Machaira

“O” aceptó muy complacido la propuesta, ya que además, el supuesto hermano empresario
le ofreció una habitación donde vivir, dentro del mismo recinto de estacionamientos.
Responsablemente, “O” administró el lugar estando a disposición de los clientes durante las
24 horas del día. Muchos automovilistas llegaban a altas horas de la madrugada y “O”
debía levantarse de la cama y atender el lugar.
Fue tanto el empeño que puso “O” en su trabajo que empezó a faltar a los cultos de la
iglesia. Conversó con el supuesto hermano empresario para que le autorizara algún día de la
semana para asistir a congregarse, pero, el supuesto hermano no se lo permitió.
La relación entre “O” y el supuesto hermano empresario, comenzó a deteriorarse,
especialmente cuando “O” ya no recibía su sueldo en el tiempo que habían acordado.
El supuesto hermano empresario, comenzó a diferir cada vez más el tiempo de pago del
sueldo y “O” terminó por molestarse, decidiendo acabar definitivamente con la relación
comercial entre ambos.
Cuando “O” fue a recibir su “Finiquito de Contrato”, descubrió que el monto no
correspondía a lo que él había calculado. Además, el supuesto hermano empresario le había
estado descontando de su sueldo, mensualmente, el importe de los dineros para el pago de
Cotizaciones Provisionales y no los había depositado en las instituciones públicas
correspondientes. Esto es, el pago de Asociación para el Fondo de Pensiones y los
correspondientes pagos a la institución de Salud Previsional en la que“O” estaba afiliado.
Ninguno de los pagos había sido efectuado por el empleador durante el período trabajado
por “O”. La deuda ascendía a unos mil doscientos dólares, aproximadamente. Por esta
razón, “O” decidió no aceptar el pago de su Finiquito, hasta que el supuesto hermano
empresario le cancelara el total de lo adeudado. Lamentablemente, “O” estaba siendo
estafado por un supuesto hermano de la iglesia.
Al momento de reclamarle, “O” le señaló que iría a establecer una demanda judicial en su
contra. Esta decisión tomada por “O”, molestó bastante al supuesto hermano empresario y
simplemente se negó, de muy mala forma, a seguir conversando con él. Además, el
supuesto hermano empresario, le amenazó con comunicar al pastor de mi iglesia la actitud
que “O” estaba tomando.
Antes de iniciar la demanda, “O” decidió buscar ayuda y consultar al pastor de mi iglesia, a
fin de que intercediera en su favor en contra del hermano empresario. Al quedar sin trabajo
y no habiendo aceptado el finiquito, “O” estaba en condiciones muy precarias para seguir
subsistiendo. No tenía en donde alojar y no le quedaba dinero para alimentarse, ni para
arrendar una habitación.
John F. Anderson H. µάχαιρα MACHAIRA 113 de 505