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MABFtllD<br />
12 de diciembre de 1966<br />
OS DE PRESIÓN, GRUPOS POlITiCOS Y UNIONES NACIONAl<br />
E<br />
UROPA está de vuelta del régimen de partidos decimonónicos. Los viejos partidos son trasunto de una concepción<br />
democrátieo-individualista, consecuencia de un determinado tipo de estratificación económico-social.<br />
Pero si los viejos partidos están en crisis no quiere decirse con ello que se tienda hacia un régimen de partido<br />
totalitario. Por el contrario, se hace necesario un nuevo tipo de organización adecuado a los nuevos<br />
postulados de integración política y a las nuevas realidades económico-sociales. A las actuales concepciones democrático-pluralistas<br />
o democrático-sociales, deberán corresponder nuevos cauces de participación ciudadana que<br />
no tienen nada que ver con los antiguos partidos decimonónicos. Como decia Vnamuno, los partidos parten,<br />
cuando por el contrario la sociedad y el Estado deben estar integrados en unidades de convivencia social y política.<br />
El totalitarismo cayó en el extremo opuesto: en aras de la unidad se quiso suprimir la diversidad de la vida<br />
77VÍS7TICI<br />
Los científicos de la política y los políticos andan tras la búsqueda de terminologías para denominar a las<br />
nuevas organizaciones exigidas por las peculiares modalidades de la participación ciudadana. En realidad, habrá<br />
que acuñar una terminología de urgencia que, si tie ne éxito, puede quedar definitivamente establecida en el<br />
futuro. ¿Por qué no hablar de Uniones políticas nacionales? Limitándonos al caso de España, ¿por qué no comenzar<br />
a reconocer cómo Uniones políticas a las corrientes doctrinales que aportaron su colaboración leal al Alzamiento,<br />
continúan aceptando los Principios Fundamentales y se resisten a ser absorbidos por ninguna otra<br />
fuerza u organización excluyente?^ r<br />
Conviene ante todo advertir que no deben confondirse esas<br />
Uniones con los grupos políticos no reconocidos legailmente,<br />
que se mostraron particularmente actijvos en los períodos semitotalitario<br />
y de transición del régimen; tampoco bay que<br />
confundirlos con los grupos de presión, de interés o dé promoción.<br />
Las Uniones políticas o Uniones nacionales no dteben ser<br />
otra cosa qwe la federación legalmeote reconocida de los grupos<br />
políticos que, participando en el consemsus fundamental o<br />
político, se limitan. a desplegar su actividad en. el marco de<br />
la representación orgánica establecida por nuestras leyes.<br />
Tal sería la modalidad que presentaran las Uniones en su<br />
versión española, pues son ya un fenómeno universal. Estas<br />
Uniones nacionales han dte tener una situación legal y han<br />
de estar regulados sus estatutos, funciones y fueates de financiación,<br />
así como las condiciones para la presentación de candidatos<br />
a través de la Familia, el Muoidpio y el Sindicato.<br />
Las Uniones nacionales y, por tanto, los grupos políticos<br />
federados en ellas propugnan una visión global de la sociedad,<br />
son portadores de una ideología o doctrina. Su razón de<br />
ser consiste en proyectar sobre la sociedad su carga ideológica<br />
o doctrinal desde el Poder y, para ello, tiene que aspirar a<br />
conquistarlo y ejercerlo. Estos grupos son ya realidades sociales<br />
aun cuando no tengan estatuto legal.<br />
Por eso la interrelación y confusión<br />
entre grupos políticos y de interés o dé<br />
promoción se hace inevitable en aqne-<br />
Hos países en los que no existen partidos<br />
políticos. De aquí que en el .período<br />
español que va a finafear ooQ la promulgación<br />
de la Ley Orgánica no es de<br />
exitrañar que ambas clases dte fuerzas<br />
sociales y políticas se interfieran recíprocamente.<br />
Si a todo esto añadimos<br />
la, propaganda unilateral de algunas de<br />
las fuerzas políticas dtel momento, con<br />
la consiguiente incapacidad para que las<br />
otras pudiesen actuar con las miismas<br />
oportunidades, se hace obvio el confusionismo<br />
cyeado entre fuerzas socisales<br />
y-polticas.-<br />
Al querer salir de tal .estada de cosas<br />
sumgía lum obstáculo constitucional a<br />
primera vista insuperable. El reoonocimiento<br />
como Uniones .naciooiales de .los<br />
grupos políticos ©n ellas fedlerados parecía<br />
estar en eontradiiocióii con lo pres-<br />
FENÓMENO UNIVERSAL<br />
FUERZAS SOCIALES Y POLÍTICAS<br />
oríto en el punto VIII de la ley de<br />
Principios Fundamentales.<br />
Lo ciento, sin embamgo, es que a lo<br />
largo de estos treinta años de régimen,<br />
cada una de las corrientes integradas<br />
en el Alzamiento han tenido una parte,<br />
mayor o menos, de Poder político, especialmente<br />
a partir de la derrota de<br />
las potencias del Eje. Han estado preseniles<br />
en la vida pública del país con<br />
oottciencia de su propia fuerza. Su impacto<br />
e influencia en la toma de decisiones<br />
gubemiamentales habrá variado,<br />
pero su existencia no ha sido destruida,<br />
antes bien, ha ido ejerciendo cada vez<br />
más su peso en la vida pública.<br />
PoM