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el Popol Vuh en PDF - Instituto Cultural Quetzalcoatl

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El <strong>Popol</strong> <strong>Vuh</strong> 36<br />

mandaron <strong>en</strong>tonces: “He aquí. Para vosotros [serán] todas las carnes de animales”, dijeron a las<br />

flechas; éstas no se movieron ya más, todas las flechas se inclinaron. Estuvieron <strong>el</strong>los así [toda]<br />

la noche <strong>en</strong> la Mansión de Obsidiana. En seguida llamaron a todas las hormigas. “Hormigas-<br />

Obsidianas. Hormigas Zampopos96 v<strong>en</strong>id, id todas, id a tomar todas las clases de flores que<br />

pidieron los jefes”. “Muy bi<strong>en</strong>”, respondieron <strong>el</strong>las. Todas las hormigas fueron a coger las flores<br />

d<strong>el</strong> jardín de Supremo Muerto. Ya éstos habían ord<strong>en</strong>ado a los Vigilantes de las flores de<br />

Xibalbá: “Oh vosotros que vigiláis nuestras flores, no las dejéis robar por esos <strong>en</strong>g<strong>en</strong>drados [a<br />

los] que v<strong>en</strong>ceremos. ¿Adonde irían <strong>el</strong>los a ver <strong>en</strong> otra parte las [flores] que les hemos<br />

ord<strong>en</strong>ado? No hay. V<strong>el</strong>ad esta noche”. “Muy bi<strong>en</strong>”, respondieron. Pero los vigilantes d<strong>el</strong> jardín no<br />

oyeron [a las Hormigas]. En vano gritaban <strong>en</strong>tre las ramas de los árboles d<strong>el</strong> jardín, con los<br />

mismos cantos y palabras: “Se ha <strong>en</strong>trado <strong>en</strong> lo negro, se ha <strong>en</strong>trado <strong>en</strong> lo negro”, decía <strong>el</strong> uno<br />

cantando].<br />

“Sobremos montes, sobre los montes”, decía [<strong>el</strong> otro] cantando. Sobres los Montes,<br />

nombre de los dos Vigilantes d<strong>el</strong> jardín de Supremo Muerto, Principal Muerto. Pero no supieron<br />

que las hormigas robaban lo que <strong>el</strong>los guardaban. Iban por filas, cortando los arriates de flores,<br />

caminando con aqu<strong>el</strong>las flores que llevaban con sus pinzas, sobre los árboles, aqu<strong>el</strong>las flores<br />

olorosas, bajo los árboles. Sin embargo, los Vigilantes gritaban a voz <strong>en</strong> cu<strong>el</strong>lo, sin saber que<br />

unas pinzas aserraban sus colas, aserraban sus alas. Era una cosecha de flores la que cortaban<br />

las pinzas, de perfumes, la que transportaban las pinzas. Apresuradam<strong>en</strong>te se ll<strong>en</strong>aron los cuatro<br />

jarrones de flores y estaban ll<strong>en</strong>os al alba. Los m<strong>en</strong>sajeros fueron <strong>en</strong> seguida a llamarlos: “Que<br />

v<strong>en</strong>gan, dice <strong>el</strong> jefe, que traigan inmediatam<strong>en</strong>te aqu<strong>el</strong>lo de que hemos hablado”, dijeron a los<br />

<strong>en</strong>g<strong>en</strong>drados. “Muy bi<strong>en</strong>”, dijeron éstos. T<strong>en</strong>ían los cuatro jarrones ll<strong>en</strong>os de flores, cuando se<br />

pres<strong>en</strong>taron ante los rostros d<strong>el</strong> jefe, de los jefes; éstos tomaron las flores, agradables de ver. Así<br />

fue v<strong>en</strong>cido Xibalbá. Los <strong>en</strong>g<strong>en</strong>drados no habían <strong>en</strong>viado sino hormigas. En una sola noche, las<br />

hormigas habían cogido las flores, las habían dado | a los <strong>en</strong>g<strong>en</strong>drados] <strong>en</strong> los jarrones.<br />

Entonces todos los Xibalbá palidecieron; a causa de aqu<strong>el</strong>las flores sus rostros emblanquecieron.<br />

Al instante <strong>en</strong>viaron a buscar a los Vigilantes de las flores. “¿Por qué dejasteis robar nuestras<br />

flores? ¡He aquí que vemos aquí nuestras flores!”, dijeron a los Vigilantes. “Nosotros no supimos<br />

nada, oh jefes. Nuestras colas sufrieron”, respondieron <strong>el</strong>los. Entonces se laceraron sus bocas,<br />

<strong>en</strong> pago d<strong>el</strong> robo de lo que vigilaban. Así Supremo Muerto, Principal Muerto, fueron v<strong>en</strong>cidos por<br />

Maestro Mago. Brujito; [éste fue] <strong>el</strong> comi<strong>en</strong>zo de sus acciones. Desde <strong>en</strong>tonces los “Se ha<br />

<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> lo negro”97 ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la boca h<strong>en</strong>dida; ahora está h<strong>en</strong>dida. Después de esto se<br />

desc<strong>en</strong>dió a jugar a la p<strong>el</strong>ota. Todos juntos p<strong>el</strong>otearon. Entonces se previnieron para <strong>el</strong> alba; así<br />

dijo Xibalbá. “Muy bi<strong>en</strong>”, respondieron finalm<strong>en</strong>te los <strong>en</strong>g<strong>en</strong>drados.<br />

<strong>Instituto</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Quetzalcoatl</strong><br />

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