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LA DIGITALIZACIÓN EN EL DOCUMENTAL: NUEVAS FORMAS DE APROXIMACIÓN A LA REALIDAD 1179
ción pero, por lo menos, se reactivó la financiación, producción y difusión de
un número más amplio de piezas documentales.
Para el profesor británico Michael Chanan, sin embargo, la revolución digital
ha experimentado un crecimiento espectacular, del que el documental ha
sabido sacar partido tanto económica como estéticamente y ha encontrado la
manera de circular por todo el mundo al margen de la televisión. “Las ventajas
del vídeo digital, no obstante, se han echado a perder en manos de la televisión
al emplearse en formatos tan predecibles como los reality shows con aspecto de
documental, cuestionables productos que hacen las delicias de exhibicionistas
y de voyeaurs a partes iguales” (Chanan, 2007: 81).
La consolidación de la industria documental no hubiera sido posible sin la
televisión, que desde su nacimiento se convirtió en el principal medio de difusión
de documentales tanto de producción propia como independiente. Ahora,
con su oferta multiplataforma y la creación de canales temáticos, está acogiendo
a un mayor y más variado tipo de documentales, lo que convierte a la pequeña
pantalla en uno de los factores por los que el documental ha cobrado nueva
vida. Pero la proliferación del género en sus formas, hibridaciones o mezclas de
distintos formatos tecnológicos no siempre tiene cabida o aceptación formal y
estética en los circuitos de explotación tradicionales, como la televisión o las
salas de cine comerciales.
Aunque la evolución de los estrenos cinematográficos de filmes documentales
en España muestra una tendencia ascendente, el porcentaje de documentales
estrenados en salas comerciales en relación a los estrenos de ficción sigue
siendo muy pobre, al igual que las recaudaciones de taquilla. En este sentido,
los festivales y otros canales de explotación periféricos se han convertido en una
nueva manera de distribuir y consumir documentales.
Los principales festivales internacionales dedicados al género documental
se han convertido, para muchos directores y producciones independientes, en
los únicos medios de difusión posibles de sus obras, sirviéndoles en ocasiones
de escaparate para un nuevo público, los medios de comunicación, sistemas de
financiación y posibles nuevas salidas comerciales.
Pero una de las razones también importantes por las que se ha establecido la
creación y el desarrollo de festivales y otros circuitos alternativos de distribución
son las imposiciones técnicas que ejecuta la industria respecto a las salas comerciales
de cine. Subvenciones como las que otorga el ICAA 8 no especifican en qué
soporte se tiene que rodar el documental, pero sí precisan que la proyección tiene
que ser en 35mm. Esto implica unos costes elevados en el presupuesto general, ya
que aunque se registre en formato vídeo para reducir costos, el inflado a formato
cine resulta todavía algo difícil de asimilar en términos económicos.
Por tanto, existe un problema que deriva en la imposición de unas maneras
de hacer que quizás quedan estancadas en el pasado y cierran unas puertas
hacia el futuro. En este sentido, una de las principales ventajas de la mayoría
de festivales dedicados al documental es que sus salas están dotadas de equipos
de proyección digital por disco duro, sistemas de vídeo profesional o formatos