CONECTAR CRECER SERVIR IR - LifeWay

Esta pareja había experimentado el poder de un equipo que sirve unido.
El hecho de que se limpiara el salón después de la clase le dijo mucho
a esta pareja. Resulta interesante que esta pareja no dijera nada sobre
el estudio bíblico en sí. Evaluaron la clase en base a la cordialidad, la
preocupación individual y el respeto demostrado por este equipo de
personas. Cada parte, al trabajar unida, causó un impacto mayor que el
estudio en sí.
Samuel quiere ir tras la meta de cristianos espiritualmente equilibrados,
y él sabe que ese equilibrio incluye más que crecer en el conocimiento
bíblico. La salud espiritual incluye poner en acción aquellas cosas que
los miembros de la clase están aprendiendo. Esta acción es Servir.
Toda función es importante
El servicio que ofreció este equipo destaca algunas cosas que todos
necesitamos recordar. Primero, cada función es importante dentro del
todo. Suponga que el hombre que limpió el salón después de la clase
no hubiera hecho su trabajo; ¿se habría llevado la pareja invitada
la misma impresión de la clase? Tal vez sí, pero tal vez no. ¿Y si la
persona que buscó los vasos de agua hubiera ignorado la petición?
¿Cuán importante fue este sencillo gesto para comunicar que la clase
se preocupaba? Que cada persona se ocupe de su papel era y es
importante.
Las cosas que usted hace o pudiera hacer son importantes dentro del
todo. Si usted no está haciendo su parte, entonces algo falta. Es como
un rompecabezas de mil piezas al que le falta una. La pieza que falta
pasa desapercibida hasta que usted ve cómo encaja con las otras piezas.
Lo que usted hace ejerce influencia en alguien.
Cada creyente tiene un don en algo
La segunda realidad que observamos en la clase de Samuel es que
las personas necesitan servir mediante sus dones. Si a las personas
que tienen el don de la hospitalidad se les pide que limpien el salón,
estarían frustradas. Si a la persona que limpió el salón se le pide que
salude a cada persona que llega (romper el hielo con gente que él
nunca ha visto, no es algo natural en él), tanto él como el invitado se
sentirán frustrados.
Dios otorga a cada creyente al menos un don especial. Es una
responsabilidad nuestra descubrirlo, desarrollarlo y usarlo al máximo.
Para trabajar con ese don tenemos que saber cuál es. Cada persona que
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