GOBERNABILIDAD Y GERENCIA POLÍTICA.

más fácil conseguir en nuestra vida democrática, ante la mediocridad de una gran
mayoría. Es más fácil convencer y comprar decisiones de quienes no tienen idea
de lo que el poder representa, como dice una frase popular en el Ecuador del
siglo XXI, que es mejor contar con “levanta manos” que contar con otros que, sin
opinar claudican, mientras aquellos líderes que de vez en cuando, han forjado
nuestra enfermiza y débil democracia entre sus representantes, no hacen nada
positivo mientras desempeñan un papel para el cual fueron elegidos o
nominados. Es cierto también, que mientras más alto nivel de preparación
ostentan, es menos fácil que sus conciencias y responsabilidades claudiquen,
pero estos personajes, son sencillamente, muy escasos en estos tiempos de
debacle.
Al referirse a los criterios nacionales sobre el dominio social, económico y político
que los aventureros caudillistas obtuvieran a través de los partidos, expresa en su
análisis, el hecho de que cada período de nuestra vida republicana, ha estado
marcado por un ir y venir de personajes, que unas veces se declararon
conservadores, y en otras, a conveniencia, liberales. Lo importante, es y sigue
siendo, la captación del poder, mientras la ciudadanía esté lejana de participar en
el festín político y siga el camino de una enfermiza sumisión, algo cercana al
fanatismo religioso, como se diera en la colonia.
Nelson Argones, al referirse a los años de una vieja política tradicionalista,
analiza el rol asumido por los partidos durante el período comprendido entre
Rodríguez Lara y Febres Cordero, estableciendo su criterio, (ARGONES, Nelson.- El
Juego del Poder De Rodríguez Lara a Febres Cordero.- BIBLIOTECA DE CIENCIAS SOCIALES Volumen 5;
CORPORACIÓN EDITORA NACIONAL; Quito, 1985.- P. 24) en la siguiente expresión:
“En el escenario político, la forma predominante de representación popular durante el período
oligárquico fue el recurso al caudillismo. La forma caudillista suplió de manera relativamente
eficaz la debilitada y casi inexistente estructura de los partidos en los distintos niveles de la
estructura política...La noción misma de “caudillo” o forma de representación caudillista,
implica, en este caso, un tipo de mediación inestable e inorgánica...”
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