tercera epoca revista hispano-americana - Frente de Afirmación ...
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CLAVI J ERO<br />
DESCRIPCION DE LA CIUDAD DE MEXICO<br />
Estaba la ciudad <strong>de</strong> México situada, como ya hemos<br />
insinuado antes, en una isleta <strong>de</strong>l lago salobre, cinco<br />
leguas al poniente <strong>de</strong> Texcoco y poco más <strong>de</strong> una legua<br />
al oriente <strong>de</strong> la <strong>de</strong> Tlacopan. Comunicábase con la tierra<br />
firme por tres gran<strong>de</strong>s calzadas fabricadas sobre<br />
el mismo lago: la <strong>de</strong> Iztapalapa, al sur, <strong>de</strong> dos leguas<br />
y media, la <strong>de</strong> Tlacopan al poniente y la <strong>de</strong> Tepeyacac<br />
al norte, una y otra <strong>de</strong> una legua' y las tres <strong>de</strong> tanta<br />
amplitud que podían ir por ella diez hombres a caballo;<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> otra calzadilla estrecha que servía a los<br />
dos acueductos <strong>de</strong> Chapultepec, <strong>de</strong> cuya agua se proveía<br />
la ciudad. El ámbito <strong>de</strong> la población era <strong>de</strong> tres<br />
leguas, sin compren<strong>de</strong>r los arrabales, y el número <strong>de</strong><br />
sus casas era <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 60,0002.<br />
Dividíase en cuatro cuarteles y cada cuartel en<br />
muchos barrios cuyos nombres mexicanos en gran parte<br />
se conservan hasta hoy entre los indios. Las líneas divisorias<br />
<strong>de</strong> los cuarteles eran las cuatro gran<strong>de</strong>s calles<br />
correspondientes a las cuatro puertas <strong>de</strong>l Templo Mayor.<br />
El primer cuartel, llamado Teopan (hoy San Pablo)<br />
estaba comprendido entre las dos calles que correspondían<br />
a las puertas oriental y meridional; el segundo,<br />
nombrado Moyotla (hoy San Juan) entre las calles<br />
correspondientes a las puertas meridional y occi<strong>de</strong>ntal;<br />
el tercero, Tlaquechiuhcan (hoy Santa María) entre las<br />
calles correspondientes a las puertas occi<strong>de</strong>ntal y septentrional,<br />
y el cuarto Atzacualco (hoy San Sebastián)<br />
entre las calles correspondientes a las puertas septentrional<br />
y oriental. A estas cuatro partes, en que se dividió<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su fundación la ciudad, se añadió como<br />
quinta parte la ciudad <strong>de</strong> Tlatelolco, situada al noroeste<br />
<strong>de</strong> México, unida a ésta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la conquista <strong>de</strong>l rey<br />
Axayácatl.<br />
Eran tantos los canales <strong>de</strong> la ciudad que a cualquier<br />
barrio se podía ir por agua; lo cual contribuía a la hermosura<br />
<strong>de</strong> la población, al más fácil transporte <strong>de</strong> los<br />
víveres y <strong>de</strong>más cosas necesarias a la vida, y a la <strong>de</strong>fensa<br />
<strong>de</strong> los ciudadanos. Las calles principales eran<br />
anchas y rectas; <strong>de</strong> las <strong>de</strong>más unas eran meros canales,<br />
otras eran <strong>de</strong> tierra sola y otras tenían un estrecho<br />
canal enmedio <strong>de</strong> dos terraplenes, que o servían a la<br />
comodidad <strong>de</strong> los viandantes y al <strong>de</strong>scargue <strong>de</strong> las canoas,<br />
o sustentaban árboles frondosos y flores. En todos<br />
los canales había puentes bastante elevados para permitir<br />
el paso <strong>de</strong> las canoas, y en los canales mayores<br />
tenían diques y compuertas para disminuir el agua cuando<br />
les parecía.<br />
Por lo que mira a los edificios, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los muchos<br />
templos y magníficos palacios reales <strong>de</strong> que hablamos<br />
ya en otros lugares, había muchos otros palacios<br />
y casas gran<strong>de</strong>s que habían edificado los señores<br />
feudatarios <strong>de</strong> la corona por la obligación que tenían<br />
<strong>de</strong> residir en la corte una parte <strong>de</strong>l año. Todas las casas<br />
eran <strong>de</strong> terrados, a excepción <strong>de</strong> las <strong>de</strong> los pobres que<br />
estaban cubiertas <strong>de</strong> heno o <strong>de</strong> pencas <strong>de</strong> maguey, y<br />
en los terrados tenían parapetos para su <strong>de</strong>fensa, en<br />
caso <strong>de</strong> ser asaltada <strong>de</strong> enemigos la ciudad. Algunos<br />
<strong>de</strong> estos palacios tenían también sus torreones, aunque<br />
no tan elevados como los <strong>de</strong> los templos: <strong>de</strong> suerte<br />
que no menos en las casas y canales que en los templos,<br />
habían proveído a su seguridad los mexicanos.<br />
A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la gran<strong>de</strong> y famosa plaza <strong>de</strong> Tlatelolco,<br />
don<strong>de</strong> se hacía el principal mercado, había otras repartidas<br />
por la ciudad, en las cuales se vendían los comestibles<br />
ordinarios. Había también en varias partes<br />
<strong>de</strong> la ciudad fuentes y estanques, especialmente en el<br />
recinto <strong>de</strong> los templos, y muchos jardines, unos plantados<br />
a la haz <strong>de</strong> la tierra y otros en altos terrados.<br />
Los muchos y gran<strong>de</strong>s edificios curiosamente encalados<br />
y bruñidos, las altas torres repartidas por los cuarteles<br />
<strong>de</strong> la ciudad, el agua <strong>de</strong> los canales, las arboledas<br />
y los jardines, formaban un conjunto <strong>de</strong> tanta hermosura,<br />
que los españoles no se hastiaban <strong>de</strong> contemplarlo,<br />
especialmente cuando lo observaron <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
la altura <strong>de</strong>l Templo Mayor que dominaba la ciudad,<br />
las lagunas y las bellas y gran<strong>de</strong>s poblaciones que había<br />
en ellas y en sus contornos.<br />
No menos tuvieron que admirar la magnificencia<br />
<strong>de</strong> los palacios reales y la muchedumbre <strong>de</strong> plantas y<br />
animales que en ellos se criaban. Pero sobre todo les<br />
sorprendió la vista <strong>de</strong> la gran plaza <strong>de</strong>l mercado. No<br />
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