la misma, ella construye en forma autónoma su rol dentro
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de la comunidad. Algunas señalaban que eran estrictas puesto que era la única forma de
hacer que las cosas funcionen. Otras se quejaban pero no veían cómo hacer para impedir
tener beneficiarios no deseados. A continuación, algunos testimonios acerca de la forma en
que establecían las reglas.
¿Contame que tal es la gente?
Son vagas las madres.
¿En qué sentido?
Porque se quedan dormidas, la única levantada soy yo, porque ellas vienen después de
las diez. Ahora si me avisan que van al médico el día que ellas vienen a retirar, mañana vamos al
médico, ¿me podes guardar la leche?, bueno le digo yo, avisándome si podes ir tranquila.
¿Y a la gente que no se levanta no le das?
No se la doy a la persona que no la lleva, sino que se la doy a personas que yo sé que
necesitan. (Miriam, manzanera)
Yo le dije así el otro día a una que vino a las 10:30. ¿Uds. se creen que yo voy a estar
disponible a esperarlas a Uds.? Están equivocadas, yo no estoy a disposición de Uds.
¿Qué te dijeron?
Si perdóname que me quede dormida, es la primera vez viste, sino viene temprano. Como
se que tiene criaturas chiquitas, ese día hasta la abuela se quedo dormida, todos se quedaron
dormidos, el chico no fue a la escuela. Porque se que tenes a la nena chiquita yo te voy a dar. ¿Qué
voy hacer? (Cecilia, manzanera)
Los beneficiarios estaban al tanto de las diferencias y, aunque con bronca y
desgano, se adaptaban a ellas al no poseer alternativas. La persistencia de las disparidades
continúa haciendo imposible que no se produzcan conflictos, peleas y desencantamiento.
Muchas beneficiarias padecían el estar sometidas a reglas discrecionales por parte de las
manzaneras. Se entristecían, enojaban, en general lloraban, o solicitaban que yo les
solucionará los conflictos que mantenían con quienes les proveían los bienes del plan.
En breve, el Plan Vida se distribuye en “La Luna” de forma descentralizada y no
democrática. Las manzaneras poseen en los hechos un amplio margen de maniobra que les
permite establecer “sus” propias formas de administración de los bienes provistos por el
Estado. Así, la discrecionalidad es parte cotidiana de la distribución del “Vida” en el barrio.
Conclusiones
El futuro llego hace rato
todo un palo ya lo ves
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
El objetivo central de este trabajo era analizar como se articulan los aspectos
simbólicos y materiales en el lazo clientelar contemporáneo. El trabajo de campo permite
concluir que la dimensión material es más intensa que su contraparte simbólica. Sin lo
material, el lazo no existiría. Sin la existencia de bienes sería imposible la construcción
simbólica. La existencia de recursos es la que permite fortalecer la relación y atribuirle
significados. Por tanto, la proliferación de sentidos en los individuos involucrados en el
lazo clientelar guarda estrecha relación con la lógica de distribución de los bienes. De
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hecho, es esta la que conduce a la construcción de un novedoso entramado social que
permite la conformación de una red. Es la comunidad del “Vida” en “La Luna” la que hace
posible las modificaciones sustantivas que se observan en el barrio desde el surgimiento de
las manzaneras.
Como efecto del contacto diario con los clientes en el reparto de bienes, y con las
manzaneras en espacios de interacción cotidiana, como la escuela, se conformó en el barrio
una densa red social previamente inexistente. Así, los individuos involucrados en estas
relaciones sociales acumulan capital social haciendo posible una mayor integración de la
población.
Sin desatender los aspectos positivos que conlleva la conformación de esta nueva
red social, sigue teniendo sentido reconocer que ninguna de estas metamorfosis tendrían
lugar de no existir los recursos materiales que permiten su manifestación en el espacio
simbólico. Sin bienes para repartir no habría manzaneras, de hecho las transformaciones
registradas en estas mujeres son consecuencia de su nuevo rol social como repartidoras de
los bienes de un plan social específico a sus beneficiarios. Es decir, sin la leche no hay
manzaneras y sin manzaneras no hay mujeres que desempeñen un nuevo rol y gocen de un
estatus privilegiado dentro de la estructura social de la que forman parte. Sin ellas no se
conforma una nueva red social que a su vez deriva en otros resultados. En definitiva, todo
descansa en garantizar el continuum en la provisión de bienes.
Perspectivas
Como tanta otra tristeza a la que te acostumbras
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
Comprender a los clientes nos lleva a sumergirnos dentro de su universo de
carencias diarias. Acostumbrados a un horizonte de precariedad aprenden desde niños la
lógica de la supervivencia. El clientelismo es para ellos acceso a bienes. La forma de
“pago” por lo recibido es mediante la lealtad hacia el proveedor. Este vínculo se sintetiza en
la lógica “favores por votos”. Las modificaciones, producto de los cambios estructurales de
los últimos años, transformaron el escenario en el que interactuan estos individuos. Su
mundo se ha precarizado aún más frente a la aguda falta de empleo. La inestabilidad, el
estancamiento de la movilidad social ascendente característica del país, acompañado con
las privatizaciones de los servicios públicos produjeron modificaciones que debilitaron aún
más su disminuida calidad de vida. La nueva pobreza que experimentan aumenta la
necesidad de recrear prácticas de supervivencia. En este nuevo espacio, la vieja práctica
clientelar reciclada y renovada se constituye en la única puerta de acceso a recursos cada
vez más escasos, entonces, las manzaneras representan un instrumento innovador de ofrecer
bienes allí donde los individuos encuentran profundamente disminuida su capacidad de
auto-satisfacerse. El universo de La Luna ilumina los efectos de las reformas económicas
estructurales en un pequeño espacio del país. En este universo de carencias reales y
cotidianas, los vínculos clientelares gozan aún de larga vida.
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