21.06.2014 Views

el Popol Vuh en PDF - Instituto Cultural Quetzalcoatl

el Popol Vuh en PDF - Instituto Cultural Quetzalcoatl

el Popol Vuh en PDF - Instituto Cultural Quetzalcoatl

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

El <strong>Popol</strong> <strong>Vuh</strong> 32<br />

Ahora bi<strong>en</strong>, <strong>el</strong>los se regocijaron de ir a p<strong>el</strong>otear <strong>en</strong> <strong>el</strong> juego de p<strong>el</strong>ota. Fueron lejos a jugar<br />

solos; barrieron <strong>el</strong> juego de p<strong>el</strong>ota de su padre. Entonces los jefes de Xibalbá los oyeron.<br />

“¿Quiénes son esos que comi<strong>en</strong>zan ahora a jugar sobre nuestras cabezas, que no se<br />

avergü<strong>en</strong>zan de hacer temblar la tierra? Supremo Maestro Mago, Principal Maestro Mago, que<br />

quisieron <strong>en</strong>orgullecerse ante nuestros rostros, ¿no están muertos? Que se vaya, pues, a llamar<br />

a ésos”, dijeron Supremo Muerto, Principal Muerto, a todos los jefes. Enviaron. Dijeron a sus<br />

m<strong>en</strong>sajeros: “Id a decirles: «que v<strong>en</strong>gan», dic<strong>en</strong> los jefes. «Aquí queremos p<strong>el</strong>otear con <strong>el</strong>los;<br />

d<strong>en</strong>tro de siete días jugaremos», dic<strong>en</strong> los jefes. Id a decirles eso”, fue repetido a los m<strong>en</strong>sajeros.<br />

Éstos tomaron <strong>el</strong> gran camino que los <strong>en</strong>g<strong>en</strong>drados habían desmontado hasta su casa, recto<br />

hasta su casa; por él los m<strong>en</strong>sajeros llegaron directam<strong>en</strong>te hasta [donde estaba] la abu<strong>el</strong>a, [los<br />

<strong>en</strong>g<strong>en</strong>drados] comían [<strong>en</strong> <strong>el</strong> juego de p<strong>el</strong>ota] cuando llegaron los m<strong>en</strong>sajeros de Xibalbá.<br />

“En verdad, que v<strong>en</strong>gan, dic<strong>en</strong> los jefes”, dijeron los m<strong>en</strong>sajeros de Xibalbá. Entonces los<br />

m<strong>en</strong>sajeros de Xibalbá indicaron <strong>el</strong> día de la v<strong>en</strong>ida [de los <strong>en</strong>g<strong>en</strong>drados]. “D<strong>en</strong>tro de siete días<br />

se les esperará”, dijeron a Antigua Ocultadora los <strong>en</strong>viados. “Muy bi<strong>en</strong>. Allí estarán, oh<br />

m<strong>en</strong>sajeros”, respondió la abu<strong>el</strong>a. Y los <strong>en</strong>viados se pusieron <strong>en</strong> camino y regresaron [a Xibalbá].<br />

Entonces se angustió <strong>el</strong> corazón de la abu<strong>el</strong>a: “¿A quién <strong>en</strong>viaría yo para hablar a mis<br />

nietos? En verdad, ¿no es así como antaño vinieron los m<strong>en</strong>sajeros a coger a sus padres?”, dijo<br />

tristem<strong>en</strong>te la abu<strong>el</strong>a <strong>en</strong>trando sola <strong>en</strong> la casa. Al instante por debajo [de su vestido] cayó un<br />

Piojo. Ella lo asió, lo levantó, lo puso <strong>en</strong> su mano <strong>en</strong> donde <strong>el</strong> piojo se movió, anduvo. “Oh nieto<br />

mío, ¿quieres que te <strong>en</strong>víe al juego de p<strong>el</strong>ota para llamar a mis nietos?”, le dijo al piojo. “Unos<br />

m<strong>en</strong>sajeros han v<strong>en</strong>ido como heraldos a decir a vuestra abu<strong>el</strong>a: «Que se prepar<strong>en</strong> y que d<strong>en</strong>tro<br />

de siete días v<strong>en</strong>gan»; [así] han dicho los m<strong>en</strong>sajeros de Xibalbá. Así dice vuestra abu<strong>el</strong>a”, le dijo<br />

al piojo. Entonces éste caminó, se apresuró. Ahora, pues, s<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> <strong>el</strong> camino, [<strong>en</strong>contró a] un<br />

<strong>en</strong>g<strong>en</strong>drado llamado Batracio, un sapo. “¿Adonde vas?”, le dijo <strong>el</strong> sapo al piojo. “Mi palabra está<br />

