18.08.2013 Views

Amor por la tarde PORT OK.indd - sgfm.elcorteing...

Amor por la tarde PORT OK.indd - sgfm.elcorteing...

Amor por la tarde PORT OK.indd - sgfm.elcorteing...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

No había experimentado semejante sensación de pérdida,<br />

de agonizante anhelo, desde <strong>la</strong> muerte de sus padres. Era una<br />

pena distinta, <strong>por</strong> supuesto, pero teñida de <strong>la</strong> misma desesperación.<br />

«¿Qué he hecho?», se preguntó.<br />

El<strong>la</strong>, que siempre había ido <strong>por</strong> <strong>la</strong> vida con una sinceridad<br />

brutal, había perpetrado un engaño imperdonable. Y <strong>la</strong> verdad<br />

sólo empeoraría <strong>la</strong>s cosas. Si Christopher Phe<strong>la</strong>n llegaba<br />

a descubrir que le había estado escribiendo con falsos pretextos,<br />

<strong>la</strong> odiaría. Y si nunca averiguaba <strong>la</strong> verdad, el<strong>la</strong> siempre<br />

sería <strong>la</strong> muchacha «que debería estar en un establo». Nada<br />

más.<br />

«Ten <strong>por</strong> seguro que algún día volveré a tu <strong>la</strong>do...»<br />

Esas pa<strong>la</strong>bras estaban dirigidas a el<strong>la</strong>, con independencia<br />

de que se <strong>la</strong>s escribiera a Prudence.<br />

—Te quiero —susurró mientras se echaba a llorar con más<br />

fuerza.<br />

¿Cómo se habían apoderado esos sentimientos de el<strong>la</strong> sin<br />

que se diera cuenta? ¡Por el amor de Dios! Casi no recordaba<br />

el aspecto de Christopher Phe<strong>la</strong>n, y se le estaba rompiendo el<br />

corazón <strong>por</strong> su culpa. Lo peor de todo era que su dec<strong>la</strong>ración<br />

seguramente estaba motivada <strong>por</strong> <strong>la</strong>s duras condiciones de<br />

<strong>la</strong> guerra. El Christopher que conocía a través de <strong>la</strong>s cartas, el<br />

hombre a quien quería, podría desaparecer en cuanto volviera<br />

a casa.<br />

Nada bueno podía surgir de esa situación. Tenía que cortar<br />

<strong>por</strong> lo sano. Ya no podía continuar fi ngiendo ser Prudence.<br />

No era justo para ninguno de los implicados, especialmente<br />

para Christopher.<br />

Beatrix regresó a casa muy despacio. Al entrar en Ramsay<br />

House se cruzó con Amelia, que salía a pasear con su hijo<br />

Rye.<br />

—¡Mira quién está aquí! —exc<strong>la</strong>mó Amelia—. ¿Te gustaría<br />

venir a los establos con nosotros? Rye va a montar en su<br />

poni.<br />

47

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!