21.06.2014 Views

el Popol Vuh en PDF - Instituto Cultural Quetzalcoatl

el Popol Vuh en PDF - Instituto Cultural Quetzalcoatl

el Popol Vuh en PDF - Instituto Cultural Quetzalcoatl

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

El <strong>Popol</strong> <strong>Vuh</strong> 28<br />

He aquí que diremos la infancia de Maestro Mago, Brujito. He aquí que vamos a contar su<br />

infancia. Cuando fue llegado <strong>el</strong> día d<strong>el</strong> alumbrami<strong>en</strong>to, la adolesc<strong>en</strong>te llamada Sangre dio a luz.<br />

La abu<strong>el</strong>a no asistió al parto. Al instante nacieron los dos que fueron paridos, llamados Maestro<br />

Mago, Brujito; <strong>en</strong> la montaña nacieron. Entonces <strong>en</strong>traron <strong>en</strong> la morada: pero no dormían. “Vete<br />

a llevarlos afuera. En verdad gritan sus bocas”, dijo la abu<strong>el</strong>a. Entonces se les puso sobre las<br />

hormigas, pero su sueño fue agradable. De allí se les llevó y se les puso sobre espinas. Ahora<br />

bi<strong>en</strong>. Maestro Mono. Maestro Simio, deseaban que muries<strong>en</strong> allá, sobre las hormigas, que<br />

muries<strong>en</strong> allá, sobre las espinas. Lo deseaban porque [eran] rivales, <strong>en</strong>vidiados, para Maestro<br />

Mono, Maestro Simio. Al principio sus hermano? m<strong>en</strong>ores no fueron recibidos por <strong>el</strong>los <strong>en</strong> la<br />

mansión; ésto? no los conocieron y vivieron <strong>en</strong> la montaña. Ahora bi<strong>en</strong>. Maestro Mono, Maestro<br />

Simio, eran grandes músicos, cantantes. [Los dos recién nacidos] crecieron, y grandes torm<strong>en</strong>tos<br />

[y] p<strong>en</strong>as los fatigaron, los atorm<strong>en</strong>taron. Habíanse vu<strong>el</strong>to grandísimos sabios: habíanse vu<strong>el</strong>to<br />

músicos, cantantes, escultores: todo era bi<strong>en</strong> [hecho] por <strong>el</strong>los. Sabían su nacimi<strong>en</strong>to; sabían<br />

también [que eran] los sustitutos de su padre, qui<strong>en</strong> había ido a Xibalbá, adónde había muerto su<br />

padre. Maestro Mono. Maestro Simio, eran grandísimos sabios; <strong>en</strong> su espíritu lo habían sabido<br />

todo desde luego, cuando habían nacido sus hermanos m<strong>en</strong>ores. Pero su sapi<strong>en</strong>cia no se mostró<br />

a causa de su <strong>en</strong>vidia; <strong>en</strong> <strong>el</strong>los dominó la humillación de sus corazones. Pero ningún acto de<br />

Maestro Mago, Brujito, les había perjudicado. En efecto, éstos no hacían cada día más que tirar<br />

con cerbatanas. No eran amados por su abu<strong>el</strong>a y por Maestro Mono, Maestro Simio. No se les<br />

daba de comer, sino que, cuando la comida había acabado, cuando Maestro Mono, Maestro<br />

Simio, habían comido, <strong>en</strong>tonces v<strong>en</strong>ían <strong>el</strong>los. No se <strong>en</strong>colerizaban, no se irritaban, pero sufrían.<br />

Conocían su ser y veían claro. Cada día al v<strong>en</strong>ir traían pájaros que Maestro Mono, Maestro<br />

Simio, comían sin darles nada al uno o al otro, Maestro Mago, Brujito, Maestro Mono, Maestro<br />

Simio, no hacían más que música, canto. Ahora bi<strong>en</strong>. Maestro Mago, Brujito, habían v<strong>en</strong>ido sin<br />

traer pájaros; la abu<strong>el</strong>a se irritó cuando <strong>en</strong>traron: “¿Por qué no traéis pájaros?”, les dijo a Maestro<br />

Mago, Brujito. “Madre nuestra, he aquí que nuestros pájaros se han <strong>en</strong>redado <strong>en</strong> ¡as ramas<br />

frondosas de un árbol”, respondieron. “Abu<strong>el</strong>a nuestra, no podemos subir al árbol para cogerlos;<br />

pero que nuestros hermanos mayores suban a él, que v<strong>en</strong>gan con nosotros y que baj<strong>en</strong> los<br />

pájaros”, añadieron. “Muy bi<strong>en</strong>. Al alba iremos con vosotros , respondieron los primogénitos.<br />

Ahora bi<strong>en</strong>, la Sabiduría de Maestro Mono, Maestro Simio, estaba muerta <strong>en</strong> <strong>el</strong>los dos <strong>en</strong> lo<br />

concerni<strong>en</strong>te, a su derrota. “No cambiaremos sino su ser y su vi<strong>en</strong>tre. Nuestra Palabra obrará a<br />

causa de los grandes torm<strong>en</strong>tos que nos han infligido para que muriésemos, que fuésemos<br />

aniquilados, que nos sobreviniese [una] desgracia a nosotros sus hermanos m<strong>en</strong>ores. Como a<br />

sirvi<strong>en</strong>tes nos han rebajado <strong>en</strong> sus corazones; nosotros los humillaremos lo mismo, lo cual<br />

haremos como signo”, su dijeron <strong>el</strong> uno al otro mi<strong>en</strong>tras iban al pie d<strong>el</strong> árbol llamado Palo-<br />

Amarillo77. Acompañados de sus hermanos mayores, caminaban disparando con las cerbatanas,<br />

innumerables [eran] los pájaros que gorjeaban <strong>en</strong> <strong>el</strong> árbol, y sus hermanos mayores se<br />

maravillaban de ver aqu<strong>el</strong>los pájaros.<br />

“He aquí pájaros, pero ni uno sólo ha caído al pie d<strong>el</strong> árbol; no ha caído ninguno de<br />

nuestros pájaros; id a hacerlos caer”, dijeron a los primogénitos. “Muy bi<strong>en</strong>”, respondieron éstos.<br />

Pero cuando hubieron subido al árbol, <strong>el</strong> árbol creció, su tronco <strong>en</strong>grosó; y cuando Maestro<br />

Mono, Maestro Simio, quisieron bajar después, no pudieron desc<strong>en</strong>der de la cima d<strong>el</strong> árbol.<br />

Desde la cima d<strong>el</strong> árbol dijeron: “Oh, hermanos m<strong>en</strong>ores nuestros, ¿cómo ha pasado esto?<br />

T<strong>en</strong>ed piedad de nuestros rostros. He aquí que este árbol espanta a los que lo miran, oh<br />

hermanos m<strong>en</strong>ores nuestros”; [así] dijeron desde la cima d<strong>el</strong> árbol. Y Maestro Mago, Brujito,<br />

dijeron: “Des<strong>en</strong>rrollad vuestros taparrabos, atadlos bajo vuestros vi<strong>en</strong>tres, [con] una larga punta<br />

colgando que echaréis por detrás, y así marcharéis cómodam<strong>en</strong>te”, [así] respondieron los dos<br />

hermanos m<strong>en</strong>ores. “Muy bi<strong>en</strong>”, dijeron [los primogénitos] tirando de las extremidades de sus<br />

<strong>Instituto</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Quetzalcoatl</strong><br />

15<br />

www.sama<strong>el</strong>gnosis.net

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!