Revisión - Nexus Médica

C. Romaguera, J. Vilaplana, R. Grimalt
160 DENTUM 2009;9(4):157-160
contrario, es eritematosa, lisa, no pruriginosa, no desborda
los límites del parche y a las 96 horas ha desaparecido.
En la valoración de estas pruebas nos guiamos por las
siguientes siglas: NT (Prueba no efectuada), IR (Respuesta
irritativa), + (Eritema-pápulas o eritema-edema), ++
(Vesículas y eritema y/o edema-pápulas), +++ (Eritema
extenso con infiltrado y vesículas coalescentes).
De la misma manera que interpretamos como positividades
verdaderas aquellas que lo son siguiendo las pautas indicadas,
también existen reacciones falso positivas y falso negativas.
Las reacciones falso positivas corresponden a reacciones
positivas aparecidas en ausencia de alergia por contacto.
Las causas más comunes son: excesiva concentración del
alérgeno, presencia de sustancias contaminantes, vehículo
inadecuado o irritante, exceso de alérgeno parchado, mala
dispersión de la sustancia a testar, reciente dermatitis o
persistencia de la misma en el lugar de aplicación de las
pruebas, dermatitis presente a distancia del lugar de la
aplicación de las pruebas, Angry Back (hiperreactividad
cutánea o “piel excitable”), efecto de presión (irritación
mecánica de materiales sólidos o apoyo persistente de la
espalda contra un plano duro), reacciones por el adhesivo
del soporte, reacciones por el propio parche y dermatitis
artefacta, especialmente en casos médico-legales.
Las reacciones falso negativas corresponden a reacciones
negativas en presencia clara de alergia por contacto. Las causas
más comunes son: insuficiente penetración del alérgeno,
baja concentración del mismo, retención y falta de liberación
de la sustancia por el vehículo que la contiene, insuficiente
cantidad del alérgeno aplicado, insuficiente oclusión, duración
del contacto del alérgeno con la piel demasiado breve,
el test no se ha aplicado en el lugar preciso, la lectura se ha
realizado demasiado pronto, el lugar de aplicación del test
se ha tratado previamente con corticoides o se ha irradiado
con luz UV, mala elección de los alérgenos a testar, se ha
realizado tratamiento oral o parenteral con inmunosupresores
o con corticoides, el alérgeno no se halla en su forma
activa o está degradado y existe una alergia compuesta.
La alergia compuesta se define como la condición en que
pacientes positivos a productos formulados, generalmente
cremas cosméticas o medicamentos de uso tópico, muestran
tests negativos a todos los ingredientes parchados por
separado, lo que constituye una paradoja ya que exigiría la
demostración de la alergia a alguno de dichos componentes.
Este fenómeno puede deberse a un proceso irritativo en la
formulación original o que los diferentes ingredientes de la
fórmula al combinarse sean los responsables de la formación
de un producto reactivo; ejemplos serían la etilenodiamina,
la neomicina y el kathon CG.
Complicaciones de la prueba epicutánea
– Sensibilización activa: es la sensibilización inducida
por la aplicación del parche. Esto ocurre cuando a
los 15-20 días aparece una reacción positiva a un
determinado alérgeno en el lugar donde este parche
había sido previamente negativo y al volver a parchar
de nuevo con este mismo alérgeno, aparece positividad
alérgica a las 48 y a las 96 horas. La sensibilización
activa debe advertirnos acerca de la realización de los
llamados “parches proféticos” que conllevan este riesgo
y no aportan nada al paciente.
– Reacciones irritativas por la práctica de epicutáneas
efectuadas con productos aportados por el paciente o
con alérgenos no estandarizados.
– Reactivación de una dermatitis previa por la absorción
epicutánea del alérgeno.
– Reacciones de hipopigmentación por determinados
alérgenos como la hidroquinona o el paraterbutilfenol.
– Reacciones de pigmentación, especialmente tras
exposiciones solares en los lugares testados.
– Reacciones purpúricas por determinados alérgenos
como la IPPD.
Pruebas epicutáneas con sustancias
desconocidas
Ante todo deberíamos ser muy precavidos y no testar en
ningún caso sustancias desconocidas en su totalidad, puesto
que podrían dar lugar a reacciones adversas graves. Cuando
un paciente aporta productos o sustancias sospechosas
procedentes de su medio de trabajo o medio de exposición,
es recomendable conseguir los datos toxicológicos de los
mismos, la lista de ingredientes que contienen y toda la información
que el fabricante pueda facilitar. Una vez detectados
los posibles alérgenos, se escogerán la concentración y el
vehículo adecuados para proceder a parchar. Para disminuir
el riesgo de complicaciones, sería procedente efectuar
antes una prueba abierta, prosiguiendo el estudio, caso de
resultar negativa, con epicutánea ocluida. Generalmente
los alérgenos se parchan a concentraciones iniciales muy
bajas, del orden del 0,01 al 0,1%, y se incrementan hasta
el 1, 5 y 10%, si las respuestas son negativas.
Resulta muy útil colocar el parche en una zona asequible para
que el paciente pueda sacárselo en caso de respuesta local
muy severa. Si la prueba es positiva, el procedimiento a seguir
consiste en practicar la misma prueba al menos en 25 controles
sanos no expuestos, para descartar una respuesta irritativa.
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