KARSIVA - AMVAC

Honorarios
Honorarios Mínimos orientativos
¿Por qué se han subido los precios este año más del iPC?
Comentamos en este mismo número de “Centro
Veterinario” el propósito que, desde la Junta de
AMVAC, queremos comunicar, y “contagiar”, a
todos los veterinarios dedicados a la clínica de animales
de compañía. Lo que hemos llamado “6 NÚMEROS,
6 PROPÓSITOS” y en definitivo son seis pasos que si
seguimos servirán para dignificar la profesión”.
Y citábamos como ejemplo el caso de los colegas en los
Estados Unidos que, con unos ingresos al 25% del nivel
de otros profesionales similares, y estancados sus
ingresos entre 1985 y 1995 consiguieron, mediante incrementos
graduales de sus tarifas a lo largo de 5 años
(hasta llegar a un 100%), cuadruplicar sus ingresos.
Muchos de los miedos dentro de nuestro gremio son
a la competencia, y a la fuga de clientes a causa de las
subidas. Y es cierto que, en muchas zonas de nivel adquisitivo
medio-bajo, los precios “a la baja” pueden
ser un factor de competencia entre clínicas cercanas.
Pero después de unas cuantas reuniones organizadas
por AMVAC en diferentes distritos, donde colegas que
nunca se habían visto la cara pudieron charlar y ponerse
de acuerdo en diversos puntos, la conclusión es que,
por raro que antes nos pudiese parecer, existe bastante
igualdad de criterios. Y entre otras cosas, en la de los
precios mínimos, que es el caso a tratar.
“
Con la llegada del Euro fuimos quizá
el único colectivo que no redondeó
al alza, con lo que la vida a nuestro
alrededor subió, pero nosotros no
En el último congreso organizado por AVEPA, pudimos
escuchar una conferencia de marketing en clínicas
veterinarias, elaborado sobre encuestas a 1.200 propietarios
de mascotas, y 70 clínicas de toda España. Y lo
cierto es que muchos nos asombramos al comprobar la
cantidad de ideas erróneas que teníamos en la cabeza.
Una de las conclusiones es, cuánto cuesta un veterinario
(calculando gastos de Seguridad Social, incentivos, gastos
de formación, eficiencia real, etc., etc.) o, lo que es lo
mismo, cuánto es lo mínimo que debería ganar para “ser
rentable”. Y la respuesta fue que la clínica debería generar
al menos 34€ por cada media hora de trabajo. Y otro dato,
según esas estadísticas, sólo cambian de veterinario debido
a subidas de precios un 2,2%. Sí, sólo un 2,2%.
La media, en España, está por debajo de esa cifra. Y el
resultado de esa pobreza es que andamos “asfixiados”,
con serios problemas para salir adelante, que van desde
las dificultades para actualizarnos (libros, congresos),
para trabajar mejor (aparataje de calidad, contratación
de otros veterinarios), o en los peores casos, para pagar
créditos y alquileres, y tener para vivir.
Si las tarifas de los veterinarios ya eran bajas, una serie
de desgraciados planteamientos a la llegada del
euro no hizo más que empeorar las cosas. Fuimos quizá
el único colectivo que no redondeó al alza (con lo
que la vida a nuestro alrededor subió, pero nosotros
no) y además aplicamos para la subida anual el IPC
(aproximadamente de un 3%) mientras la subida “de
la calle” andaba por el 5%. Conclusión: retroceso en nivel
adquisitivo, con el consecuente estancamiento en
nuestra evolución personal y profesional.
Pero subir de precio, cuando se estime conveniente, es
sano. Más que sano, sanísimo. Subidas de precio de un
10% sí pueden producir pérdida de clientes, máximo
del 4%, pero...redundan en un incremento del 30% en
los ingresos totales. Quizá compense.
No quisiéramos parecer “peseteros”. El incremento
que este año (de un 3,5 % a un 12-15%) hemos aplicado
a las tarifas orientativas del Colegio de Veterinarios
no ha sido sólo por un problema de ganar más (lo cual
es lícito, y es bueno). Es que, junto a un incremento
en los ingresos viene acarreado un incremento en la
calidad personal (¡menos agobios, por Dios!) y en la
calidad profesional. Podremos plantearnos contratar
algún compañero en condiciones dignas. Mejorar
nuestros medios técnicos. Ofrecer unos servicios de
calidad. Dignificar la profesión, en suma.