informe sobre violaciones a los derechos humanos y a las
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Uno de <strong>los</strong> pilares de la democracia es la protección institucional de <strong>las</strong><br />
libertades y garantías ciudadanas. Fue, en este sentido, que en <strong>los</strong> años noventa el<br />
congreso nacional, a tiempo de introducir reformas en la constitución política del<br />
estado, creó dos instancias para garantizar la correcta aplicación de la ley y para<br />
proteger <strong>los</strong> <strong>derechos</strong> individuales: el Tribunal Constitucional y el Defensor del<br />
Pueblo. Infortunadamente, el texto constitucional aprobado, muestra el afán<br />
populista de predominio despótico, buscando desvirtuar la imparcialidad<br />
consubstancial a organismos de esta naturaleza. Para comenzar, se les cambia de<br />
nombre incluyendo, como se hace en todo el texto constitucional cuando se trata<br />
instituciones, el carácter de “plurinacional”, lo que muestra una tendencia arbitraria<br />
de c<strong>las</strong>ificación de <strong>los</strong> ciudadanos, según su raza o “nacionalidad”. Su composición<br />
también fue modificada, introduciendo el llamado “control social” que, en <strong>los</strong> hechos,<br />
lo impondrán <strong>los</strong> representantes del oficialismo, en el papel de comisarios políticos.<br />
Sin embargo, lo esencial del cambio radica en la modificación que altera <strong>las</strong><br />
atribuciones de estos dos organismos.<br />
Pero no solamente el avasallamiento se centró en instituciones oficiales, sino<br />
que el afán fue destruir <strong>los</strong> movimientos cívicos en <strong>los</strong> departamentos.<br />
El acoso a <strong>los</strong> prefectos de la oposición –seis de <strong>los</strong> nueve electos en<br />
diciembre de 2005– tomó forma violenta en Cochabamba, cuando en enero de 2007,<br />
en un intento de copar el gobierno del departamento, hordas de cocaleros<br />
incendiaron el edificio de la prefectura y, lo que es más grave, resultaron dos<br />
muertos, un campesino cocalero y un estudiante. Hasta ahora, <strong>los</strong> autores<br />
materiales e intelectuales –algunos plenamente identificados– no han sido<br />
sometidos a la justicia.<br />
Paulatinamente, creció la violencia oficialista. Esta vez para imponer un texto<br />
constitucional encaminado a establecer una autocracia radical, racista y<br />
antidemocrática. El proceso de reforma integral de la constitución se inició con la<br />
llamada “Agenda de Octubre”, o sea la que se recogió de <strong>las</strong> violentas<br />
manifestaciones en El Alto y en La Paz en ese mes de 2003 que ocasionaron la<br />
dimisión del presidente Sánchez de Lozada. Esta agenda incluía la convocatoria a<br />
una asamblea constituyente para la reforma constitucional, la que fue convocada por<br />
el nuevo gobierno y que se reunió en la ciudad de Sucre. El proceso de elaboración<br />
del nuevo texto fue lento y conflictivo. Sucre reclamó se reconozca<br />
constitucionalmente su condición de capital de la República. El oficialismo resolvió,<br />
ante el clima adverso, reunir la asamblea en un cuartel militar en <strong>las</strong> cercanías de<br />
Sucre y estalló la protesta. La Asamblea, entonces, fue trasladada a Oruro,<br />
deoinmde4 también se impidió que <strong>los</strong> asambleístas opositores participen. Fueron<br />
aprobados, sin discusión, <strong>los</strong> más de cuatrocientos artícu<strong>los</strong> del proyecto.<br />
III. La represión<br />
La intolerancia del gobierno del Movimiento al Socialismo se manifiesta en<br />
acciones de violencia contra <strong>los</strong> miembros del <strong>los</strong> movimientos cívicos de Santa<br />
Cruz, Tarija, Beni y Pando; en <strong>los</strong> ataques de hordas aleccionadas contra <strong>los</strong> medios<br />
de prensa y <strong>los</strong> periodistas, frecuentemente acusados y vilipendiados por el propio<br />
presidente Morales; <strong>las</strong> agresiones a parlamentarios opositores; <strong>los</strong> cercos al<br />
congreso nacional para presionar el apoyo a leyes y decisiones del gobierno –en<br />
una oportunidad con la participación del presidente Morales-, el uso de militares para<br />
someter a <strong>los</strong> ciudadanos, causando ya decenas de muertos y centenares de<br />
heridos en Pando, Sucre, Santa Cruz, Chapare, Huanuni y Cochabamba; el