Propuesta Didáctica Unidad 11. Lengua castellana y ... - Algaida

U nidad 11
Vocabulario:
a) Selecciona ocho palabras que te hayan resultado desconocidas o difíciles de entender del texto, y
elabora las correspondientes fichas léxicas.
b) Explica el significado de la expresión La ‘canarinha’ llegó a la lotería de los 11 metros.
2 Elabora una fotocrónica sobre Un día en el instituto. Redacta la fotocrónica.
3 Escribe la crónica sobre el último viaje de fin de curso que se haya realizado en el centro.
4 Escribe una crónica sobre el hundimiento del Titanic, a partir de los siguientes datos:
• El Titanic choca contra un iceberg en el lado de estribor el 14 de abril de 1912.
• 1512 personas fallecen por ahogamiento o hipotermia.
• El Titanic era un trasatlántico británico construido por Bruce Ismay.
• El naufragio conmocionó al mundo.
5 Indica si las siguientes oraciones son reflexivas, recíprocas o pronominales:
a) Antonio se afeita una vez a la semana.
b) Raúl y tu prima se dieron los números de teléfonos.
c) Marta y Pepe se besaron en el cine.
d) Javi se arrepintió de su discusión con María.
e) Mi abuela se lava la cara por las mañanas.
6 Escribe dos oraciones reflexivas, dos recíprocas y dos pronominales.
7 Explica la diferencia entre comedia y farsa.
8 Dramatiza con tus compañeros los siguientes fragmentos teatrales y responde a las preguntas:
Texto I
Aparece sola la estancia, y a poco salen Amparito
y Doña Lía. La primera, muchacha de dieciséis
o diecisiete primaveras —¡todos los años hay jovencitas
de esta edad!—, se halla muy acicalada y
compuesta: se conoce que espera a alguien; por
la ventana, acaso. Doña Lía es una señora frescachona
y muy charlatana. Confiesa cuarenta y
ocho años; debe, por lo tanto, de tener cincuenta
y dos o cincuenta y tres. Hablan las dos con el
gracioso acento de la tierra.
Amparito.—Pase usté, señora.
Doña Lía.—Muchas gracias. ¿De manera que su
mamá ha salido?
Amparito.—No hase ni dos minutos. No sé cómo
no se la ha encontrado usté en la casapuerta. Si
quiere usté esperarla...
Doña Lía.—Si no molesto, aguardaré un ratito.
Amparito.—Siéntese usté.
Doña Lía.—Muchísimas gracias.
Amparito.—¿Usté es amiga de mamá?
Doña Lía.—No tengo ese gusto; venía a conoserla
presisamente. Es desí, venía... ¡Ya verá usté a
lo que venía! Claro que a conoserla, pero además
venía... ¿Tardará mucho?
Amparito.—No le puedo desí... Ha ido a la cave
de Bailén a tomá informes de una criada...
Doña Lía.—¡Ah! el disco diario... ¡Cómo está el
servisio! ¡Cómo está el servisio de esta Seviya!
¡Cómo está ese ganao! Hay quien dise que son
familia. Y si que son familia, ¡porque dan una de
disgustos! El domingo tuve que pone a una en el
arroyo, porque, si no, me da un hervó de sangre...
Bueno, yo soy muy vehemente, muy nerviosa...
¡Muy nerviosa! El agua de asahá es mi alimento...
¡Soy muy nerviosa! Y aquel demonio era contra
mis nervios. ¡Qué fiera! ¡Qué tarasca! Susia, mal
hablá, escandalosa... ¡atea!
Amparito.—¿Matea?
Doña Lía.—Atea, atea... Que no creía en Dios
ni a tres tirones... ¡Y lo tenía que desí y que jura
a cada triquitraque! Ponía la sopera en la mesa
dando un golpetaso, y soltaba, con un bufío:
—¡No hay Dios!— Bueno, Atanasia, es su pensá.
—¡No hay Dios!— Como usté quiera. Traía
los garbansos, o unas pescadiyas, o el postre,
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