FRIEDRICH NIETZSCHE (1844-1900) - FILOMOLINOS
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ISABEL ZÚNICA TEMA 5. <strong>NIETZSCHE</strong>: CRÍTICA DE LA CULTURA OCCIDENTAL. 7<br />
y tragedia), pero sabe vivirla de modo estético. La tragedia sería precisamente eso:<br />
la unión de lo dionisíaco y lo apolíneo, del exceso y la mesura; un afirmar la vida<br />
presentándola de modo estético. Por eso, los griegos encontraban en la tragedia un<br />
consuelo metafísico: “El consuelo metafísico […] de que en el fondo de las cosas, y<br />
pese a toda la mudanza de las apariencias, la vida es indestructiblemente poderosa y<br />
placentera, ese consuelo aparece con corpórea evidencia como coro de sátiros,<br />
como coro de seres naturales que, por así decir, viven inextinguiblemente por detrás<br />
de toda civilización y que, a pesar de todo el cambio de las generaciones y de la<br />
historia de los pueblos, permanecen eternamente los mismos” (El nacimiento…, 7).<br />
Ese mundo armónico griego se vino abajo con Sócrates, que eliminó lo<br />
dionisíaco, quedando sólo lo apolíneo, y además potenció el elemento racional,<br />
teórico en detrimento de la vida, de lo dionisíaco, pues la razón aprisiona la vida y<br />
su libre expansión. Sócrates, para Nietzsche, simboliza el gran cambio que sufrió la<br />
cultura griega: el hombre que teoriza, que busca el conocimiento como valor<br />
primordial elimina al hombre trágico, al que ama la vida como primera realidad. A<br />
partir de entonces el diálogo platónico sustituye a la tragedia griega. El saber y la<br />
verdad son los nuevos valores frente al arte trágico y la vida.<br />
En suma, la propuesta nietzscheana es destruir la actual cultura vigente, fundada<br />
en la filosofía, para crear una nueva cultura inspirada en las obras de los griegos<br />
anteriores a la filosofía, o sea, en los dos principios de los primigenios griegos: lo<br />
dionisiaco, por el que abrazaban la existencia en todo su horror y oscuridad –tragedia<br />
y música– y el apolíneo, por el que cubrían la realidad, la vida, mediante un<br />
velo estético creando un mundo ideal de forma y belleza (mitología, artes plásticas<br />
y épicas). Así pues, Nietzsche sostiene que “hay una lucha eterna entre la<br />
consideración teórica y la consideración trágica del mundo” (El nacimiento, n. 17).<br />
Y a la pregunta “¿cuál de los dos es el poder más alto y decisivo? Nadie dudará que<br />
la vida es el más alto poder y dominante” (Werke, vol. I, edic. de Karl Schlechta,<br />
Munchen 1954, p. 282).<br />
2. EL VITALISMO DE <strong>NIETZSCHE</strong> (tema)<br />
a) ¿Qué es el vitalismo nietzscheano?<br />
El vitalismo es uno de los temas capitales de la filosofía de Nietzsche. En el<br />
primer periodo el símbolo es Dioniso y, en el final, lo es Zaratustra.<br />
En el primer periodo, Nietzsche contrapone Dioniso y Apolo. Dioniso es el<br />
símbolo de la vida, del exceso, de la ausencia de mesura, de la ruptura con todas las<br />
barreras y limitaciones. Apolo, por el contrario, es el dios de la luz, de la mesura y<br />
del limite, de la verdad. Nietzsche lo toma como símbolo de la razón, de la<br />
individuación, de la palabra. Ambos elementos se sintetizan en la tragedia griega,<br />
en la que, sin embargo, el elemento principal es la vida, Dioniso, mientras que lo<br />
apolíneo es la forma bella, estética, en que se presenta.<br />
La aparición de Sócrates, el gran corruptor, rompe el equilibrio de la cultura<br />
griega: Sócrates, para Nietzsche, es el hombre que teoriza, que busca el conoci-<br />
miento como valor primordial, eliminando al hombre trágico, al que ama la vida<br />
como primera realidad. A partir de entonces el diálogo platónico sustituye a la<br />
tragedia griega. El saber, la verdad son los nuevos valores frente al arte trágico y la<br />
vida. Así pues, en el primer Nietzsche “hay una lucha eterna entre la consideración<br />
teórica y la consideración trágica del mundo” (El nacimiento, n. 17). Y a la<br />
pregunta “¿cuál de los dos es el poder más alto y decisivo? Nadie dudará que la<br />
vida es el más alto poder y dominante” (Werke, vol. I, p. 282).<br />
En la etapa final, especialmente en Así habló Zaratustra, Dioniso es sustituido<br />
por Zaratustra, aunque en el fondo no es más que el mismo Dioniso, pero librado<br />
del peso de la metafísica de Schopenhauer: Nietzsche ya no necesita el consuelo<br />
metafísico, sino que afirma la vida en toda su grandeza, su tragedia, su ilimitación,<br />
su irracionalidad, etc.<br />
Zaratustra es un persa que vivió en el siglo VII. Su doctrina se caracteriza por la<br />
oposición de dos principios: el Ormuz (el bien) y Arimán (el mal). Sin embargo,<br />
Nietzsche lo presenta como un inmoralista, porque reconociendo su error de haber<br />
creado la moral, se sitúa más allá del bien y el mal. En realidad, Zaratustra es<br />
Nietzsche: “No se me ha preguntado, pero debería habérseme preguntado qué<br />
significa cabalmente en mi boca, en boca del primer inmoralista, el nombre<br />
Zaratustra; pues lo que constituye la inmensa singularidad de este persa en la<br />
historia es justo lo contrario de esto. […] Zaratustra creó ese error, el más fatal de<br />
todos, la moral; en consecuencia, también él tiene que ser el primero en<br />
reconocerlo. […] ¿Se me entiende? La autosuperación de la moral por veracidad, la<br />
autosuperación del moralista en su antítesis –en mí– es lo que significa en mi boca<br />
el nombre Zaratustra” (Ecce homo, n. 3).<br />
Así pues, Zaratustra (=Nietzsche) es el símbolo nuevo del vitalismo. Este<br />
vitalismo radical se concreta en los conceptos fundamentales de la filosofía de<br />
Nietzsche.<br />
b) La voluntad de poder<br />
En 1888, poco antes de su colapso mental, Nietzsche trabajó en una obra, que no<br />
pudo concluir, en la que pretendía exponer toda su filosofía y hubiera tenido por<br />
título La voluntad de poder (las notas se publicaron póstumamente). Schopenhauer<br />
ya había considerado la voluntad de vivir como concepto central para comprender<br />
la realidad, Nietzsche concreta esa voluntad de vivir en voluntad de poder.<br />
Para Nietzsche lo único que existe, la realidad, es el devenir. El devenir<br />
continuo es el resultado de un conjunto de fuerzas ciegas que pugnan por imponerse<br />
unas sobre otras, de lo que Nietzsche llama voluntad de poder, o sea, de voluntad<br />
de dominio. El mundo, el hombre, la vida son voluntad de poder, voluntad de ser<br />
más, de superarse, de demostrar una fuerza siempre creciente. Más que una facultad<br />
humana, es el conjunto de pulsiones y fuerzas que se dirigen hacia el poder.<br />
Ese concepto está expuesto principalmente en el capítulo “De la superación de sí<br />
mismo” de Así habló Zaratustra. La tesis de Nietzsche es que el hombre y toda la<br />
realidad no es voluntad de obediencia o de sometimiento, sino voluntad de poder,