En la par - CCH - Unam

pueden llevar a cabo los mismos patrones
neuronales que realizan cuando están
juntas. Ya que, todos aquellos impulsos
que cruzan de un hemisferio al otro durante
una experiencia de cerebro completo,
nada más no pueden cruzar la brecha
que se ha abierto entre ellos”.
Al final de este discurso alguien dio una
idea. ¿Por qué no hacemos lo siguiente?
Desarrollar alambritos electroquímicos
cuyos extremos encajarían en las sinapsis
de las neuronas para recibir o descargar
sus impulsos neuronales. Estos alambres
podrían entonces pender de cada neurona
cuya conexión hubiera sido rota en el
corte de esa neurona del otro hemisferio,
al que anteriormente había estado conectada.
“De esta manera”, terminó Bert,
quien propuso esta idea, “todos esos impulsos
que supuestamente cruzarían de
un hemisferio al otro, podrían sencillamente
hacer eso... llevados por los alambres”.
Esta sugerencia fue recibida con entusiasmo,
puesto que la construcción de
este sistema de alambres, se sentía, podría
completarse en una semana. Pero
una solemne compañera llamada Cassandra
se afligía. “Todos estamos de acuerdo
que nuestro amigo ha estado teniendo
experiencias que le hemos tratado de
proporcionar. Esto es, aceptamos de una
manera u otra la teoría neuronal de la experiencia.
Ahora bien, según esta teoría
tal como todos la aceptamos, es bastante
permisible alterar, como uno guste, el contexto
de un cerebro en funcionamiento,
en tanto que uno mantenga el patrón de
su actividad. Podríamos poner atención
a lo que estamos diciendo de este modo.
ritmo / nueva época
imaginación y crítica
Hay varias condiciones que se conjugan
para la experiencia habitual... una experiencia,
por ejemplo, como la del hoyo
en la poza que creemos que le dimos a
nuestro amigo hace tres semanas. Por lo
general estas condiciones son que el cerebro
se encuentre en un cuerpo real, en
una poza real, estimulado por tal actividad
neuronal tal como la que sí dimos a
nuestro amigo. Le dimos a nuestro amigo
la actividad neuronal sin las otras condiciones
de su contexto, puesto que nuestro
amigo no tiene cuerpo y puesto que
es esencial y decisivo para la existencia y
carácter de una experiencia, de cualquier
modo, no es tal contexto, sino nada más
la actividad neuronal que puede estimular.
Las condiciones contextuales, creemos,
son verdaderamente superfluas para
el hecho crudo que un hombre tenga una
experiencia... incluso si son condiciones
esenciales en la manera normal de tener
esa experiencia. Si uno dispone de los recursos,
como tenemos, de prescindir de
la necesidad normal de estas condiciones
externas para una experiencia de un hoyo
en una poza, entonces tales condiciones
ya no son necesarias. Y esto demuestra
que dentro de nuestro concepto de experiencia
nunca fueron necesarias en
principio para el hecho crudo de tener la
experiencia.
“Ahora bien, lo que ustedes los hombres
proponen hacer con esos alambres
equivale a considerar como no esencial
sólo una condición normal más para que
nuestro amigo tenga su experiencia. Esto
es, están diciendo algo como lo que acabo
de decir acerca del contexto de la actividad
neuronal... pero ustedes lo están
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