Informe Jornadas Patrimonio Cultural y Natural - Unesco Etxea

visibilización del patrimonio agrario ayudará sin lugar a dudas, a la revalorización social
del campesino, de su comunidad agrícola y del entorno rural, al que a menudo se le dio
la espalda. Ya es hora pues, como también salió en estas jornadas, de reconocer como
patrimoniales los hechos de la vida cotidiana, incluyendo en él, en el patrimonio de
todas y todas, los aportes de los grupos sociales más desfavorecidos o menos
incluidos en la narrativa histórica de nuestras sociedades. Como decía un ponente, se
trata de incluir la “memoria de miles de pequeños trabajadores a lo largo de siglos”, y
es que la memoria histórica es sin lugar a dudas una de las cuestiones a veces más
olvidadas en la gestión patrimonial. La recuperación de esa memoria histórica será
también clave en la incorporación activa de toda la sociedad en los procesos de futuro.
- Esa implicación social y el situar a la gente en el centro de la evolución de los entornos
agrarios, puede también dar respuesta a otro reto de nuestros tiempos: el
despoblamiento de amplias zonas rurales, otra de las cuestiones, la situación
poblacional en el entorno rural que es sin duda una cuestión a tener presente tanto en
países del Norte como del Sur.
- Nos encontramos también con el reto de la necesidad de un desarrollo económico y la
creación de empleo, por ejemplo. Varias de las experiencias de estas jornadas han
mostrado cómo existen posibilidades desde lo local y con atención al desarrollo
sostenible y la promoción del entorno natural, existen posibilidades y experiencias
exitosas para la generación de un desarrollo económico en armonía con las
posibilidades naturales y sociales.
- Existe también la pérdida de biodiversidad local, asociada a grandes campañas
agrícolas internacionales, en donde productos exóticos o ajenos al territorio, desbancan
a cultivos tradicionales que daban respuesta de un modo más adecuado a las
necesidades locales, además de preservar el entorno ambiental tanto para las
generaciones actuales como para las posibilidades y capacidades de las generaciones
futuras. Junto a esto, una adecuada gestión del patrimonio agrario podría servir
también como herramienta para frenar la actual pérdida de superficie agraria y la
desertificación de amplias zonas a escala planetaria que conocemos.
- Además, este siglo XXI nos sigue enfrentando a problemas en la convivencia y a la
necesidad de orientar nuestros valores en sociedades cada vez más interconectadas y
culturalmente diversas. El patrimonio agrario y el paisaje agrario que hemos visto en
estas jornadas no se conforma jamás desde el aislamiento, sino de la interacción
cultural diacrónica o sincrónica de varias culturas o civilizaciones históricas. Como se
dijo esta mañana, es una “olla de mestizaje”. Por tanto, también incluso en este sentido
el patrimonio agrario puede servirnos de reflexión sobre los componentes de nuestras
sociedades y la base de nuestros valores culturales, reflexión que nos podría ayudar a
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