Machaira

Capítulo 1
1.- INTRODUCCIÓN
Ante la creciente invasión de ideas modernistas en las iglesias evangélicas que se
autodenominan “renovadas”; ante la abundante incorporación de prácticas, métodos y
procedimientos adoptados por las iglesias evangélicas que se autodenominan “restauradas”
y que están efectuando cambios; ante la incipiente disposición a informar y explicar la
razón de dichos cambios, y ante la creciente actitud de hermetismo de los “líderes” a fin de
evitar el cuestionamiento de estas nuevas “ondas”, “modas” y “tendencias”, nace la
necesidad de buscar respuestas a inquietudes, dudas y temores generados por la escasa
comunicación entre los “líderes” de las iglesias “renovadas” y sus congregaciones.
El objetivo de este texto, es centrar la conversación en la obtención de bases bíblicas
verdaderas para estas nuevas tendencias y no en interpretaciones antojadizas de
hermenéutica fútil (como ha sucedido en otras congregaciones con resultados muy
lamentables), sin contenido, motivadas más por el afán de conseguir una imagen
modernista, en desmedro de una postura y acción radical, conforme nos fue encomendado
por nuestro Señor Jesucristo
El propósito de este libro es mostrar una posición, clara y precisa, respecto a los
acontecimientos actuales dentro del neo-evangelismo, identificando (denunciando) aquellos
sucesos que, a nuestro juicio, han causado, provocan y siguen provocando confusión e
incertidumbre; a la vez, se propone establecer como válidos aquellos (acontecimientos)
que, a la luz de la Palabra de Dios, han sido modificados (mejorados) o simplemente
erradicados de las prácticas habituales.
Me motiva la preocupación de ver alejados aquellos días en que las congregaciones, en
pleno, trabajaban para ganar almas versus las tendencias actuales que promueven hábitos de
pereza evangelística y fiestas espirituales (verdaderas farras), orientadas a excitar las
emociones; considerando estas prácticas más importantes que la de elevar el espíritu
mediante la predicación del evangelio de Jesucristo y del estudio exhaustivo de la Palabra
de Dios, para así poder llevar acabo la gran comisión encargada a los creyentes por nuestro
Señor Jesús.
Me preocupa el creciente interés de las personas por escuchar las interpretaciones de la
Palabra de Dios por boca de cientos de predicadores, a través de los distintos medios de
comunicación que captan la atención de las masas, y la facilidad con que las personas creen
todo lo que oyen, sin verificar la veracidad de aquellas palabras , a la luz de la Biblia. Es
cosa de dar una vuelta por las distintas congregaciones para comprobar lo que decimos.
John F. Anderson H. µάχαιρα MACHAIRA 13 de 505