<strong>en</strong> mi vi<strong>en</strong>tre; voy hacia [donde están] los jóv<strong>en</strong>es”, dijo <strong>el</strong> piojo a Batracio. “Muy bi<strong>en</strong>. No te<br />

apresuras, por lo que veo”, fue dicho al piojo por <strong>el</strong> sapo. “¿Quieres que te trague? Verás cómo<br />

me apresuro. Llegaremos al instante”. “Muy bi<strong>en</strong>”, dijo <strong>el</strong> piojo al sapo, e inmediatam<strong>en</strong>te fue<br />

tragado por <strong>el</strong> sapo. Ahora bi<strong>en</strong>, <strong>el</strong> sapo anduvo largo tiempo, caminando sin darse prisa;<br />

después <strong>en</strong>contró a una gran serpi<strong>en</strong>te llamada Blanca Víbora. “¿Adonde vas, oh Batracio, oh<br />

<strong>en</strong>g<strong>en</strong>drado?”, dijo Blanca Víbora al sapo. “Soy un m<strong>en</strong>sajero; mi Palabra está <strong>en</strong> mi vi<strong>en</strong>tre”, dijo<br />

<strong>el</strong> sapo a la serpi<strong>en</strong>te. “Por lo que veo, no te apresuras. ¿Iré yo más aprisa?”, dijo la serpi<strong>en</strong>te al<br />

sapo. “V<strong>en</strong> aquí aprisa”, añadió; <strong>en</strong>tonces <strong>el</strong> sapo fue tragado por Blanca Víbora. Desde<br />

<strong>en</strong>tonces las serpi<strong>en</strong>tes toman [al sapo] como alim<strong>en</strong>to; se com<strong>en</strong> ahora a los sapos. La<br />

serpi<strong>en</strong>te caminaba, corría. La serpi<strong>en</strong>te fue <strong>en</strong>contrada por <strong>el</strong> Gavilán, gran ave; al instante la<br />

serpi<strong>en</strong>te fue tragada por <strong>el</strong> gavilán, qui<strong>en</strong> poco después llegó a lo alto d<strong>el</strong> juego de p<strong>el</strong>ota.<br />

Desde <strong>en</strong>tonces <strong>el</strong> gavilán tomó por alim<strong>en</strong>to, se comió a las serpi<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> las montañas. Al<br />

llegar, <strong>el</strong> gavilán se posó <strong>en</strong> <strong>el</strong> reborde d<strong>el</strong> [edificio] d<strong>el</strong> juego de p<strong>el</strong>ota <strong>en</strong> donde se divertían <strong>en</strong><br />

p<strong>el</strong>otear Maestro Mago, Brujito. Al posarse <strong>el</strong> gavilán gritó: “¡Gavilán! ¡Gavilán!”; su grito dijo:<br />

“Gavilán”. “¿Qué es ese grito? ¡Pronto, nuestras cerbatanas”, dijeron [los <strong>en</strong>g<strong>en</strong>drados], [y]<br />

después dispararon con las cerbatanas al gavilán, le <strong>en</strong>viaron <strong>en</strong> los ojos <strong>el</strong> hueso de la<br />

cerbatana; al instante dio una vu<strong>el</strong>ta sobre sí mismo y cayó. Corrieron inmediatam<strong>en</strong>te a cogerlo.<br />

| y] después lo interrogaron: “¿Por qué vi<strong>en</strong>es?”, le dijeron al gavilán. “Mi m<strong>en</strong>saje está <strong>en</strong> mi<br />

vi<strong>en</strong>tre, pero primero curad mis ojos [y] después os lo diré”, dijo <strong>el</strong> gavilán. “Muy bi<strong>en</strong>”, dijeron<br />

<strong>el</strong>los. Tomaron un poco de la p<strong>el</strong>ota de su juego de p<strong>el</strong>ota y lo aplicaron sobre la faz d<strong>el</strong> gavilán.<br />

Esto fue llamado Remedio-P<strong>el</strong>ota86 por <strong>el</strong>los. Al instante con eso curaron bi<strong>en</strong> la faz d<strong>el</strong> gavilán.<br />

“Habla ahora”, le dijeron al gavilán. Entonces él vomitó a la gran serpi<strong>en</strong>te. “Habla”, le dijeron a la<br />

serpi<strong>en</strong>te. “Sí”, dijo ésta, y <strong>en</strong>tonces vomitó al sapo. “¿Dónde está <strong>el</strong> m<strong>en</strong>saje anunciado?”, le<br />

dijeron al sapo. “En mi vi<strong>en</strong>tre está mi Palabra”, dijo <strong>el</strong> sapo. Entonces trató [de vomitar], hizo<br />

<strong>Instituto</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Quetzalcoatl</strong><br />

17<br />

www.sama<strong>el</strong>gnosis.net

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!