FRIEDRICH NIETZSCHE (1844-1900) - FILOMOLINOS
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ISABEL ZÚNICA TEMA 5. <strong>NIETZSCHE</strong>: CRÍTICA DE LA CULTURA OCCIDENTAL. 11<br />
De ahí que los filósofos, conscientes de su fracaso, se desesperan y buscan un<br />
culpable, un engañador. Ese engañador, el origen de todo error es la sensibilidad.<br />
Pero además, para los filósofos, los sentidos, según Nietzsche, no son sólo causa de<br />
error, sino también fuente de inmoralidad y, por eso, han rechazado siempre su<br />
testimonio como algo propio del “pueblo”. Con esto Nietzsche se refiere a toda la<br />
tradición filosófica –que comenzó con Platón y que ha perdurado a través del<br />
neoplatonismo en la Edad Media y del racionalismo en la Modernidad– de<br />
considerar el conocimiento sensible como:<br />
a) Poco fiable. Así por ejemplo, pensaba Platón que los sentidos no nos<br />
muestran la auténtica realidad (el mundo inteligible), sino una copia de él (el<br />
mundo sensible). También Descartes afirmaba que no debemos fiarnos de los<br />
sentidos, puesto que nos engañan con frecuencia.<br />
b) Relacionado con el pueblo, pues esta tradición ha considerado siempre al<br />
conocimiento conceptual –accesible sólo a unos pocos– como algo superior al de<br />
los sentidos, propio del pueblo, del vulgo.<br />
c) Fuente de inmoralidad, ya que los sentidos están vinculados a la corporalidad<br />
y la materia, considerados como algo negativo en la tradición platónica.<br />
En contraposición a las tesis de los filósofos, Nietzsche revaloriza el papel de<br />
los sentidos. Los considera instrumentos de la vida, nos dan la auténtica realidad,<br />
nos mantienen unidos al mundo. Incluso son la base de la ciencia, que se ciñe a<br />
aguzar, pensar el testimonio de ello: “Hoy nosotros poseemos ciencia exactamente<br />
en la medida en que nos hemos decidido a aceptar el testimonio de los sentidos; en<br />
que hemos aprendido a seguir aguzándolos, armándolos, pensándolos hasta el final.<br />
El resto es un aborto y todavía-no-ciencia” (El crepúsculo de los ídolos, 3).<br />
En consonancia con el desprecio a los sentidos, los filósofos –sostiene<br />
Nietzsche– también han despreciado al cuerpo. Para eso, han inventado, como<br />
siempre, una serie de conceptos que pretenden ser reales a costa de la auténtica<br />
realidad: “¡El concepto «alma», «espíritu», y por fin incluso «alma inmortal»,<br />
inventado para despreciar el cuerpo, para hacerlo enfermar –hacerlo «santo»–, para<br />
contraponer una ligereza horripilante a todas las cosas que merecen seriedad en la<br />
vida, a las cuestiones de alimentación, vivienda, dieta espiritual, tratamiento de los<br />
enfermos, limpieza, clima!” (Ecce homo, cap. Por qué soy yo un destino, 8). Y no<br />
sólo ese daba una preferencia del alma respecto al cuerpo, sino que éste era<br />
maltratado como único medio para el desarrollo del espíritu: “En otro tiempo el<br />
alma miraba al cuerpo con desprecio: y ese desprecio era entonces lo más alto: el<br />
alma quería el cuerpo flaco, feo, famélico. Así pensaba escabullirse del cuerpo y de<br />
la tierra” (Así habló Zaratustra, prólogo).<br />
Ese sustituir la realidad por conceptos, la invención de ese falso mundo por<br />
parte de los filósofos procede de su instinto de calumnia, de la pequeñez de espíritu<br />
o pusilanimidad, del recelo frente a la vida. Todo eso forma parte de la idiosincrasia<br />
de los filósofos. Esa idiosincrasia les ha llevado a vengarse. La filosofía, igual<br />
que la moral occidental, es el resultado de la venganza de los débiles e inferiores<br />
que no aman la vida, ni al cuerpo, ni a los sentidos, que no son capaces de afrontar<br />
la vida real, y se inventan “otra” vida “mejor”, una vida a su medida, adecuada a su<br />
debilidad, con sus presuntas realidades: alma inmortal, espíritu, santidad.<br />
Podemos concluir que la reivindicación nietzscheana de los sentidos y del<br />
cuerpo es una parte esencial de su filosofía, vinculada al vitalismo, a la crítica de la<br />
cultura occidental y de la filosofía. El culto al cuerpo y a la sensibilidad es parte de<br />
esos nuevos valores del superhombre, de la transvaloración que Zaratustra anuncia,<br />
que llevaría a una aniquilación de la cultura occidental. De ese modo, nacería una<br />
nueva cultura, de índole aristocrática, inspirada en parte en los principios de los<br />
griegos primigenios, los que vivieron en el periodo presocrático, antes de que<br />
naciera la filosofía: lo dionisíaco, por el que abrazaban la existencia en todo su<br />
horror y oscuridad (tragedia y música) y el apolíneo, por el que cubrían la realidad<br />
mediante un velo estético creando un mundo ideal de forma y belleza (mitología<br />
olímpica, artes plásticas y épicas).<br />
5. LOS “CONCEPTOS SUPREMOS” Y EL CONCEPTO “DIOS” (pareja)<br />
La crítica de Nietzsche a los filósofos es uno de los puntos centrales de su<br />
pensamiento, pues es expresión paradigmática de su crítica a general a la civilización<br />
occidental. Con esto, deja claro que nuestra cultura es una cultura filosófica<br />
y que, si no se destruye la filosofía, nunca podremos superar nuestra cultura,<br />
nuestros valores, para dar paso a unos nuevos supervalores totalmente distintos.<br />
Para criticar a los filósofos, Nietzsche expone cuál es la idiosincrasia de los<br />
filósofos. Considera que dos son las características de los filósofos: su falta de<br />
sentido histórico, su odio al devenir, su egipticismo, que les ha llevado a crear una<br />
oposición excluyente entre el ser y el devenir, y “confundir lo último con lo<br />
primero”. Para comprender esta tesis, es preciso conocer la concepción<br />
nietzscheana de la realidad y del conocimiento.<br />
¿Qué es la realidad para Nietzsche? La realidad es, como afirma en diversas<br />
obras suyas, voluntad de poder, un conjunto de fuerzas ciegas que pugnan por<br />
imponerse unas sobre otras, una voluntad de dominio. El mundo, el hombre, la<br />
vida, son voluntad de poder, voluntad de ser más, de superarse, de demostrar una<br />
fuerza siempre creciente. Más que una facultad humana, es el conjunto de pulsiones<br />
y fuerzas que se dirigen hacia el poder. En su idea de la realidad como un devenir<br />
continuo coincide con el presocrático Heráclito de Éfeso († 480 a.C.), uno de los<br />
filósofos más apreciados por Nietzsche.<br />
¿Y qué es el conocimiento para Nietzsche?: no es más que un impulso humano,<br />
un instrumento de la voluntad de poder de un tipo de seres que son los humanos. El<br />
conocimiento es un instrumento de la vida, que brota en algunos seres para dominar<br />
la realidad y ponerla a su servicio. Es un proceso de interpretación (perspectivismo)<br />
basado en nuestras necesidades vitales. Es un conjunto de creaciones (ficciones)<br />
nuestras: las ficciones útiles se consideran verdaderas; las inútiles, o menos útiles,