La Obra de Dios se fortalece

amados, las naciones nos esperan
para llevar el Evangelio. Las naciones
están clamando por hombres y
mujeres consagrados a Dios, con un llamado
de Dios, y con una visión que ha
transformado muchas vidas.
El profeta Isaías dijo: “¡Hay de mí! que
soy muerto; porque siendo hombre inmundo
de labios, y habitando en medio de pueblo que
tiene labios inmundos, han visto mis ojos al
Rey, Jehová de los ejércitos.” (Isaías 6:5).
Isaías tuvo un encuentro con la santidad,
con lo divino, se dio cuenta quien
era, se dio cuenta que no vivía a la altura,
se dio cuenta que no era lo suficientemente
santo, se dio cuenta que sus labios
estaban impuros, que había hablado cosas
que no convenían. Pero cuando vino
la visión fue limpiado, fue purificado, se
rindió y reconoció a Dios.
Isaías dijo: “¡Hay de mí! que soy muer-
to”. Sin la vida de Dios estamos muertos,
sin el poder de Dios estamos muertos,
sin la unción de Dios estamos muertos,
sin el fuego de Dios estamos muertos, sin
la presencia de Dios estamos muertos,
sin la presencia de Dios esta Obra sería
un grupo más. Por eso no podemos dejar
que la presencia de Dios se vaya, es la
presencia de Dios que nos lleva a cruzar
fronteras, es la presencia de Dios la que
nos llama, es la presencia de Dios la que
nos comisiona, es la presencia de Dios la
Una Nueva
Etapa
que se mete en el corazón del hombre y
los lleva al servicio del Señor.
Esa presencia de Dios nos está haciendo
conscientes que esta es una Obra
de visión, que esta es una Obra de Dios,
que esta no es un concilio más, que esta
no es una empresa. ¡Esta es la Obra de
Dios!
Durante estos 50 años Dios ha defendido
Su Obra, pero de aquí para allá
hay una etapa mayor, habrá una gloria
mayor, la gloria de esta
casa será mayor que la
primera, de aquí en adelante
Dios va a comenzar
a manifestarse poderosamente.
Si hasta ahora
hemos oído cosas maravillosas,
de aquí en adelante
comenzarán a suceder cosas
grandes y extraordinarias.
“Como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído
oyó, ni han subido en corazón
de hombre, son las que
Dios ha preparado para los que le aman” (1
Corintios 2:9); es lo que Dios tiene preparado
para esta Obra en estos últimos
tiempos.
Es tiempo de comprometernos, de
rendirnos, de captar la visión, esta no es
la Obra del Movimiento Misionero Mundial,
esta es la Obra de Dios. Dios le bendiga
u
Rev. Gustavo Martínez
Presidente Internacional
del M.M.M.
durante estos 50 años dios ha
defendido su obra, pero de aquí
para allá hay una etapa mayor,
habrá una gloria mayor, la gloria
de esta casa será mayor que la
primera, de aquí en adelante dios
va a comenzar a manifestarse
poderosamente. si hasta ahora
hemos oído cosas maravillosas,
de aquí en adelante comenzarán
a suceder cosas grandes y
extraordinarias.
editorial
junio 2013 3