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Número 1 - Consejo Superior de Investigaciones Científicas

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CIENCIA<br />

que cada uno <strong>de</strong> ellos tiene un lugar propio; sea<br />

una posición estática <strong>de</strong> equilibrio o <strong>de</strong>sempeñe<br />

una función <strong>de</strong>terminada, como sería el <strong>de</strong>scribir<br />

una órbita particular. En cualquiera <strong>de</strong> estos<br />

supuestos una acción externa perturba el sistema<br />

y cuando cesa, se reconstruye, volviendo al estado<br />

primitivo por una reacción que pue<strong>de</strong> compararse<br />

a un efecto pseudo-elástico que provoca a modo<br />

<strong>de</strong> vibraciones amortiguadas hasta extinguir la<br />

energía perturbadora que le comunicó la acción<br />

externa. El caso es comparable a las vibraciones<br />

<strong>de</strong> una antena <strong>de</strong> radiodifusión que lanza un<br />

sistema <strong>de</strong> ondas específicas <strong>de</strong>l edificio electromagnético<br />

que es el átomo, con sus frecuencias<br />

propias bien características <strong>de</strong> cada uno, <strong>de</strong> cuyo<br />

sistema dijo Ritz que es la <strong>de</strong>scripción jeroglífica<br />

<strong>de</strong> una estructura, imposible <strong>de</strong> <strong>de</strong>scifrar en su<br />

época, pero cuya clave comienza a estar a nuestra<br />

disposición. Estas noticias van <strong>de</strong>scorriendo el<br />

velo que oculta aún parte <strong>de</strong> la organización y<br />

algunos <strong>de</strong>talles dan ya la afirmación incontestable<br />

<strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> los electrones como elementos<br />

fundamentales <strong>de</strong> su estructura.<br />

En primer término, cuando el átomo que emite<br />

un espectro se coloca entre los polos <strong>de</strong> un po<strong>de</strong>roso<br />

electroimán los movimientos efectivos que<br />

realiza cada electrón en su seno, equivalente a las<br />

vibraciones <strong>de</strong> la antena intratómica indicada, se<br />

modifican en cierto modo comparable a la aparición<br />

<strong>de</strong> la trayectoria circular que se produce<br />

cuando los rayos catódicos se mueven en el campo<br />

magnético, y este movimiento circular hace<br />

que a cada raya espectral propia se superpongan<br />

otras dos simétricas a ella, cuyas diferencias <strong>de</strong><br />

frecuencia están <strong>de</strong>finidas por<br />

V = ± 2 me<br />

que permiten medir la carga específica £ <strong>de</strong>l<br />

electrón emisor en el seno <strong>de</strong>l átomo. Este fenó­<br />

meno fué previsto por Lorentz y confirmada su<br />

existencia por Zeeman con cuyo nombre se co-<br />

noce, y su empleo ha <strong>de</strong>mostrado que los elec­<br />

trones internos tienen idénticas características<br />

que las emitidas por los átomos en los fenómenos<br />

dispares que hemos señalado.<br />

De otro modo, aunque siempre por el mismo<br />

mecanismo <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong> un campo magnético<br />

extraño sobre las trayectorias internas <strong>de</strong> los elec­<br />

trones, se confirma su presencia intratómica. Las<br />

perturbaciones que el campo H produce en las<br />

11<br />

trayectorias electrónicas <strong>de</strong> la totalidad <strong>de</strong>l átomo<br />

se componen en una especie <strong>de</strong> movimiento<br />

<strong>de</strong> conjunto <strong>de</strong> todos los electrones, que le convierten<br />

temporalmente en una especie <strong>de</strong> carrete<br />

<strong>de</strong> hilo conductor don<strong>de</strong> circula una corriente<br />

eléctrica que le polariza en sentido opuesto al<br />

campo externo. Este fenómeno se llama diamagnetismo<br />

y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> Langevin,<br />

cuyo fundamento acabamos <strong>de</strong> indicar, nos ha<br />

permitido calcular valores teóricos <strong>de</strong> sus coeficiente<br />

característico en buena coinci<strong>de</strong>ncia con<br />

los números empíricos.<br />

13. Rayos positivos.—Vengamos ya a los rayos<br />

positivos. Con ellos se han repetido los mismos<br />

experimentos que con los rayos catódicos.<br />

Los campos eléctrico y magnético los encorvan<br />

como a éstos, salvo las diferencias que provienen<br />

<strong>de</strong>l signo <strong>de</strong> e, pero en vez <strong>de</strong> encontrar en todos<br />

los casos la misma carga específica ¿ se obtiene<br />

una multiplicidad <strong>de</strong> valores que se refieren siempre<br />

a los átomos presentes en el interior <strong>de</strong>l tubo<br />

o a moléculas que ellos puedan engendrar. Por<br />

ejemplo, si él vacío se ha hecho partiendo <strong>de</strong>l aire<br />

se encuentran en él rayos positivos cuyos soportes<br />

son átomos <strong>de</strong> 0, <strong>de</strong> C N e H, por lo menos, así<br />

como moléculas <strong>de</strong> fórmula CO, CO„ NH„ OH<br />

y otras varias. Sus cargas son a<strong>de</strong>más iguales a<br />

1 0<br />

la unidad ya referida: 4,805 X l°~ u- °<br />

algún múltiplo pequeño <strong>de</strong> dicho número. A estas<br />

conclusiones se liega fácilmente por el ; valor <strong>de</strong><br />

la carga específica, e/m, don<strong>de</strong> la e correspon<strong>de</strong><br />

efectivamente a lo dicho y m a las masas atómicas<br />

o moleculares absolutas indicadas, u otros<br />

análogos.<br />

En ningún caso se ha encontrado nada comparable<br />

a los electrones con carga positiva. No<br />

significa esto, sin embargo, que no existan. Tendremos<br />

ocasión <strong>de</strong> afirmar lo contrario; pero en<br />

ningún caso se les ha encontrado como componentes<br />

<strong>de</strong> la materia.<br />

El verda<strong>de</strong>ro aspecto <strong>de</strong> los fenómenos dice que<br />

estos rayos positivos son residuos <strong>de</strong> átomos que<br />

<strong>de</strong>ben su carga positiva a haber perdido uno o<br />

más <strong>de</strong> sus electrones propios.<br />

Así, <strong>de</strong> cuanto hemos visto hasta aquí se con­<br />

cluye que los átomos están integrados por elec­<br />

trones, siempre los mismos, y una carga positiva<br />

sobre cuyo modo <strong>de</strong> estar nada <strong>de</strong> lo dicho hasta<br />

ahora da noticias concretas.<br />

(Continuará)

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