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Z. K.: Había varias causas. Una de ellas fue la muy grave crisis económica, agotadora<br />
a largo plazo para la gente. Ello condujo a una deslegitimación de la economía estatalizada<br />
ante los ojos de la sociedad, cuando había estado muy legitimada en el pasado.<br />
No había estimulante para que la gente quisiera aspirar a la gestión de las empresas.<br />
Algo que languidece no puede movilizar desde este punto de vista. A eso se<br />
añadieron las muy fuertes influencias de derechas en el seno de Solidarnosc. Era el<br />
efecto de la clandestinidad, de la entrada en los locales eclesiásticos. Solidarnosc<br />
funcionando cercana a la Iglesia se convirtió en muy dependiente de la ayuda extranjera.<br />
Esta ayuda venía al comienzo sobre todo de los sindicatos y de las organizaciones<br />
de izquierdas. Luego fue reemplazada por las agencias de los estados occidentales,<br />
que de esta manera hicieron a Solidarnosc muy dependiente de ellos. Recordemos<br />
también, que en 1989 nos encontrábamos ante una movilización social débil. La<br />
actividad de los trabajadores era escasa. Por supuesto, había huelgas, pero no tenían<br />
mucho que ver con una oleada de luchas. Eran movilizaciones muy dispersas, debido<br />
al hundimiento económico, sobre intereses y reivindicaciones muy inmediatos.<br />
P.: ¿Pueden los ideales de la autogestión obrera ser una alternativa al capitalismo<br />
neoliberal? Ya habíamos visto a los trabajadores organizados tomar las empresas<br />
en algunos casos, como en la fábrica Wagon o Gelatina /5.<br />
Z. K.: Efectivamente, hubo algunos casos en Polonia. Eran más numerosos en<br />
otras regiones del mundo, en el mismo sistema económico, por ejemplo Argentina.<br />
Las experiencias polacas son sin embargo muy limitadas. Gelatina o Wagon son luchas<br />
defensivas muy desesperadas, se trataba de salvar lugares de trabajo, empresas.<br />
Las ideas de la autogestión pueden desarrollarse y encontrar fundamentos solo<br />
en situaciones de luchas sociales muy intensas y no aisladas y defensivas. Es muy<br />
difícil sobrevivir en empresas aisladas, tomadas por los trabajadores, en el marco<br />
de la economía liberal. No son condiciones óptimas para este tipo de experiencias.<br />
Pero las ideas de la autogestión obrera renacerán y serán una alternativa que gozará<br />
de un fuerte apoyo de los trabajadores en situaciones de luchas de clase más amplias.<br />
Traducción: Alberto Nadal.<br />
Zbigniew Marcin Kowalewski, etnólogo de formación, ha publicado principalmente Antropología<br />
de la guerrilla, Caracas 1971, Guerrilla latinoamericana, Wroclaw 1978; Rendez-nous nos usines!<br />
(La Breche, París 1985). En 1980-81 fue miembro de la dirección regional de Solidarnosc en<br />
Lodz y delegado al Primer Congreso del sindicato, en el que tomó parte en la elaboración del programa.<br />
Invitado en París por los sindicatos CGT y CFDT en vísperas del golpe de estado del general<br />
Jaruzelski (13 diciembre de 1981), estuvo exiliado y animó la campaña de solidaridad con Solidarnosc.<br />
Formó parte de la redacción de Inprecor, una revista de la IV Internacional difundida clandestinamente<br />
en Polonia de 1981 a 1990. Actualmente es redactor de la revista sindical Nowy Tygodnik<br />
Popularn y de la revista teórica Rewolucja (Revolución). Reproducimos esta entrevista, realizada<br />
por el periodista Jakub Rzekanowski, del periódico polaco Trybuna del 7 de abril de 2005.<br />
5/ Cf. Dariusz Zalega, “Ils produisent, ils controlent, ils vendent, ils se payent”, Inprecor n. 443/444 de enero-febrero de<br />
2000 (ed. francesa).<br />
VIENTO SUR Número 83/Noviembre 2005 29