revista completa en pdf - Revista EL BUHO
revista completa en pdf - Revista EL BUHO
revista completa en pdf - Revista EL BUHO
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
sus ejecuciones, los jóv<strong>en</strong>es solían ir al teatro con<br />
las partituras de las obras <strong>en</strong> las manos, buscando<br />
detectar alguna equivocación u omisión.<br />
Si para Alemania la consigna era trabajar<br />
arduam<strong>en</strong>te y producir, para los vi<strong>en</strong>eses la vida se<br />
consagraba <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a parte a la diversión y al arte.<br />
El lujo predominaba <strong>en</strong> las deslumbradoras<br />
esc<strong>en</strong>ografías teatrales, <strong>en</strong> los vestuarios de las<br />
divas, y obviam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las soirées donde se daba<br />
cita el bu<strong>en</strong> gusto.<br />
Los vi<strong>en</strong>eses disfrutaban las bu<strong>en</strong>as cosas de<br />
la vida, muy lejos por cierto de las miserias, inseguridades,<br />
fanatismos y luchas de otras naciones;<br />
y aunque había como <strong>en</strong> todas partes una división<br />
<strong>en</strong>tre ricos y pobres, el pueblo gozaba de las interpretaciones<br />
de las pequeñas orquestas <strong>en</strong> los salones<br />
de baile, allí sonaron inicialm<strong>en</strong>te los preciosos<br />
valses de los hermanos Straus.<br />
Las dos guerras mundiales afectaron profundam<strong>en</strong>te<br />
a Vi<strong>en</strong>a; ya que <strong>en</strong> la primera se desmembró<br />
el imperio y <strong>en</strong> la segunda, durante la<br />
brutal dictadura de Hitler, proliferaron espionaje,<br />
fusilami<strong>en</strong>tos, tortura, racionalización y escasez<br />
de víveres, impactando terriblem<strong>en</strong>te a una sociedad<br />
que no conocía el racismo, y llevándola a tal<br />
desastre financiero que aún después de la guerra se<br />
podían adquirir valiosas obras de arte por algunas<br />
legumbres, una barra de pan o un poco de carne;<br />
la det<strong>en</strong>ción, confinami<strong>en</strong>to y matanza de judíos<br />
dolieron a los vi<strong>en</strong>eses consi<strong>en</strong>tes de que <strong>en</strong>tre<br />
las víctimas había excel<strong>en</strong>tes músicos, escritores,<br />
pintores e intérpretes, no obstante los teatros<br />
no cerraron, si bi<strong>en</strong> fueron blanco de agresiones y<br />
aún medio oscuros por la car<strong>en</strong>cia de <strong>en</strong>ergía, con<br />
un público hambri<strong>en</strong>to, miserable y que titiritaba<br />
de frío, pues no había calefacción, cuando se abría<br />
el telón, la esc<strong>en</strong>a se iluminaba con las sílfides o<br />
las alegres grisetas del restaurante Maxim donde<br />
se divertía el alegre conde Danilo, el protagonista<br />
de La Viuda Alegre, <strong>en</strong>tonces las joyas aunque<br />
falsas volvían a relucir, y se ll<strong>en</strong>aban las copas de<br />
champaña traída de contrabando desde Francia, y<br />
a los acordes de las solemnes óperas verdianas<br />
o las alegres operetas de Oscar Straus, Edmundo<br />
Eysler, Leon Bard o Leo Fall la urbe musical volvía a vivir.<br />
Poco <strong>en</strong>contré <strong>en</strong> mi última estancia <strong>en</strong> Vi<strong>en</strong>a<br />
de lo que consigna Zweig <strong>en</strong> sus memorias, si bi<strong>en</strong><br />
las cartelera del Burgertheater o del Volksoper<br />
sigu<strong>en</strong> atray<strong>en</strong>do a los vi<strong>en</strong>eses y visitantes de todo<br />
el mundo, pero recordaré siempre haber disfrutado<br />
el honor de haberme s<strong>en</strong>tado sobre una mesa <strong>en</strong><br />
el café Sperl, donde Emmerich Kálmán o más bi<strong>en</strong><br />
Kálmán Imre, y Franz Lehár departieron animosam<strong>en</strong>te<br />
hace décadas, hablando a no dudarlo de<br />
las hermosas operetas que estaban componi<strong>en</strong>do;<br />
y acodado sobre la plancha de mármol as<strong>en</strong>tada<br />
<strong>en</strong> la mesa del viejo café, p<strong>en</strong>sé <strong>en</strong> el<br />
gran hombre que puso a bailar a la humanidad<br />
<strong>en</strong>tera con el inmortal vals de El conde<br />
de Luxemburgo.<br />
30 El Búho